Atontado… Bullicioso… Corriente… Desaliñado… Entrometido… Fastidioso… Gordo…  

Tanaka tenía todo un repertorio de palabras en estricto orden alfabético para describir a ese ser que le arrebató en cuestión de segundos la vida perfecta que siempre creyó desear, por eso la mejor decisión que pudo tomar fue quitar de en medio a esa persona que acaba de aparecer para arrebatarle lo que más aprecia.

Tan pronto como acarició su rostro sintió que su corazón se aceleraba de manera intensa, dejó que sus labios se entreabrieran y suspiró mientras su boca se acercaba ansiosamente a los labios temblorosos de su amante, las yemas de sus dedos fueron descendiendo por la espalda desnuda de su pareja a medida que iba recostándolo en la cama, las manos de los dos se entrelazaron, las pupilas dilatadas, y el temblor en cada poro de sus pieles. Le gustaba su piel, le gustaba su cuerpo, pero sobre todo le gustaba la compañía y esas sensaciones adormecidas que despertaron de la noche a la mañana con tan solo una de sus sonrisas, todo estaba dispuesto para quedarse con él y devorarlo con el fuego de sus besos y la llama de su pasión, lo miró a los ojos, esos brillantes ojos negros como una noche estrellada y sonriendo preguntó:

- ¿Estás a gusto Mishima?.............

Yamada Ryota es un cuarentón divorciado y soltero empedernido, bastante bicurioso, que no quiere compromisos, hasta que su vida da un cambio drástico cuando tiene un accidente y conoce a Suzuhara Yoshiki, un rebelde y alocado punk de veintidós años con quien comienza a tener una aventura amorosa.

(La RAE dice que así se escribe ANARQUÍA, pero la he escrito con la K de punK, ya sabemos que los punk mandan la RAE a la M**rd$)