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El Sótano por lizerg_chan

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Notas del capitulo:

 

Hola!!! espero les guste el capitulo n_n

  

Disclaimer: Los personajes de Naruto no me pertenecen, sino a su autor Kishimoto-sama, este fic lo hice solo y únicamente como diversión.

Aclaraciones y Advertencia: Shonen Ai (Lo se, raro de mi), AU (Universo Alterno), Contiene terror, sobre natural, espiritual, Drama, entre otros.

Beta: Usarechan

Aclaración:

 

Oración de exorcismo:

Cruz del Santo Padre Bendito

Mi luz sea la cruz santa

No sea el demonio mi guía

¡Apártate, Satanás!

No sugieras cosas vanas

Pues maldad es lo que brindas

Bebe tú mismo el veneno

 

Wicca: es una religión pagana, popularizada por el británico Gerald B. Gardner como un renacimiento de la antigua religión de la brujería, siendo iniciado el autor por un Coven que había encontrado en la zona de New Forest. La práctica de brujería, según la forma propuesta por Gardner, ha evolucionado y ha sido adaptada dando paso a la creación de las numerosas tradiciones wiccanas existentes hoy día.

 

 

 

OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO

 

 

 

Capitulo 8.- Nuevos miembros

 

 

Mercedes temblaba ligeramente; jamás se hubiera imaginado que el espíritu que poseía al Uchiha fuese precisamente Hitomi: aquella dulce mujer que conoció tan bien en vida. No podía ser creer que se hubiese transformado en un espíritu maligno.

 

 

- ¿Qué haces aquí? - le cuestionó la española -Tú ya deberías estar descansando... debes cruzar...

- ¡¿Y dejar que esas zorras se quedaran con Naruto-kun o mi niisan?! -gritó escandalizada, ocasionando que la habitación cimbrara y algunos pequeños objetos cayeran al suelo.

-Naruto y Sai no son de tu propiedad -le reprochó Mercedes con molestia - ¿Qué es lo que te sucedió, Hitomi?

 

 

Los ojos de Sasuke estaban completamente opacos, sin vida. Algunas lágrimas escaparon de ellos: Hitomi lloraba.

 

 

-Yo lo amaba... -aquello dejó confundida a la antigua HETPA, ¿De quien estaba hablando? -, yo en verdad lo amo, es por eso que lo hice... quería ser suya, necesitaba serlo.

 

 

Mercedes palideció, ¿Qué era lo que había hecho? "La" tomo de los hombros, "obligándola" a mirarla.

 

 

- ¿Qué fue lo que hiciste, Hitomi? -le exigió saber. Sentía que el corazón se le saldría por la garganta en cualquier momento.

-Use este cuerpo para entregarme a Naruto-kun.

 

 

La anciana mujer se dejó caer nuevamente en la silla, se había tapado la boca para evitar soltar un grito. Si era cierto, significaba que Naruto y el Uchiha habían... no, seguramente Hitomi le estaba mintiendo; pero la sonrisa de "la chica" le decía todo lo contrario.

Mercedes sintió una enorme furia; había dañado, no solo a Sasuke, también a Naruto, eso era algo que no podía perdonarle; el rubio era como su nieto y lo conocía muy bien; seguramente en esos momentos se estaría torturando por haberse dejado llevar.

 

Sin que el ente se diera cuenta, sacó una botellita de plástico de entre sus ropas y le lanzó el contenido, aquello ocasionó que el ser soltara un fuerte y desgarrador grito que seguramente se había escuchado en todo el lugar: le había lanzado agua bendita y aunque en realidad no le quemaba, Hitomi sentía como si estuviese siendo consumida por las mas abrasadoras llamas.

 

Mercedes hacía lo mejor que podía para "mantenerla" quieta, pero su fuerza iba en aumento y la psíquica a duras penas podía mantenerlo quieto. Afortunadamente, Naruto, Sai y Gabriel habían entrado a la habitación, alarmados por los gritos que soltaba el azabache.

 

Ninguno de los tres hombres sabía lo que estaba sucediendo -aunque Gabriel tenía una ligera idea -, pero actuaron por instinto: Sai y Naruto, sosteniéndolo, para evitar que escapara.

 

 

- ¡Reacciona Sasuke! -le gritó Naruto con desesperación y culpa.

-Naru... niichan, ayúdenme -ambos jóvenes quedaron en shock; aquella voz era inconfundible, no podía ser posible, ella había muerto.

-Hi-Hitomi...

- ¡No la suelten! -les gritaron los dos mayores al darse cuenta que de la impresión, Sai y Naruto estuvieron apunto de soltar al Uchiha; por suerte, ambos reaccionaron a tiempo, evitando que escapara y afirmando aun mas el agarre.

 

 

Por su parte, Gabriel tomó su crucifijo y lo colocó en la frente del azabache; esto ocasionó que los intentos por liberarse fuesen más violentos.

 

Un extraño viento comenzó a manifestarse en la habitación lanzando objetos contra los parapsicólogos o las paredes -extrañamente las ventanas y la puerta estaban cerradas -. El viento parecía venir del azabache.

 

 

Crux Sancti Patris Benedicti

Crux Sacra Sit Mihi Lux

Non Draco Sit Mihi Dux

Vade Retro Satana

Numquam Suade Mibi Vana

Sunt Mala Quae Libas

Ipse Venena Bibas Amen

 

 

El extraño viento se hacia cada vez mas violento a medida que el exorcista rezaba; Sasuke se removía violentamente, de repente... todo quedó en silencio, en el momento en que el joven periodista perdió el conocimiento.

 

Gabriel dejó escapar un suspiro, estaba sudando y respiraba agitadamente -el exorcismo había mermado casi todas sus energías -, se sentó en una de las camas, tratando de que su respiración se normalizara.

 

 

-Ya no estoy para estos trotes -se quejó el hombre mientras se sentaba en una de las dos camas.

 

 

Mercedes también se sentó al lado del sacerdote; le pidió a Naruto y Sai que recostaran al Uchiha en la cama libre, para después pedirle al pelicorto, que fuera a su habitación por dos velas bendecidas y un poco de incienso, los mismos que colocó a cada lado del azabache.

 

 

Después de unos minutos, los dos extranjeros recuperaron un poco de su energía.

 

 

-Necesitamos hablar contigo, Naruto -habló Mercedes, después de un rato de silencio -. Es sobre lo que acaba de suceder y necesitamos que sea a solas -agregó al ver que Sai no parecía tener intenciones de irse.

-Si van a hablar de mi hermana, tengo derecho a saber -repuso Sai con el ceño fruncido.

-Eso es cierto ttebayo -lo apoyó Naruto con voz autoritaria.

 

 

Tanto Gabriel y Mercedes soltaron un suspiro pesado; tenían la ligera sospecha de que, cuando se enteraran de que iba el asunto, ardería Troya.

 

Astorga miró a Naruto, como esperando que fuera él quien le pidiera al pelinegro que los dejara a solas, pero éste tan solo asintió, como autorizándola a hablar; suspiró pesadamente, mentalmente pensando en lo que pondría en el epitafio del rubio.

 

 

-Bien -accedió la española, derrotada -, ¿Qué demonios fue lo que pasó en esta habitación?

 

 

El rubio tan solo bajo la mirada, avergonzado, ¿Cómo le podría decir a la mujer que prácticamente era su abuela, que había tenido relaciones intimas con un hombre y encima, todo causado por un espíritu? No quería que se decepcionara de él o pensara cosas erróneas, pero en la situación en la que se encontraba, ¿Qué más podría esperar?

 

Por otro lado, Mercedes y Gabriel ya comenzaban a perder la paciencia; inevitablemente haciendo sus propias conjeturas.

 

 

-Por el amor de Dios, muchacho -habló Gabriel, rompiendo el silencio -, responde que nos estas preocupando.

 

Naruto suspiró pesadamente, cerró los ojos; cómo solía decir Gabriel en momentos difíciles: al mal paso darle prisa.

 

-Yo... bueno... me acosté con él -aquella revelación hizo que los dos mayores se atragantaran con su saliva.

- ¡¿Qué hiciste que?! -gritaron ambos extranjeros a la vez.

- ¡¿Te das cuenta del pecado que has cometido?!

 

 

Gabriel era un hombre muy tranquilo y calmado, pero ahora se había transformado completamente; sus ojos parecían destilar veneno causada por la molestia.

 

Sai miró al azabache quien se removía intranquilo a causa de los gritos que ambos mayores profesaban al pobre rubio.

 

 

-Es mejor que sigamos con esta discusión en otra parte -habló Sai -. El Uchiha-bastardo se despertará de seguir así.

 

 

Aquel comentario hizo que los dos se tranquilizaran un poco y fue Mercedes la que ofreció su habitación para seguir con la discusión.

 

Si bien en la habitación que compartían Sasuke y Naruto, las cosas estaban tensas; en la habitación de la española, las cosas habían sido aun peor, los regaños por parte de los dos extranjeros fueron en aumento al saber que Sai se había enterado de lo sucedido, mucho antes que ellos.

 

"La iglesia ha cometido aun peores pecados del que Naruto pudo cometer con el Uchiha-bastardo" aquel comentario fue lo suficiente para que Gabriel se quedara callado, sabía bien a que se refería el joven pelinegro -pederastia -. Solo Dios tenía derecho a juzgar. Mercedes fue callada con un: "Mi hermana siempre conseguía lo que quería. Tú la conociste bien, Mercedes-obachan. Ella amaba a Naruto, pero él nunca le hizo caso... por eso, seguramente lo hizo, ¿Puedes culparlo por un momento de debilidad?" Ante aquello, la mujer no pudo más que evitar suspirar derrotada.

 

- ¿Qué harás con el Sr. Sasuke? - se atrevió a preguntar, Mercedes -No puedes dejar las cosas así, él tiene derecho a saber.

- ¿Y que le dirá? - se mofó Sai -¿Uchiha-bastardo, adivina, gracias a un espíritu, tú y yo terminamos acostándonos? Naruto tendrá suerte si solo le rompe la cara -Mercedes suspiró pesadamente.

-Se que debo decirle al teme lo que sucedió, pero... -el rubio se quedó callado; si el Uchiha se enteraba podría afectar la investigación.

-Haz lo que creas conveniente, muchacho -dijo Gabriel, mientras se secaba el sudor de la frente -. Ahora debemos bajar y hablar con las chicas, seguramente estarán preocupadas.

-Vayan ustedes -pidió Naruto; estaba extrañamente serio.

 

Los tres asintieron; conocían muy bien al Uzumaki y sabían que éste se sentía culpable y que, necesitaba estar solo para poner sus ideas en claro.

 

-Le diré a Yuki que aliste el equipo para salir mañana por la mañana -Naruto asintió a lo dicho por Sai; nuevamente les pidió ir con los demás.

 

 

Abajo se encontraban Yuki, junto con tres mujeres, quienes al ver bajar a los tres investigadores, se les acercaron con semblantes preocupados.

 

- ¿Qué ha sucedido? - preguntó una mujer de cabellos rosas y ojos jade - ¿Dónde está Naruto?

-Naruto está en su habitación muy bien acompañado -le espetó Sai con voz socarrona, ocasionando que la mujer frunciera el ceño.

-Sakura, Sai, no inicien una pelea -habló Mercedes con intransigencia y cierto tono cansado.

 

Sakura Haruno era una reconocida doctora y, aunque no tenía ningún tipo de poder paranormal, solía ir con el equipo, pues Naruto la estimaba y creía bastante conveniente tener a un médico en sus investigaciones. A diferencia del Uzumaki, a Sai y a la mayoría del grupo, la pelirrosa no era de su agrado, pero preferían ignorarla por su líder rubio, todos menos Sai, claro.

 

Una joven rubia, de ojos azules y piel clara; se acercó a los dos ancianos y al pelinegro; su nombre era Ino Yamanaka, una joven practicante de la Wicca, al igual que las personas que venían con ella -a acepción de la pelirrosa -. Detrás de ella se encontraba una joven de cabello rubio -un poco más oscuro que la primera -, ojos color verde olivo: Su nombre era Temari no Sabaku.

 

-Ino, Temari -habló nuevamente la anciana -. Me da gusto verlas, se ven tan hermosas como la última vez.

-Lo mismo digo, Mercedes-san -dijo Temari, abrazando a la mujer.

- ¿Dónde esta Hinata y Gaara? -interrogó la mujer.

-Ellos vendrán si las cosas así lo requieren -arguyó la ojiazul.

-Las cosas en esa casa no son tan fáciles como creen -habló Gabriel con seriedad.

 

Las dos rubias se miraron entre si, ¿Qué tan grave podría ser el problema? Tan solo se trataba de una casa embrujada, una más en su larga lista.

 

-La casa sangrienta no es como ninguna que hayamos visto antes -habló Susan con parcimonia, adivinando los pensamientos de ambas practicantes de Wicca.

 

 

Continuará...


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