: Los personajes de Naruto no me pertenecen, sino a su autor Kishimoto-sama, este fic lo hice solo y únicamente como diversión.
Parejas: SasuxNaru, MinaxIta y otras.
Aclaraciones y Advertencia: Este fic contiene Lemon, Violencia, Mpreg, posible violación, contenido Hetero, Spoiler del manga, entre otros.
Beta: Usarechan.
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Capitulo 32.- Perdonando errores
Cuando Naruto regresó a su casa se encontró con un muy furioso Sasuke; dejó escapar un pesado suspiro (seguramente el azabache ya estaba enterado de todo).
—Dobe… de ninguna manera permitiré que te vayas y dejes a Himeko —sí, definitivamente lo sabía.
—No quiero hacerlo… —afirmó sin atreverse a ver a su esposo a la cara —pero si no lo hago… ellos te enviarán a prisión y nos quitarán a nuestra niña —por primera vez el rubio levantó la vista permitiendo ver sus ojos inundados de lágrimas — ¡No puedo permitirlo!
Sasuke abrazó al rubio quien había roto en llanto.
No era justo, simplemente no lo era. Hacía solo unos días su mundo era perfecto; estaba casado con su rubia obsesión, acababan de ser los orgullosos padres de la niña más hermosa y perfecta del mundo y ahora… una vez más el destino se burlaba queriendo arrebatarle su felicidad una vez más.
Yue no estaba en mejores condiciones que la pareja. Ella sufría por todas las horribles e hirientes palabras que le había dicho a su hermano –de las cuales se arrepentía –, sufría por Naruto y Sasuke a quien también consideraba su hijo, pero sobretodo sufría por la pequeña que dormía tan plácidamente en su cuna, ajena a todos los problemas que existían a su alrededor.
Naruto ya estaba un poco más calmado, en esos momentos disfrutaba de una buena taza de té preparada por su madre. Los tres adultos se encontraban en la sala.
— ¿Por qué no se van a Suna? —habló Yue después de un incomodó rato de silencio —En Suna podrían pedirle asilo al Kazekage… es su amigo y estoy segura que les ayudará.
—No quiero causarle problemas a Gaara ttebayo —objetó el rubio quien en esos momentos cargaba a su pequeña que se alimentaba tranquilamente de su pecho.
—Entonces vengan conmigo —habló Raito sobresaltando a los presentes. ¿Cómo es que había entrado sin que se diesen cuenta?
—Raito-kun —dijo Yue en tono alegre —. ¿Cuándo llegaste? —el aludido le sonrió antes de acercarse a ella y darle un ligero beso.
—Hace unas horas —respondió con una sonrisa.
— ¿Qué quieres decir con ir contigo? —cuestionó Sasuke con molestia.
—Vengan a vivir al país del rayo —habló serio.
Raito les explicó que había regresado a su país con la única finalidad de hablar con su padre sobre el engaño del consejo de Konoha, pero sobre todo de su amor por la Uzumaki.
—Ya que Yue se convertirá en mi esposa, su hijo Uzumaki Naruto se convertiría en mi hijo —aquello si que tomó por sorpresa a los tres.
Vaya vueltas del destino. Naruto nunca había conocido una figura paterna y ahora había dos hombres dispuestos a tomar el cargo… vaya ironía.
—Y mi padre estuvo de acuerdo en aceptarlo —finalizó el joven.
Al azabache le parecía buena idea irse lejos de Konoha y del pasado pero bien sabía que su rubio no lo aceptaría; él amaba esa aldea y lucharía por ella siempre.
—Se lo agradezco Yagami-sama pero Konoha es nuestro hogar y no podemos huir solo porque las cosas están mal ttebayo.
Sasuke tomó la mano libre de su esposo dándole a entender que lo apoyaba incondicionalmente. Yue le sonrió a la pareja; ella también les apoyaba.
Yagami asintió ligeramente con la cabeza. Si no podía ayudar a su futura esposa e hijo de esa manera encontraría otra forma lo juraba por su honor.
Cuando Raito y Yue se quedaron a solas; ésta se enteró que había sido Minato quien le había puesto al tanto de todo (omitiendo el detalle de su discusión con ella).
—Debería hablar con mi niichan y pedirle disculpas —dijo la rubia al aire.
—Por lo que me cuentas en esos momentos estabas furiosa —ella asintió —. La furia ciega y nos hace decir o hacer cosas que no pensamos o sentimos.
—Aun así yo… —Raito la calló con un beso.
—Ambos cometieron errores…
—Pero eso no justifica las palabras hirientes que le dije.
Raito le sonrió al tiempo que la abrazaba tratando de reconfortarla.
—Ve a verlo y habla con él —la rubia se separó ligeramente de su prometido, le sonrió dulcemente antes de darle un dulce beso.
—Gracias por escucharme —dijo antes de levantarse y salir corriendo de la casa en busca de su hermano mayor.
Raito tan solo sonrió con cara de bobo, definitivamente amaba a esa mujer por sobre todas las cosas.
El matrimonio Uchiha se encontraba en su habitación; el ambiente era un poco tenso y melancólico, muy diferente al alegre que debía sentirse por el nacimiento de un bebé, especialmente si era el primero.
—Sasuke —lo llamó el rubio después de un rato de silencio. El aludido se encontraba al lado de la cuna, observando como dormitaba su pequeña, se veía mas serio de lo normal —. ¿Estás molesto conmigo? —preguntó algo preocupado.
A pesar de todo, Sasuke no estaba enojado; comprendía perfectamente a Naruto, sabía que lo hacia por protegerlo a él y a su niña… aun así no lo aprobaba.
—No lo estoy dobe —le aseguró sin despegar la mirada de su bebé —, al menos no contigo.
—Solo serán dos semanas… obaachan me prometió que pasado ese tiempo regresaría sin importar que hubiera concluido o no el entrenamiento ttebayo.
— ¿Qué hay de tu salud? —lo interrogó preocupado mirándolo a los ojos por primera vez desde que comenzó la platica —No hace ni tres días que diste a luz.
—Kyuubi ya se ha encargado de eso. Ya me encuentro bien ttebayo.
— ¿Estás seguro? —le preguntó con preocupación. Naruto le sonrió asintiendo con la cabeza.
La atención de ambos se centró en la pequeña que comenzó a llorar clamando por la atención de sus padres.
Naruto no deseaba cometer los mismos errores que su padre pero en esos momentos se daba cuenta que lo estaba haciendo.
“No, tú no encerraste a un demonio en el interior de tu pequeña, solo la dejarás un corto periodo de tiempo por su seguridad y la de su padre”. Se repetía mentalmente.
—Esto lo haces por tu cachorro —era la voz de Kyuubi quien le hablaba —. Te ayudaré a superarlo.
Naruto sonrió interiormente; estaba agradecido por el apoyo que el zorro le daba. En momentos como esos se daba cuenta de cuan ciertas eran las palabras que su madre solía decir:
Son en momentos difíciles cuando sabes quienes son en realidad tus amigos.
Yue se quedo de pie delante de la que hasta unas horas atrás había sido su casa; suspiró pesadamente antes de tocar a la puerta. Unos minutos después Minato abrió la puerta; se veía demacrado y triste.
—Yue… —Minato habló melancólico — ¿Olvidaste algo?
—… yo… vine para hablar…
Minato asintió haciéndose a un lado para permitirle el paso a la rubia; se fueron a la sala para poder hablar más tranquilos.
— ¿Deseas algo de beber? —Yue negó con la cabeza.
— ¿De qué quieres hablar?
—De lo sucedido… —Minato cerró los ojos asintiendo ligeramente.
—Lo siento —se disculpó el mayor —. No debí golpearte.
—Me lo merecía… no debí decir esas horribles palabras.
—Yo tampoco debí decirte que no eras la madre de Naruto… tú lo criaste, eres su madre —suspiró —, soy yo quien no tengo derecho a…
—Ambos cometimos errores y dijimos cosas que no pensábamos —aceptó Yue interrumpiendo al mayor —. Solo quería pedirte perdón por eso… eres mi hermano y te adoro.
Minato sonrió, abrazó a la menor mientras ésta derramaba algunas lágrimas. Ambos habían aceptado sus errores y perdonado, ahora el lazo que compartían se había incrementado.
—Te traeré a tu hijo en dos semanas haya o no terminado con el entrenamiento —Yue asintió un poco dolida por la forma en la que Minato hablaba de su niño.
Se sentía culpable por eso, pero lo arreglaría así se le fuera la vida en ello; era una promesa y Yue Uzumaki siempre cumplía con sus promesas.
Continuará…
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Lizerg-chan: Ya los hermanos han hecho las pases n_n
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