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BAJO LA PIEL por Lady_Calabria

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Notas del capitulo:

HOLA! 

 

Este capítulo pertecece al bueno de NICK.

Nick abrió los ojos de golpe cuando oyó las risas en el pasillo, estaban haciendo mucho jaleo.

Alex llevaba allí una semana y solía hacer ruido cuando volvía por la noche a las tantas, pero nunca tanto.
Reconoció la risa de Alex al instante, pero había un chico con él.

La puerta se abrió de un tirón, y él se hizo el dormido.

Alex entró tambaleándose, tropezó y se tuvo que agarrar a la puerta para no caer al suelo.

Eso les provocó un sonoro ataque de risa a los dos chicos.

—Me lo he pasado muy bien —le dijo el otro chico, cuya voz le resultaba algo familiar. Por el rabillo del ojo vio como Alex le sonreía radiante.

—¡Vaya! ¿De verdad? —le preguntó.

—Sí... —le susurró el otro— ¿Me das un beso de despedida?

—No— le dijo el otro tranquilamente— Adiós, Marc.

Alex cerró la puerta. Iba demasiado borracho o demasiado drogado como para poder caminar de forma normal, tal vez era por una mezcla de las dos.

El chico se tiró sobre la cama y se quedó mirando el techo como embobado.

Decidió decirle algo.

—¿Te lo has pasado bien? —le preguntó intentando parecer indiferente. Alex le miró. Sus pupilas parecían más grandes de lo normal.

—He descubierto...por fin... —le dijo lentamente— Una cosa que se me da bien.

Nick le miró fijamente. ¿A qué se refería?

—No digas eso —le dijo— seguro que haces muchas cosas bien...

—Dime una de esas supuestas cosas —le dijo el chico. Pensó en qué decirle que se le diese bien. Pero no encontró ninguna. El chico era muy listo, casi todo lo que leía lo recordaba. Pero eso no servía para nada si luego en clase no hacía nada. No sabía jugar a ningún deporte, no pintaba bien, no tocaba ningún instrumento...Que él supiese lo único que sabía hacer el chico era aguantar mejor que él el aguardiente y sonreír a todas horas.

Bueno eso era antes, últimamente el chico sonreía cada vez menos, y cada vez tenía más momentos en los que se le veía serio o melancólico.Pensó que la mayoría de sus momentos de felicidad eran después de hacerse fumado unos cuantos porros o después de un chute de lo que sea que se metiese el chico cuando sabía por la noche... le pareció muy triste que esa fuese su única manera de sentirse bien. Recordó que la primera vez que había hablado con él le dijo que en la clínica le habían hecho "rehabilitación" para desintoxicarse, y que no había dado mucho resultado.

Por aquel entonces fumaba marihuana y tomaba algunas pastillas. Pero el chico cada vez tomaba más cosas y cada vez se ponía peor...

Tras el silencio Alex asintió.

—Ves —le dijo— soy un completo inútil, pero al menos sirvo como ejemplo de mal camino a los niños pequeños...

Alex se puso unas gafas de sol que sacó de su bolsillo y se sentó sobre la cama. Parecía que se caía.

—¿Alex, qué te has metido? —le preguntó preocupado. Alex rio.

—No te gustaría saberlo —le dijo poniéndose en pie con cuidado.

Nick bajó la mirada, no le gustaba nada eso, que Alex se hiciese daño por dentro de aquella manera. No entendía el motivo por el que se hacía eso a sí mismo, era como si su vida no le importarse...

Pensó que, de hecho, era como un suicidio a largo plazo.

Alex guardó las gafas bajo la cama. Y se dejó caer sobre ella.

—Alex...—le susurró para llamarle la atención— ¿Cómo es morirse?

—No lo sé, nunca me he muerto todavía —le dijo él.

—Pero eres la persona que conozco que ha estado más cerca de... ya sabes, palmarla —le dijo algo incómodo.

—Es horrible —le dijo abruptamente— En las películas parece muy fácil ¿sabes? Te cortas las venas y te mueres románticamente. Pero no es así.

—¿Por qué?¿Cómo es?

—Es una puta agonía —le dijo con el ceño fruncido y una expresión profundamente triste. Se acarició inconscientemente la muñeca mientras hablaba— Cuando te cortas las venas dañas los tendones, así que no puedes agarrar el cuchillo para hacerlo en la otra mano tan fácilmente. Duele muchísimo más de lo que imaginas. y Ese dolor te marea, y te baja la tensión tan de golpe que tu cuerpo reacciona vomitando, y la perdida de sangre te deja desplomado en el suelo, la tensión no sube porque pierdes sangre y tus músculos se relajan por la falta de oxígeno, incluido tu esfínter... así que te cagas encima. Pero tú no puedes hacer nada porque tampoco llega oxígeno a tu cerebro. Y te quedas ahí agonizando, muriendo entre tu sangre, vómito y mierda. No hay nada romántico en eso.

Nick tragó saliva. Estaba temblando y ni siquiera sabía por qué. Ni siquiera sabía qué decir.

—¿Y por qué...? ¿por qué te hiciste eso?

—Yo no estoy bien de la cabeza, Nick —le dijo con tanta sinceridad que Nick tuvo la sensación de estar hablando con un muchacho mucho más mayor— Mi vida es una noria. Voy como en una montaña rusa. Y todo lo que siento es mentira. A veces me siento el puto rey de la cima, soy tan feliz que podría hacer cualquier cosa, soy el puto amo...Y otras caigo en una depresión sin ningún motivo y simplemente siento que no puedo vivir, que no puedo...

—¿Y ahora en qué parte de la montaña rusa estás?

—En esa que es mentira, porque solo la consigo a base de pastillas.

Nick sintió algo extraño. No le gustó para nada que el chico pensase así.

—Creo que no deberías drogarte —le dijo Nick intentando hacerle entrar en razón. Alex en cambio frunció el ceño y se giró para darle la espalda.

—Buenas noches, Nick —le dijo.

El moreno bufó.
¡Qué complicado era ese chico!

¿Y por qué se molestaba preocupándose por él?

Solo era un yonky loco que parecía estar ligando mucho desde su reciente perdida de su inocencia. Le hervía la sangre en pensar en todos esos chicos...

¿Por qué intentaba engañarse?

Daba igual si era extraño, si estaba enganchado... era Alex, y eso le hacía especial, como si...

Se dio la vuelta de muy mal humor intentando pensar en otra cosa.
Y se esforzó en dormir. Pero no valió de mucho, porque soñó con el rubio.

*******************************************************************

Cuando despertó Alex ya se había ido, últimamente parecía que huía de él.

Se duchó y vistió el uniforme.
No tenía ganas de desayunar. Pero aun así fue hacia el comedor.

Allí se encontró a Ryan con Alex en una mesa.

Y a Dante en otra con Max. No se sorprendió de que los gemelos estuviesen separados, últimamente siempre estaban enfadados...

Habían tenido una bronca monumental, no había entendido mucho porque gritaban en su idioma, pero todo había acabado en puñetazos.

Si no llegan a separar a Ryan de Dante le hubiese matado, porque Dante no se defendía. Se quedó quieto, dejando que le pegase.

No había rastro de David.

Por un momento, Max y Alex le miraron y no supo a donde ir.

¿Con su amigo de toda la vida con el que debería estar enfadado por quitarle a David, para después engañarle, o se sentaba con su loco compañero de habitación con el que se llevaba bien?

—Hola, Max —le saludó cuando se sentó junto a él. Desayunó en silencio después de preguntar por David.
Max le dijo que estaba hablando por teléfono, Nick pensó que David siempre estaba colgado del teléfono.

Por unos días Nick se había enfadado mucho con Max, que no solo comprendía su enfado sino que le había ofrecido dejarse pegar un puñetazo, pero también le había dicho que no dejaría a David.

Nick había decidido renunciar a él con dignidad, de todos modos...

No le estaba costando demasiado hacerse a la idea de que David solo sería un amigo para él. 
David y Max también se habían peleado. David estaba enfadado porque Max le había puestos los cuernos.
Normal.

Max para mejorar los ánimos había hecho correr el rumor de que era mentira, y que había sido todo una venganza de Hillary. La gente ya no sabía qué creer.

De todas formas al chico de ojos de miel no le había molestado tanto como esperaba. Nick no entendía a ese chico.

David había jurado ponérselos a Max para dejar la balanza en igualdad de condiciones, pero no lo hacía... Y Nick esperaba estar cerca cuando David se decidiese a ser infiel.

¿o no?
Eso era lo que él quería... aunque no pudiese tener a David, le seguía pareciendo muy atractivo y por lo menos quería poder...No había en el mundo a nadie que desease más ¿o sí?

Miró de reojo a Alex. El chico estaba muy ocupado devorando su comida.

**********************************************************************

Pasaron los días lentamente, cayendo en la rutina de las clases.

Nick estaba preocupado por muchas cosas.

Sus malísimas notas en los exámenes. El hecho de que sus padres se olvidasen de él por periodos tan largos de tiempo. 
Por la competición de natación. 
Por la adicción de Alex. 
y sobre todo por el rumor que se escuchaba por los pasillos desde hacía unos días.

Un rumor que cabreaba más que todos los otros motivos juntos.

Algunos decían que Alex se acostaba con todo ser que se lo propusiese.

Alex no desmentía si afirmaba eso, estaba muy ocupado en ir de fiesta en fiesta y en ponerse de "vete tu a saber qué" hasta los ojos.

Nick no quería creer esos rumores, se decía que solo eran tonterías. De él también habían contado cosas que no eran ciertas.
Pero era un poco difícil pensar así cuando el chico siempre andaba de chico en chico por la residencia.

Nick dio gracias a dios en que en ese sitio no hubiese una gran comunidad gay porque estaba seguro de que sino, Alex seguro que pasaría la noche con todos.

Lo peor fue que cuando conoció a todos los de allí, salía a buscar "amigos" fuera.

Se decía a sí mismo que aquello no era asunto suyo, que el muchacho era libre de hacer lo que quisiera.

También se decía a sí mismo que juzgar la sexualidad de la gente era muy del siglo pasado, que él no era así, y se repetía como si fuera un mantra que el chico podía acostarse con cuantos quisiera si eso le hacía feliz.

Pero es que el muchacho no parecía estar nada feliz. 
Pensó si, progresivamente, estaba cambiando de parte en su montaña rusa.

Una vez estaba a punto de entrar en la habitación cuando se dio cuenta de que estaba un poco abierta.

—Dame algo más fuerte —le decía Alex a alguien por el móvil. Parecía enfadado. Luego hubo un momento de silencio- Dame algo que me haga olvidar.

Silencio.

—¡Dame algo ya! —gritó el rubio perdiendo el control. Nick miró por la rendija de la puerta. Alex tenía en su mano un bote de pastillas. Lo tiró al suelo con rabia— ¡Esto ya no me hace nada! ¡Nada! —Silencio— De acuerdo. ¿Romano? Vale... iré a verle. Adiós, Mikel- Luego sonrió débilmente- ¡Pásalo bien en tu viaje!

Nick llamó a la puerta y se asomó.

—¿Puedo pasar? —preguntó indeciso. Alex le miró y le sonrió.

—Claro —le dijo el rubio. Pasó dentro un poco incómodo.

Para no pisar el bote que Alex había tirado al suelo lo recogió y lo colocó sobre su cama. Se fijó bien en la etiqueta y comprobó que las pastillas eran sus antidepresivos.

Comenzó a sacar sus libros y a dejarlos en el escritorio. Les habían cargado de deberes para el día siguiente.

El móvil de Alex sonó. El chico se apresuró a responder.

—¿Sí? —preguntó, tras un momento en el que el otro habló él dijo—¿Dónde? Allí nos verán y lo sabes... —guardó silencio y frunció el ceño— ¿De verdad? ¡vaya! ¿Todo eso me harías? —le preguntó con un tono de excitante inocencia.

Nick apretó con fuerza el lápiz que tenía en sus manos, con tanta fuerza que lo partió en dos.
Alex chasqueó la lengua.

—Vale. Voy a tu habitación, espérame allí —le dijo y colgó.

Nick intentó parecer indiferente.

—¿Has quedado con alguien de aquí? —le preguntó— ¿Para qué?

—¿A ti qué te parece?

—¿Es verdad eso que dicen de ti? —le preguntó de golpe— Es verdad que te estas volviendo...

—Dilo, venga, Dímelo —le dijo Alex con voz algo fría— Dime que me he convertido en la puta de este lugar...

Nick tragó saliva.

—Yo no he dicho eso... —intentó arreglarlo el moreno. Alex bajó la mirada.

—Es lo que todos piensan —le dijo el rubio.

—¿Pero es verdad? —espetó Nick temiendo la respuesta. Alex le fulminó con la mirada— Alex, esa gente se está aprovechando de ti, porque no estás bien...

—Como si te importase... —le dijo de mal humor y algo de ironía.

Nick bufó.
¡Claro que le importaba!
No le gustaba pensar que era cierto que toda esa gente...tocase...y follase... con él. ¿Por qué? No lo sabía.

Suspiró. Alex era libre, y no tenía porqué protegerle, él sabía lo que hacía. Pero eso no le hizo sentir mejor.

—¿Por qué has cambiado? —le dijo de pronto. Alex se lo quedó mirando— ¿Fue mentira todo lo que me contaste en tu cumpleaños, en la piscina?

—No te mentí —dijo Alex casi sin pensar la respuesta.

—¿Y qué ha pasado del amor va antes del sexo? —Inquirió con malicia— ¿Eso de que no te gustaba nadie... que eras...?

—Si me gustaba alguien —le corrigió Alex— Una persona ¿recuerdas? Un chico.

—¿Y qué ha pasado para que acabes es la habitación de todo el que quiera...? —preguntó él. Alex apartó la mirada dolido por su comentario.

—Me cansé de ser invisible... —le dijo.

Nick frunció el ceño. Aquello no tenía demasiado sentido. Alex salió de la habitación.

El moreno intentó concentrarse en cualquiera de sus propios problemas.

Prefirió los deberes, un problema muy gordo que parecía no acabarse nunca.

*********************************************************************

Vio a David sentado solo en el césped del jardín.

Se acercó extrañado porqué estuviese allí.

—Hola —le saludó sintiendo aquellos nervios que sentía antes cuando quería caer bien al chico, pero en mucha menor medida.

—Hola —le devolvió el saludo el rubio.

—¿Qué haces aquí tan solo? —le preguntó interesado— ¿Dónde está tu Don Juan?

—Mi Don Juan —le dijo con voz un poco seca— Estará tirándose a cualquier Doña Inés de mierda...

Nick entendió. Max era un libertino incorregible, y aunque sintiese algo muy fuerte por alguien (Cosa que Nick dudaba que pasase) no estaría a favor de ser fiel.

—Bueno... —suspiró el moreno— Igualmente yo sé... que tu sigues siendo su favorito.

David sonrió de lado.

—No sé si con eso me basta —le dijo a media voz mientras mantenía su mirada en el suelo— Es raro porque al mismo tiempo... yo le entiendo. Porque quiero estar con él, y me pongo celoso, pero a veces tampoco me quiero atar... Estoy hecho un lío, Nick.

Nick suspiró y decidió intentarlo, después de todo Max le había dicho que a él le daba igual...

¿Pero por qué pensaba en Max?
¿Acaso él le había pedido permiso antes de follárselo? ¡No! No lo había hecho, y él tampoco lo haría.

—¿Y por qué no...? ¿Por qué no haces tú igual? —le dijo Nick. David le miró.

—¿Qué?

—Págale con la misma moneda...

El chico se lo quedó mirando. Parecía pensativo.

Y lentamente se acercó a él. Nick pensó que eso era bueno, muy buena señal...

Se acercó él también y suavemente le besó. 
Por un momento Nick pensó que algo raro pasaba.

No sentía nada. 
Se dijo que debía estar feliz, y que por lo menos debía gustarle eso de estar besando al chico por el que suspiraba desde que lo vio... Pero en su mente no había mucho espacio para él.

Sin embargo, en un segundo loco, se acordó de Alex.

Y notó que a David le pasaba exactamente lo mismo.

—Hola, chicos —dijo Max como si nada. Se separó de golpe. Sonrojado hasta la raíz del cabello. David le miró como si quisiese matarlo.

—¿Hola? —le preguntó el rubio un poco dolido— Me ves con otro y no te importa...

—¿Quién soy yo para decirte a quién tienes que besar? Si eso es lo que te apetece hacer... tienes todo el derecho del mundo a hacerlo —le contestó él sentándose a su lado— Mientras sigas haciéndolo también conmigo yo estoy bien ...

David bufó y por no meterle un puñetazo a Max se lo dio al suelo. Se puso en pie y se marchó.

—Este chico no es moderno. Bueno campeón —le dijo a Nick el pelinegro con una mirada pícara— ¿Qué tal?

Nick apartó la mirada.

—Cállate —le dijo de mal humor.

¿Qué le había pasado? ¿Es que David ya no le gustaba? Nick no entendía nada. 
Bueno, últimamente no le veía igual... ya no tenía ganas de tocarle y gradualmente se iba convirtiendo en un simple amigo.
Frunció el ceño exasperado.

¡Menuda mierda de destino!

Si lo que acababa de pasar hubiese sucedido un mes antes, se hubiese vuelto loco de felicidad y sin embargo...
Se giró hacia Max.

—¿Y tú? ¿A quién te has tirado ahora? Espero que haya valido la pena enfadar a David por eso...

—Lo vale —le dijo Max y Nick notó algo en su tono, algo parecido a la maldad. Se removió incomodo— Había oído muchos rumores de Alex... pero no sabía que lo hiciese tan jodidamente bien...

—¿Qué? —saltó Nick alarmado— ¿Te has follado a Alex?

—No —le dijo Max, realmente lo que tenía era malicia— Solo una mamada, es lo que él mismo me ha ofrecido...

Nick sentía hervir su sangre. 
Cerró el puño con fuerza y le atizó a Max un puñetazo con todas sus fuerzas casi sin pensarlo.
El pelinegro se llevó la mano a la mejilla y al labio, estaba sangrando. Se recompuso como pudo y le sonrió con su arrogancia característica.

—Interesante...—le dijo.

A Nick le dieron ganas de meterle otro golpe para que se callara. Pero no lo hizo.

—¿Qué es tan interesante? —preguntó de todos modos.

Max se acercó.

—Cuando me follé a David prácticamente delante de tus narices no moviste un puto dedo contra mí —le dijo lentamente— Y ahora me pegas un puñetazo porque Flipy me la ha mamado un rato. Eso dice muchas cosas, Nick.

—¡CÁLLATE! —le gritó enfadado— Yo solo me preocupo por él...

—Claro que sí, Nick, te gusta.... Date cuenta de una vez —le dijo sin perder la tranquilidad—¿Quieres un consejo? Preocúpate por su lengua. Porque es bueno y como sigua así se lo follará medio instituto antes que tú.

—¡CIERRA LA PUTA BOCA!- le gritó perdiendo los nervios. Le empujó y se puso sobre él para pegarle de nuevo. Max sonreía.

—Celoso —le dijo como si fuese un secreto— Estás celoso...

—No —le dijo él. Se levantó y se marchó.

—¿A dónde vas? —le preguntó con la voz en grito el pelinegro.

—¡A hablar con él! —le gritó el moreno sin girarse siquiera y sin dejar de caminar.

*******************************************************************

Entró en la habitación como un torbellino. Alex estaba en el aseo de la habitación.

—¡ALEX! —le gritó. La puerta se abrió y vio al chico rubio mojado después de su ducha y con solo una toalla tapando su cuerpo. Tragó saliva pero eso no hizo que su enfado aminorase. Alex le miró como esperando que le dijese lo que había venido a decir— ¿Se la has estado chupando a Max?

Alex le miró con sus profundos ojos azules y ese día tenía poca vida en ellos. No tenía buena cara, estaba muy pálido y sus ojos cansados estaban enmarcado por ojeras.

—¿Y si así ha sido qué? —le dijo yendo hacía el armario. Nick sintió algo muy raro que nunca le había pasado. Sintió tristeza, rabia y sensación de estupidez mezclada con unos celos terribles.

—Me dijiste que Max no te interesaba —le dijo dolido, aunque en realidad no entendía el motivo. 
¿Qué hacía pidiéndole explicaciones al chico?

Tal vez era porque le había mentido... o por el hecho de haber hecho eso justamente con Max. Lo extraño era que no estaba enfadado con Max, aunque siempre le quitaba los chicos que le... ¿gustaban?

No, Alex no podía gustarle.
Porque estaba loco... porque... era... extraño...

"Y una mierda" pensó tragando saliva.

Le gustaba, debía admitirlo porque se estaba empezando a empalmar teniéndolo delante de él mojado y casi desnudo.

El rubio se quedó de espaldas a él.

—Él no me interesa —le dijo por fin. Nick soltó un suspiro de exasperación.

—¿Entonces porque haces eso? —le preguntó intentando entenderlo. Alex no dijo nada.
Soltó la toalla.

Nick se puso algo colorado al ver su cuerpo, aunque fuese por detrás. Era perfecto. 
Suave... como el cuerpo de un ángel caído del cielo.

Alex se puso la ropa interior.

—Porque...así... —dijo y por la voz, Nick supo que estaba a punto de llorar. El moreno nunca había visto tan triste al chico— me siento... bien.

Se acercó y le obligó a girarse. Alex apartó la mirada.

—Alex... ¿Te estás tomando tu medicación?

No. No lo estaba haciendo. Nick llevaba días observando al chico y los botes con sus medicinas no se habían tocado en mucho tiempo. El chico ya no era el mismo que había conocido, se lo notaba.

—¿Realmente te importa lo que yo haga?— le preguntó interrumpiéndole de pronto, se apartó de él.

—Pues claro... —le susurró dolido por sus palabras— Eres mi amigo.

Alex se dio la vuelta de nuevo, dándole la espalda.

—Márchate —le dijo con voz quebrada— No quiero hablar más.

Nick le miró enfadado.

—Esta es mi habitación también —le dijo intentando parecer tranquilo, se sentó en su cama— tengo tanto derecho como tú a estar aquí.

Alex asintió.

Se vistió en silencio. Nick se fijó en que el chico parecía más nervioso de lo normal.

Alex se giró de pronto hacia él. Abrió la boca para decir algo, y luego la cerró y no pronunció palabra.

Nick vio como se ponía sus característicos relojes para tapar unas cicatrices rugosas y alargadas. Eran bastantes. 
El chico no solo se había cortado las venas, se había hecho una carnicería.

Miró su otra muñeca. El brazo con el que había estado agarrando el cuchillo no tenía tantos cortes, pero sí alguno.

Bajó la mirada.

Alex se acercó a él. Le miró a los ojos.

-¿Quieres saber qué pasa con el chico que me gusta?- le dijo el rubio a media voz, mirándole fijamente. Nick asintió- Yo no mendigo el amor de nadie, Nick.

Nick frunció el ceño al notar el tono de Alex, pero cuando iba a decirle algo el chico se marchó.

Nick se quedó el su cama, no tenía ganas de ver a nadie, absolutamente a nadie.

No sabía qué pensar o qué sentir... no sabía nada. Estaba celoso de todos y, a demás, estaba triste.

Qué complicado que le parecía todo...

*******************************************************************

Nick acababa de saber la nota del último examen que había hecho. Había suspendido estrepitosamente por no haber estudiado casi nada. Y sabía el motivo de no haberlo hecho.

Se había pasado el día sin ganas de nada por estar pensando en su compañero de habitación...

Nunca le había pasado eso. No podía sacárselo de la cabeza.

Miró a su alrededor. David y Max habían hecho una reconciliación por todo lo alto. Pero eso ya no le importaba demasiado.

Dante y Ryan, en cambio, seguían peleados, supuso que eso era normal entre hermanos, y más cuando todo el mundo los comparaba...

Las clases habían acabado por ese día y volvía a su habitación sin ganas de hacer nada.

Era un desastre, ¡Un completo desastre!

¿Cómo quería compararse a su hermano si no podía ni aprobar un examen?

Cuando llegó a la puerta de la habitación esta se abrió.
La había abierto un chico tan alto como él, de cabello oscuro cortado al uno y profundos ojos negros. Vestía de negro, una camiseta enorme. Tenía un piercing en la ceja y cara de pocos amigos.
Él le miró de arriba abajo con ojos llenos de desprecio.

—Adiós, Alex —le dijo el chico, su voz era profunda y grave. Alex se acercó.

—Romano, Gracias de todos modos —le dijo mirándole a los ojos. Romano le sonrió y se encogió de hombros.

—Para eso estan los amigos —le dijo antes de irse, al pasar junto a Nick le fulminó con la mirada— Cuídate.

Nick cerró la puerta. ¿Romano? ¿Ese no era el nombre del que iba a darle "cosas más fuertes" a Alex? ¿Qué hacía allí?

Miró a Alex fijamente.

—¿Qué hacía ese tío aquí? —le preguntó.

—Nada —le dijo Alex.

—No quiero que esto se convierta en tu picadero particular —le dijo sin querer hacerle daño, pero era la verdad, no le apetecía ver como pasaban ante sus ojos toda aquella gente. Alex se tomó la cabeza entre las manos, no tenía buen aspecto.

—No me grites —le dijo. Nick levantó las manos.

—No te estoy gritando... —susurró preocupado. Alex se apoyó en la mesa para no caerse— ¿Estás bien? —le preguntó Nick más preocupado aún.

—Hoy no he tenido un buen día... —le dijo a media voz.

El enfado de Nick bajó un poco al verlo así, tan triste...

—¿Qué pasó? —le preguntó suavemente.

—He metido en la residencia a un tío de fuera, un camello con muy malas pintas, ya le has visto —le dijo sin girarse— La mismísima directora nos ha pillado, ¿Y que ha pasado? Nada.

Nick comprendió. Desde que llegó Alex estaba empeñado en que le expulsasen, pero no lo había conseguido todavía.

—¿Sabes por qué no ha pasado nada? —le dijo Alex. Nick negó— porque mi madre paga el triple para que me aguanten aquí pase lo que pase. Me lo ha dicho. Para no ocuparse de mí...

—Bueno... —empezó.

Alex se giró y tiró todo lo que tenía en la mesa en uno de sus repentinos ataques de rabia.

—¡No es justo! —gritó— ¡Si eso lo hubiese hecho cualquiera ya estaría en la calle! ¡Pero una cosa te digo!¡Me van a expulsar! ¡De eso puedes estar seguro!

Nick suspiró con tristeza. No le gustaba pensar que el muchacho acabaría yéndose...

Le gustaba dormir cerca de él.

No se podía seguir engañando así, Max tenía razón.

Le gustaba Alex.

Y a Nick no solo le gustaba su cuerpo. Porque sí, era guapo. Pero también era adorable... dulce, amable, inteligente y divertido. Era la persona con la que le gustaba pasar horas charlando de todo y de nada.

Realmente se estaba pillando por el chico.
Y quizá, se había negado a verlo porque estaba demasiado lleno de prejuicios y porque tenía miedo. Porque no sabía si esos sentimientos tan fuertes por alguien eran de verdad o solo...
No sabía ni lo que sentía por el chico loco.
No sabía lo que sentía en general.

Intentó no pensar más en eso porque le daba dolor de cabeza. A Alex no le gustaba él... compartían habitación y con él solía ser distante y incluso frío.

Estaba claro que no quería nada de él.

Notas finales:


El el siguiente cap----> ALEX.


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