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No puedes comprar mi amor por zandaleesol

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Título: “No puedes comprar mi amor”


Personajes: Harry Potter/Draco Malfoy


Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, son de propiedad de J.K. Rowling, sólo los tomo prestados para divertirme con ellos, no percibo ningún beneficio económico.


Advertencia: Post Deathly Hallows, sin Epílogo. Esta historia comienza a desarrollarse justo cuando faltan dos días para el primer aniversario del enfrentamiento final entre Harry y Voldemort.


Capítulo 17. Noche Especial


&&&


Eran las nueve en punto y Harry esperaba y desesperaba sentado en el sofá. Hacía más de una hora que Draco se arreglaba para salir, no comprendía porque demoraba tanto; él con una ducha y unos toques por aquí y por allá había estado listo, pensó que el rubio era peor que una chica, o eso creía, después de todo su experiencia con ellas era muy escasa, sólo Cho Chang y Ginny, el primer noviazgo fue tan corto como el segundo.


Sin embargo cuando ya comenzaba a enfadarle de verás aquella demora, una fragancia llegó hasta su nariz. Draco bajaba la escalera con una apariencia digna de un galán de telenovela muggle. El cabello rubio lo llevaba un poco húmedo y algo alborotado y la túnica de color índigo le sentaba muy bien. El aroma que despedía Draco era subyugador, tanto que hizo que al muchacho de ojos esmeraldas se le olvidara en el acto su mal humor e impaciencia.


——Lo siento, ¿te hice esperar demasiado? ——preguntó el rubio con aire inocente, pero dándose cuenta a la perfección del efecto que había causado en el moreno.


Harry sólo se limitó a negar con la cabeza mientras sus ojos recorrían a Draco de pies a cabeza.


——¿Entonces nos vamos?


Harry por fin encontró la voz para responder y también tuvo clara conciencia de su reacción. Las mejillas se le cubrieron de rubor.


——Eh… Sí, vamos ——respondió mientras intentaba apartar su mirada de Draco.


El notorio bochorno de Harry, no se reflejó en Draco con nada más que con una sonrisa de visible placer. Tenía unos incontrolables deseos de besarlo, pero se contuvo ya le sobraría el tiempo para hacer eso.


Cruzaron la empalizada de madera que limitaba la propiedad. Harry miró al rubio con expresión dubitativa.


——Ven acá ——ordenó el rubio y Harry obedeció dócilmente.


El muchacho rubio tomó la mano del moreno y luego lo apegó a su cuerpo, las miradas de los dos se cruzaron por un breve segundo antes de desaparecer.


*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~


Aparecieron en un callejón tan oscuro como la noche misma. Harry caminaba inseguro, aquello no le agradaba, sin embargo los pasos de Draco eran seguros, sabía hacia donde iba.


——¿Dónde estamos?

——Pronto lo sabrás ——respondió el rubio.

——Espero que no sea peligroso.


Draco dejó escapar una risilla medio traviesa.


——Podría ser peligroso para ti, generalmente aquí vienen magos que simpatizaban con el Señor Tenebroso.


Harry se paró en seco.


——No estoy de humor para tus estupideces Malfoy.


Draco volvió a reír, pero esta vez burlón.


——Vamos Potter, ¿qué sucede, a caso tienes miedo?

——Que te diviertas Malfoy, regreso a la casa ——respondió Harry dándose la vuelta.


Draco lo miró con decepción, pero al instante le tomó del brazo para detenerlo.


——Vamos relájate un poco, sólo bromeaba ——dijo Draco ——. Además vamos a cambiar nuestras apariencias, nadie nos reconocerá.


Harry se dio la vuelta y miró al rubio. Tenía ganas de entrar a ese lugar, divertirse un poco para olvidar lo que se les venía encima.


——Esta bien. No soy bueno con los disfraces así que…

——Yo me encargó de eso ——respondió Draco sacando su varita.


Unos minutos después ya estaban disfrazados. Harry lucía un cabello rubio cenizo largo hasta los hombros y Draco lo llevaba negro y muy desordenado.


La entrada al local estaba oculta tras un contenedor de basura. Harry sintió nauseas e intentó no respirar mientras Draco tocaba con su varita un ladrillo en la pared y una puerta se formaba en el muro. Al instante entraron a un callejón adoquinado al final del cual unas luces de colores iluminaban un letrero que formaba la palabra “Dancig Star”. Harry pensó que el nombre a lo menos era atractivo, esperaba no decepcionarse una vez que estuviese dentro.


Caminó junto a Draco hasta llegar a la puerta, a diferencia de los clubes muggles aquí no había guardias, así que simplemente entraron.


El sitio no le decepcionó en absoluto. Harry pensó que en muchos sentidos parecía ser mejor que un club muggle, aunque él jamás estuvo en uno.


La música sonaba muy alegre y movida, había gente bailando en una plataforma que giraba muy despacio, las luces brillaban en todas las tonalidades que pudieran imaginarse y había meseros que repartían tragos en varias direcciones.


——¿Y bien, qué te parece? ——preguntó Draco con una sonrisa.

——Esta bien ——respondió Harry sin mucha animación.

——¿Bien? Este lugar es el más animado que existe para que la gente joven se divierta, Potter.

——Creo que tu concepto de lo que es divertido es muy diferente al mío.

——Sí, estoy de acuerdo contigo. De seguro que a esta hora estaría feliz en casa de Weasley jugando una partida de ajedrez mágico.


Harry simplemente suspiró, cosa que Draco interpretó como que Harry prefería estar con la familia de pelirrojos que con él. Pero él necesitaba relajarse y olvidarse aunque fuese por un rato que dentro de poco estaría de regreso en su casa enfrentando a su ex prometido y a Umbridge.


——Vamos hacia allá esa es la zona vip, sólo para clientes exclusivos y yo tengo pase.

——¿Ah sí? ¿Y cuál pase es ese, no será la marca tenebrosa?

——Mira Potter, si te vas a comportar de forma tan desagradable puedes regresar, yo me quedo. Estoy seguro que encontraré más de una compañía agradable.


Harry de buenas ganas se hubiese marchado, pero por nada del mundo iba a dejar a Draco a merced de cualquiera que quisiera ligárselo. Nadie tocaría al rubio mientras él pudiera impedirlo.


——Eso nunca Malfoy, soy tu esposo aunque te pese. No dejaré que nadie se te acerque, ¿está claro?

——Definitivamente debí estar demente cuando te acepté. Será mejor que busquemos un sitio para sentarnos.


Draco se desvió hacia un costado para evitar el tremendo tumulto de gente que estaba cerca de la pista de baile. Una escalera llevaba al segundo piso donde aún había varios sillones de una pieza.


——Genial, estamos de suerte, allá hay uno desocupado junto a la barandilla y así podemos mirar hacia la pista de baile ——dijo Draco encaminándose hacia el lugar.


Harry se despatarró en el asiento, en cambió Draco se sentó con toda la elegancia del mundo mientras los que estaban cerca les observaban con curiosidad.


——¿Qué vas a beber? ——preguntó Draco.

——No sé, ¿qué tienen para beber aquí?

——Déjalo de mi cuenta yo pediré los tragos.


Draco le hizo una seña con la mano a una muchacha que traía una bandeja para otra mesa. Con eso fue suficiente la chica luego de entregar el pedido se acercó hasta Draco y Harry.


——Hola chicos, que van a beber.

——Un whisky de fuego y para mi amigo…

——Lo mismo ——respondió Harry con la voz firme.


La joven bruja les sonrió y se dio la vuelta.


——¿Realmente bebes whisky de fuego o sólo quieres impresionarme? ——preguntó Harry.


Draco sonrió ladino.


——¿Y tú, cuántas veces has bebido whisky de fuego?

——Esta será la primera vez ——dijo Harry encogiéndose de hombros.

——Bien pues esta será otra experiencia nueva y estaré encantado de enseñártela ——dijo Draco.


Harry le dio una mirada de soslayo al rubio, se preguntó que otras experiencias nuevas estaría dispuesto Draco a enseñarle.



*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~


Harry a esas alturas de la noche ya miraba con sospecha a Draco. Llevaba tres vasos de whisky de fuego y estaba totalmente sobrio, en cambio él estaba en la mitad de su primer vaso y estaba mareado. De pronto le cruzó por la mente la idea de que el rubio no estaba bebiendo whisky de fuego, sino otra cosa y le había engañado, tal vez deseaba embriagarlo para luego irse por ahí con cualquiera. Pero él no iba a permitir eso Draco no podía tener sexo con nadie.


De pronto se acercó a la mesa de los chicos un sujeto bastante alto y con sonrisa encantadora que invitó a Draco a bailar.


El rubio le sonrió aceptando tácitamente la invitación, pero justo cuando iba a levantarse Harry le tomó la mano con fuerza.


——Lo siento compañero, él baila sólo conmigo ——le dijo Harry al desconocido.


El muchacho moreno miró a Draco, esperando que éste se desentendiera de su celoso acompañante.


——Tengo ganas de bailar y tú no sabes hacerlo ——reclamó Draco.

——Pues ahora mismo aprenderé ——dijo Harry levantándose y tirando a Draco del brazo lo arrastró hacia la pista de baile.


Draco se dejó conducir dócilmente sin saber porque. Sin embargo, tuvo deseos de salir corriendo cuando vio a Harry que comenzar a interpretar una serie de movimientos sin ninguna coordinación tratando de seguir el ritmo de la música que era muy movida.


Draco miró en derredor con deseos de que la tierra se lo tragara. Se acercó un poco a Harry.


——¿Qué se supone que estas haciendo?

——Bailando.

——Eso no es bailar, pareces un muñeco desarticulado.

——Relájate y diviértete, no era esto lo que deseabas.


Draco miró a Harry de pies a cabeza y negó con la cabeza. Luego simplemente se puso a bailar sin preocuparse por lo mal que lo hacía su pareja de baile.


Harry después de unos minutos de mover el cuerpo sin ningún control pareció cansarse así que aminoró el ritmo de su “danza”. Comenzó a fijarse con más atención en los movimientos de Draco para intentar imitarlos, pero luego de un rato de verlo moverse con tanta gracia y con movimientos medio sensuales casi se olvidó de moverse y sólo se dedicó a mirar al rubio con algo que nunca creyó podría sentir por Draco Malfoy, deseo.


Draco bailaba con un ritmo frenético como si se hubiese olvidado hasta de su existencia. Harry decidió que ya era suficiente, todos los que estaban en derredor estaban fijándose demasiado en su compañero y eso no era bueno. Le tocó el hombro para atraer su atención; justo en ese momento la música cambió por una lenta y cadenciosa.


——Volvamos a la mesa, estoy cansado ——dijo Harry.

——Ve tú, yo seguiré bailando.

——¿Solo?

——Sí, no tiene nada de malo.

——No es la idea que llames la atención de todo el mundo.

——No existe nada mejor que bailar para olvidarse del mundo, y eso quiero hacer esta noche, olvidar hasta mi nombre.


Draco comenzó a seguir con movimientos lentos y suaves el ritmo de la nueva melodía.


Harry lo miró por unos segundos creyendo entender que era lo que quería decir rubio. Se acercó un poco más.


——Yo también quisiera olvidar quien soy.


Draco no respondió, sólo acercó a Harry un poco más a su cuerpo y luego posó sus manos en la cintura del moreno. Harry experimentó un ligero sobresalto, pero de ningún modo le resultó desagradable, sin darse cuenta se apegó más al cuerpo de Draco y posó la cabeza en el hombro del rubio que estaba asombrado. La experiencia completamente nueva para ellos les resultaba de lo más agradable.


&&&


Cuando regresaron a la casa lo hicieron muy silenciosos. Ninguno de los dos aceptaba que más que el cansancio a causa del baile era la nueva situación que se diseñaba entre los dos lo que provocaba esa reserva. Después de bailar aquella primera balada le siguieron muchas más, fue extraño pues parecía que ninguno de los dos se atrevía a romper el contacto, pero se obligaron a hacerlo cuando la música volvió a sonar a un ritmo demasiado rápido y ya no se justificaba el seguir con sus cuerpos apegados.


Harry tenía ganas de proponerle a Draco que regresaran a la casa de sus padres para darles la noticia del matrimonio, por lo menos de manera formal, pues a esas alturas ya debían saber todo. Ya era la madrugada del domingo y las horas que había pasado junto a Draco se le hacían eternas, pero no por que se estuvieran llevando mal, sino porque cada vez se sentía más atraído hacia el rubio y eso era algo muy malo, él no quería enamorarse de Draco, eso sería un desastre en su vida.


Draco le daba miradas a hurtadillas a Harry que permanecía sentado en el único sofá de la sala, no entendía porque de pronto deseaba tanto estar cerca de él. Estaba seguro que estaba perdiendo la cabeza pues él odiaba a Potter, aunque éste se hubiese casado con él jamás podrían cambiar esa aversión mutua que era casi una segunda piel en ellos. Asomado a la ventana de la sala, observaba las farolas que iluminaban una desierta calle y las luces lejanas de las casas de ese pueblo donde Harry había tenido una verdadera familia. Una vez más se encontró analizando las extrañas actitudes del moreno, se preguntaba si ¿a caso Potter más que desear fastidiar a Umbridge buscaba tener una familia? Pero no era lógico, se suponía que la pequeña de los Weasley era la compañera natural para el héroe del mundo mágico, no él, un ex Mortífago cuyos padres habían desde siempre servido al lado tenebroso.


Draco se apartó de la ventana, pero no subió la escalera para ir hasta la habitación, sino que fue a sentarse junto a Harry al viejo sofá.


——Me gustó bailar contigo esta noche, aunque al comienzo pensé que estabas sufriendo una especie de ataque ——dijo Draco con tono natural.


Harry recién volvió el rostro y notó que Draco se había sentado a su lado.


——Te advertí que no sabía bailar ——respondió Harry intentando no darle importancia al hecho de que Draco había dicho que le había gustado bailar con él.

——Sí, lo noté, aunque después lo hiciste muy bien.


Harry guardó silencio sin atreverse a mirar al rubio, no podía quitarse de encima la sensación de haber tenido a Draco tan apegado a él, percibiendo el aroma de su piel la suavidad de su cabello.


——Bueno… Creo que me voy a dormir.


Harry sólo asintió con la cabeza.


Draco aunque parecía que no tenía muchas ganas de marcharse, de todas formas se levantó del sofá.


——Buenas noches ——dijo el rubio y se dirigió hacia las escaleras. Harry sólo se quedó ahí sintiéndose muy confundido debido a lo que Draco le estaba despertando poco a poco.


Pero el rubio se detuvo a mitad de la escalera y se quedó observando por un segundo a Harry.


——Harry, ven a dormir a la cama ——dijo Draco.


Harry volteó el rostro de forma brusca creyendo que había oído mal.


——¿Cómo dices?

——Creo que no deberías dormir otra noche en ese sofá. La cama es más cómoda.

——No, no te preocupes, el sofá es genial, por muchos años dormí en una alacena… Así que no soy delicado ——respondió Harry.

——Ven a la cama. Seré todo un caballero, lo prometo.


Harry miró con aire vacilante a Draco. Pero no porque estuviese dudando de su palabra, sino más bien dudaba de sí mismo, temía dejarse llevar por la tentación que a cada momento el rubio le despertaba de forma tan inesperada. En realidad temía ser él quien no pudiera controlarse y terminar sucumbiendo a los encantos físicos de su flamante esposo.


Lo que le estaba ocurriendo no estaba en sus planes. Aunque hacía mucho que había dejado de odiar a Draco, tampoco hubiese imaginado que llegaría a sentir atracción por él y mucho menos que esta se despertara de forma tan rápida. La única explicación que le encontraba a esta situación era que sus hormonas habían despertando luego de un prolongado letargo inducido por una adolescencia cargada de problemas y constantes enfrentamientos a la muerte. Ahora era libre para experimentar otras emociones, sin embargo, apenas unos días atrás estaba convencido de que jamás sentiría algo por Draco, comenzaba a comprender que se había equivocado y esta nueva situación lo ponía nervioso. No sabía que hacer y Draco aún permanecía a mitad de la escalera esperando a que él tomara una decisión. Finalmente se levantó del sofá.


——Esta bien, creo que la cama es amplia y cabemos los dos ——respondió Harry intentando darle un tono sereno a su voz.


Draco asintió con seriedad, pero mientras terminaba de subir la escalera una imperceptible sonrisa se dibujó en sus labios. Entró a la habitación y de inmediato comenzó a quitarse la túnica.


Harry entró tras él, miró en derredor con algo de confusión, el rubio se desenvolvía con una seguridad que le abrumaba.


Como Harry aún permanecía de pie sin hacer ni decir nada, Draco se detuvo un segundo y lo miró curioso y luego preguntó.


——¿Qué haces, piensas dormir vestido?

——Eh… no, voy a cambiarme en el baño, supongo que necesitas privacidad.


Draco rodó los ojos y meneó la cabeza.


——Puedes desnudarte sin problemas, voy a mirar hacia otro lado, ya te dije que me comportaré como un caballero.


Harry no pudo evitar ponerse rojo hasta las orejas, sentía vergüenza de su tonto pudor, así que sin más comenzó a quitarse la ropa mientras Draco extendía su pijama sobre la cama y a su vez comenzaba a desnudarse como si Harry no estuviera en la habitación.


Draco con movimientos lentos y casi felinos se desnudó el torso y luego le dio la espalda a Harry, sabía de antemano que sentiría esa hermosa mirada esmeralda resbalar por su cuerpo.


De ese modo sucedió. Harry mientras se quitaba la camisa y luego los vaqueros a hurtadillas le dio unas cuantas miradas a la espalda del rubio que de pronto se quedó sólo en interiores, Harry apartó la vista con prisa para no cometer el tremendo desatino de observar el trasero de Draco que se enfundaba en unos ceñidos bóxer que le quedaban como una segunda piel. Sin embargo la fuerza de atracción de ese trasero respingón era muy grande y Harry le dio unas cuantas miradas en lo que el rubio tardaba en enfundarse el pijama.


Luego Draco se volvió hacia el moreno y le miró casi indiferente.


——¿Cuál lado de la cama prefieres? ——preguntó el rubio.


Harry se encogió de hombros.


——Dormiré del lado derecho, estoy acostumbrado.


Sin más Draco apartó la ropa y se metió en la cama.


Harry tardó un rato en terminar de quitarse la ropa, en cierta forma quería retardar lo inevitable. Dormir en la misma cama con el rubio.


Finalmente apartó la ropa del lado que le correspondía de la cama y lo hizo con suavidad como temeroso de molestar al rubio. Se deslizó con suavidad como un felino, la cama estaba muy fría y le extrañó que Draco no hubiese emitido ni una sola queja al respecto.


——Olvidaste apagar la luz ——dijo Draco.


Harry iba levantarse pero Draco lo hizo primero.


——Deja, yo lo haré estoy más cerca del interruptor. Creo que deberíamos cambiar el sistema por iluminación mágica ——comentó Draco mientras apagaba la luz.


Harry lo sintió luego meterse en la cama con la delicadeza de un felino. Luego de sentirse incomodó y tenso por un buen rato cayó en la inconsciencia del sueño sin darse cuenta.


*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~


El sol le dio de lleno en los ojos, así que se obligó a cerrarlos de golpe. Pronto comenzó a tener conciencia de la situación, no estaba durmiendo en la misma posición en la que se había dormido. Sus piernas estaban enredadas con las de Draco, pero el enredo de cuerpos no terminaba ahí, sus brazos sujetaban con fuerza la cintura del rubio que descansaba plácidamente la cabeza en su pecho. Algo muy extraño se retorció en su estómago y el corazón le latió de golpe aceleradamente. Jamás imaginó que las piernas de Draco fuesen tan suaves y cálidas, no quería moverse, no se atrevía a respirar siquiera.


Era la primera vez que su cuerpo se enredaba de ese modo con otro. La sensación le resultaba maravillosa, el cabello del rubio olía delicioso así como su piel. No comprendía que le estaba sucediendo, apenas cinco días atrás estaba seguro de que el presumido de Draco no le inspiraba otra cosa que molestia.


Mientras Harry decidía si debía despertar a Draco para que finalmente pudieran cada uno regresar al lado de la cama que le correspondía a cada uno. El sol seguía molestándole en los ojos y casi no veía. Suavemente intentó desentenderse del abrazo de Draco, pero éste parecía estar sujeto a él con demasiada fuerza.


——Draco… ——murmuró el moreno.


No hubo respuesta.


——Draco necesito moverme el sol me está dando en los ojos ——dijo Harry levantando la voz.


Como de un mundo lejano le llegó un gemido del rubio.


——Hmm… ¿qué sucede? ——preguntó Draco levantando la cabeza que cargaba sobre el pecho de Harry.


Se le quedó mirando un tanto asombrado con esos ojos grises.


——¿No se suponía que cada uno dormiría de su lado de la cama?

——Sí, eso dijimos.

——¿Y entonces por qué tus piernas están enredadas en las mías? ——preguntó el rubio.

——¿Por qué demonios me preguntas a mí? Eres tú el que está casi aplastándome ——contestó el moreno de mal humor.

——Pero son tus brazos los que están rodeando mi cintura.

——¿Qué quieres decir con eso? ¿Qué soy yo el que desea tenerte encima de mí?

——Puede ser…

——No eres más que un idiota presumido ——refunfuñó Harry mientras intentaba apartar a Draco, pero éste se empeñaba en mantenerlo sujeto.

——Y tú eres un tonto Harry Potter, ¿es que no te das cuenta de que me gustas tanto como yo a ti?


Harry parpadeó pero no por causa de la molestia que le causaba el sol, sino por el asombro que esas palabras le causaron.


——Sí, así es, estás loco por mí. Cuando supiste que me casaba con Magnus no soportaste la idea de que me entregara a otro, y no quieres aceptarlo porque eres demasiado orgulloso.


Al escuchar esas palabras Harry no pensaba en lo equivocado que Draco estaba, pues sus razones eran mucho más profundas que los simples celos. En su cabeza sólo se repetían las seguras palabras del rubio, con respecto a que se gustaban. Y era cierto ya no tenía caso seguir negándolo, Draco ya no era el muchacho presumido, en ese preciso minuto recordó aquella conversación que escuchó la penúltima noche en Hogwarts en la torre de Astronomía. Draco se sabía despreciado por todos, pero había sobrellevado la situación con bastante dignidad.


——Esto no tiene nada que ver con el orgullo, te lo juro.

——Entonces acepta de una vez que estás loco por mí Harry… porque yo también estoy loco por ti.


Harry tragó saliva, oír a su antiguo rival decirle que estaba loco por él era algo que jamás esperó. Nada estaba sucediendo como había imaginado. Pero era completamente cierto, Draco le provocaba cosas que nunca experimentó con las chicas que fueron sus fugaces novias.


——¿Cómo es posible que digas que estás loco por mí si ibas a casarte con el hermano de Umbridge?

——Era sólo por conveniencia.

——¿Y no ha sido el mismo motivo por el que te casaste conmigo?

——¡Por Merlín! ¿Es que a caso crees que te puedes comparar con ese idiota de Magnus? Y no lo digo porque seas el héroe que venció, lo digo porque siempre fuiste una espina clavada en mi vida desde que me dejaste con la mano tendida aquella vez en el expreso.

——¿Has vivido siete años resentido por esa tontería?

——No son siete sino ocho, y sí he estado resentido desde entonces. Pero cuando dijiste que te querías casar conmigo no podía creerlo.

——Pero me rechazaste de plano.

——Tenía que hacerlo, no podía mostrarme sorprendido aunque lo estaba.

——Las cosas están sucediendo de forma muy diferente, debo confesar que jamás creí que me pasaría esto, pero es cierto, estoy loco por ti Draco Malfoy.


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