No, no soy el tío más enrollado e interesante de todo este puto y podrido mundo decadente. No, tampoco tengo súper poderes ni puedo convertir a la gente en cabras montesas. Mi nombre no salió en la CNN, ni siquiera en el puto periódico local. Y mi mente no es el lugar más sano del mundo—su estancia os promete vómitos a mansalva y un asco general por la vida y por cualquier cosa orgánica--. Sólo soy un tío que se aburre y que se pasa el día pensando en lo divertido que sería pegarle fuego a esa cárcel, ejem, instituto. Y resulta que voy a ir al infierno por maricón.

NOTA PARA LOS LECTORES: el fanfic está detenido por el momento. Mi ordenador se suicidó del todo y ya no tengo desde dónde escribirlo. Muchísimas gracias por haberlo leído hasta ahora y espero volver pronto.