Junto a Joey pasaron dos señoras jóvenes y hermosas y una la decía a la otra-Si ,estoy buscando a un joven que me quite del apuro-.
-Yo meee ofrez-co-dijo Joey con una radiante sonrisa.
-¿Sabe usted algo de carpintería joven?-preguntó la más enjoyada.
-Nop-dijo Joey.
-¿Entonces para que se ofrece?-preguntó la mujer claramente confundida.
-Usted dijo que necesitaba a un joven que le sacara del apuro-respondió Joey para asombro de las mujeres que huyeron despavoridas del lugar.
Kaiba al lado del rubio estaba también asombrado por lo que acababa de oír y rojo de la vergüenza porque tal cosa fuera dicha en su casa en su fiesta.
-¿Acaso eres idiota,perro?Pues en que estoy pensando.Claro que lo eres-dijo Seto.
-Oye Kaiba que no me llames así.Yo no soy ningun perro y si lo fuera tu serías un gato amargado como esos que sacan las uñas siempre y que tienen tus ojos-dijo Joey.
-Los persas-dijo el castaño.
-Hey.¿Qué tiene que ver la geografía en eso.Yo hablaba de gatos-contesto el ojimiel.
-Yo también.Los persas son gatos-dijo Kaiba.
-¿Un país de gatos?Eso suena raro Kaibita-chan-dijo el otro ganándose una mirada cargada de odio por parte del otro.Nadie tenía derecho a llamarle así y menos después de esa noche pero trató de pasarlo por alto para no hacer escándalo.
-Persia no es un país,analfabeto.Es un imperio que se extinguió hace mucho.Los persas son unos gatos que provienen de esa zona-dijo Seto ofuscado y con ganas de tomarse un trago.
Cuando el castaño pretendió agarrar una copa de champagne el otro le retiró la bandeja.-Ah ah.Los gatitos no toleran el alcohol pero si quieres te daré leche-dijo Wheeler.
-Uno:no soy un gato.Dos:esta es mi casa y mi fiesta así9 que tomaré lo que yo quiera.Y tres:no me gusta la leche-dijo el otro.
Joey enfocó su mirada borrachina en él y dijo muy seriamente-Eso lo explica todo-.
Desconcertado Seto preguntó-¿Qué?-
-Tu humor-dijo el ojimiel y agregó-Tu mamá no te amamantó de chiquito-.
Esa fue la gota que rebalzó el vaso.Kaiba ordenó a seguridad que lo sacaran al jardín para que le refrescaran las ideas,
-Oye Setito.Es verdad.Tu mamá no te amamantó de chiquito por eso haces pucheros a cada rato-exclamó Joey mientras se lo llevaban.Seto ordenó que lo ataran a un árbol pues más tarde iría a verlo.
Terminada la fiesta Seto fue a verlo y lo encontró contando los dedos de los pies que los tenía descalzos con la helada que estaba cayendo.
-¿Qué estas haciendo?-pregunto incrédulo e intrigado Kaiba.
-Ssssssshhhhhhhhhhhh!La ultima vez eran doce-dijo el otro.
-¿Tus dedos de los pies?-no pudo evitar preguntar el castaño que tambien estaba algo bebido y de milagro estaba ahí ya que uno de los guardias le pregunto que debía hacer con el rubio recordándole su existencia.
-Si.Estoy preocupado-dijo Joey con cara seria.
-Yo también lo estaría-dijo el otro también serio.
Joey lo miró a los ojos.-A la luz de la una yo podría besarte-dijo de pronto.
-¿De que hablas?-pregunto Kaiba trastornado.
-Te ves bonito si no se te ve el rostro.Andar en las sombras te favorece-contestó Joey.
-¿Cómo te atreves?-preguntó el castaño herido en su orgullo.Se sabía apuesto y que semejante sujeto le dijera feo lo ofendía.Levantó una mano y trato de pegarle pero perdió el equilibrio y cayo en su regazo boca arriba y con la cara cerca de la del rubio.Wheeler aprovechó la ocasión e hizo lo que dijo que podía hacer.
Joseph Wheeler besó a Seto Kaiba.