Disclaimer: Los personajes de Naruto no me pertenecen, sino a su autor Kishimoto-sama, este fic lo hice solo y únicamente como diversión.
Parejas: OCxNaru SasuxNaru.
Aclaraciones y Advertencia: Este fic contiene Mpreg (tal vez), Violación, Violencia, Spoiler del manga y lo que se me ocurra nnU
Beta: Usarechan
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Capitulo 13.-Lo que nunca fue parte II
Aquel joven resultó ser hijo del líder del país del Acero. Poseía un carisma y personalidad magnética; comparado solo con su inteligencia. Yoru como se esperaría de cualquier futuro líder, era un gran orador, lo que le valía el respeto de los samuráis, así como las atenciones de las mujeres y uno que otro varón quienes veían en el prometedor pelinegro un gran partido.
Yoru jamás se había interesado en ninguna chica o chico, pero cuando su bicolor mirada se topó con la azulina del joven Hokage; quedó prendado de él. Por supuesto que Sasuke se había dado cuenta, pero no había dicho o hecho nada… graso error.
El día siguiente a la última reunión. El Uchiha se escabulló en la habitación de su amante con la idea de tener una noche de sexo, sin embargo lo que encontró lo dejó de piedra. Naruto se encontraba completamente desnudo siendo penetrado salvajemente por Yoru mientras gemía y gritaba de placer.
Sasuke se llenó de odio. Sin pensarlo, tomó su espada y mató a ambos amantes sin darles oportunidad de reaccionar. Al ver lo que había hecho, tiró su espada y cayó de rodillas; sus manos, rostro y mayor parte del cuerpo estaban manchados con sangre.
Lo había hecho… había matado a la persona que mas amaba en el mundo. No pudo más y lloró mezclando sus lágrimas con el carmesí líquido. Tomó la katana que momentos antes había usado para cegar la vida de su amado, acercándola a su propia garganta, dispuesto a terminar con su vida.
—Es suficiente —escuchó antes de que todo el lugar se iluminara y desapareciera.
Miró a su alrededor confundido; se encontraba en la habitación de Seiryuu y frente a él estaba Kagura.
La loba se acercó a él, percatándose de los espasmos que recorrían el cuerpo del azabache.
—Todo está bien —le dijo abrazándolo, percatándose del llanto del Uchiha —. Todo terminó… ahora duerme.
Sasuke cayó inconsciente en los brazos de la shinhan quien lo cargó en vilo para llevarlo a su habitación con el fin de que descansara.
—Mañana iniciaremos con tu entrenamiento —le dijo al durmiente —. Descansa.
Antes de salir, arropó al joven, acomodando unos cuantos mechones rebeldes.
Cuando la loba abandonó la habitación, se topó con Hien, quien se mantenía recargado en la pared, con los ojos cerrados y los brazos cruzados; al sentir la presencia de su pareja, abrió los ojos para posar su rubí mirada en la loba.
—No deberías de seguir con esto —Kagura levantó una ceja confundida —. Si Sasuke-san entra a la puerta de Seiryuu o a la de Suzaku, su mente podría sufrir algún daño irreparable o hasta morir.
—Estoy consciente de ello —le aseguró la loba —. No te preocupes, no pensaba seguir con esto.
— ¿Dejarás de entrenarlo? —preguntó confundido.
—No. Sasuke Uchiha será mi pupilo y estoy segura que de todos será el mejor.
Hien miró a su pareja con algo de confusión y un poco de celos. Nunca antes Kagura se había empecinado o tomado un discípulo por decisión propia. ¿Qué era lo que ese joven tenía que atraía tanto a la segunda Shinhan? Quizás lo descubriría pronto.
Al día siguiente, los ninjas se encontraban en el comedor. Sasuke no había aparecido y eso preocupaba a sus compañeros.
—Deberíamos ir a buscarlo —mencionó Sakura en tono preocupado.
—Tienes razón, Sakura-chan —la apoyó Naruto, haciendo ademán de levantarse.
—Gu —apoyó el pequeño dragoncito.
Las intenciones de ambos fueron detenidas por Kaze; el amo del viento se acercó a los jóvenes para informarles que el Uchiha se encontraba bien.
— ¿Qué le pasó a Sasuke-teme ttebayo? —preguntó el rubio sin ocultar su preocupación.
—Los entrenamientos que Kagura-sensei suele dar no son nada fáciles —dijo el aludido con tono lastimero —. Su amigo solo está cansado… seguramente dormirá uno o dos días.
— ¿Está herido? —cuestionó la pelirrosa preocupada —Podría ir a examinarlo. Kaze le sonrió negando con la cabeza.
—Kagura-sensei y un par de sanadoras ya lo examinaron y solo está cansado, es todo.
Los dos ninjas suspiraron aliviados; al menos Sasuke estaba a salvo.
— ¡Sakura-san, Sai-chan! —exclamó Mizuno quien había hecho su aparición como un río desbordado — ¡Que bueno que los encontré!
— ¿Qué sucede, Mizu-chan? —le preguntó Sai con una de sus típicas sonrisas.
— ¡Es hora de continuar con el entrenamiento! —respondió la youkai con su característica vitalidad y energía.
Sakura suspiró pesadamente. Esa chica tenía más energía que dos Narutos combinados.
— ¡Yo también debo reunirme con Hikawa-san ttebayo! —dijo el rubio con entusiasmo.
— ¡Gu! —lo apoyó el dragoncito en su hombro ocasionando que el amo del viento sonriera alegremente.
— ¿Sucede algo, Kaze-san? —preguntó Sai.
El youkai alado miró al pelinegro, regalándole una hermosa sonrisa, negó delicadamente con la cabeza; agitó un poco sus alas, estirándolas en el proceso.
—No esperaba que la criatura nacida del huevo espiritual tuviera la forma de Seiryuu —comentó tomando a Gu entre sus manos.
— ¿Eso es malo? —cuestionó la pelirrosa.
—Solo interesante —respondió el youkai —. Las criaturas nacidas de los huevos espirituales son el reflejo del alma de sus portadores —Gu se removió inquieto entre los brazos de Kaze antes de ser soltado, dirigiéndose a los brazos de su amo —, siendo sinceros, creí que del huevo saldría una especie de zorro —finalizó con una sonrisa.
Naruto miró al pequeño dragoncito quien canturreaba contento, le sonrió al youkai agradeciéndole el que le hubiese regalado a Gu.
— ¡Sakura-san, Sai-chan! —chilló Mizuno —Vamos de una buena vez.
Ambos aludidos asintieron; se despidieron de su amigo y del amo del viento para luego irse con la youkai del agua.
—Kaze-san, ¿Sabe donde está Yoru ttebayo? —le preguntó el rubio después de un rato de silencio.
—Ya que Yoru está algo… retrasado con su entrenamiento; Kuni-sama decidió llevárselo a lo más profundo del territorio de Byakko.
Naruto bajó la mirada un tanto deprimido; ¿Por qué no se había despedido de él? Al notar esto; Kaze le explicó que Kuni se lo había llevado después de la cena, sin darle tiempo a siquiera poder despedirse o llevar alguna muda.
— ¿Cómo es que tú te enteraste, ttebayo? —preguntó el rubio siendo coreado por Gu.
—Mizu-sama me lo dijo. Tenía pensado hacer lo mismo con Mizuno-san, pero eso ya no podrá ser —finalizó con una sonrisa —. Bueno, debo irme; aun debo supervisar el entrenamiento de los estudiantes de viento y sobre todo de Tori.
El rubio asintió haciendo ademán de levantarse; él también tenía que reunirse con Hikawa para continuar con su entrenamiento.
Mientras tanto; Sasuke se encontraba en su cama, tenía una fiebre muy alta y su frente estaba perlada por el sudor. El Uchiha se removía violentamente en la cama, presa de las pesadillas que atormentaban su alma, atrapándola con sus garras pegajosas.
—Creo que me he pasado —dijo Kagura para sí, mientras colocaba un paño húmedo en la frente del azabache.
Sintió como su bebé se removía en su vientre, seguramente dándole a entender a su madre que opinaba lo mismo.
—Eres igual de sincero que tu dobe padre —comentó la loba con una sonrisita mientras acariciaba el pequeño bultito en su vientre.
Sasuke soltó un fuerte grito, sobresaltando un poco a la youkai. Kagura se preocupó por la salud de su discípulo; tomó algo de agua, haciendo que sus manos brillaran en un tono azul, las colocó en la frente y mejilla derecha del joven, haciendo que el brillo pasara de sus manos al rostro de Sasuke; una vez desaparecido, el azabache se tranquilizó.
—Con esto te recuperarás pronto —dijo la loba.
Hien se encontraba en una enorme habitación cuyas columnas eran estatuas de las bestias sagradas. Estaba sentado en una almohadilla tradicional, frente a él se encontraba Fuuma.
— ¿Qué era lo que quería decirme, Hien-sama? —preguntó respetuoso el amo de fuego.
El ojirrojo dejó escapar un débil suspiro, quizás dándose un poco de valor.
— ¿Crees que sea buena idea pedirle a Kagura que se case conmigo? —aquello si que tomó por sorpresa al joven amo.
— ¿Lo dice enserio? —el shinhan asintió con una mirada decidida. Fuuma dejó escapar un suspiro —Kagura-sama es como todos los controladores de viento… un alma libre; además, Kagura-sama es un lobo de las montañas y ellos no eran muy conocidos por vivir con pareja.
Hien suspiró pesadamente; tal vez no era tan buena idea como pensaba.
—Hien-sensei —lo llamó Fuuma después de unos segundos de silencio —. ¿Puedo hablarle con sinceridad?
—Por supuesto, Fuuma. Siempre me he enorgullecido de considerarte como un buen amigo —el aludido sonrió agradecido.
—Si le dice a Kagura-sama que se convierta en su pareja creerá que lo hace por el hijo que tendrán.
—Pero no es así —expresó con desesperación ocasionando que su antiguo estudiante lo mirara sorprendido.
— ¿La ama? —los ojos de Hien brillaron como nunca antes; asintió con la cabeza sin poder evitar una sonrisa boba.
—La amo como jamás creí poder amar.
— ¿Ya se lo dijo? —el ojirrojo asintió. Fuuma dejó salir otro suspiro —Hien-sensei; yo no creo ser el más indicado para darle algún consejo… yo mismo no soy un gran modelo como pareja —finalizó encogiéndose de hombros.
Hien dejó escapar una pequeña risilla. Era por todos sabido que Fuuma era muy promiscuo y se había acostado con casi todos los habitantes del territorio de Suzaku y algunos de los otros territorios, solo salvándose los controladores del agua.
— ¿Por qué no habla con Ruri-chan? —le preguntó —Después de todo; la decisión que tome también le afectara a ella.
Ruri era un koorime e hija adoptiva de Hien; el youkai la había encontrado cuando aún era muy pequeña. La niña le había recordado tanto a Hina (la primera mujer a la que amó), tal vez porque ambas pertenecían a la misma especie o cualquiera que fuera la razón, la pequeña se había ganado un lugar en su corazón.
Fuuma tenía razón, debía hablar con su hija, pedirle disculpas por no haberla tomado en cuenta desde un principio y después pedirle su opinión y consejo.
Continuará…
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Lizerg-chan: En el siguiente capitulo saldrá Gaara!!!
Youko Saiyo: -.- ya nos habíamos demorado.
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