Capitulo 18: cicatrices de un corazón.
El cielo se tornaba de color rojizo como dando a entender que ese día solo sangre correría, las personas corrían de un lado a otro desesperados por salvar sus vidas mientras otros luchaban por mantenerse en pie, pero al parecer no era fácil vencer a las criaturas que repentinamente habían llegado y habían comenzado a atacarlos pero tampoco se sorprendía muchos después de todos mazokus y humanos habían ocasionado aquel desastre…
Una chica de cabello azul oscuro y ojos de color gris se encontraba parada cerca de un barranco, su mirada ausente miraba la aldea que se encontraba en llamas. Sus padres estaban muertos, sus hermanos fueron asesinados, su casa y aldea destrozada
Ya no le quedaba nada que la uniera a este mundo
Ya no había nada por lo que luchar
Le habían quitado absolutamente todo, incluso las ganas de vivir
Un paso y acabaría con su vida; tal vez eso era lo mejor acabar con su miserable vida y salir del infierno en el que vivía. Una de las criaturas se acerco a ella con la intensión de matarla, sus suplicas habían sido escuchada; alguien la mataría. Cerro sus ojos esperando el golpe pero este nunca llego abrió sus ojos y al abrirlo vio a un joven que bloqueo el ataque con su espada y casi al instante lo partió en dos. Callo arrodillada y lágrimas fluyeron por sus mejillas
-Estas bien?- cuestiono mientras se acercaba a ella, esta asintió aun ausente- ve a esconderte- ordeno mientras se alejaba, ella lo tomo del brazo y lo miro con ojos llorosos y suplicantes
-Por favor mátame- el joven abrió con sorpresa sus ojos ante aquella suplica- mátame por favor- estallo en sollozos- yo no quiero seguir aquí… es muy doloroso…
-Lo siento pero no puedo hacer eso- la miro con lastima- entiendo el porque te sientes así pero no puedo hacer nada, no tengo el derecho de quitarte la vida…-
Ella lo soltó y agacho su mirada, aumentando así sus llanto, la tierra se movió bruscamente ocasionando que ambos perdieran el equilibrio y cayeran al suelo bruscamente, una luz resplandeciente se podía ver a lo lejos, el joven de cabellos plateados y ojos del mismo color se puso de pie con rapidez y se acerco a la orilla del barranco para ver mejor
-¡Maldición consiguieron abrir la primera!- murmuro con molestia para si mismo, una persona de cabellos rojos se acerco a el mientras lanzaba una bola de fuego a quienes lo seguían, el fuego devoro por completo a las criaturas que lo seguían reduciéndolos a cenizas que el viento se llevo
-Si seguimos así no acabaremos nunca!- exclamo mientras desenfundaba su espada y se defendía de su atacante
-Ya lo se!- respondió mientras también desenfundaba su espada y atacaba a una de las criaturas que iba en dirección de la joven- pero que encontré la solución- lanzo una ráfaga de viento eliminando así a las demás criaturas que le seguían, y por un breve momento estaban solos
-Entiendo- murmuro mirando a la joven que aun se encontraba arrodillada- pero aun sigue siendo un mazoku
-Lo se y eso es lo mejor… no nos queda otra elección…
-Entonces ve con el y apresúrate antes de que sea tarde- se puso en guardia, las criaturas se acercaban de nuevo- yo las detendré mientras tanto tu apresúrate!- el peli plateado asintió y se acerco a la joven
-Ven conmigo- le extendió su mano
-A donde?- mascullo en un tono apenas audible
-Quieres que todo esto se acabe, cierto?- asintió- entonces ven conmigo y te prometo que todo terminara- la peli azul tomo su mano, este la ayudo a ponerse de pie y luego la cargo en sus brazos, miro a su compañero y le dijo:
-Ya me voy, lamento dejarte con todo
-No te preocupes por mi, tu ocúpate de tus asuntos… no creo que sobreviva pero si lo haces tu y ves a celeste le das un saludo de mi parte- el otro asintió y se marcho corriendo
-Tu nombre?- decía en tono ausente la joven de cabellos azulados, el peli plateado la miro puesto que no había escuchado bien lo que había dicho- cual es tu nombre?- repitió como si hubiese leído la mente del peli plateado
-Me llamo Asdrúbal ^^- le sonrió amablemente
Observo el inmenso cielo que se extendía a su alrededor inmenso como si nunca tuviese fin, este era adornado con esas luces brillantes, que parpadeaban como si hablasen unas con las otras, el viento soplo ligeramente meciendo sus cabellos negros, poso su vista en el horizonte, parecía como aquella vez que se encontraba en la orilla de un barranco pero esta vez no estaba viendo su aldea quemarse y tampoco quería suicidarse por el contrario, ahora veía un bosque que se extendía debajo suyo, verde y frondoso. Estaba en la orilla de un gran pedazo de tierra que flotaba en el aire, desde esa altura podía verse muchas naciones, mas de la que podía imaginar, a su lado había una escalera que parecía interminable que conducía hacia el bosque, cada uno de los escalones flotaba en el aire y en la orilla de toda la extensión de la tierra brotaba agua que caía sutilmente hacia abajo en donde había mas agua y ambas chocaban produciendo así el sonido de una cascada
-Aun sigue pensando en su pasado…?- cuestiono una voz detrás de si, se giro y vio a una joven de largos cabellos rojos y ojos del mismo color, vistiendo un traje como la de un digno y elegante soldado. Detrás de ella había un inmenso castillo que estaba rodeado de unas pequeñas esferas blancas, eran como gotas de nieves que se habían quedado congeladas en el aire
-Rose, no te esperaba tan pronto…
-Solo venia a avisarle que ellos ya han partido, ya no podre seguir vigilándoles
-Entiendo…- su voz era tan sutil que se escuchaba como si hubiese sido un susurro en el viento
-También debo informales que al parecer han tenido inconvenientes, ahora van al lado contrario de shin makoku
-A donde van…?
-van en dirección en donde esta la cueva encantada
-Ya veo, es una buena oportunidad para que wólfram recupere sus recuerdos y sepa verdaderamente quien es…
-Entonces ira con ellos…?
-Tal vez…. -el silencio reino durante varios instantes
-Si no necesita mas de mis servicios me retiro- hizo una inclinación demostrando así el respeto que le tenia- con su permiso- comenzó a alejarse
-Rose…- llamo
-Se le ofrece algo mas…?- detuvo su paso
-Te has encariñado con el… cierto?- volvió su mirada hacia el horizonte
-Después de tanto tiempo supongo que es normal- respondió sin siquiera girarse a verle y prosiguió su camino, adentrándose en el castillo
El cielo de noche era oscuro y profundo como el fondo del mar, el caballo detuvo su andar y una persona de tez morena y cabellos negros abajo del caballo, un mozo se acerco a el y le dijo: que el llevaría al caballo a los establos acepto y se fue caminando hacia el castillo, durante su recorrido estuvo sumido en sus pensamientos que no se dio cuenta de cuando llego a su habitación. Se quedo parado frente a la puerta, suspiro profundo y giro la perilla de la puerta y se adentro a la habitación
Su vida como nuevo rey de pequeño cimarrón era un poco dura pero ya se había acostumbrado a vivir allí, miro su habitación era parecida a la que tenia en el castillo pacto de sangre sin embargo no era lo mismo.
Extrañaba a wólfram y nada era igual sin el.
Suspiro cansado, no tenia caso pensar en aquello, no había nadie en la habitación o al menos eso creía el. Se acerco al armario y busco algo, después de unos segundos saco lo que parecía ser una pequeña maleta, la coloco con cuidado en la cama y con el mismo cuidado la abrió. Allí dentro guardaba lo que el denominaba su tesoro: uno de los camisones rosados que wólfram usaba para dormir.
La tomo con cuidado y aspiro de su olor: aun olía a el, había pasado doce años y aun olía a el. Recordó que el había guardado celosamente ese camisón, ese camisón lo había utilizado wolfram por ultima vez, una lagrima solitaria rodo por su mejilla al recordar al rubio.
-Las heridas del alma siempre son difíciles de sanar- una voz lo saco de sus pensamientos, se limpio las lagrimas con el manga de la camisa y después guardo con suma delicadeza el camisón rosado
-Que haces aquí murata?- cuestiono mientras volvía a guardar su tesoro en el armario
-Vengo de visita ^^
-No me percate de tu presencia
-Eso es porque estaba muy sumido en tus pensamientos
-Lo siento
-Descuida… no sabia que aun conservaras eso- refiriéndose al camisón- pensé que las heridas del corazón había cicatrizado- yuuri abajo la mirada.
-Es imposible olvidarlo, han pasado doce años pero en mi mundo apenas han pasado tres- se acerco a el y observo el cielo, y el silencio reino hasta que murata hablo.
-Shibuya… ¿Qué harías si wólfram… volviera?.... ¿Qué harías si tuvieras la oportunidad de volverlo a ver?-yuuri lo miro intrigado.
-No lo se- poso su vista nuevamente en el cielo- pero seria genial si pudiese volverlo a ver-sonrió y en ese instante una estrella fugaz atravesó el cielo.
Suspiro levemente al tiempo que se giraba, volvió a girarse tratando de conseguir mas comodidad negando el hecho de que se estaba despertando. Su cabeza le dolía como si le hubiesen dado un golpe, con mucho esfuerzo entreabrió sus ojos, sentía movimiento: un suave vaivén que hacia que el suelo se moviera con sutileza. Observo la habitación, no recordaba haber llegado allí además de que todo se veía muy oscuro, cerró sus ojos nuevamente tratando de hacer memoria y de pronto todos los recuerdos vinieron a su cabeza, reproduciéndose como si fuese una película, se incorporo de golpe produciendo que el dolor de cabeza aumentara.
-Conrad?!- miro a la persona que estaba al lado suyo
-Wolfram…?- lo miro extrañado- ¡¿estas bien?!
-Si estoy bien, pero tu quédate quieto, has perdido mucha sangre, logre detener la hemorragia pero al parecer tu herida se infecto- respondió preocupado
-Estoy bien- observo la celda- en donde estamos?
-No lo se- observo también la celda- cuando desperté ya estaba aquí
-Ya veo- se puso de pie con dificultad- tenemos que salir de aquí- se agacho y busco algo entre sus botas, saco lo que parecía ser una especie de cuchillo, se acerco a la reja y comenzó a abrirla de manera forzosa hasta que lo consiguió, abrió la puerta con cuidado asomando su cabeza primero para sercionarse de que no hubiera moros en la costa, miro a wólfram y le hizo señas para que saliera, este obedeció y se acerco a conrad.
Ambos salieron de la celda, no había nadie por los corredores así que apresuraron su paso antes de que alguien los viera, conrad estaba pensativo, no sabía en donde estaban pero le daba la sensación de que no estaba en un lugar muy común, además de que sentía ese suave movimiento, ese suave vaivén…
En frente de ellos ya tan solo había unas escalerillas que llevaban a la parte superior, moviéndose como gatos treparon por la escalera sin hacer ruido, y salieron a un hermoso salón, abierto al exterior.
Lo que vieron les dejó sin aire.
Mar.
Afuera sólo se veía mar. El cielo estaba bajo las nubes negras que corrían a toda velocidad por la superficie del cielo.
Ya sin prisas, se acercaron a las puertas corredizas de metal. Conrad se inclino sobre la barandilla mirando a la cubierta del océano. Lloviznaba
Los ojos verdes observaron el vasto océano que se extendía frente a él, mientras se sujetaba en la barandilla de la cubierta.
El sol aun no se había asomado por eso solo podía ver la negrura del mar, a su lado Wolfram también observaba absorto el océano; su cara no se veía muy bien debido al constante vaivén, al igual que su hermano, Wolfram no le gustaba viajar en barco. Cada vez sus sospecha eran más acertadas: probablemente él era la reencarnación de su hermano, pero la pregunta del millón era ¿Por qué había reencarnado? ¿Shinou tenia algo que ver en esto? Si era así entonces ¿con que propósito la había hecho? El rey original no hacia las cosas porque si.
Pero ahora no debía preocuparse por ello, tenía asuntos más graves en los cuales pensar y uno de ellos es que ahora estaban secuestrados en un barco y no tenia ni idea de a donde iban. Su costado le comenzó a doler así que por inercia coloco su mano en donde le dolía, sintió que su ropa se mojaba así que quito la mano y la observo
En la palma de su mano había sangre: la herida se había vuelto a abrir.
Tal vez no había sido buena idea traer a Wolfram. Le había propuesto al rubio que se fuera con el a su tierra natal y este aun dudoso acepto venir con él, pero en el camino tuvieron aprietos y ahora no sabia que hacer: había puesto a Wolfram en peligro y el en su condición no podía hacer mucho
-Valla pero que sorpresa!-exclamo una voz, ambos se giraron y observaron a la persona que tiempo atrás conrad había peleado con el- nuestros prisioneros han escapado..- decía con lastima fingida- bueno, tendré que capturarlos
-A donde nos llevan?- cuestiono desafiadamente el castaño
-Mmm no lo sabemos con claridad- se encogió de hombros- pero le venderemos como esclavos, seguro que nos darán muchos dinero por ustedes- al cabo de unos segundos mas personas llegaron junto a el, las misma que lo habían atacado, conrad se puso en guardia. Tal vez no se encontraba en condiciones para pelear pero no dejarían que le hicieran daño a wólfram sin embargo le costaba moverse y respiraba con dificultad: el cuerpo le pesaba demasiado
-No pueden moverse con facilidad verdad?- cuestiono en tono burlón, conrad lo miro serio- eso es por el efecto de la droga, el efecto durara unas 72 horas, no podrán hacer nada sin sus armas jajaja
Conrad no tenía su espada, su costado había comenzado a sangrar y le costaba mover el cuerpo: definitivamente estaban en problemas, ellos comenzaron a atacarlos y ellos se defendían como podían, sin embargo sus cuerpos no reaccionaban con rapidez y una espada fue incrustada en el hombro de conrad, uno de ellos lo agarro mientras le clavaba más la espada
-Muy bien niño, estate quietecito si no quieres que a este le pase algo- lo miro serio
- entra- ordeno un hombre detras de el mientras lo apuntaba por detras con el filo de la espada, wólfram obedeció aunque había comenzado a ver todo borroso, se adentro nuevamente a la cabina del barco allí salió a su encuentro un hombre alto de largos cabellos castaños amarado en una coleta, sus ojos eran de un color azul metálico, su tez blanca: era bien parecido, su porte era fino sin lugar a dudas. Se acerco a wólfram y lo tomo por el mentón
-Hasta que por fin despiertas mi bello durmiente- wólfram aparto su mano bruscamente
-No me toque!- el mayor se puso serio y en movimiento brusco tomo a wólfram por la cintura y sonrió malévolamente- suéltame maldito!- amenazo el rubio tratando de zafarse pero su condición física se lo impedía además de que el hombre en frente suyo tenia mas fuerza que el
-Te resiste- se acerco a su oído y le susurro- eso me gusta- a continuación descendió por su cuello lamiendo y besando, wólfram gimió de angustia, ese tipo quería hacer lo mismo que quería hacerle Aiden! Pero no lo permitiría
Conrad miraba horrorizado la escena, sus fuerzas estaban agotadas y su vista estaba comenzando a nublarse por la perdida de sangre, el rubio por su parte intentaba con todas sus fuerzas tratar de detenerlo pero parecía imposible, aquel hombre lo aprisiono en el suelo y comenzó a desgarrar sus ropas. Por un momento a wólfram se le olvido respirar al sentir la erección de aquel hombre en sus muslos.
-Voy a hacerte mío- decía con burla- y nada ni nadie podrá evitarlo jajaja- afuera la tormenta había comenzado, y el barco se balanceaba, un relámpago alumbro la cabina seguido de un fuerte estruendo que asusto al hombre por un momento, momento que aprovecho wólfram para quitárselo de encima
Antes de que consiguiera ponerse de pie, el castaño lo agarro por los tobillo, wólfram trastabillo y callo nuevamente al suelo. Con suma agilidad se volvió a posicionarse encima suyo y le dio espacio para darle la vuelta y aplastarlo boca abajo contra el suelo, doblando con violencia sus brazos tras la espalda, en esa posición no podría hacer nada.
Conrad se sentía desesperado: iban a abusar de wólfram frente a sus ojos y el no podría hacer nada!
El castaño abajo los pantalones del rubio con facilidad y se desabrocho los suyos con una rapidez increíble, cubrió el cuerpo del rubio con el suyo: estaba excitado y sudoroso
Wólfram sintió como ese hombre se restregaba en su cuerpo y sintió la dureza del hombre presionar en sus nalgas, mantenía sus ojos cerrados, trataba de no pensar en nada, no quería ser cociente de lo que estaba a punto de suceder
¨va a violarme¨ pensó con angustia, una sensación de pesadez enorme invadió todo su cuerpo, aumentando el mareo.
Estaban prisioneros...
En aquel barco…
Y no iban a poder salir de allí...