Sus labios eran como su dueño posesivos.Abrió con una mano el pijama y despojó a su hombro herido de la ropa para dirigir a los agresores sobre la herida antes ocasionada.
Los gemidos de Joey solo servían de leña para la pasión desencadenada en Seto.Sus labios repetían sin permiso mientras besaba el hombro ajeno-Mío.Eres mío perro.Solo mío-.el rubio gemía más cada vez que lo oía.Era como si el castaño lo estuviera marcando con un hierro ardiente y lo peor es que a él le gustaba.-Kaiba-decía sin poder controlar los estremecimientos de su cuerpo.Su espalda se arqueaba y la entrepierna buscaba el contacto con su dueño.
Kaiba no soportaba los gemidos del perro,lo volvían loco de pasión y selló esos malditos labios con los propios pero fue peor porque el otro gemía en su boca.Lo tenía atrapado por las muñecas aunque ambos sabían que no era necesario también descubrieron que aumentaban el placer que sentían.
Su nombre dicho así hizo de la pasión de Seto irrefrenable y con ambas manos despojo al rubio de pantalones y boxers de un tirón y luego bajo los propios.El rubio con la mirada algo turbia miro a Seto y le vió la entrepierna expuesta.De pronto se arrodillo frente a Seto y le dejó la camisa por la cintura mientras sus labios atacaban los del castaño.Estaban arrodillados sobre la cama uno frente al otro.
Seto estaba algo molesto porque el rubio había tomado el control de la situación pero igualmente le agradaba la devoción y pasión que le demostraba el otro con cada beso y caricia.Con movimientos espásticos intentaba desembarazarse de la molesta camisa que ataba sus brazos a la espalda mientras devolvía la pasión del otro.
Joey no le dio oportunidad.Lo obligo a recostarse y se puso ahorcajadas sobre el mientras permanecia besándole y gimiendo en su boca y sus miembros se frotaban queriendo llevarlos al extasis.-¿Qué haces perro?Liberame-dijo Kaiba contrariado sin poder abrir los ojos por el placer que sentía en todo su ser.
Joey jamás le había visto así,indefenso y le gustaba un montón.Complacerlo y someterlo al mismo tiempo le causaba tal sensación de poder y placer como nunca imaginó.El CEO era tan bello como víctima como soberbio era de victimario.-No es mi turno demostrarte lo que se siente ser amado-le dijo con voz sutil.
Seto abrió los ojos¿El perro había dicho ser amado?¿No era que no sabía lo que sentía por el? El castaño no entendía el sentimiento de calidez que se derramaba en su pecho mientras el otro le arrebato un grito de placer al tomar en sus manos la hombría de Seto y empezar a masajearla con un ritmo exigente.
-Sientes algo por mí-escucho Kaiba que el otro susurraba en su oído.¿Porque el perro le hacía esa pregunta justo ahora?Despues de un segundo el otro separó su rostro y su pecho del otro.Sus manos se inmovilizaron.Molesto por lo último Seto lo miró y vio la tristeza otra vez en los ojos melados,el otro claramente se sentía usado,un juguete sexual en que derramar el estrés contenido.
Seto liberó una de sus manos y fue por su cuello.Lo arrastró a sus labios y tomó posesión de lo suyo.Mañana hablarían.Hoy el perro sería una vez más suyo.
Pero los ojos del otro no cambiaban a tal punto que le molestaban porque le hacían sentir culpables.-Perro.¿Crees que me acuesto con cualquiera por ahí cada vez que me dan ganas?-dijo Seto furioso.Joey le miró sorprendido.No,realmente no lo creía.Seto parecía no dejar llevarse por impulsos sexuales.Eran como una debilidad para él.-Me gustas.Ahora deja de hablar porque me enfureces-lo calló el CEO y no sabiendo como Joey se sintió felíz por esas palabras.Era lo mas parecido a una declaración de amor que podía esperar de Kaiba y lo sabía.Seto entró en él pero esta vez no incomodo tanto.Lo sujetó de las caderas obligándolo a entregarse todo.No le dio respiro con embestidas brutales,pasionales.Y así los dos terminaron pronto y se recostaron juntos,exhaustos.Joey con la cabeza en el pecho del otro.
-Yo también te amo-dijo antes de dormirse.
Seto le tapó con un pedazo de sábana y no pudo evitar mirarlo con cariño antes de dormirse abrazado a él como si de un osito de felpa se tratara.