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Idol. por KeikoHikari

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Notas del capitulo:

Perdonar el gran retraso, estaban arreglándome el portátil, así que no pude escribir nada. Y como me lo trajeron ayer, ¡pude hacer el capítulo!

A disfrutar las aventuras de este gran dueto!

 

Aquel día terminó bien, más bien, demasiado bien. Lyoner me enamoraba con su bipolaridad cada día más. Esos ojos que brillaban cuando me veían. Esos labios que buscaban los míos y esas fuerzas a la hora de abrazarme. Todo me gustaba de él, y cada día descubría algo nuevo. Nami me dijo que era alguien totalmente diferente cuando estaba con Lyoner. Le dije que el amor cambiaba a las personas, y que un buen ejemplo de ello era Lyoner. Era muy serio y orgulloso y después de conocerme, es todo lo contrario, parece un oso amoroso cuando está conmigo. Comimos todos juntos, Lyoner parecía restringirse, no le gustaba comer delante de otras personas con las que no tuviera mucha confianza. Nos reímos mucho; después una siesta... Nami durmió en una de las habitaciones de invitados, Allen en la suya y Lyoner y yo, después de muchos mimos, acabamos dormidos amarrados el uno al otro en el sofá.

A mí me gustaba dormir la siesta, tranquilo, con el aire acondicionado encendido, únicamente con el sonido de su motor. Pero ese día el sonido que escuchaba era el de la respiración de Lyoner. No roncaba, y su respiración sonaba como la de un niño que duerme tranquilo. Al momento, yo caí rendido.

Estuvimos horas durmiendo, hasta que una llamada rompió el silencio. Nos despertó a los dos, intenté alcanzar el móvil de Lyoner que estaba encima de la mesa y que era el que estaba sonando, pero Lyoner fue más rápido y al intentar alcanzarlo cayó del sofá al suelo.

-         A-Ah... Mis costillas... ¿Sí? ¿Quién es? – dijo con la voz temblorosa después de estar recién despertado. - ¿Suichi? ¡Ah, sí claro! Me acuerdo perfectamente. Sí. Ya lo sé. ¿Eh, por qué dices eso? ¡Oye Suichi, que yo no he hecho eso! Ah... Que era broma... ¿Eres estúpido? Entiendo. Ya voy. Adiós, un beso.

-         Oye... ¿Estás bien? ¿Te has hecho daño? – curioseé.

-         E-Estoy bien – dijo levantándose con dificultad. - ¿Eh? ¿No llevo camiseta? No recuerdo que me la haya quitado. ¿Dónde está? ¿¡Y por qué tú tampoco llevas camiseta!? ¿Qué hemos hecho?

-         Está bien, lo confieso... Te he violado.

-         ¿¡Qué!? – exclamó muy sonrojado. – No recuerdo nada... – Yo me reí y ahí me pilló. – Un momento... Si llevo los pantalones puestos..., no hemos hecho nada, ¿verdad?

-         No – dije riéndome. – Yo tampoco llevo camiseta, no sé si te has dado cuenta. Me gusta sentir tu espalda desnuda en mi pecho.

-         ¿Eres idiota?

-         No, estoy enamorado, que es peor aún. – respondí guiñándole un ojo. – Está bien, te lo diré. Nos tiremos a la piscina, ¿recuerdas? Nuestras ropas se mojaron y Allen las tendió, así que estará en el tendedero. Aun que quiero seguir viendo tu torso desnudo, me pone mucho. Veo que te sigues cuidando mucho, mira que pectorales tienes...

-         D-Deja de halagarme... – murmuró sofocado. – Y-Yo iba a..., sí, a coger mi camiseta... – Después de ir a coger su camiseta al jardín, vino a despedirse de mí. – Me tengo que ir Yuuto, me ha llamado Suichi...

-         Tenía que ser él precisamente... Está bien... – acepté levantándome del sofá...

-         Voy a peinarme, ¿puedes traerme la cartera? Está en una de las sillas del jardín... – Yo asentí y fui a recogerla, al llegar allí, observé que sobresalían dos papeles de su cartera y la curiosidad me invadió. Eran dos billetes para un crucero, solo habían dos billetes. El crucero salía en 7 días, ¿para quién sería el otro billete? A mí no me había comentado nada, ¿acaso era para Suichi? Siempre me hacía ideas tontas, pero no pensaba en otra cosa. Decidí no darle más vueltas y le llevé la cartera algo decepcionado.

-         Aquí tienes...

-         Gracias Yuuto, bueno tengo prisa... – soltó de inmediato.

-         ¿Quieres que te lleve en mi coche? – pregunté.

-         ¡No! N-No hace falta... Voy andando, no quiero molestarte...

-         Entonces, ¿nos vemos esta noche?

-         Lo siento Yuuto, esta noche no puedo venir... Bueno, ya hablamos... Adiós, ¡nos vemos mañana! – dijo cerrando la puerta.

 

Aquel portazo me sentó como una patada en el estómago. Sentía que si no corría detrás de él se iría, y no volvería jamás. Estábamos tan bien antes de la llamada. Y así terminaba nuestro día de aniversario. Que final más triste.

Nami me consoló un poco, sus palabras eran dulces. Consiguió que dejara de pensar en Lyoner y me pusiera a escribir un rato, pero en el momento en el que contemplé embobado mi móvil, lo recordé y sentí unas ganas tremendas de llamarlo, pero tenía el móvil apagado.
Fui a verlo al hotel, pero al traquear me abrió Hiro, quien no quiso decirme nada. Me cerró la puerta en la cara. Intenté que me hablara sobre el paradero de Suichi y Lyoner, pero no me dijo nada, pasó de mí. No quería rendirme, tenía que encontrar a Lyoner, quería que me explicara aquel crucero.

Después de el hotel, me acordé de que podrían estar en el gimnasio donde solían entrenar los conciertos, como los bailes o para ensayar las canciones, pero el hecho de que estuvieran ellos solos no me hacía sentir seguro. Sabía que podían estar allí porque Lyoner siempre me decía que tenía que ir al gimnasio

Las recepcionistas del hotel me habían dicho que los habían visto salir de allí hacía unos 20 minutos. En la calle pregunté si los había visto y también si había algún gimnasio cerca. Me dijeron que sí había un gimnasio cerca, así que decidí acercarme a mirar, pero al llegar allí vi que estaba cerrado. Un hombre que estaba sentado en un banco me dijo que el chico al que buscaba estaba en la piscina que había a 50 metros de allí. Corrí hacia aquel lugar, era una piscina privada, no me dejaban pasar, la chica que estaba a cargo de aquella piscina me dijo que estaba ocupado y que no podía pasar. Pero yo la despisté y entré corriendo. Aquello parecía un laberinto, por mucho que corriera no encontraba la puerta de la piscina. El vapor se notaba, cada vez se me hacía más pesado respirar. Hasta que por fin encontré la puerta pero la chica me impidió pasar.

-         ¡Señor, le digo que no puede pasar! La piscina está alquilada esta noche, por favor, ¡márchese! – rogó la chica interponiéndose entre la puerta y yo.

-         Señorita, es importante. ¡Mi vida amorosa corre peligro! No lo podrías entender, él lo es todo en mi vida... No puedo pensar lo que pasaría si él se fuera con otro... – murmuré.

-         Usted..., usted es..., el famoso escritor, el que...

-         Sí, así es, soy yo, Yuuto – le interrumpí tapándole la boca. – Si sabes lo que es sufrir por amor, déjame pasar, por favor.

-         Pero es que...

-         Está bien, si no me dejas pasar, dígame, ¿quién hay dentro? Has dicho que hay dos personas que han pagado para que la piscina se cierre para ellos dos... Dígamelo, aun que solo sea sus nombres.

-         Eso..., eso es confidencial... – respondió agachando la cabeza.

-         Solo pido los nombres, no quiero que me digas nada más. Si detrás de esa puerta está él... No puedo aguantar más, te lo ruego, déjame pasar. – dije agarrando su mano.

-         Me despedirán si lo dejo pasar...

-         Yo no consentiré eso. Le prometo que no voy a dejar que eso pase. Solo quiero que mi vida vuelva lo que era. Sé que no voy a poder enamorarme de otra persona como lo hice con él... Así que voy a pasar. – exclamé apartándole de la puerta. Ahora solo estaba a un paso de ver lo que había tras de ella.

-         Yo también he sufrido por amor, así que te deseo lo mejor. – dijo la chica alejándose.

-         Bien, vamos allá. Era una puerta corredera, así que estaba dispuesto a correrla cuando oí a alguien reír y gemir de placer. Eso ya era la gota que colmaba el vaso. Abrí la puerta con rabia y una imagen espantosa apareció ante mí. La camiseta de Lyoner estaba mojada y en el suelo, en frente de mis pies. Ellos estaban tirados en el suelo, al lado de la piscina. Suichi estaba encima de Lyoner, tenían los cabellos mojados al igual que sus ropas. Ninguno de los dos llevaba la camiseta puesta. Pillé a Suichi paseando su lengua por los abdominales de Lyoner, el cual estaba riéndose, supuse que había sido él, el que anteriormente había gemido; su rostro estaba algo ruborizado. Acostados en el suelo, Lyoner boca arriba, Suichi encima de él a cuatro patas. Los dos se quedaron parados al verme, menos Suichi que soltó una sonrisa pícara y burlona, y que cuando puse mis ojos en él, continuó ensalivando a Lyoner, pero esta vez pasó de los abdominales a la zona del pecho, Lyo era muy sensible ahí. Como yo esperaba Lyo comenzó a gemir y a estremecerse. Agarraba a Suichi de la espalda, como hacía conmigo cuando lo hacíamos.

-         ¡Detente! – grité furioso. Corrí hacia él y le asesté un puñetazo en la cara. Del impacto se apartó de encima de Lyo y cayó al suelo. Iba a ir detrás de Suichi a seguir pegándole pero Lyoner se levantó y se interpuso entre Suichi y yo.

-         ¡Yuuto, ya basta! ¡Es suficiente! – exclamó Lyo nervioso.

-         Apártate Lyoner, este imbécil no te va a  molestar más.

Notas finales:

Espero que os haya gustado :D

No olvidar el review, me anima a seguir escribiendo ^^

el próximo capítulo viene con Lemon bajo el brazo ;)


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