Yagari siguió al furioso Aido fuera de la mansión.No es que temiera por la seguridad del rubio pues este siempre le había caído mal pero algo le decía que algo tramaba el susodicho.
Aido agarro una rama de un árbol y la cristalizo mientras sus ojos enfurecidos se tornaron rojos.
-Porque diablos no los deja en paz.Que sean felices y todo lo demás pero lejos de el y de mí-dijo el muchacho furioso y el pelinegro que lo escuchaba sonrió.
Un olor familiar llego a las papilas olfativas del vampiro que aún enojado preguntó-¿Qué diablos haces tu aquí cazador?-pregunto el otro volteando para la figura recargada en un cercano árbol.
-Solo admirando el lindo espectáculo que das vampirito-le dijo socarrón Toga.
-No tientes a tu suerte-le advirtió el rubio.
La sonrisa de Yagari se volvió lobuna.-¿Acaso quieres que te de una paliza malenseñado?-pregunto.
-Hablarme así.Un…un……maldito bastardo-le dijo el rubio con toda su furia en alza.
Se lanzo contra el otro pero Yagari lo sorprendió con su rapidez y fuerza.Aido quedo atrapado por la espalda con sus brazos inmovilizados por el abrazo de oso del otro se resistió agitándose bruscamente pero en uno de sus agites le dio una patada en el tobillo a Toga y este se desestabilizó cayendo los dos en el piso.
-Maldito.¿Que crees que haces?-dijo el de ojos azules rodando sobre si mismo pero el otro para evitar que el vampiro lo ataque desde arriba se puso sobre él.
-Oye niño.Para ser noble eres muy mal hablado ¿Lo sabías?-le dijo el cazador.El otro frunció el ceño y lo ataco con su puño pues no podía arriesgarse a matarlo pues entonces los planes de Kaname sama se vendrían abajo.Pero una sesión de entrenamiento estaba permitida.
El puño paso cerca de la cara de el de ojo azul que lo esquivo y luego volvió a su lugar pronto para darle su merecido al estúpido vampiro cuando de pronto se vio con sus labios atrapados por los del otro que intentaba escapar aprovechando que el otro se había hecho a un lado.
Ambos se separaron asustados.
-¿Qué haces?Fijate donde……-dijo el menor mientras el mayor lo miraba sorprendido después de separarse, pero no pudo seguir porque el otro lo volvió a besar.
Estaba tan sorprendido que no reacciono hasta que el otro introdujo su lengua en su boca.Y los brazos de Yagari aprisionaron su cintura.
Una pierna del de pelo negro rozo entrepierna de Aido provocando que este gimiera involuntariamente y el otro puso mas pasión en el beso al oír ese sonido.
De pronto la boca de Toga se deslizo a donde se unen cuello y hombro y empezo a besar y lamer dicho lugar haciendo con eso que la espalda del otro se arqueara y sus manos le enterraran las uñas al torso del otro que volvió de inmediato a la boca gimiente del rubio.
-¡NO!-grito el sonrojado ojiazul como orden a su órgano masculino que no se corriera.Pero este lo desobedeció.
-Aaaaaaaaagggggggggggg-emitió el rubio quedando desmanejado en tierra provocando un gran placer en el cazador que ahora lo veía atentamente.
Hanabusa estaba sonrojado, transpirado y despeinado, con la respiración agitada.
-¿Qué…..que miras?-pregunto el rubio con ganas de matar al otro pero no se sentía con las fuerzas necesarias.
-Parece que aprendiste la leccion-dijo Yagari despacio con una media sonrisa.Le beso la frente,se levanto y se fue.
Aido lo vio irse aún cansado con una mezcla de incredulidad y furia.
Ese idiota le pagaría lo que le había hecho.