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Idol. por KeikoHikari

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Notas del capitulo:

Lo siento mucho por el retraso, he estado liada con unas cosillas, pero aquí está el sexto capítulo.

También le comenté que yo tenía que ir a recoger un premio, obviamente, al mejor novelista. Habían adelantado la fecha debido a que en las semanas siguientes tenían que ir preparando una fiesta para el jefe, por su cumpleaños. Vi el verdadero pensamiento de Lyoner en sus ojos, pero él respondió lo contrario, lo que me molestó mucho.

-         ¿Y qué me quieres decir a mí con eso? Es tu premio, y si estás esperando a que te felicite, ya puedes coger una silla, sentarte y esperar.

-         Mírame a los ojos y vuelve a decir lo que has dicho – contesté molesto. Él me miró a los ojos, se ruborizó enseguida y agachó la cabeza.

-         ¿Q-Qué pasa? ¿Estás sordo? Y-Yo ya he dicho lo que tenía que decir, si no lo has entendido, es tu problema – dijo fríamente.

-         Me molesta... Y si es así como vas a tratarme es mejor que no nos veamos más, ¡estoy harto! Te trato bien, aunque a veces te pongo a prueba, eso es cierto, te dejo quedarte en mi casa, te presto mi cocina, te cuento mis cosas, te he regalado mi collar, que aun encima lo llevas colgado en el cuello, y lo más importante, no te evito. Cada vez que te miro a los ojos, miras al suelo e ignoras mis palabras, no creo que podamos llegar a ser amigos – Me levanté de la mesa, dejé el dinero de la cena, y me dirigí hacia la salida, pero Lyo comenzó a hablar.

-         Cuando estoy contigo, me siento raro, no soy yo. No me gusta cuando estás con Allen, o con alguien más. N-No puedo decirte nada más, llévame al hotel – rogó con la cabeza agachada.

-         Está bien, vámonos – lo cogí del brazo, nos montamos en mi coche y nos fuimos.

 

 En el camino le dije que cogiera un sobre que había en la guantera, le dije que no lo abriera hasta que yo me fuera. En aquel sobre había una canción, exactamente la letra con algunos compases. Había sacado tiempo, molestándome en acabarla para ese día, que no creía que acabaría como acabó. Al llegar a su hotel, se bajó y lo último que le dije fue que esperara que le gustase, porque era lo último que vería mío. Después de recoger el premio, él se iba de gira y dudaba que nos fuéramos a ver más... Cerró la puerta y se fue, fuera estaban Hiro y Suichi, quienes recibieron con un caluroso abrazo a  Lyoner. Cuando iba a bajar el coche de la acera Suichi y Hiro me echaron una mirada asesina, yo les regalé una de mis sonrisas pícaras, me puse mis gafas de cristales oscuros y me fui. Sin darme cuenta un día más había pasado, y yo seguía con las mismas, sin terminar mi Boy’s Love. Estaba tan cansado que me dediqué a apuntar las ideas principales en un folio para que no se me olvidaran al día siguiente, que me tocaría pasarlas al ordenador e ir avanzando.

A la mañana siguiente, después de desayunar, me puse a escribir, lo pasé todo a narrativa, era obvio que lo que estaba narrando era mi vida, desde un personaje que hacía de mí en la historia. No le había comentado nada a Lyoner, aunque él hiciera de ‘mi pareja’ en el Boy’s Love. No le quise dar importancia a la pequeña novela, tan solo quería acabarla y olvidarme del tema, tampoco me quería dedicar a escribir novelas de ese tipo, porque como podéis ver no tengo ni idea de cómo hacer que fluya el amor entre dos hombress, lo único que hacía es imaginar a Lyo como si fuera una chica, y así intentar enamorarle a mi manera, y aunque parezca mentira, estaba dando sus frutos.

-         ¿Cómo vas con el Boy’s Love, Ryu? – preguntó interesado Allen.

-         Pues la verdad, bastante bien, pero no sé Allen, le falta algo... Estoy escribiendo tal cual pasa en la realidad; pero entre Lyo y yo no hay amor, entonces me bloqueo y no sé continuar – dije recostándome en el sofá.

-         Estás equivocado, tanto tú como Lyoner, os sonrojáis cuando os miráis, bueno a ti se te nota menos, pero aún así te lo noto. Te aconsejaría que a partir de aquí te inventaras todo lo que te queda de la historia, porque si sigues utilizando a Lyoner, vas a acabar enamorándote de verdad, y yo no quiero eso para mi escritor, ¿comprendes? Solo sería una pérdida de tiempo estar con un hombre... – aconsejó Allen. Yo ya lo tenía claro, tendría que cortar cualquier tipo de comunicación con Lyo una vez terminado la novela, pero por otra parte,  no quería pensarlo, él ya había entrado a mi vida de alguna forma, y no quería que se fuera.

-         L-Lo sé – tartamudeé cerrando los ojos. – Cuando termine este encargo dejaré de hacer tonterías con Lyo, lo dejaré de lado y me pondré con el trabajo atrasado.

-         Recuerda, esto tiene que estar listo como mucho en ocho días, tenlo presente...

-         Sí, sí, no te preocupes. Aún así no quiero hacerlo, no quiero dejarlo de lado, tampoco quiero hacerle daño a Lyo, no se lo merece, si es como tú dices, se ha enamorado de mí...  y yo... – dije entristecido.

-         No quieres hacerle daño, lo sé, pero en parte, tienes que hacerlo. Obviamente pasará un tiempo hasta que se olvide de ti, si es que está enamorado, pero tú ya pasaste por eso con tu antigua novia. La dejaste porque te diste cuenta que solo quería tu dinero, y tú estabas muy enamorada de ella. Pero aun así lo conseguiste, la olvidaste, y podrá superarlo como tú lo hiciste con fuerza de voluntad, que sé que la tiene – explicó Allen.

-         Así es, pero tardé mis años, ya dije que no quería saber nada del amor, y tardé cinco años en ponerme a escribir dramas románticos, y después de ocho años ya puedo hablar perfectamente del amor sin llorar, y yo no quiero que él pase por lo mismo, jamás lo querría. Es un buen chico, ¿comprendes, verdad?

-         Estás intentando decirme que...

-         ¡Yuuto! ¿Cómo estás, hermanito? – entró como las locas mi hermana, sin dejar acabar a Allen.

-         Buenos días, ricura – pronunció Allen.

-         ¿Qué haces aquí Sarah? Si estás buscando al culpable de la mancha en tu cuello no está aquí precisamente ahora, y por si no has caído, sí, estoy hablando de Lyoner – sugerí.

-         Ah, ese, ya sé que no está aquí, lo he visto salir corriendo de aquí, que por cierto, ¿qué le has hecho? Parecía muy enfadado, estaba llorando y su rostro enrojecido – explicó mirándome atenta.

-         ¡¿Qué has dicho?! ¿Ha salido corriendo de aquí? No puede ser, aquí no ha estado, es imposible... Un momento, podría haber estado espiándonos, y no habernos dado cuenta, y si nos ha escuchado... ¡Oh no, tengo que irme! No me esperéis – grité cerrando la puerta.

 

Fui corriendo hasta el hotel, durante el camino pensé que ahora me odiaría más que nunca, pero tenía que explicárselo, tenía que decirle que todo era mentira, no quería separarme de él, me gustaba cuando me insultaba sin tener razón, cuando me corregía a su antojo, cuando decía lo contrario de lo que realmente quería. Tan solo pensar que no podría verlo más o que no querría verme, se me hizo un nudo en la garganta, solo pensaba <corre, corre todo lo que puedas, no te vayas Lyo, tengo que decirte la verdad, tan solo espérame>. Llegué al hotel, y yo no sabía el número de la habitación, me empezaba a hervir la sangre, así que decidí empezar a buscar en las suites, pensé que estarían en una de ellas. En la quinta suite que busqué, los encontré, me abrió Suichi, no parecía nada contento cuando me vio, es más, no me dejaba entrar.

-         Hola, perdona Suichi, ¿está Lyoner? Necesito hablar con él, es urgente – pregunté intentando que me dejara paso.

-         No, no está, vete – respondió firmemente.

-         Vamos, déjame hablar con él, tengo que aclararle una cosa.

-         No dejaré que le vuelvas a ver, estúpido escritor. Aléjate de él, ya le avisé que no eras de fiar, no quiero que te acerques a él nunca más. No sé si lo sabes pero Lyo está cayendo en depresión por tu culpa, y mañana tenemos un concierto en la ciudad, y ¿cómo crees que va a cantar? ¡Vete a fastidiar a otro! – exclamó cerrando la puerta en mi cara, estuvo a punto a darme.

-         ¿Depresión? Vamos, ¡déjame hablar con él, antes de que sea más tarde! ¡Suichi, es importante! ¡Ábreme! – exclamé golpeando con ambas manos aquella puerta que me impedía el paso. En aquel momento maldije a los inventores de las puertas y pestillos.

 

No me di por vencido fácilmente, sabía  que el recepcionista no me iba a dar una copia de la tarjeta de la habitación de Lyoner, era totalmente un desconocido en el grupo, yo no tenía nada que ver con Rock Star, y estaba claro que no me la iba a dar por  mucho que suplicara. Seguí traqueando, hasta que una chica de la suite de en frente me reconoció y me pidió un autógrafo, y yo no estaba en condiciones de firmar nada, así que me disculpé y me fui de allí antes de que alguien más me pudiera reconocer. Llegué a casa, y busqué en Internet la página oficial de Rock Star, estaba seguro que pondría la próxima ciudad en la que tenían el concierto, y después de buscar durante una media hora, la encontré, estaba a 120 kilómetros de mi casa. Conté lo sucedido a Allen, y le dije que iba a hacer lo posible por encontrarme y hablar con Lyo, al principio no le gustó nada lo que le estaba diciendo, hasta que pronuncié las palabras: ‘Creo que me he enamorado sin querer’. Sin esperar su respuesta o reacción cogí mi coche y me dirigí hacia Ávila, donde se celebraría el concierto, llegué cerca de la hora del concierto, me duché, y me fui a buscar el descampado donde se celebraba, llevaba una ropa muy diferente a la que solía llevar, me puse unas gafas con cristales oscuros para que la gente no me reconociera a primera vista. Conseguí mi entrada, había muchísima gente, fue un milagro que no tuviera claustrofobia porque si no ya habría muerto. Me adentré entre la gente buscando un lugar en el que poder ver mejor el escenario. 

Notas finales:

Me ayudan muchísimos vuestros reviews, porque me ayuda a ver vuestro punto de vista de esta historia, así que os agradecería que dejárais un review. ^^


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