Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Fiebre por starsdust

[Reviews - 97]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Kardia.

La llovizna caa suavemente cubriendo las piedras con una capa brillante. Le haban dicho que el santo de Libra estaba lejos del santuario, y que no indagara al respecto. El templo pareca estar abandonado. Atraves Virgo, agradeciendo la ausencia de su custodio, y al acercarse al templo de Leo contuvo la risa recordando las palabras de Shaka acerca de su guardin.

"Aiolia de Leo es valeroso y honesto. Es confiable, pero lo mejor es que nadie ms sepa de nuestro secreto. Milo gusta de pelear con l. Si te cruzas con l sintete libre de hacer lo mismo para que no sospeche."

Esa era definitivamente una persona a la que tena curiosidad por conocer, pero al llegar al lugar vio que estaba vaco. De momento no haba nadie all, aunque el ambiente no era desagradable como en el del siguiente templo al que lleg.

"Evita a Death Mask de Cncer, en lo posible. Y en el caso de que te lo encuentres, lo mejor que puedes hacer es ignorarlo. Es una persona extraa. Ten cuidado con l."

El lugar se senta fro en una manera diferente al fro que transmitan Dgel o Camus; era un aire helado enrarecido y antinatural. Tambin se vea ms oscuro que cualquier otro templo que hubiera visto. Busc a su dueo con la mirada y lo encontr apoyado contra una de las columnas. Se vea como una especie de Manigoldo malhumorado a la maana siguiente de una larga noche de copas.

Tom la decisin de avanzar sin decir palabra, apenas detenindose un momento como para pedir permiso. Algo le incomodaba profundamente sobre esta persona; poda parecerse a Manigoldo, pero las piezas no encajaban del todo. Death Mask apenas lo mir, y cuando dio vuelta la cabeza Kardia crey ver una especie de sonrisa extraa en sus labios por unos segundos.

Distrado por un momento, casi tropez con algo. Decidido a poner ms atencin afin sus sentidos, y cuando sus ojos se acostumbraron a la oscuridad not que las paredes portaban una decoracin ttrica. Estaban cubiertas por lo que parecan ser rostros de personas, y poco tard en darse cuenta de que pertenecan efectivamente a cadveres.

La cuarta casa se relacionaba con la muerte, pero ese era un espectculo con el que nunca haba esperado encontrarse. Crey escuchar lamentos ahogados provenientes de las paredes lgubres. El lugar se senta como una puerta al infierno. El siguiente templo no servira para apaciguar la sensacin de incomodidad que lo estaba ganando.

"Gminis desapareci misteriosamente hace muchos aos. No hagas preguntas al respecto. Tampoco hagas preguntas sobre Sagitario."

La casa de Gminis se alzaba en su camino, solitaria y silenciosa. Le carcoma la curiosidad con respecto a la falta de datos sobre su guardin, y al entrar en el lugar le llam la atencin que al contrario que en Libra, no sinti que este fuera un templo completamente abandonado. Un cosmos extrao y pesado lo envolva.

Este santuario era un lugar mucho ms oscuro del que l conoca. Se vea igual, pero se senta diferente, tanto su gente como el aire que lo rodeaba. Como una fruta que luce normal pero se pudre desde adentro.

El siguiente templo, sin embargo, corresponda al santo que tena por costumbre adoptar el nombre de la estrella ms brillante de su constelacin, y estaba rodeado por un cosmos amigable.

"Aldebarn de Tauro es una persona fuerte, madura y de buen corazn. Puedes confiar en l, pero no des pistas sobre tu verdadera identidad."

Aldebarn, lo recibi con una sonrisa y lo dej atravesar el templo haciendo menos preguntas de las que esperaba. Se vea bastante ms joven y menos robusto que el Toro que l conoca, pero an as su presencia era imponente.

El primer templo, Aries, estaba vaco. Shaka haba dicho que su guardin no viva all sino en Jamir. Al caminar a travs del lugar lo siguieron los ecos de sus propios pasos. La meloda lo gui hacia las afueras del santuario, del que se escabull con cuidado y sin problemas. Haba guardado su armadura en la caja que ahora llevaba a los hombros, y manejar este cuerpo se le haca fcil; todas las barreras que alguna vez podan haberlo restringido haban desaparecido.

El pueblo de Rodorio segua siendo un lugar tranquilo, pero no tard en notar elementos extraos, como algunos carros de formas extraas que avanzaban por s solos sin necesidad de caballos que tiraran de ellos.

Siguiendo la meloda se dirigi a la salida del pueblo y finalmente termin por encontrarse junto a un camino amplio cubierto por piedra lisa. Saba ahora el origen del sonido y estaba seguro de cul era el lugar adonde deba ir: la misma ciudad de Atenas.

Poco despus vio que un enorme carro con capacidad para varias personas se acercaba desde lo lejos. Not que tena escrito al frente un cartel que rezaba "Destino: Atenas", y sonri. Se vali de su rapidez y destreza para subir al techo del carro de un salto sin que nadie lo notara, y una vez all disfrut de la sensacin de ser golpeado por la llovizna. El viento y la velocidad del carro hacan que las gotas le hicieran sentir que estaba siendo acariciado por millones de agujas inocentes.

Cuando el vehculo lleg a la ciudad, Kardia se vio sorprendido por lo que vio. El lugar estaba colmado de gente y de pequeos carros que se movan sin caballos, luces que brillaban por s solas, sonidos fuertes, colores. Descendi del gran carro cuando lleg ste pas junto a la Acrpolis, e intent esconderse de las miradas extraadas que recibi de un grupo de personas que pasaba por all cargando pequeas cajas que despedan destellos. La confusin lo llev a terminar chocando contra alguien que tena algunos papeles en la mano.

-Ests buscando a alguien o vienes a alguno de los conciertos? Quieres un programa? -dijo el hombre, ofrecindole uno de sus volantes con una sonrisa.

Un poco abrumado por el tumulto inesperado y la atencin, que esta vez no le causaba ninguna gracia, Kardia retrocedi buscando desesperadamente un lugar donde poder pasar desapercibido. Entonces sinti que alguien lo tomaba del brazo, una persona lo suficientemente rpida y habilidosa como para sorprenderlo.

-Qu ests haciendo, idiota? -dijo una voz joven, arrastrndolo hacia las sombras de una antigua estructura. Kardia se dio la vuelta de inmediato, apuntando su Aguja Escarlata hacia el enemigo, hasta ver que se trataba de un chico joven que cargaba una caja en su espalda. Kardia dio un respingo y se detuvo. Aquella persona perteneca al santuario.

-Qu ests haciendo t? -pregunt a su vez, esperando reconocer a quien tena enfrente entre las penumbras.

-Cumpliendo con mi deber -respondi el chico, avanzando un poco hasta que Kardia pudo verlo con ms claridad. La caja perteneca a la armadura de Leo, y ese chico se pareca al discpulo de Ssifo, Regulus. No se sorprendi, aunque le llam la atencin la actitud augusta que presentaba.

-"Aiolia"... -dijo Kardia, recordando lo que Shaka haba dicho acerca del santo de Leo.

-Ya sabes que un cosmos extrao ha estado rondando este lugar, fui enviado para asegurarme de que todos los asistentes estn a salvo en caso de que aparezca un enemigo.

-Los asistentes? -pregunt Kardia.

-Los asistentes al Festival de Atenas. Y supongo que por eso ests aqu, s que t queras esta misin.

-Cmo que yo la quera...? -exclam Kardia, sin darse tiempo a pensar que no era la pregunta ms adecuada. Aiolia lo mir con cierta molestia, pensando que estaba hacindose el inocente.

-Ah, ahora negars que estabas quejndote hace un par de das de que yo fuera el enviado a esta misin porque era "diversin gratuita"? S que es porque t queras venir. Dijiste: "Ir al Festival de Atenas a cuidar por la supuesta aparicin de un supuesto enemigo no es una misin, es un premio, y Aiolia no se lo merece".

Kardia se imagin la situacin y ri. Estaba claro que Milo tena una relacin complicada con Aiolia, as que decidi contestar dando una respuesta que estuviera acorde a los deseos del otro escorpin.

-Te equivocas. Seguramente debo de haber dicho "ese idiota no se lo merece".

Aiolia enrojeci de rabia y perdi la compostura, dejando totalmente de lado su mesura.

-T cllate, bicho! Nadie te mand a que estuvieras aqu, te guste o no es mi trabajo y no el tuyo! Pero claro, no soportabas que te dejaran afuera! Saba que vendras, lo saba!

Sin prestarle demasiada atencin a los insultos de Aiolia, Kardia fij su atencin en el papel que tena en las manos y lo ley con cuidado, aunque le costaba entender lo que estaba escrito all.

"Festival de Atenas

El clsico festival anual retorna a la Acrpolis con sus variados espectculos"


La msica se haba vuelto mucho ms fuerte, y se entremezclaba con otros sonidos. Ahora poda identificar la fuente con claridad, y sta era un viejo edificio no demasiado lejos de donde ellos estaban. Lo haba visto en el siglo XVIII, ya que formaba parte de las ruinas de la Acrpolis, con las que estaba familiarizado.

-Viene de all... -susurr Kardia mirando en direccin al teatro. Aiolia lo mir sorprendido. Kardia estaba ahora en alerta, y el len dorado reconoci el cambio, aunque no era capaz de identificar el porqu de la reaccin del otro.

-El Oden de Herodes tico? -pregunt Aiolia, afinando sus sentidos para intentar percibir a qu se refera el escorpin.

-S! -Kardia corri hacia el lugar, en donde un concierto estaba tomando lugar. Se col veloz y cuidadosamente entre los recovecos hasta terminar siendo parte de la audiencia, que escuchaba encantada a un nio de no ms de diez aos que tocaba la flauta sobre el escenario.

-Milo, qu demonios...? -dijo la voz de Aiolia a sus espaldas. Kardia se dio la vuelta de mal humor.

-Me ests siguiendo? No soy tu niera, sabas?

-Qu dices?! T eres el que est en falta aqu y el que me sigui en primer lugar!

-Cllate la boca, imbcil! -dijo Kardia entre dientes, creyendo que comenzaba a entender la razn de la difcil dinmica entre estos dos.

En el escenario, el nio haba terminado su actuacin. Los comentarios de los espectadores remarcaban que aquel chico era "en verdad un prodigio". De lo que Kardia era seguro es que ahora saba dnde haba escuchado esa msica, y que ese chico, aunque varios aos ms joven, se pareca enormemente a la persona que haba conocido en la misin en Viena a la que haba ido con Dgel... la misin que haba desencadenado el problema en el que estaba metido.

Tomando en cuenta la explicacin de Shaka, supuso que se poda suponer que esa persona era la reencarnacin de quien l haba conocido en el siglo XVIII. Y sus sospechas fueron confirmadas cuando antes de retirarse del escenario el nio levant la vista hacia la audiencia, la fij en Kardia y sonri. Kardia fue invadido por una sensacin de familiaridad. Estuvo seguro en ese instante que el chico saba quin era. No le importaba su corta edad, tena que hablar con l.

Se abri paso con rapidez entre la gente, terminando tras el escenario. Se escondi en la trastienda y vio al nio siendo escoltado por un adulto que le acariciaba la cabeza con cario. Kardia esper al segundo en que el pequeo flautista qued solo para tomarlo de un brazo y llevarlo a la esquina donde se estaba ocultando. El nio lo mir con sorpresa, pero no pareci asustarse. La voz de Aiolia volvi a sonar.

-Te has vuelto loco, artrpodo? -pregunt Aiolia con alarma.

-Mtete en tus asuntos, gatito! S lo que hago! -respondi Kardia, irritado. La respuesta a todo poda estar all, y no dejara que Aiolia arruinara su oportunidad. Tom al nio por los hombros y lo mir con firmeza-. Escucha, t. Necesito tu ayuda.

-No lo creo -respondi el chico con una sonrisa. Su mirada autosuficiente era tal como la recordaba, an cuando tuviera varios aos menos.

-Qu? Sabes quin soy, verdad?

-Eres un loco. Har que te arresten.

-No mientas! Quin eres t?

-Milo, basta! -insisti Aiolia-. Qu quieres con ese nio? No es ms que un flautista prodigio... est en el programa... "Sorrento".

-Entonces, "Sorrento", djate de hacerte el indiferente... t iniciaste esto, dime cmo revertir el proceso!

-Yo? Cada cual es responsable por s mismo... quienquiera que seas -respondi Sorrento sin dejar de sonrer.

Kardia se sinti frustrado. La chispa de reconocimiento que haba visto antes en sus ojos haba desaparecido. Baj la guardia un momento y recibi un golpe de flauta que lo desconcert. El chico aprovech la oportunidad para escapar.

-Ese malcriado...!

-No hay nada que yo pueda hacer. La respuesta que buscas est en la otra dimensin... -dijo Sorrento volvindose una vez ms hacia ellos antes de desaparecer entre los msicos que se preparaban a salir al escenario.

Aiolia y Kardia se miraron el uno al otro con suspicacia. Aiolia no entenda lo que estaba pasando, y Kardia tema haber dado demasiado a entender.

-Qu diablos significa todo esto, Milo?

-Nada que te importe -respondi Kardia. Se senta molesto, pero a pesar de todo haba obtenido una respuesta. Una que no entenda. Quizs fuera hora de volver al santuario



Shaka.

Shaka no se sorprendi cuando al volver a su templo not que Kardia haba salido de Escorpio. Haba supuesto que podra pasar, sabiendo que Kardia no se resignara a esperar sentado a que arreglaran todo por l. En eso se pareca a Milo, y a pesar de que se preocup, confi en que volvera pronto al santuario y que tendra cuidado de no empeorar las cosas. Despus de todo, se trataba de un santo dorado.

En cuanto a l mismo, haba conseguido traer consigo despus de bastante esfuerzo algunos documentos ms relacionados con la Guerra Santa anterior, para buscar pistas en el pasado que los ayudaran a resolver la situacin presente. Se senta contrariado por arriesgarse de tal manera haciendo algo de lo que el patriarca no estara orgulloso, pero entenda que era necesario, y de todas maneras los devolvera a su lugar.

Decidi esconderlos de momento en el fondo de un viejo armario, y al correr los objetos que estaban en los estantes se encontr con que haba algo guardado all. Un papel enrollado. Lo retir con cuidado, y al tocarlo tuvo la certeza de que aquello tambin perteneca al siglo XVIII. Puso su mano sobre l y las palabras escritas fluyeron en su cabeza, acompaadas por una voz familiar.

"No s por qu escribo esto, quizs porque s que nunca podrs leerlo y que yo nunca podr decrtelo. Te he observado desde lejos, a veces teniendo la sensacin de que sabes que estoy aqu, pero sin el valor de enfrentarte. Hay ocasiones en que cuando hablas solo he tenido la sensacin de que te diriges a m, pero no creo que sean ms que ilusiones.

Escucho lo que dicen sobre ti y quisiera decirles que estn equivocados, que he visto tu dedicacin y que entiendo tus dudas. Quisiera poder atravesar el espacio que nos separa, pero el abismo es demasiado profundo, y mi oscuridad solamente te manchara. Quizs en otra poca y en otro lugar, en otro tiempo y en otro espacio, si podemos encontrarnos, podra decirte que yo s creo en ti. Hasta entonces me conformo con contemplarte desde lejos, desde las sombras a las que pertenezco.

Defteros"


-Defteros... -repiti Shaka, abriendo los ojos que contra su voluntad se haban humedecido. Contempl la carta, escrita con una letra tosca y descuidada, y se enjug las lgrimas con el dorso de la mano para evitar que cayeran sobre ella, sorprendido por su propia reaccin. Algo clido se haba encendido en su pecho, y una imagen lleg hacia l, un eco del pasado impregnado en el papel.

Alguien lo abrazaba desde atrs, tomndole la mano con cuidado, arrebatndole el papel que haba encontrado.

-Asmita... -dijo Defteros, cerrando sus dedos sobre la carta sin abrir.

-Espera... quera saber lo que deca. Estaba dirigido a m, o no? Cunto tiempo lleva all esa carta? -pregunt Asmita sonriendo.

-No tiene importancia. Ya no. Pertenece al pasado.

-Me gustara ser yo quien juzgara eso, ya que estoy involucrado.

-Confa en m -pidi Defteros, hundiendo su rostro en la nuca de Asmita, que se dio vuelta y recorri el pecho de Defteros con sus manos, dibujando el contorno de los msculos.

Defteros ola a tierra caliente, haba trado consigo el aroma de la isla donde ahora habitaba. Era Asmita quien en general lo visitaba a l, pero esta vez l lo haba sorprendido aparecindose en el santuario, usando para llegar hasta Virgo las mismas habilidades para esconderse que haba usado en el pasado, cuando viva entre penumbras.

Asmita atrajo a Defteros contra s y degust el intenso ardor de su boca, el latir de su cosmos poderoso.

-Deberas considerar quedarte... alguien capaz de atravesar dimensiones y destruir galaxias no debera encerrarse en una isla -susurr Asmita, dejndose acorralar por Defteros, que termin por cubrirlo con su cuerpo por completo.

-Esa es mi eleccin. No dices siempre que cada uno debe tomar sus propias decisiones? No me gusta este lugar. Si estoy aqu es porque tu cumpleaos es slo una vez al ao.


Volviendo al presente, Shaka sacudi la cabeza, confundido por las imgenes y las sensaciones. Su corazn lata de repente a toda velocidad. No estaba seguro de lo que significaba aquella visin, pero a travs de ella una revelacin lleg a l como un rayo que cae en un da despejado.

Guard los documentos con cuidado y fue hacia la salida de su templo. Tena que encontrar a Kardia, pero a quien vio fue a Camus, que pareca inquieto a pesar de estar haciendo todo lo que poda por ocultarlo.

-Shaka, dnde est...? -pregunt Camus en voz baja.

-Aqu estoy -dijo Kardia, apareciendo en la entrada del templo. Acababa de volver de Atenas, y haba llegado en el momento justo. Camus suspir aliviado, pero su expresin cambi rpidamente a una llena de dureza.

-Adnde te habas metido? -pregunt el acuariano.

-En busca de un posible remedio para esto. Quieres que me quede de brazos cruzados acaso?

-Lo que quiero que tengas cuidado, no te das cuenta que esta es una situacin difcil?

-Me lo dices a m? Quin est en un lugar y cuerpo que no le pertenece? Por eso mismo quiero encontrar una solucin, hasta donde s ustedes tienen tan poca idea como yo sobre lo que hay que hacer a continuacin. O crees que eres el nico capaz de encontrar respuestas?

Kardia haba ido avanzando hacia Camus ms y ms con cada palabra, hasta terminar nariz a nariz con l, que le sostuvo la mirada.

-Tranquilcense -dijo Shaka-. Concuerdo en que deberas tener cuidado, Kardia, pero has encontrado algo que nos pueda ser til?

-"La respuesta est en la otra dimensin" -dijo Kardia automticamente, repitiendo las palabras de Sorrento. Camus lo mir con extraeza y se cruz de brazos. Aquello no pareca ser una respuesta, y sin embargo algo en esas palabras le tocaba un resorte interior.

Shaka asinti, como si esa frase confirmara lo que l vena pensando.

-Necesitamos a alguien que sea capaz de manipular el tiempo y el espacio -dijo Shaka. Camus lo pens por un momento.

-El tiempo y el espacio? Pero t puedes hacer eso...

-Puedo, pero mis habilidades no son suficientes para lo que necesitamos hacer. Estoy hablando de poder mover a otra persona eficientemente a travs de dimensiones.

-Dimensiones... Gminis? -intervino Kardia, olvidando lo que le haban dicho respecto al santo de ese signo. Camus y Shaka callaron por un buen rato, y Kardia se dio cuenta de cunto incomodaba sacar a relucir ese tema.

-Quizs, si tuviramos la posibilidad de contar con l. Pero no es as.

-Entonces?

-Entonces tendremos que recurrir a la nica persona que pienso que puede tener la capacidad de ayudar en este momento. Alguien con la suficiente capacidad para transportar a alguien ms a travs del espacio-tiempo.

-Shaka, ests pensando en...? -comenz a decir Camus, que vena siguiendo con atencin el razonamiento. Shaka asinti.

Por el momento se vea como la nica posibilidad que se asomaba en el horizonte, aunque era consciente que podra traer problemas, en especial porque significaba que deberan involucrar a ms personas en el enredo, y la persona a la que necesitaban se mantena a distancia del santuario. Suspir, y dej escapar el nombre de entre sus labios...

-Mu de Aries.

Continuar :P
Notas finales: En el próximo capítulo se vuelve al ritmo de mitad pasado y mitad presente. Para compensar por el capítulo anterior que era todo sobre el pasado, este es todo sobre el presente XD

Aunque tenía la idea central, tenía también varias dudas, en especial de cómo quería que Kardia llegara a Atenas, y lo que pasaría allí. No quería que fuera forzado su encuentro con Sorrento ni con Aiolia, que era algo que tenía ganas de hacer, así que quería buscar una excusa creíble para que los dos estuvieran en la vuelta.

Leí sobre Atenas buscando datos que me ayudaran antes de arriesgarme con esto. El Odeón de Herodes Ático (Herodes Ático es un nombre XD) es efectivamente un teatro que forma parte de la Acrópolis donde se hacen conciertos, pueden buscar información. El Festival de Atenas existe, se hace anualmente desde 1955 y se ofrecen en él todo tipo de espectáculos.

El Odeón es uno de los lugares clave para los espectáculos musicales del Festival de Atenas y también otros eventos (por ejemplo, allí se hizo Miss Universo una vez)

Acá unas pics de cómo se ve el lugar:

Por afuera: http://img12.imageshack.us/img12/8880/athensfestival1.jpg

Desde el escenario: http://img196.imageshack.us/img196/8938/athensfestival.jpg

Desde la platea: http://img692.imageshack.us/img692/3266/grathinaiodeion2.jpg

Las pics son de aquí, donde hay más información también www.acropolis-greek-parthenon.com/acropolis-theatre/

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).