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Proximity por Bombagrash

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Notas del capitulo:

Vamos a leer (?)

GO GO GO .

Quería golpearlo.

Pero impulsivamente, lo primero que hice fue abrazarlo mientras dejaba que mi cuerpo se apegaba con fuerza entre su pecho y sus piernas. Él permanecía sentado en la camilla de la enfermería, con la mejilla roja y los labios llenos de sangre. Parte de su ceja estaba de la misma forma. Sus brazos me rodearon un segundo después, e inconscientemente mi cabeza descansó sobre su cuello. Estábamos siendo tan íntimos, inconscientemente, otra vez.

-          Estás horrible – reí contra su cuello, separándome un poco.

-          Tú te ves hermoso – habló con algo de sarcasmo, y algo más que no pude definir muy bien.

-          Jong In – reproché tomando su rostro entre mis manos – no tenías que llegar a esto. Aunque quisiera agradecerte, siento que está mal hacerlo.

-          No sé qué hacer para que dejes de ser tan…compresivo – sonrió con un aire de ternura, y pellizcó mi mejilla, portándose raro.

Me quedé un rato con él, esperando que la enfermera termine de curarle las heridas para luego ir a la oficina del director. Sehun quizá no recibiría un castigo, era tranquilo y nunca se había metido en problemas. Pero Jong In no era así, era lo contrario.

Y entonces, él sabía que ese día se quedaría hasta tarde. Y de alguna forma, me sentí culpable.

 

Salí solo del edificio, caminando lento hasta llegar a la primera cafetería de la calle. Escuchaba pasos correr cerca de mí; volteé por instinto encontrándome con el chico nuevo. Se acercó hasta mí, respirando con fuerza, cansado y hasta con el sudor perlando su frente. Saludó con la mano y se incorporó, acomodando su mochila sobre su espalda.

-          Olvidaste tus libros en el aula – habló entrecortado – pero no los pude sacar, el hombre de la limpieza me echó.  

-          Gracias – respondí entre confundido y preocupado. Tenía mucha tarea y necesitaba esos libros – Intentaré yo. Gracias.

Regresé sobre mis pasos, mirando el suelo, que se veía un poco más interesante con las bolitas de colores que ahora tenía. Y entre la multitud  de gente que salía del edificio, divisé a Sehun, saliendo con enfado de la oficina del director. Estaba igual o peor que Jong In, sólo que él traía el uniforme arrugado y la mochila abierta, mal acomodada. Era como si lo hubiesen revolcado; pero aún así no dejaba de verse atractivo para mí. Su cabello despeinado y sus labios rojos, inflamados. Algunas partes de su rostro habían tomado un color morado, y otras verde. Lo observé hasta que salió del edificio, y regresé a lo que estaba haciendo. El hombre de la limpieza ya se había ido, así que pude entrar fácilmente. Caminé hasta mi asiento y encontré los libros que buscaba. Quería permanecer ahí un poco más sin razón alguna. Así que en vez de salir corriendo, bajé mi mochila del hombro y la abrí con paciencia, para guardar y acomodar los libros. Como si tuviese todo el tiempo del mundo. Miré instintivamente el asiento de Sehun, y juro que sentí un nervio recorrer mi espalda cuando noté que el cuadernito celeste  en el que él siempre parecía andar muy concentrado estaba todavía en su pupitre. Caminé hasta su asiento e hice el intento de reprimirme y dejarlo ahí, salir corriendo a casa y arrepentirme por no haberlo tomado.

Lo tomé en mis manos y revisé la pasta y la parte de atrás del pequeño cuaderno. No había nada más que una cinta que decía: Cosas que odio. Y hasta ahora no entendía como me pude enamorar de alguien tan extrañamente amargado.

-          Es mío – escuché una voz lejos, y luego ya no tanto - ¿Qué intentas?

-          S-solo entré por que había olvid –

-          Sólo estas siendo un problema – habló con rudeza y me arrancó el objeto de mis manos.

Esa tarde regresé a mi casa al borde de la depresión, decepción y pocas ganas de continuar. Sehun era como mi medidor de fuerzas, y estaba destrozándome cada vez más, bajaba, y bajaba, hasta que yo mismo empezaba a darme cuenta de cuál era mi lugar. Era como si me odiase; irremediablemente recordé el estúpido cuaderno e imaginé que yo formaría parte de él. Quizá habrá puesto cosas como que soy un estorbo, una pequeña cosa que causa problemas con simpleza y naturalidad. Imaginé muchas cosas, cosas que me dejaron dormido de tanto evitar más llanto y ese dolor punzante, agudo y fuerte en el pecho.

Recuerdo que antes de conocer a Sehun, una de esas tardes de sábado que salía con Jong In, me dijo: Enamorarse es de lo peor, y cuando no eres correspondido, es una mierda total. Rió junto a mí por un buen rato. Quizá pude comprender parte de su dolor, pero jamás pensé que sería tan fuerte, que siempre estuviese presente, que no se pueda borrar. Olvidé las tareas, el internet, todo lo que tenía que hacer esa noche. En un solo día, Sehun se había hecho presente de forma cruel dos veces. Y aunque no era la primera vez, aún no me acostumbraba. Peor aún cuando terminaba involucrando a mis amigos, en este caso, Jong In.

Siendo los dos tan impulsivos, de formas diferentes, no tuve en cuenta de en qué cualquier momento Jong In se casaría de verme sufrir y descargaría su cólera y cansancio con el mismo Sehun.

Al día siguiente, a mitad de mi horario escolar, Sehun sacó su celular y empezó a moverlo de forma extraña entre sus dedos. Ya lo había hecho antes. Siempre me fijaba si envía mensajes, pero nunca lo hacía, solo parecía que jugaba con él o lo usaba como espejo.

Los ojos empezaron a doler y comenzaron a cerrarse. Había dormido muy poco la noche anterior y no podía ni mirar al frente por que la luz hacía que mis ojos doliesen más. El profesor me reprendió varias veces hasta que Yixing se convirtió en mi despertador personal y cada vez que iba a caer derrumbado por el sueño, él me picaba las costillas sonriendo divertido. Y así empezamos a acercarnos un poco más, junto con Jong In, nos convertimos en el grupito raro que parecía tener una nena de integrante, o sea yo.

Y la verdad, era tan molesto. Jong In siempre terminaba deteniendo, de alguna u otra forma, las bromas de Yixing.

-          ¡Hey bonita! – Yixing se acercaba riendo, con las manos en los bolsillos; palmeó mi trasero descaradamente y caminó a la par con Jong In.

-          No hagas eso Yixing – reclamó Jong In; tan predecible.

-          Y habló el novio – rió con sorna, regresando su mano al interior de su bolsillo.

Con Yixing las cosas se habían puesto más entretenidas. Habíamos cambiado los tres. Jong In empezó a bailar un poco más junto con él, y había dejado su actitud regularmente impulsiva, por una más relajada; Yixing había pasado de ser el chico nuevo desconocido, a ser el más burlón, divertido y hablador del salón; y yo, yo sólo había hecho un amigo más y me había acostumbrado a que me traten como la nena, novia de Jong In. Lo último era algo incómodo pero solo podía reír y quejarme ante eso.

 

 

-          Luhan, 2 vueltas más.

Definitivamente este hombre no tenía piedad de mi estado patético, sin fuerzas y muerto de sed. Me levanté de la banca y empecé a trotar, sintiendo que en cualquier momento caería. Aún quedaban unos chicos en las bancas, principalmente los que no habían hecho bien los ejercicios de básquet y los que se la pasaron con el celular, como Sehun. En parte me gustaba saber que estaba cerca de mí, pero no tenía ni fuerzas para pensar en eso después de todo lo que había corrido.

De un momento a otro, mi cuerpo se detuvo, y cayó al suelo de manera lenta y ligeramente dolorosa. Solo escuchaba personas acercarse hasta mí, y luego ya no había nadie, sólo una persona que me levantaba sobre su espalda. Lo pude sentir por el movimiento ágil y rápido que unía mi cuerpo con el suyo.

¿Por qué eres tan hermoso? ¿Por qué no puedes solo irte y dejar de meterte en mi cabeza? – escuché cerca de mi rostro. Mi labio inferior fue acariciado por un dedo, siendo paciente y delicado. Aún no podía abrir los ojos, solo escuchaba sonidos y esa voz, como si fuesen parte de un sueño. Lo último que sentí en mi estado de semiinconsciencia fue otro par de labios pegarse a los míos, rozándolos. Esa persona tenía un aire de amargura y melancolía, y me hacía sentir triste, pero al mismo tiempo querido. Y solo quería que me bese de nuevo, mas cuando estuve consiente y abrí los ojos algo mareado, estaba solo.

                                                                 

Notas finales:

Shao.


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