Bien, lectores, me presento, soy Keiko, la autora de esta increíble historia (increíble, porque claramente la he escrito yo) ¡Que es broma! Que es broma que sea increíble, que la historia sí que la he escrito yo... Bueno, que me pierdo, no sé si sabréis que Idol ha llegado a las 10.000 visitas. * Tira confetis* He de deciros que sois los mejores lectores que hay (aunque por mucho que suplique siguen sin dejar reviews ¬¬) Pero siempre hay excepciones como mis queridas Kudojiku Katemo, Dani, Anónimo, Paola Namikaze, Kuran_VI_Yue, Hanachan, que siempre dejan o dejaban reviews, de verdad que gracias a todos, y también gracias a los que leen y no dejan reviews, que tampoco me olvido de ellos... ^^
Para mí llegar a tantas visitas es un orgullo, estoy muy feliz, no creía que iba a tener tantas visitas.
Bueno, cambiando de tema, he decidido hacer un especial, sí, así es, un especial, no es una continuación de la historia tal y como va, es como un paréntesis. Después de este especial por supuesto que continuaré subiendo más capítulos.
Bien, os explico cómo va a ser este especial. Después de barajar muchas ideas he decidido hacer un popurrí, es decir, una mezcla de todo en pequeñas cantidades. Y vosotros después opináis, si os ha gustado, o no, o te has quedado con ganas de más en alguna parte, o lo que queráis. ¿Os habéis preguntado alguna vez, y si Yuuto saliera con Suichi, o Hiro con Suichi? ¿Cómo funcionarían? O, ¿y si Lyoner hubiera seguido siendo tan borde como al principio? ¿Os imagináis a Lyoner presentando a Yuuto a sus padres como un supuesto ‘compositor’? Aquí os lo dejo:
Sketch 1: Cuestión de contárselo o no.
- Oye Hiroo, tenemos que contárselo. – soltó Suichi, agarrando del brazo a Hiro.
- Suichi, ya te lo he dicho, se lo diremos cuando realmente haga falta. Además no queremos perder fans diciendo que tú y yo estamos juntos. ¿Sabes cuántas chicas están deseando salir con nosotros?
- Pero Hiro...
- Tranquilo Sui – dijo acariciándole el pelo. – Se lo diremos...
- Menos mal, no quiero cargar con todo, quiero que lo sepa.
- ¿En serio necesitas tanto decírselo? El grupo de Rock Star tiene 3 años, casi 4, nosotros llevamos 2 años y medio saliendo, en todo este tiempo no se lo hemos dicho. ¿No puede aguantar más? ¿Qué te preocupa? – preguntó Hiro.
- Porque Lyoner lleva saliendo ocho meses con ese estúpido escritor, y él nos lo contó todo desde el primer día. Es nuestro amigo, creo que debería saberlo, no deberían de quedar secretos entre nosotros Hiro-chin.
- Me encanta que me llames así.
- Hiro-chin, hiro-chin, hiro-chin, hiro-chin. – Hiro cogió a Suichi de la cintura dispuesto a besarle. – H-Hiro aquí no, estamos en el estudio de grabación, si nos vieran...
- Pues deja de provocarme Sui, o si no te harás a cargo de las consecuencias. – Enseguida entró Lyoner y Hiro soltó de inmediato a Suichi.
- Chicos, ¿estáis preparados? – preguntó Lyoner.
- Estaría mejor si la letra de esta canción fuera tuya y no de tu ‘novio’. – dijo con malas intenciones Hiro. Suichi estaba de acuerdo con él.
- Hiro... ¡Pero si fuiste tú quién dijiste que la letra estaba muy bien, que mostraba perfectamente los sentimientos que trasmitía la sintonía! – reprochó Lyoner.
- Bueno, bueno, grabemos, dejemos esto de lado. Nos ha salido una canción estupenda, a las fans las vamos a enloquecer. – añadió Suichi. Después de sus palabras comenzaron a grabar y todo salió bien, y Lyoner se marchó a tomar algún refresco mientras que los enamorados se quedaron solos.
- Es imposible, no puedo decírselo. Quiero, pero algo me tira hacia atrás. – Hiro se acercó a Suichi y le besó la cabeza.
- Cuando sea necesario, recuerda. – repitió Hiro. Después lo abrazó y entró Lyoner.
- C-Chicos..., ¿por qué os abrazáis? – curioseó.
- E-Esto... – Suichi suspiró. – Lyoner nosotros...
- ¡Estamos celebrando la grabación! – interrumpió Hiro. – Vamos Lyo, apúntate. – Los tres se abrazaron. A la mañana siguiente Suichi iba dispuesto a decírselo, pero estuvo delante del pomo de la puerta de la habitación de Lyo unos 10 minutos intentando entrar.
Estuvo así una semana, mandándole indirectas a Lyoner para que lo captara. Pero era tan ingenuo que no pillaba ninguna. Después de un mes Suichi ya estaba cansado de tanto intentarlo, y ya no sabía qué hacer. Hiro no le daba importancia y pasaba un poco del tema, él no estaba tan interesado en contárselo como Suichi. Necesitaba ideas para hacérselo saber. Un día Yuuto nos pilló cuando Hiro me daba un besito en la mejilla. Nos dijo que ya sabía lo nuestro pero que aún así no iba a decir nada, que por mucho que lo escondiéramos iba a salir a la luz. Y tan solo se dieron un beso en la mejilla... Y Yuuto ya lo sabía. Parecía ver las cosas antes de que pasaran. A Hiro y a Suichi no les caía bien Yuuto, era obvio. Suichi pensó en decírselo directamente, pero eso ya había pasado antes y Lyoner se lo había tomado a broma y al final no se lo creyó. En tres semanas siguientes intentó mostrárselo mediante hechos, como un abrazo, signos de cariño, besitos, mimos, caricias, dándose de comer mutuamente, guiños, etc., etc. Cada vez que Lyoner los veía, les sonreía como si nada pasase. ¿Cómo tenían que decírselo? Si se lo decían directamente, probablemente se llevaría un susto o un trauma, y si se lo decían con indirectas no lo pillaba.
Y las semanas pasaban como si de minutos se tratase. Suichi cansado de probar con distintas cosas y no conseguir nada decidió decírselo directamente y Hiro le apoyó, él también estaba cansado.
- O-Oye Lyo... Tengo que decirte una cosa... – soltó Suichi acercándose a él.
- Claro Suichi, puedes decirme lo que quieras. ¿Y bien?
- Y-Yo..., esto... – suspiró y tomó aire. - ¡Estoy saliendo con Hiro! – Al principio Lyo mostraba una cara de sorpresa, pero después comenzó a reírse.
- ¿Por qué gritas Suichi? Ya lo sabía, Yuuto me lo afirmó. Tenía esa idea pero no pensé que fuera verdad. – Suichi cuando escuchó sus palabras se desmayó, lo había intentado todo, y luego descubre que ya lo sabía.
Sketch 2: Lyoner presenta a Yuuto a sus padres.
Lyoner me hizo subir a una limusina que ni sabía a dónde se dirigía. Me insistió bastante así que ya debía de ser importante. Estaba entusiasmado, lo podía ver en sus ojos y en su sonrisa.
Al cabo de una hora en el coche, paró en frente de una casa un poco más grande que la mía. Había que tocar el timbre para que nos abriera el portón principal. El césped que rodeaba la casa era real, no era artificial. Cuando el portón se volvió a cerrar, dos perros enormes salieron corriendo de detrás de la casa. Yo retrocedí unos pasos, pero Lyo sonreía más cuanto más cerca estaban.
- ¡Zeus! ¡Otto! ¡Cuánto os he hechado de menos! – gritaba Lyo. Los dos perros se abalanzaron sobre él y lo tiraron al suelo. Comenzaron a lamerle la cara y a mover la cola con entusiasmo. Detrás de los perros iba una chica, era mayor que Lyo, parecía de mi edad, era rubia. Ella llamó a uno de los perros que se me estaba acercando gruñendo.
- ¡Otto, para! ¡Ven aquí chico! ¿Eh, Lyo? ¿Eres tú?
- Q-Quítame a Zeus de encima. – tartamudeó, el perro no pesaba poco precisamente.
- Vamos Zeus, deja a Lyo, todos sabemos que llevas tiempo sin verlo. ¡Cuánto tiempo sin verte, Lyo!
- Lo sé, con tantos conciertos no tengo tiempo de pasarme por aquí. Nadia, este chico de aquí es Yuuto, escribe letras para nuestras canciones. – Miré a Lyo extrañado y me guiñó un ojo, supuse que quería que siguiera el juego.
- Encantado Nadia, soy Yuuto Takashi – dije dándole dos besos en la mejilla.
- ¿¡Tú no eres el famoso escritor!? Oh, Dios, que guapo eres, ¡me encantan tus ojos! He leído que no tienes novia, ¿es cierto?
- S-Sí, es cierto...
- Bueno, Nadia, voy a ver a papá y a mamá, después nos vemos. Vamos Yuuto... – dijo estirándome del brazo. – Aquí eres mi compositor, nada de novios, amantes, o similares. Si mis padres se enteran que estoy saliendo con un hombre, no me volverían a dirigir la palabra. Ellos siempre han querido que me casase con una chica que tuviera dinero y fama.
- Entiendo, bueno yo tengo dinero y fama. Te tendrás que conformar. – solté acercándome a su cara.
- Intenta controlar esos impulsos – añadió apartando mi cara. – Ya te lo he dicho nada de amor ahora. Como ya debería de saber, ésta, es la casa de mis padres, y ésa que has visto antes era mi hermana.
- Vaya, que hermana más guapa tienes. – Lyoner me miró con cara de enfado. – Pero tú me gustas más. – Su cara enrojeció. Ya en la puerta principal, Lyo se puso bien sus ropas y suspiró. Al entrar, todo estaba muy iluminado, sus padres aparecieron enseguida.
- ¡Hijo, que alegría de verte! – exclamó una mujer que bajaba las escaleras. Su pelo era castaño claro, y sus ojos azules, estaba delgada y era de la misma estatura que Lyo.
- ¡Mamá, cuánto tiempo sin verte! Veo que sigues estando tan guapa como siempre. – Los dos se dieron un abrazo y su madre dos besos. – Mamá, quiero presentarte a mi nuevo compositor, Yuuto Takashi.
- Vaya, tu eres ese escritor joven, que es tan famoso.
- Es un honor que me reconozca. Encantado señora Moon. – Nos dimos dos besos cada uno. Moon era el apellido de Lyoner. Su padre no tardó en aparecer.
- ¿Dónde está mi estrella? – preguntó su padre riendo.
- ¡Papá! ¿Cómo estás? Tú tampoco has cambiado. Quiero presentarte a un amigo, él es Yuuto Takashi.
- Encantado señor, gracias por haberte invitado. – dije estrechándole la mano.
- Es un honor tener a una persona como usted, tiene una educación impecable, me alegro de que mi hijo se relacione como gente como tú. ¿Te quedarás a cenar? Sería todo un orgullo. – pidió amablemente. Sus padres no tenían ni una pizca de maldad y en cambio, cuando yo conocí a Lyo era muy serio y gritón, se enfadaba a la mínima. De repente entró su hermana y me llevó fuera estirándome del brazo.
- Y-Yuuto, he leído todos tus libros. Todos cuentan romances imposibles, o un amor que nunca podría llegar a pasar. Me enamoré de tus líneas, tu forma de expresar los sentimientos de los protagonistas. He visto todas tus presentaciones, tus apariciones en programas, ¡todo! Y ahora que te veo en persona... Creo que me he enamorado de ti. – Yo estaba asombrado, su rostro enrojecido, y un silencio entre los dos.
- Nadia... Eres muy hermosa. – dije acariciando su rostro. – Pero yo ya tengo a alguien especial en mi vida, no puedo dejarla.
- ¡Pero Yuuto...! No me puedes dejar así, con el corazón roto... Un momento... Está bien no salgas conmigo... Pero diré a los medios que estamos saliendo... Lo difundiré. – Ya sabía de dónde había salido la maldad de Lyoner.
- Está bien. Adelante. Hazlo si quieres. Me harías un favor, princesa. – dije besando su mano.
En verdad era guapa, y no me vendría nada mal que fuera diciendo que estaba con ella. Un rumor de que estaba con una chica no me vendría nada mal. Después de besarle la mano, le eché un último vistazo a la mansión y me dirigí a la puerta principal. Allí había uno de los mayordomos limpiando los cristales del coche familiar. Le dije que dijera a los demás que me había ido, que no me encontraba muy bien. Enseguida se despidió de mí y entró a la casa. Comencé a caminar sin tener un rumbo fijo, hasta que llegué a una parada de autobús a la entrada de la ciudad. Llamé a Allen y le comenté mi posición, le rogué que viniera a por mí, y con solo decírselo una vez me hizo caso. Aceptó encantado; en unos 30 minutos ya estaba delante de mí. Me llevó derecho a casa, Lyo me llamó pero yo ya me había quedado durmiendo en el coche y no pude contestarle, Allen lo hizo por mí. Cuando desperté ya estaba en el sofá, Allen me había acomodado. Le expliqué lo que había pasado y él me explicó lo de la llamada. Al rato llamé yo a Lyoner diciéndole que estaba bien y que tan solo había recordado que tenía que hacer unas cosas importantes. No quería volver a ver a su hermana en lo que me quedaba de vida. Tan solo me chantajeaba. Cuando era más joven me gustaba darle juego a las chicas, creándoles falsas ilusiones, pero ahora que ya tenía alguien al que tenía que cuidar y proteger no quería jugar más con nadie. Estaba arrepentido de esa parte de mi vida.