Alguien lo llamo y le dijo que uno de la pandilla tenía uno de sus “Dragones Blancos”.No se identifico y no le hizo caso hasta que a altas horas de la noche y no pudiendo conciliar el sueño busco en su deck y encontró que el del teléfono tenía razón.
Al otro día apareció hecho una furia en la tienda del abuelo de Motou.
-¿Cómo te atreviste engendro del demonio a robar mi Dragón?Devuelvemelo si no quieres que yo-dijo a Yugi el CEO de Kaiba Corp mientras zarandeaba al mini adolecente como un saco de papas de un lado a otro.
-Oye idiota¡Baja a Yugi inmediatamente!-ordeno Tristán mientras se acercaba furioso a agarrar a su amigo para despegarlo del bastardo corporativo.
-¡Tu no tienes nada que ver aquí, mono!¡O es que has sido tu el que robo el dragón!-exclamo el castaño totalmente fuera de si con unos ojos de asesino.
-¿Dragón?-dijo Tristán medio azorado.-¿Uno de tus dragones?-ahora comprendía por que el CEO estaba así de enfadado pero eso no lo disculpaba.-Aquí nadie tiene tu Dragón, Kaiba-le dijo Taylor.
-Mientes.Alguien me llamo para informarme que uno de ustedes tiene mi dragón-contesto Seto.
-Probablemente el que te llamo sea el que lo tenga porque aquí no está-dijo el castaño amigo de Yugi.
La duda nació en Kaiba.Era probable.
-Yo jamás te dije que fuera uno de ellos-dijo Devlin a espaldas de Seto entrando por la puerta.
-Así que tu fuiste,sabandija mentirosa.Ninguno de nosotros tenemos ese dragón-dijo Tristán que contenido por Tea intentaba escaparse para darle una paliza al moreno.
-Lo sé-dijo Devlin.
-Entonces me mentiste-dijo rabioso el castaño rico.
-No lo hice-dijo enigmático Devlin.-Pero aquí falta alguien ¿no?-acotó y todos se dieron cuenta a quien se refería.
-Katsuya-profirió seto en voz alta.
-No lo dije antes porque el se había ido no se donde y no valía molestarse por tan poco pero ya que el geniecito regreso es justo que se lleve un castigo por tomarnos el pelo entre otras cosas-dijo el insidioso ojos verdes.
-¿De que hablas?¿Regresar de donde?¿Adonde se había ido el pobretonsucho ese?-pregunto Kaiba casi incrédulo y muy molesto.
-Así que tu no lo sabías.Claro.No eres muy cercano a él lo que se dice.Ni te enteraste que se fue para Europa y luego resulto que era millonario.Que era graduado de la universidad y sobretodo que nos había estafado a todos-dijo Devlin despectivo.
Eso no es cierto-defendió Yugi a su amigo.-Me dio 5 millones por los tres que consiguió para la operación de su hermana-retruco el tricolor.
*¿Qué?*pensó Kaiba impresionado por confirmar lo que el tipo dado decía.
-No te preocupes Yugi.Todos sabemos que a Devlin le encanta hablar mal de la gente-dijo Jouno entrando por la puerta.
Todos estaban tan ensimismados en la discusión que tardaron en reaccionar y mirarle.
Kaiba ya tenía preparada una sarta de cosas que decirle al idiota ladrón cuando lo vio y quedo mudo por el cambio efectuado en el otrora desastroso rubio.
Jouno tenía puesto un traje beige de cashimere con una corbata del mismo tono de seda,una camisa blanca, lentes de armadura dorada y un corte elegante y varonil que le daba una expresión lobuna a sus ojos que parecían estar a tono con el armazón de los lentes porque extrañamente lucían ambarinos.
El porte de Katsuya era elegante.Típico de los caballeros prusianos con que su abuelo tenía habitual contacto.
*¿Este es el perro?*se preguntó Kaiba por un momento fuera de foco.
-Por lo menos debo agradecerte que te tomaras la molestia de dejarme un mensaje con mi secretaria-dijo el nuevo hombre de negocios dirigiéndose al de ojos verdes.
Su tono era mas educado de que el hubiera usado en el mismo caso en otras ocasiones.
El cambio parecía no solo ser externo.
Seto frunció el ceño.* “Aunque la mona vista de seda, mona se queda” *pensó enojándose de nuevo por lo que el otro le había hecho y abrió su boca para gritarle al otro cuando elegantemente el rubio sacó la carta de su bolsillo y la elevo en el aire.
-Esto es lo que buscas¿no?-pregunto con mirada fría tras los metálicos lentes.-De haber sabido que causarías tanto alboroto te la hubiera devuelto entonces……Aunque juzgando porque te diste cuenta de que te faltaba porque alguien mas te lo dijo presumo que no la hechabas tanto de menos ni la querías tanto como siempre dijiste¿ne?-le dijo displicente el rubio ante la atónita mirada de todos al ver al rubio utilizar semejante lenguaje y conducirse a la vez astuta y caballerosamente como un maestro universitario se dirigiría a un niño de Kinder.-Kaiba.Siempre has sido como ese perro de Lord Telano.No comes ni dejas comer.Solo deseas la carta porque no quieres que nadie mas la tenga.No porque te importe de verdad.Y pensar que la pobre Kissara dio su vida por ti y esclavizó su alma a esta carta por tu protección.¡Que desperdicio!-añadió y agarrando la carta con dos dedos la lanzo contra el CEO de Kaiba Corp.-¡Adiós amigos!-dijo después.-Los veré mas tarde y charlaremos.Tengo mucho trabajo que hacer y no puedo perder mi valioso tiempo discutiendo con ese bebé llorón-añadió mientras salía felíz de devolverle tanto tiempo de humillaciones con esas frases y sobretodo de dejarlo con las ganas de discutir.
Kaiba tenía ganas de destrozar todo el lugar y a todos los que allí estaban para que no quedara nada que testificara tal humillación pero solo tomo la carta del suelo y en un silencio feroz, despiadado y lleno de ansias de vengarse se marchó.