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Idol. por KeikoHikari

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Notas del capitulo:

Disculpad el amplio retraso u.U'

Allen ya me había avisado que tenía unas reuniones con los diferentes jefes de la editorial, por unos problemas sobre las distribuciones de mi última novela. No pensé en los conciertos de Lyoner, tan solo estaba pendiente de mis reuniones. Yo dedicaba mis días a las convenciones y visitas, Lyoner a sus múltiples ensayos, el manager del grupo quería que los conciertos fueran perfectos.

Lyoner insistió en que fuera el viernes, pero aun así, llegó el día y yo no lo recordé. Cerca de las diez de la noche, iba con la idea de poder probar mi deseada cama después de un día agotador, cuando Allen me avisó. Rápidamente me vestí y salí de mi casa. Al llegar allí, entré enseguida con una entrada que me regaló Lyoner. Llegué con tiempo de sobra, la sorpresa no iba a empezar sin mí. A los 15 minutos de estar allí, Rock Star dejó de cantar canciones, Lyoner se puso serio, las luces del escenario se volvieron más oscuras y yo empecé a sentirme tenso.

-         Ahora, quiero dedicar este espacio a una persona. Hoy, 16 de noviembre, día en el que celebro este grandioso concierto, al cual habéis asistido y estoy realmente contento de ver a tanta gente congregada para un mismo propósito; fans, os quiero. – expresó Lyoner. Todo el público enloqueció. – Pues hoy, a parte de agradeceros el hecho de haber venido, quiero decir que hoy  cumple años una persona muy especial para mí. Esta persona cumple, nada más y nada menos que 30 añazos. Seguro que lo conocéis, es famoso, mujeriego, ojos verdes... ¡Yuuto Takashi! – En el momento que escuché mi nombre, senté la cabeza. Tal y como había dicho, era mi cumpleaños y ni yo mismo me había acordado. Salí al escenario, todas las fans gritaban y silbaban como locas, Hiro y Suichi me miraban con asco desde el final. Al verle de cerca, sentí la necesidad de abrazarlo, de sentir su cuerpo contra el mío, y únicamente pude abrazarle. Estaba realmente feliz, no podía dejar de sonreír. Él se había acordado de mi cumpleaños. Pronto me trajeron una gran tarta rodeada de bengalas.

-         Yo me siento muy orgulloso de tener a un, amigo, tan grande como tú. Para ser honesto, no me esperaba nada de esto, y sonará raro viniendo de un escritor como yo, pero ni siquiera recordaba mi cumpleaños. Me encantaría compartir esta tarta con todos y todas, pero me parece que no hay suficiente para todas las personas que hay aquí. Bueno, no sé que más decir, todavía estoy en estado de shock por la sorpresa. – dije riendo. – Muchísimas gracias Lyoner, y gracias a todos los que estáis hoy aquí, disfrutando de este concierto.

-         ¡No seas tan formal! – exclamó contento. – Vamos, mira esto. – Me dio la vuelta, la gran pantalla a nuestras espaldas, se iluminó. El público junto a la voz de Lyoner comenzaron a cantar el ‘Cumpleaños Feliz’ y en la pantalla empezó a salir fotos en las que salíamos él y yo. Ninguna era comprometida ni en la cual se podría sobreentender nada de lo nuestro, así que no había problema en sacarlas a la luz.

-         Es increíble... – murmuré.

-         Feliz cumpleaños. – concluyó Lyoner. – Esta era la sorpresa que te tenía preparada, me alegro que hayas podido venir.

-         Pues claro que iba a venir, pequeño. – dije abrazándole. Las fans comenzaron a gritar alteradas al ver que me abrazaba, todo formaba parte del ‘fanservice’, pronto las fans comenzaron a clamar: ¡Que se besen, que se besen!

 

Pero lamentándolo mucho, tuve que despedirme y salir del escenario. Antes de irme, disimuladamente, cuando los focos no nos apuntaban, aproveché para propinarle un dulce beso en su tierna mejilla. Al poco tiempo de marcharme, el concierto terminó, la gente comenzaba a irse y el lugar se desalojaba poco a poco. Le dije a Lyo que descansara, que debía de estar cansado y le volví a agradecer la sorpresa.

-         P-Pero quiero comer esta tarta contigo. – dijo admirando el pastel.

-         ¿Estás seguro? ¿No estás cansado? No te esfuerces, ¿me has oído? Si no, nos lo comemos mañana, a mi no me importa.

-         ¡No, no! El pastel tenemos que comérnoslo ahora, ¡vámonos! ¡Chicos, buen trabajo, nos vemos mañana! – exclamó Lyoner. Me cogió de la mano y me sacó fuera. – Estoy tan entusiasmado.

-         ¿Entusiasmado?

-         Sí, es tu primer cumpleaños que celebramos juntos, y cada vez que voy a tu casa...

-         Te hago el amor – concluí riendo. – Te has vuelto todo un pervertido Lyoner...

-         No digas esas cosas. – dijo con el rostro enrojecido y mirando al suelo.

-         Pero sigues siendo mi niño pequeño. – Le di un beso en la cabeza, y él saltó a mis labios después de admirarlos con deseo.

 

Al llegar a casa, las luces estaban apagadas. ¿Se había marchado Allen y no me había informado de ello? Abría la puerta, entremos, dejé el pastel encima de la mesa. Encendí las luces y descubrí que había una bolsa oscura encima de la mesa. Me acerqué a ella, Lyo me siguió, en ella había una pequeña caja y dentro de la caja, un reloj de oro. Era el reloj que había estado mirando últimamente, iba a comprármelo pero alguien se me adelantó. Al momento, escuché unos pasos que provenían de la cocina. La luz le iluminó, era Allen.

-         Feliz cumpleaños, Yuuto. – dijo mientras se acercaba a mí. – Espero que te guste mi regalo, sé que has estado mirando este reloj desde hace unas semanas, y decidí comprártelo.

-         A-Allen... Has sido tú... Muchas gracias. No tenías que haberte molestado. – expresé abrazándole.

-         Es lo mínimo que podía hacer. – Mis padres aparecieron por el mismo camino por el que Allen lo había hecho, una joven castaña los acompañaba

-         ¡Feliz cumpleaños, hijo! – exclamaron a la vez.

-         ¡Papá! ¡Mamá! Cuanto tiempo sin veros... – respondí lanzándome a sus brazos.

-         No has cambiado nada. – soltó mi padre.

-         Estás hecho todo un hombre. – continuó mi madre. – Vaya, ¿es un amigo tuyo?

-         Así es, se llama Lyoner es...

-         ¡Ah, ya sé! Este chico es de ese grupo de jóvenes tan popular de ahora... – interrumpió mi padre.

-         Encantado, soy un amigo de Yuuto.  – dijo Lyoner tendiéndole la mano.

-         Que educado. – intervino mi madre.

-         Bueno, ¿qué hacéis aquí? No digo que no me guste vuestra visita, en absoluto, tan solo que se me hace raro veros en mi casa...

-         Te hemos traído un regalo por tus 30 años, creemos que ya es la hora...

-         ¿De qué estás hablando, papá? – La joven se plantó delante de mí.

-         Ella es Roxy, hace poco cumplió los 25, ella es tu prometida. – soltó mi madre.

-         Encanta-. U-Un momento, ¿has dicho prometida? ¿Cómo que prometida? ¿Qué clase de broma es esta?

-         No es ninguna broma. – dijo mi padre con tono serio. – Yuuto, tienes 30 años, no tienes novia, ni tienes pensamiento de casarte. Yo y tu madre necesitamos nietos.

-         Esto no puede ir en serio... Mamá...

-         Hijo, compréndelo. Estás en una edad en la que no puedes cometer más errores, y tu padre y yo estamos seguros de que Roxy es la mujer indicada para ti.

-         ¿¡Cómo voy a casarme con esta chica si no la conozco de nada!?

-         Yuuto... Creo que me voy a ir... – interrumpió Lyoner. Corrió hacia la puerta y se fue, no me dio tiempo a detenerle.

-         ¡Lyoner!

-         Hijo deja a ese chico, ahora estamos hablando de Roxy. Ya sabemos que no la conoces de nada, por eso mismo ella se quedará a vivir aquí, en tu casa, así estaréis más tiempo juntos. Mañana por la mañana llegará el equipaje de Roxy. Buenas noches y que descanses cumpleañero. – concluyó mi padre que salía por la puerta.

-         ¡Me niego! – exclamé enfurecido.

-         Lo siento cariño, es lo mejor para ti. – dijo mi madre mientras besaba mi frente. – Que duermas bien, cumpleañero, te quiero. – La joven se quedó de pié con la mirada fija en el suelo, no dijo ni una palabra ni Allen tampoco.

-         Ve a buscar a Lyoner, estará destrozado por la noticia, yo acomodaré a Roxy.

-         Gracias Allen, te debo una muy grande. – Recorrí las calles vecinas junto a la fría brisa de la madrugada y el silencio infinito. Y lo encontré, sentado cabizbajo, en un banco de un parque cercano a su hotel.

Notas finales:

Cuando Idol llegue a las 15.000 visitas (que no falta mucho)

Queréis que haga otro especial o qué?

Espero los reviews!

Si no respondéis no haré nada...


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