Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Zatión y Zalión. por KeikoHikari

[Reviews - 41]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

A la mañana siguiente me desperté con Zatión y Zalión a mi lado. Cuando quise levantarme, un dolor que provenía de la parte baja de la espalda embargó mi cuerpo, el cual expresé mediante un grito que dejaría sordo a cualquier humano cercano a mí, pero por suerte, estaban mis dos gemelos. Los dos dirigieron su mirada a mí rápidamente, Zatión que estaba mirando por el ventanal, y Zalión, que estaba sentado en el suelo con la espalda apoyada en la pared y una mirada enfadada.

-         ¡Rayne! ¿¡Cómo estás!? ¿¡Qué te duele!? – exclamó alarmado Zatión que se acercó a mí rápidamente. Zalión también se levantó pero se quedó por detrás.

-         C-Chicos..., estáis a-aquí... Me alegro de veros. – dije dificultosamente. – Pensaba que lo que anoche pasó había sido una pesadilla, pero veo que fue real... N-No puedo moverme.

-         El médico ha dicho que es mejor que no te muevas. – recordó Zalión.

-         ¿Qué médico? – pregunté extrañado.

-         Después de encontrarte tirado en el suelo, llorando y dolorido, te llevamos al hospital más cercano. Dijeron que tendrías muy sensible esa parte por unas semanas, y que sentirás mucho dolor por ser tan brusco. – explicó Zatión. Yo bajé mi cabeza, triste y decaído.

-         Tranquilo, el tío que te ha hecho esto ha pagado por lo que te hizo. – anunció Zalión.

-         ¿Cómo que ha pagado? ¿Por qué dices eso? – curioseé.

-         Han encontrado a ese hombre, después de ser reconocido por nosotros, gravemente herido. Estaba desangrándose, tenía heridas muy raras que no se ven normalmente, arañazos y algo que parecían perforaciones hechas por un animal. Creemos que le pudo atacar algún perro que estaba cerca, ya que casi todas las casas aquí son grandes y tienen grandes perros protegiendo dichas casas. – soltó Zatión. Zalión agachaba la cabeza mostrando los dientes.

-         ¿C-Cómo puede ser eso...? – pregunté extrañado.

-         Puede pasar, nada es imposible... – respondió Zatión.

-         ¿Pero está vivo?

-         Por desgracia sí, Rayne. – soltó Zalión.

-         Eso está bien...

-         ¿¡Qué estás diciendo!? Mira como estás por su culpa, te podría haber hecho una fisura y entonces te tendrían que operar, ¡y dices que estás ‘contento’ de que todavía siga vivo ese cabrón! – exclamó Zalión dando un golpe en la mesa con rabia.

-         Z-Zalión... Mírame, estoy vivo, ¿no? Eso es lo que importa, lo demás ya es pasado, olvídalo, es lo que estoy haciendo yo. Me duele, pues claro que me duele, no te puede imaginar... Nunca pensé que mi primera vez fuera a ser así - Murmuré.

-         Rayne... Acaso esa..., ¿fue tu primera vez? – preguntó Zatión.

-         E-Eh... P-Pues... Q-Que sueño que tengo, lo siento Zatión, hasta mañana. – mentí. Ahora que había sacado el tema lo recordé, había sido la primera vez que un hombre me penetraba, pero no era necesario contarlo.

-         Es de día... Pero si quieres, te dejo... Si necesitas algo, llámame. – Salió por la ventana, sin darme un beso en la frente como solía hacer.

-         Al final..., estoy solo... Tengo hambre... Y este dolor no cesará en semanas. – Con tan solo apoyar mi mano en mis lumbares notaba dolor. – Esto me pasa por querer ir solo a todos los sitios, es como una especie de castigo... M-Me duele todo, sobre todo mi trasero, ¿es que no había otro castigo menos doloroso? Estoy hablando solo, ¡me voy a volver loco! Necesito levantarme. – Me rugió el estómago. – Estoy empezando a tener hambre. Venga Rayne, t-tienes que ponerte de pie... Hay poco menos de medio metro desde mi cama hasta el suelo. A lo mejor, poco a poco... A-auch, d-dios...

 

Conseguí tocar el suelo con mis pies después de bastantes gritos y quejidos. Lo que me costó fue bajar las escaleras, ¿por qué mi madre tuvo que poner escaleras? Después de casi una hora bajando, llegué a la cocina y desayuné tranquilo. Cuando fui al baño a lavarme los dientes me di cuenta de que tenía algo en el interior del labio inferior, un mordisco. Tenía que haber sido el chico que la noche anterior me había violado. Toda la cadera la tenía llena de moratones, no eran como los que una vez me hizo Zalión, estos no eran tan morados y se notaban tanto. Algunos pequeños arañazos, y la parte trasera, os lo podéis imaginar... Estaba hecho unos zorros, pasé las semanas ocultado todo aquello, no hablando mucho para que mi madre no detectara la herida en mi labio. Ella creía que había tenido una caída, si le hubiera dicho que me habían violado, me prohibiría salir a la calle en años, y más si se trata de un hombre, es muy protectora. Pasé dos semanas en casa, Seine me visitó varias veces, a él le conté la verdad de mis dolores, no se lo tomó nada bien y empezó a venir a cuidarme más a menudo. Seine también me ayudó con los deberes y mis estudios, mientras estaba en casa en reposo. Pasadas 3 semanas y media ya podía moverme, los moratones habían desaparecido y lo dolores también. La mañana del día que empezaba a asistir otra vez al instituto, mientras estaba poniéndome la camiseta del uniforme escolar, Zatión entró.

-         Rayne, he oído que estás ya curado.

-         ¡Z-Zatión! Q-Que susto... S-Sí, ya estoy curado del todo... – Se acercó a mí y pasó su mano por mi pecho antes de que me abotonara la camisa.

-         ¿Qué es esto? – preguntó señalando un mordisco en mi cuello que todavía no se había curado del todo.

-         E-Es un mordisco... – murmuré.

-         ¿Un mordisco de quién?

-         Del chico de la otra noche, el que me violó...

-         Eso no lo tenías antes, ¿te lo ha hecho ese amigo tuyo? – curioseó.

-         ¿Seine? ¡Para nada! No pienses mal, es solo un amigo, no hay nada especial entre nosotros. – dije abotonándome la camisa.

-         No es justo. – masculló en voz baja.

Me cogió del brazo y me movió hasta en frente de mi cama. Desabotonó mis botones y pasó su lengua por mi cuello.

-         Z-Zatión, p-para, me duche anoche, n-no quiero v-volver, a hacerlo... – solté entre gemidos.

-         Eres mío. – susurró en mi oído a la vez que mordía mi oreja.

-         N-No, detente, n-no hagas eso, a-ah, Z-Zatión... – gemí.

-         No vayas al instituto, quédate conmigo. – dijo.

-         Tengo que ir, ya lo prometí. – Y cuando Zatión iba a besarme sonó mi móvil. - ¿Seine? ¿La hora? ¡Oh, Dios! ¡Voy a llegar tarde! – Abotoné rápidamente mi camisa, me puse los zapatos, la corbata y me eché agua a la cara. - ¡Sí, sí! ¡Lo cogí, lo tengo en la mochila!          Tranquilo, no se me olvida. ¿En serio? No me lo puedo creer. – Me despedí de Zatión y salí corriendo de mi casa después de coger mi mochila.

 

Todo el mundo se alegró de ver que estaba bien. Tampoco dije la verdad, había tenido un ‘accidente’ y ya está, no tenía que indagar mucho en el tema.

No tenía noticia alguna de Zalión, y al acordarme de él, recordé lo de mi violador, que estaba gravemente herido. Sé que no debí ir solo, pero fui al hospital, en mi pueblo tan solo había uno. Pregunté por los últimos ingresos, miré habitación por habitación, hasta que llegué a un hombre muy dañado aparentemente. Estaba durmiendo, su rostro estaba morado, sus brazos llenos de arañazos profundos, orificios como si le hubieran clavado unos clavos, una brecha en la cabeza que estaba cosida. Era él, el hombre que me había violado hacía semanas, frente a mí, durmiendo. Había un papel en una mesita que tenia a mi lado, el hombre se llamaba Julien, tenía 37 años y había ingresado un día después de la violación. No ponía las causas del accidente ni nada que estuviera ligado. Le quise tomar el pulso, para asegurarme de que estaba vivo, pero cuando fui a tocarle apartó la mano, se había despertado.

-         ¡A-Aléjate de mí, Rayne! – gritó Julien. Yo también grité del susto.

-         ¿¡C-C-Cómo sabes mi nombre!?

-         ¡Aléjate, o si no vendrá a por mí!

-         ¿Quién va a venir a por ti? – curioseé extrañado.

-         Esa bestia me ha hecho esto, ¡yo solo cumplía órdenes!

-         ¿Qué bestia? ¿Qué órdenes? Explícate, necesito saber.

-         ¡Vete! ¡No quiero volver a verte! Si me encuentra me va a matar, y yo no quiero morir... Es un monstruo, no tiene corazón, ¡sal de aquí! – exclamó. En ese momento entró una enfermera.

-         Señor no puede estar aquí, ¿es familia del paciente? – preguntó, pero antes de responder salí de la habitación.

 

¿Bestia? ¿Órdenes? ¿Monstruo? Marcas de lo que parecían ser dientes, y que tenía que ver conmigo, porque Julien no podía ni verme sin ponerse histérico. Quería hablar con los gemelos, algo me olía mal, y tenía que averiguar por qué me tenía tanto miedo y quién le había dejado en aquel estado.

Notas finales:

Podéis encontrarme en:

Twitter: @JudithVegara

Facebook: Judith Vegara Álvarez

Que suelo hablar d mis fics ^^

Un beso! Espero leer algun review ;D

~Keiko


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).