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Idol. por KeikoHikari

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Notas del capitulo:

Bueno, siento el retraso como siempre, esta vez son 7 páginas, no como los demás que suelen tener 2 páginas y media.

Espero que os guste. Espero que no os aburra y que os divirtáis con él, que al fin y al cabo es lo que busco ^^

NO OS OLVIDÉIS DE COMENTAR

 

Sketch 3: La proposición para Yuuto.

 

-         Ryuu, tienes una oferta de alguien que se llama Leo Canellis. Vaya, me suena mucho ese nombre.  – dijo Allen con una carta en las manos.

-         ¿No es ese famoso director de cine? – curioseé yo.

-         Cierto, ya decía yo que me sonaba. Bueno, ¿te leo la carta o quieres leerla tú?

-         Resúmela – pedí.

-         Quiere que formes parte de u nueva película: Wonder love. Dice que es un amor imposible entre Lauren, la protagonista y Micky. Es un amor imposible porque Lauren está muy enamorada de Micky, el cual está prometido y se va a casar en dos meses. Adivina de quién quiere que hagas tú...

-         De Micky, es obvio. Hace mucho tiempo que no salgo en una película. He hechos muchos anuncios, pero una o dos películas. No sé que hacer Allen, ayúdame.  – dije suplicando.

-         Hazlo, acéptalo. No pierdes nada, si te echan te han echado y si te aceptan, pues a hacer el papel. Es algo fácil.

-         Si me echan, será  una mancha en mi expediente tan limpio y reluciente que tengo.

-         Eres un buen actor, Ryuu. No te lo pienses más, llámale.

 

Al final le hice caso y le llamé, acepté el trabajo, después de todo ganaría dinero. Se me daba bien el drama. Tan pronto como llegué al escenario donde se grababa la primera toma, me presentaron a la actriz que hacía de Lauren, Christine, y a mi supuesta prometida en la película, Angela. A primera vista me parecieron dos chicas simpáticas, y a la hora de grabar unas actrices de primera calidad. El director se alegró de verme no creía que fuera a aceptar su invitación, me gustaba hacerme de rogar. La verdad es que, salir de la monotonía de vida que llevaba entre libros, no estaba nada mal.

Las primeras tomas, trataban de mis encuentros a escondidas con Lauren, y a la vez la supuesta vida que llevaba como prometido. Fueron fáciles, por el guión no había problema, mi memoria era buena. La cuestión era mostrar mediante mi cara los sentimientos. Tuve que repetir algunas escenas porque el director quería más sentimiento, pero me fue bien el primer día.

-         ¡Buen trabajo! – exclamó el director.

-         Gracias. – respondí sentándome en una de las sillas. Estaba algo cansado, después de la vida tranquila que llevaba, aquello era como correr 8 kilómetros sin parar. Alguien me agarró por los hombros. Llevaba unas gafas negras y la capucha de su sudadera puesta por encima de la cabeza. Se acercó a mi oído y me mordió la oreja.

-         Feo. – susurró. Ya sabía quién era.

-         Hola pequeño. – dije dándole un beso en la mejilla. - ¿Qué haces aquí?

-         He venido a ver cómo te iba... Allen no me quería decir dónde estabas, no entiendo por qué... He tenido que repetírselo muchas veces, hasta que al final me lo ha dicho, creo que por pesado. – dijo riendo. Entendí la reacción de Allen, sabía que si venía a verme grabar, le sentaría muy mal mis actos con las demás actrices. Por ejemplo, algún beso, miradas que lo dicen todo, caricias, abrazos, etc.

-         Alguna excusa tendrá... ¿Has venido solo?

-         Sí, de incógnito, ¿no ves como voy vestido? ¿A que molan mis gafas de sol? Nadie me ha reconocido y me he tenido que colar cuando los de seguridad no miraban, me ha costado mucho venir a verte, no te quejarás. – explicó.

-         Nunca me quejo de ti. – Quería darle un beso, pero sinceramente que no podía con tanta gente. Así que sin decirle nada lo llevé a mi camerino y cerré la puerta. Le cogí de la cintura con posesión y le besé en la boca. Fue inclinándose poco a poco hacia atrás y la capucha cayó dejando el pelo de Lyoner a la vista. Su cabello era rubio, ¿se lo había tintado? - ¿Te has tintado el pelo, Lyoner?

-         Esto..., sí bueno, ya me ves...

-         ¿Acaso eres estúpido? Tenías un pelo precioso, o por lo menos a mí me gustaba, así, rubio con esos ojos azules que tienes..., no serán lentillas, ¿verdad?

-         ¡Para nada! – exclamó muy seguro. – Estos ojos son míos desde que nací, no los he cambiado.

-         Ahora pareces un inglés... Ya no me gustas tanto... – añadí. - ¿Por qué te has tintado?

-         Nuestro manager dijo que necesitábamos innovar, y para hacer unas fotos para la nueva portada de nuestro disco no se nos ocurrió otra cosa... El pelo de Hiro tiene reflejos en rojo y Suichi se lo ha tintado de color rosa claro, y yo...

-         Lyoner, esos colores son de fantasía, son tintes que al poco tiempo, después de varios lavados se van, pero el color rubio, es permanente, ¿sabes lo que eso significa? No volverás a tener el color de pelo que tenías antes... – En ese momento entró uno de los cámaras, Lyoner rápidamente se puso las gafas y se dio la vuelta.

-         Señor Takashi, le estamos esperando para las próximas tomas. – Se quedó mirando a Lyo, extrañado.

-         Tranquilo es un familiar mío. Ya voy, un momento. – El cámara cerró la puerta. – Nos vemos después.

 

Yo salí a grabar, la chica que me maquillaba me dio unos retoques para volver a salir en pantalla y seguí grabando. La escena que me tocaba, trataba sobre el momento en el que Lauren y yo nos encontrábamos por la noche. Nuestro guión era muy sentimental y doloroso, expresábamos nuestro sufrimiento mediante unos: ‘No podemos estar juntos’ ‘Dentro de poco me casaré y no podremos vernos más’. Al final de la toma, nos desnudábamos, sin llegar a la ropa interior, de eso ya se encargaba el director de cortar la escena. Cada noche que ella y yo nos encontrábamos era para terminar en la cama.

Pensaba que Lyoner se había ido después de hablar con él sobre su pelo en el camerino, pero algunas personas de las que trabajaba allí me informó de que se había quedado a ver la escena y antes de que terminase se había marchado murmurando algo. Quizá se molestó al oír que los ‘te quiero’ que le decía a Lauren no iban para él, pero tenía que comprender que no eran de verdad, estaba en una película donde todo era ficción.

Aquella situación era igual a la que yo sufría cuando iba a algún concierto de Lyoner, sabía que el fan service no iba en serio, pero aun así no podía dejar de sufrir al verle. Quería llamarle cuando terminé aquella toma, pero estaba agotado y necesitaba descansar, tuve que tomarme varios cafés para poder mantenerme despierto mientras conducía hasta mi casa. Al llegar allí, me duché y directamente caí al sofá, sin cenar. A causa de los cafés no podía dormirme, así que le pedí a Allen que me diera conversación hasta que el efecto de los cafés se me pasara. Me contó lo de Lyoner, dándome explicaciones, y como yo predije, no quería decírselo porque sufriría al verme actuar, y más, siendo tan sensible como lo era él. Después de varias horas charlando caí rendido en el sofá.

Sonó el despertador, volvíamos a la rutina. Otra vez a grabar, a maquillarme, a ponerme la ropa indicada, a seguir la líneas de mi texto, algunos descansos y así todo el día. No supe de Lyoner en todo aquel tiempo. Al poco tiempo salió el nuevo disco de Lyoner, como él había dicho, cada uno llevaba el pelo de un color, con el título de ‘Change’, que significaba ‘cambio’ en inglés. Según lo que Lyoner me contaba cada día, las letras de las canciones  contaban hechos que solían pasar a menudo en las personas, enfados, risas, bromas... Aquel disco lo embarcaba todo, y que como todo lo que nos pasa, acababa en una sonrisa. Pasaron las semanas, y si no fuera por las revistas, entrevistas, apariciones en televisión y demás, no sabría cómo se encontraba Lyoner.

Después de unos meses, terminemos la película. Un final dramático para Lauren, mi personaje, Micky, se casaba, pero no con su amante, si no, con su prometida. Lauren destrozada, viviría con esa pena por el resto de sus días. Ya harto de que Lyoner no me respondiera las llamadas, ni me contestara los mensajes, me presenté delante de la puerta de la casa de sus padres, les pedí la dirección del hotel donde estaban hospedados últimamente y me dirigí allí. Al momento me encontraba dispuesto a tocar la puerta de la habitación, cuando de repente se abrió. Suichi y Hiro salían riendo. Suichi llevaba una banda colgada que ponía feliz cumpleaños.

-         Vaya, vaya, mira quien cumple años hoy... – solté.

-         Apártate de mi camino – dijo saliendo con aires de superioridad.

-         Tenemos prisa – interrumpió Hiro.

-         Tened cuidado y que os vaya bien. – gritó Lyo desde dentro.

-         Cierra la puerta, que se mete el bicho que hay fuera. – dijo entre risas Suichi.

-         ¿Hay un bicho fuera? ¿Qué bicho puede haber en un hotel como est...? Yuuto...

-         Sí, así es, yo, ¡estoy harto de que no me respondas las llamadas, que no contestes mis mensajes y de que no me avises de que te marchas mientras estoy grabando! – exclamé. – Mira Lyo, sé que te duele y he pasado por lo mismo, pero tan solo es una película, yo no te hago daño, te lo haces tú creyendo que te engaño... ¿No te he dejado bastante claro que te quiero más que a mi vida después de este año que llevamos juntos? – pregunté abrazándolo. Él me agarró de la camiseta fuertemente. Esos gestos los conocía, significaban arrepentimiento y esfuerzo por no llorar.

-         Quería llamarte, pero con la salida del nuevo disco tenemos entrevistas a todas horas, lo siento...- dijo excusándose. – También quise ir a verte pero mi manager no deja tiempo libre...

-         Entiendo... Ah, ya terminé la película, así que no tienes que preocuparte por eso más, dentro de poco estará en cines... Yo seguiré con mis novelas, me viene bien descansar un poco.

-         Claro...

-         Bueno Lyo, me voy a casa, quiero ver que me hace Allen para cenar... Ya nos veremos... - ¿Qué clase de despedida en una pareja era esa? Ni los casados son tan fríos entre ellos... Siempre tenía que ser yo quien fuera en busca de él, ¿y qué conseguía? ¿Un abrazo?

-         Yuuto... ¡Espera! – Se acercó a mí, me plantó un beso que incluía la lengua y pronunció... – Te quiero.

-         Esto sí que no me lo esperaba. – solté feliz. – Ah, y todo lo que dije de tu pelo era mentira... – Lyo me dio con la mano en la cabeza y se metió algo enfadado en su habitación. – P-Pero no te enfades, si sabes que siempre te lo digo de broma... O-Oye pequeño, no me irás a dejar aquí... ¿Lyoner? ¡Lyoner!

 

Sketch 4: Eric.

 

Allen abrió la puerta, después de que escuchara sonar el timbre. Era la pesada de Sarah. La recordáis, ¿no? Es mi hermana. Solo venía a buscar guerra y a molestar.

-         ¡Buenos días, Allen!

-         Buenos días Sarah. – respondió.

-         ¿Y el idiota de mi hermano? – preguntó Sarah.

-         Esta en la ducha, no creo que tarde mucho en salir... Hace más de 20 minutos que entró.

-         Ya veo... Esperaré...

-         Hola Sarah, ¿quieres algo en especial? Es raro que vengas a mi casa, a no ser, que quieras dinero. – dije bajando las escaleras. Iba secándome el pelo con una toalla.

-         ¡Hermanito! ¿Está tu novio por aquí? – curioseó mirando por todos los lados.

-         No, no está. ¿Qué quieres? – repetí.

-         Vaya... Que mal... Yo quería hablar con él... Oye Yuutini, cariño, angelito sin alas, ¿puedo bañarme en tu piscina?

-         Después de piropearme tanto, ¿era eso lo que querías? De verdad que me sorprendes... Pero, ¿te has traído el bikini o algo?

-         Es que... No vengo sola...

-         ¿Alguno de tus ligues? – Ella agachó la cabeza con el rostro algo sonrojado. – Está bien, está bien, adelante, os podéis bañar, ¡pero no molestéis! Tengo trabajo.

-         ¡Gracias, gracias, gracias! Te quiero hermanito, eres el mejor. – dijo besándome la mejilla. – Llamó a su amigo, un chico muy fornido y con tatuajes en los brazos. Me agradeció al dejarlo entrar a mi piscina.

-         ¿Estás seguro de que quieres hacer esto? – me preguntó Allen cuando ya se habían ido al jardín.

-         No me fío nada de ese tío pero, ¿qué iba a hacer si no? Si le negaba a mi hermana la entrada, se enfadaría y le contaría a mi madre cualquier cosa para que me odien todos en casa. No creo que suceda nada.

 

Me equivoqué. Comenzaron a besuquearse y a toquetearse. ¿Y ahora qué podía hacer yo? ¿Llamarle la atención? No estaban haciendo nada malo para mí. Pero podía pasar cualquier cosa y las culpas recaerían sobre mí.

Al final no pasó nada, pero luego se querían quedar a dormir. Esta vez sí que me negué, Lyo iba a venir a dormir. No quería a nadie más en mi casa que no fueran Allen, Lyo y yo. Pero Allen se marchó porque tenía que hacer algunas cosas fuera y me dejó solo con la pareja. Luego no se querían marchar y a mí me empezaba a cabrear. Pronto recibí una llamada, era Eric, mi mejor amigo, aquel que me arrastró hasta el concierto de Rock Star. Gracias a él conocí a Lyoner, llevaba bastante tiempo sin verlo, creo que la última vez fue cuando me llevó al concierto.

-         ¿Yuuto? ¡Soy Eric! ¿Qué tal, tío? – preguntó.

-         ¡Eric, cuanto tiempo sin verte! ¿Qué es de tu vida? ¿Qué has estado haciendo todo este tiempo? – Madre mía, que alegría, él me iba a alegrar la tarde.

-         He estado algo ocupado con el trabajo. Oye, sigues viviendo en la misma casa desde la universidad, ¿no?

-         Claro, ¡pásate por aquí y te invito a tomarte algo! – Al segundo tocó el timbre. - ¿¡Si estabas aquí porque no me has tocado el timbre simplemente!?

-         No tenía ganas... ¡Yuuto, cariño, cuanto tiempo! – exclamó abrazándome.

-         O-Oye Eric, te dije que no me llames así.

-         Tu casa sigue siendo la misma, excepto esta estantería, ahora está llena de libros, la última vez que vine tan solo tenías fotos. Veo que tu ‘hobby’ como escritor continúa. – recordó.

-         Ven Eric, quiero que veas a unas personas. – Lo llevé al jardín donde estaban mi hermana y su amigo. Eric y Sarah habían estado saliendo en secundaria, ahora se odian a más no poder.

-         S-Sarah...

-         ¡Tú! ¿¡Qué estás haciendo aquí!? ¡Vete! – gritó enfadada. Ella seguía reprochándole que le hubiera dejado en el pasado.

-         Hermanita, esta es mi casa, así que, él se queda. – informé con una risa pícara.

-         Esta te la guardo, hermano. Vámonos, Ricky. – Salió del jardín con su amigo y se fueron de mi casa.

-         Gracias a Dios, digo, a ti Eric. No conseguía que mi hermana se fuera. Me has sido de ayuda. – Él rió, estuvimos conversando y cuando me levanté dispuesto a coger algo para comer se abalanzó sobre mí y caímos al suelo.

-         ¿Te acuerdas de nuestras peleas, Yuuto? Todavía sigo siendo el ganador. – dijo sentándose encima de mí.

-         E-Eric, q-que ya no tenemos 16 años... A-Ahora tengo el triple de fuerza. – alerté quitándomelo de encima y cogiéndole las manos.

-         Buena llave, pero siempre haces lo mismo. – Dio la vuelta, se soltó las manos y me volvió a tirar al suelo. Estuvimos rodando por el suelo hasta que Lyoner entró. Abrió la puerta con la misma llave que el día de su concierto perdí y que él encontró y seguía conservando. Iba con la capucha de la sudadera puesta y sus gafas negras tapando sus penetrantes ojos.

-         ¿¡Eh!? ¿Qué clase de manager eres tú? ¡Te he dicho que yo no quiero 10.000 copias de Change, triplícalas, consíguelo por tu bien! – No se había dado cuenta de nosotros. Estaba discutiendo con alguien a través del móvil, parecía enfadado. - ¡Venga ya! Dile a Hiro que se vaya contigo, él sabe como cambiar las cosas. ¡Yo no puedo ir ahora! Espero que vengas con buenas noticias, me niego a sacar tan solo 10.000 copias. ¡Adiós, voy a colgar! – Cuando colgó y se dio la vuelta, nos vio en el suelo, Eric encima de mí, yo, abajo.

-         ¿Quién es este? – preguntó Eric.

-         P-Pues no te lo vas a creer... – Lyo se quitó la capucha y las gafas. La cara de Eric mostraba incredulidad y alegría a la vez.

-         ¿Cómo que quién es ‘ese’? ¿Y tú quien eres? ¿Qué haces encima de él? ¡¡Yuuto!! – gritó cabreado.

-         E-Esto... Lyoner... N-No te enfades... N-No es lo que parece. – intenté explicar las cosas, pero Lyoner en ese momento me pareció el mismo diablo.

-         ¿¡Lyoner!? ¿¡Lyoner Moon, de Rock Star!? ¡Estás de broma Yuuto! ¿En serio eres él? Oh Dios, eres mi ídolo, me encanta tu música, tu voz, tu nuevo peinado. ¡Ya me he comprado tu nuevo disco! – exclamó. Eric parecía un fan alterado a punto de desmayarse.

-         Vaya, un fan; ¡muchas gracias por seguir escuchándonos! – pronunció Lyo, con una sonrisa que presidía su cara. Había pasado de un estado enfadado, a felicidad en cuestión de segundos.

-         P-Pero, ¿qué hace una estrella como tú, en una casa de un fracasado como él? – curioseó Eric.

-         P-Pues...

-         ¡Viene por negocios! – interrumpí. – Q-Quiere que le venda, el..., el..., ¡el sofá!

-         A-Así es, ¡es muy suave y m-me gusta mucho! – afirmó Lyoner.

-         Ya entiendo, aunque es algo..., raro... Bueno, ¡quiero un autógrafo! ¿Dónde tienes un bolígrafo, Yuuto? No puedo creer que mi ídolo esté en frente de mí. – siguió diciendo.

-         Arriba, en mi despacho, busca en el cajón del armario, allí seguro que hay alguno. – Él obedeció y subió corriendo las escaleras. Yo aproveché para agarrar a Lyo por la cintura.

-         Dame un beso. – pedí. Él enrojecido negó con la cabeza.

-         N-No quiero... S-Suéltame, ese chico está aquí...

-         Ese chico se llama Eric, él fue quien me arrastró hasta tu concierto aquel 15 de mayo. Ha venido a hacerme una visita, trátalo bien, por favor. Es muy fan tuyo desde hace muchos años. – conté.

-         Está bien. No te preocupes.

-         Bésame. – repetí. Lyo seguía negándomelo, se estaba haciendo el duro.

No se iba a salir con la suya. Escuché los pasos de Eric en la escalera, le dí una palmada en el trasero a Lyo, abrió la boca por sorpresa y me lancé a ella. Enseguida me senté en el sofá como si no hubiera pasado nada mientras me reía de la cara que tenía en aquel momento. Lyo le firmó en el brazo a Eric por falta de una imagen y todo acabó así.

Después de ese día, Eric venía más a menudo a mi casa. Pero Lyoner regresaba por las noches, así que para cuando Eric apareciera, él no estaría por allí. Empezaba a tener miedo de que ambos se cogieran cariño. Allen me aconsejó que me comportara normal, pero para mí era difícil. Intenté decirle a Eric que Lyoner tenía novia, pero no me creyó. Sus constantes visitas me quitaban tiempo de ver a Lyo, si él estaba en mi casa, no se me pasaba por la cabeza  ni llamarle. Sí, me estaba volviendo muy celoso y eso no era nada bueno. Ya no sabía que hacer hasta que se me ocurrió hablar con él directamente.

-         Oye Eric, quiero decirte una cosa... – empecé a decir.

-         ¿Eh? ¿Qué me quieres decir? – preguntó.

-         Me alegro mucho de que vengas a verme, incluso que te quedes en mi casa, después de tanto tiempo sin vernos. Pero hacer lo mismo todos los días acaba cansando.

-         ¡Pero si yo no estoy cansado, no te preocupes! – exclamó alegre.

-         No lo digo por ti, si no por mí. Eric, Lyoner no vive aquí, así que no puedes estar esperándolo por horas. Ya lo viste, te dio un autógrafo, fue simpático contigo, no consigue eso cualquier fan. – añadí.

-         Tienes razón. Lo siento Yuuto. No me di cuenta de lo que estoy haciendo, será mejor que me vaya. – Y sin decir nada más se fue. Me sentí mal de haber sido tan directo.

-         ¿Qué te pasa, Ryuu? – preguntó Allen que bajaba las escaleras. - ¿Dónde está Eric?

-         Te he dicho que no me llames así... Lo que pasa es que soy un idiota Allen. He tratado muy fríamente a Eric, y ahora me siento mal.

-         Porque has actuado tal y como te ha salido sin pensar en las consecuencias, pero bueno, no pasa nada, él también tenía que entenderlo. No te preocupes, estará bien. – dijo intentando consolarme revolviéndome el pelo.

-         Hacía tiempo que no me tocabas el pelo. – recordé.

-         Ahora lo hace otro por mí. – Dijo sonriendo.

-         Pero nadie lo hace como tú. Tus manos son más grandes. Siempre me tocabas el pelo cuando estaba nervioso o depresivo, me tranquilizabas. – Allen rió. Al final las cosas no salieron tan mal, Eric vino a disculparse  y yo pude pasar más tiempo con mi pequeño.

Notas finales:

El REVIEW, que es lo que me inspira y que cada vez tengo menos TT.TT ONEGAI.

(Kate-chan, te pasó algo?  Jajajajaja Se te hecha de menos!) 

Un beso :D


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