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Idol. por KeikoHikari

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Notas del capitulo:

Aquí traigo el séptimo capítulo. Este lo voy a publicar en dos partes y esta es la primera. Espero que guste ^^

No me reconoció nadie, así que pude conseguir un buen sitio en el que poder ver bien a Lyo, ya que el micrófono estaba en el centro del escenario, detrás la batería y a la izquierda la guitarra de Hiro, que la reconocí porque llevaba una pegatina dorada en forma de estrella, y a la derecha un bajo, no sé qué pintaba ese bajo porque en el grupo solo habían tres personas, pero no tenía tiempo para ponerme a pensar en eso, tenía que esperar a que Lyo saliese al escenario.

Después de los teloneros que duraron aproximadamente media hora, que se me hizo eterna, apareció Suichi con una entrada triunfal, y empezó a hablar, nos agradeció el haber estado allí y presentó la actuación. Después Hiro brotó de la parte oscura del escenario, el cual hizo lo mismo, pero no vi aparecer a Lyoner por ningún lado, y me estaba empezando a estresar.

Ellos comenzaron a tocar, la base de la canción me sonaba mucho, quizá la habría escuchado tocar a Lyoner cuando estaba en mi casa algún día. Las chicas ardían en adrenalina, gritaban como si no hubiera mañana, algunas hasta lloraban de la alegría. Otras en cambio, chillaban el nombre de todos, sobretodo el de Lyoner, yo de vez en cuando, para no llamar la atención mucho, aplaudía y silbaba, como hacían los de mi alrededor.

En cuestión de segundos se apagaron todas las luces del escenario, en la enorme pantalla, que estaba situada arriba de la batería, donde mostraba lo que la cámara grababa, salió el logotipo del grupo. Y, de repente, esa pantalla se abrió por la mitad, de ese hueco que iba dejando aparecía humo, el cual se esparcía por todo el escenario. Las chicas enloquecían y gritaban cada vez más el nombre de Lyoner. Al momento sonó una voz tranquila y dulce, cantaba como los ángeles, y en ese momento pensé que Lyoner, se había convertido en un ídolo. De un salto desde aquella pantalla que se había partido por la mitad para darle paso, apareció. Fue un salto espectacular, lucía unas ropas preciosas; una chaqueta azul marino remangada con una estrella en la espalda en la que ponía Rock, parecida a los trajes del ejército de la marina con la decoración dorada típica en esos hombros; una camiseta de color azul oscuro; un pañuelo fino dorado atado a un lado de la cadera que hacía la función de cinturón; los pantalones lisos del mismo color de la chaqueta; en la mano izquierda llevaba una pulsera con pinchos, común en los roqueros; en la mano derecha un guante que no le tapaba los dedos de color azul marino con detalles en dorado; mi collar, por supuesto lo llevaba puesto, lo avisté enseguida debido a que sobresalía por encima de su cuello. Iba tremendamente elegante, tenía que felicitar ese gran trabajo a sus estilistas. Hiro y Suichi, iban igual que Lyo, pero él se lució más que ninguno, iban vestidos así porque estaban presentando su nueva canción ‘Intensa mar’, una canción lenta entonada por Lyoner.

No me vio en ningún momento, Lyo se mostraba feliz y entusiasmado, yendo hacia todos los lados del escenario, dando su mano al público, las chicas se pegaban entre ellas por tocarle, regalando guiños cada segundo.

Por una parte, me alegré de que estuviera bien, noté un descanso en mi interior, pero al mirarle a los ojos veía lo contrario. Yo, que estaba acostumbrado a mirarle, sabía cómo eran sus ojos y podía ver sus emociones a través de ellos. Todo cambió cuando sonó mi canción, la canción que había escrito para él, la cantó, no cabía en mí del gozo, estaba muy asombrado. Me quité las gafas a mitad de la canción para poder verle mejor, sonreía al ver que le había gustado, pero justo cuando me quité las gafas, me vio, se percató de mi estancia allí, nos estábamos mirando fijamente, se quedó parado, dejó de cantar, Hiro y Suichi seguían tocando, al tener una base rítmica no podían dejar de tocar, aunque Lyoner tenía partes lentas, la canción era enérgica.

En el momento que dejó de cantar, deseé no haber estado allí, había echado a perder mi trabajo en la canción, iba tan bien hasta que me vio. Yo no sabía qué hacer en aquel momento. Sonreí de alegría al ver que no apartaba la mirada de mí. De repente por sus mejillas corrieron dos lágrimas, así es, estaba comenzando a llorar, con tan solo mirarme, entendí que mis palabras le habían hecho daño. Ya no hacía nada allí, Hiro se le acercó intentando averiguar lo que le pasaba y también se percató de mi, yo me puse las gafas y me fui, Hiro llamó a los guardias para que me echaran de allí, pero para cuando ellos comenzaran a buscarme yo ya no estaría allí.

Aunque hubiera arruinado ese momento de la actuación, estaba contento porque noté que me necesitaba, le daba igual que le hubiera hecho daño con aquellas estúpidas palabras, no apartó la mirada de mí mientras estuve allí. No sé lo que pasó después de aquel desastroso instante, pero supongo que Lyoner se retiraría del escenario. Yo regresé a casa al día siguiente, se lo expliqué todo a Allen con pelos y señales, no se me escapó ni escondí nada. Él ya se lo venía venir, así que no se impresionó, porque se lo esperaba, me conocía.

Intentando olvidarme de todo aquello, volví al trabajo y terminé mi Boy’s Love antes de tiempo. Con el estrés de lo sucedido, de pensar en lo mal que  había hecho sentir a Lyoner aquel día, dejé de comer, de hacer ejercicio, de salir a la calle, de cuidarme, me estaba convirtiendo en un muerto andante.

Me pasaba las tarde tumbado en la cama, sin saber qué hacer, pensando en él, estaba claro me había enamorado de una forma muy rara, pero lo acepté, y antes de que me diera cuenta, estaba sumido en una depresión. Ni las visitas de mi hermana me hacía reaccionar, ni las comidas tan deliciosas de Allen me abrían el apetito. Mi habitación pasó a ser mi escondite durante más de de dos semanas.

Al final, caí muy enfermo, con casi 41 de fiebre, Allen me llevó al hospital, me ingresaron en cuanto entré, mi ingreso allí salió en el periódico al día siguiente, mis fans, amigos y familiares me mandaban cartas, flores, fruta, a todas horas, Allen me leía las cartas, me daba a oler las flores y me enseñaba los cestos de fruta. Mi vista se hacía cada vez más nublada, me mareaba muy a menudo, mi boca no articulaba palabras, no sonreía, mis músculos no respondían, mis huesos no se movían, así estuve dos días, hasta que al tercero entré en coma. Mi cabeza se saturó. Quería hacer tantas cosas pero a la vez me sentía tan inútil que al final ni mi cuerpo resistió.

La prensa, los informativos, la radio, era la noticia, todo el mundo se centró en mi, ya no importaban los asesinatos y robos, frente a mi estado, ya daba igual si el paro subía o bajaba, era la portada en todos los medios de comunicación. Había personas que ya me daban por muerto, días negros, en los que yo no podía hacer nada.

Todo el mundo quería verme, o tocarme, creían que moriría, pero no, mi cuerpo aún estaba caliente, mi corazón todavía bombeaba sangre y mis pulmones se llenaban de aire, no estaba muerto.

Estuve un mes en coma, con cables metidos por todo mi cuerpo, agujas clavadas en mis venas, aparatos que mostraban cada latido de mi corazón.

Notas finales:

¿Un comentario? Jajajaja


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