Desperto pero el perro ya no estaba a su lado.Se desperezó con todo su largo cuerpo nunca había descansado tan bien y todo era gracias al perro porque todas las energías que podía haber tenido las había gastado hacindolo suyo una y otra vez toda la mañana.Como nadie podía verlo sonreía ya que el perro lo había complacido grandemente.Debía secuestrarlo mas asiduamente y ver esos sonrojos tan exquisitos en su rostro exitado.Se levanto y suspiro.Para su desgracia aunque fuera domingo tenía mucho que hacer.
Joey estuvo un rato en la cocina después de lograr escapar de su secuestrador.Temía que nunca lograría salir de su prisión aunque realmente no la había pasado tan mal como quería aparentar pero algo activo sus alarmas.Cuando salió de la cocina se topo con el chibi que lo miro como si fuera el diablo y apenas articulo palabra.Cuando llego a su habitación penso en lo sucedido y llego a la conclusión de que debía abandonar la mansión y cortar cualquier contacto con el castaño.
Por eso cuando Kaiba bajo a la 1 de la tarde y pregunto por el rubio su hermano le conto que hacía un rato se había despedido parcamente y se había ido llevandose una maleta y diciendole que cuando hallara hogar volvería por Inuyasha,su perro.
-¿Qué diablos estaba pensando el perro?-se preguntaba Kaiba enojadísimo y confundido.Se había ido sin siquiera dejarle una nota.
1 MES MAS TARDE
Joey había conseguido un trabajo de camarero y por el receso del mes de exámenes no había tenido que ir a la universidad mas que ciertos días y al entrenador del equipo le había mentido acerca de un viaje al exterior para ver a su hermana.Esperaba que Kaiba se lo creyera y no lo encontrara no quería verlo a pesar de que lo extrañaba.Mas que nada su cuerpo y su corazon.Sonreía en su trabajo pero no era felíz porque ese idiota se le había metido muy dentro.Todavía no entendía como.
Mientras atendia la mesa seis sintió unos ojos a su espalda y volteó con cuidado con un mal presentimiento en el corazón.Allí estaba con otros cuatro trajeados mirandole directamente con furia en los ojos y sintió panico de seguir ahí.Fue a la barra y disculpandose con el jefe de camareros por sentirse mal pretendió irse pero una mano de detrás suyo lo atrapó antes de que lograra su propósito.
-Siempre escapando perro-dijo una voz a su espalda que el bien conocía y Joseph tragó en seco.
-¿Algun problema señor Kaiba?-preguntó el jefe de Joey solicito.
-Nada que no pueda arreglar yo mismo-contesto seco el CEO y se llevo al rubio afuera.Lo metio en su auto personal.No la limousina.Un TOYOTA COROLA negro con filos plateados y con un pequeño escudo plateado en el capo de un OJOS AZULES.Dio la vuelta y se metió en el lado del conductor antes de que el rubio lograra salir de su estupor arrancó raudo y entonces el rubio le grito-¿Qué crees que haces Kaiba?-
-Llevarte a casa idiota-contesto el otro sin expresión.
-¿Cómo que “llevarme a casa”?Yo no vivo por ahí-grito de nuevo Wheeler conmocionado tratando de aclarar ideas.
-Si lo haces.Vives conmigo.¿Recuerdas?-pregunto el castaño.
-No ya no-dijo empecinado Joseph.
-¿Y como es que yo no lo sabía?-pregunto el CEO frunciendo el ceño.
-¿No te fijaste que ya no andaba por ahí-pregunto irónico el otro.
-Por eso estaba tan tranquilo-dijo el castaño haciendo salir al rubio de sus casillas.
-Ya basta Kaiba.¡Dejame bajar!-le ordenó Wheeler y el otro frunció aun mas el ceño y los nudillos se tornaron blancos en el volante.
-Nadie me deja Wheeler-dijo con rabia Kaiba.
-No tu dejas a la gente-dijo el rubio sin pensar shockeando al castaño.
-¿Qué?-pregunto Seto confundido y volteó a mirarlo por lo que estuvo a punto de chocar pero volvió su atención a la avenida.
-Parate.Me bajaré aquí-dijo el otro en forma muy seria.
-Te bajaras en casa-dijo el castaño.
¿Por que le dolía tanto el corazón? Se pregunto el rubio.
Kaiba sentía miedo y eso no le gustaba.
-Dejame ir Kaiba.Esto no nos hace bien a ninguno de los dos-dijo bajito el rubio mirando por la ventanilla.Seto sentía dolor en su pecho pero sabía que no era a causa de una mala salud.
-¿Quién diablos te crees que eres para irte así?-dijo enojado de nuevo el castaño que oyó un pequeño ja a su lado y miro al rubio esta vez de reojo y vio que una sonrisa triste adornaba su rostro.
-Sabía que era por tu orgullo!Puedes dejarme abandonado por ahí si eso te hace sentir mejor.¿No es eso lo que hacen con los perros molestos que se meten a la casa?-dijo el rubio con una voz agonica que el otro no deseaba oír.
-¿Qué te sucede Wheeler?Tu no eres así-dijo molesto Kaiba.
-Tu no me conoces pero yo sí.Esto es lo que le haces a las personas y quiero salvar lo que pueda.Me bajare pares o no-diijo el rubio adultamente sorprendiendo al castaño que jamas penso que lo oiría hablar así.Wheeler manoteó la perilla de la portezuela pero entonces Seto lo agarro de la mano y lo tironeó hacia sí.Tuvo que hacer otra maniobra para no chocar.
-Idiota.¿Acaso quieres que nos matemos?-pregunto Kaiba pero el rubio se quedó silencioso y quieto hasta que llegaron.
Bajo en el garage pero el otro no lo imito.Fue hasta su portezuela y lo vió a travez de la ventanilla.Lloraba calladamente.Abrió la portezuela y lo levanto en sus brazos.Joey lo miro a los ojos y entonces Seto lo beso.No fue pasional sino dulce y se sintió correspondido.Separo sus labios y le susurro al oído.-Te extrañé.No duermo bien sin mi perro al lado-.
-Idiota-le dijo el otro y escondió su cara en su cuello.
-Eres mio no lo olvides perro.Te lo pondre en la correa para que la proxima vez que escapes y alguien te encuentre te devuelvan a tu dueño-le dijo esta vez a su cabeza sintiendo como el cuerpo que sostenía se estremecía con el sonido de su voz.