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No puedes comprar mi amor por zandaleesol

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Título: “No puedes comprar mi amor”


Personajes: Harry Potter/Draco Malfoy


Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, son de propiedad de J.K. Rowling, sólo los tomo prestados para divertirme con ellos, no percibo ningún beneficio económico.


Advertencia: Post Deathly Hallows, sin Epílogo. Esta historia comienza a desarrollarse justo cuando faltan dos días para el primer aniversario del enfrentamiento final entre Harry y Voldemort.


Capítulo 23. La Noticia del Profeta


1


Harry dormía más plácidamente de lo que jamás fue capaz en su vida. Draco le había jurado que entre sus brazos olvidaría a todos los Weasley y las Umbriedge del mundo. Y no resultó una mentira, así sucedió.


Draco había despertado desde hacía un rato y ahora se deleitaba viendo dormir al moreno. Una sonrisa maliciosa le cruzó el rostro al recordar como la noche pasada había follado a Harry de mil y una maneras inimaginables, y eso que sólo había usado su imaginación y algo de las conversaciones sostenidas con su padre.


Su pasión había logrado que Harry olvidara hasta su nombre. Pero reconocía que él también había olvidado el suyo. Y como no hacerlo cuando Harry mismo se lo había pedido, luego de arrojarse a la cama que él había cubierto de pétalos de rosas blancas, Harry con voz rasposa le había dicho: “Draco quiero olvidar mi nombre, fóllame hasta hacerme perder la memoria”. Aquellas palabras habían sonado como la más dulce melodía en sus oídos y eso que Draco no gustaba mucho de la música.


Pero le gustaba Harry, y en realidad iba más allá, estaba loco por Harry. ¿Y cómo no iba a estarlo? , después de follarse al moreno ocho veces consecutivas y en las posiciones más audaces. Draco pensaba con cierto asombro en lo mucho que Harry había sido capaz de soportar; y de no ser porque él se había agotado de seguro que el moreno hubiese pedido más.


Con satisfacción pensó que esa si estaba siendo una “luna de mil” como era debido. Aunque los años precedentes no había tenido ni tiempo ni animo para pensar en el matrimonio, pues este tan extraño y precipitado con Harry estaba resultando una maravilla. Agradecía a su madre de todo corazón por haberle convencido de que desistiera de esa boda concertada con Magnus, y satisfecho de sí mismo por haber aceptado aquella noche ir a casa de los Weasley para charlar con Harry, sin eso, no podría estar viviendo aquella circunstancia tan feliz.


Se movió un poco para acomodar su posición, su brazo bajo el peso del cuerpo de Harry se estaba entumeciendo. Pese al movimiento Harry ni siquiera murmuró. Draco estuvo seguro que esa era la primera vez que el muchacho de ojos esmeraldas dormía realmente olvidado del mundo. No era extraño después de todas esas folladas consecutivas que había soportado pensó el rubio con cierta malicia, lo dejaría dormir y que descansara todo el día en la cama si era preciso, porque al llegar la noche lo quería totalmente recuperado y muy predispuesto a ser follado por él unas ocho veces más y hasta nueve tal vez si a él le alcanzaba la energía.


Salió de la cama y se fue a la ducha. Estuvo bajo el agua mucho rato al salir del baño envuelto en una toalla estaba animoso y lleno de energía. Miró hacia la cama, Harry seguía en brazos de Morfeo, de seguro que dormiría hasta la tarde.


Silenciosamente se vistió y cuando estuvo listo convocó un pedazo de pergamino, pluma y tinta para dejarle una nota en la almohada al muchacho.


Harry:

Voy al pueblo a hacer unas compras, luego pasaré por casa de los Tayler para saludar.

No te preocupes y sigue durmiendo, te quiero muy descansado para esta noche.

D.M.



Estaba seguro que con esas breves líneas le bastaría al moreno. La puso con cuidado sobre la almohada justo del lado donde Harry tenía apoyada la cabeza, le observó dormir por unos segundos y después de sonreír salió de la habitación.


Antes de salir de la casa decidió cambiar su apariencia. Aún no habían conversado con Harry respecto a si ahora que Umbriedge y los Weasley, ya sabían la verdad era necesario seguir de incognitos en el pueblo, así usando su varita le hizo unos cambios a su pelo y los ojos, luego la guardó en su bolsillo y salió de la casa.


2


Caminó por las calles y poco a poco se fue acercando al centro del pueblo donde estaba el comercio. Era la primera vez que veía tanta gente, la mayoría de las veces, aunque no habían sido muchas en realidad en que caminara por ahí no había visto a muchos habitantes. Pero ahora la gente caminaba en todas direcciones y se armaban grupos de magos y brujas que conversaban con mucho ardor.


Draco simplemente pasó de todo eso y se fue directo a un mercado donde vendían lo que el precisaba en ese minuto, alimentos. Observando todo los productos que se ofrecían sintió algo de confusión, la verdad jamás en su vida había comprado comida, sólo golosinas y helados. Los elfos domésticos se encargaban de eso en la mansión. Le resultaba muy extraño estar ahí, pero se animó al identificar algunas cosas que podía adquirir. Compró algunas frutas que le gustaban, pero no estaba seguro de que Harry compartiría sus gustos, casi nada sabía del muchacho de ojos esmeraldas, exceptuando que la posición favorita en que le gustaba ser follado era en cuatro patas con la cara enterrada en la almohada. En esa posición era cuando más le había escuchado gemir. Hizo un movimiento con la cabeza para sacudirse esa imagen de Harry con el trasero al aire ofreciéndose de manera tan deliciosa; una semi erección comenzaba a punzar con sólo recordarlo.


Luego de salir del mercado caminó por las calles del pueblo intentando no parecer un recién llegado para continuar pasando inadvertido. Se detuvo fuera de una pastelería que ofrecía toda clase de tartas y dulces, además de chocolates. No pudo resistirse, los chocolates eran su debilidad aunque siempre los evitaba porque no quería ver ni un gramo de grasa en su cuerpo. Y naturalmente que su rostro era lo que más cuidaba, pues siempre lo había considerado lo más valioso de su bella persona. Pensaba desistir del chocolate cuando recordó que había perdido casi todas las reservas de agua en su cuerpo durante esa agitada noche de amor, sexo y locuras con Harry. Estaba seguro que había bajado a lo menos dos kilos. Había encontrado la solución perfecta y la más placentera que podía existir para su miedo a comer dulces que le hicieran engordar. Feliz entró a la pastelería.


Cuando salió del lugar casi una hora más tarde, iba cargado de toda suerte de golosinas, pasteles y tartas diversas. Después del sexo lo mejor de la vida eran los dulces pensó el rubio. Naturalmente que no pensaba ir cargando con toda aquello como un elfo cualquiera, así que redujo el tamaño de sus compras y metió todo el bolsillo de su túnica.


Más feliz de lo que recordaba sentirse en muchos años, se encaminó hacia la casa de los Tyler. Deseaba saludar a la señora Tyler especialmente, la mujer le resultaba de la más encantadora, el esposo también era un hombre simpático.


*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~


La puerta de la casa de los Tyler se abrió y el rostro extrañado de la señora Tyler le saludo muy seriamente. Sólo entonces Draco recordó que había cambiado su apariencia para ir hasta el centro del pueblo.


——Señora Tyler, soy yo, Draco.

——¡Draco! Claro reconozco tu voz, por supuesto llevas un disfraz… Es completamente lógico ——dijo la mujer mientras tomaba al muchacho del brazo para hacerlo entrar al interior de su casa ——. Vamos ya entra de una vez.

——Fui al pueblo por algunas compras y no quise dejar de pasar a saludar.


Draco sonrió feliz al mirar a la mujer, pero ésta parecía un tanto preocupada y el chico lo notó.


——¿Está usted sola?, porque si le incomodo puedo regresar más tarde en compañía de Harry.

——Nada de eso querido, no me incomodas en lo absoluto. Jared fue a visitar a unas personas que necesitan unas reparaciones en sus casas y pronto regresará.

——Sí le parece yo vengo más tarde con Harry.

——De verdad no me molesta para nada que estés aquí, Draco. Al contrario, generalmente paso muy sola y me alegra tener una buena compañía de vez en cuando.


El muchacho sonrió.


——Muy pocos me considerarían una buena compañía.


La mujer le miró con algo parecido a la tristeza.


——Eso debe ser difícil para ti, pero tienes a Harry que es un gran chico y se nota que te adora.


Draco sonrió y bajó la mirada medio abochornado.


——Yo también lo amo ——confesó Draco espontáneamente, eso sí luego se avergonzó por aquella involuntaria confesión, él jamás hablaba de sus sentimientos con un desconocido. Ni siquiera con los conocidos, las únicas personas que le conocían realmente eran su madre y su amigo Blaise.

——En cuanto los conocí me di cuenta de ello. Hacen una pareja maravillosa, por eso creo que deben ser fuertes y no dejarse intimidar por las tonterías que dice el Profeta.

——¿Las tonterías que dice el Profeta? ——preguntó Draco, arrugando el ceño sin comprender.


La mujer a su vez también miró confusa al muchacho rubio.


——¿No me dijiste que venías del pueblo?

——Sí, estuve un buen rato por ahí.

——¿No notaste nada extraño?

——En absoluto, ¿sucedió algo?



La señora Tyler se levantó del sofá y se acercó a una mesa de arrimo sobre la cual había un espejo de caoba. Sin decir palabra volvió a sentarse y le tendió el periódico a Draco.


Draco lo recibió sin decir palabra, pero muy extrañado. Cuando posó sus ojos grises en la primera plana del periódico por fin le hicieron sentido las preguntas de la señora Tyler.


Ahí en la portada del Profeta estaban Harry y él sonriendo, pero eran fotos que habían sido unidas con magia para que parecieran que se las habían tomado, estando juntos y además no eran recientes, por los peinados que llevaban pudo concluirlo. El título del Profeta lo decía todo.
“El Salvador y el Mortífago unidos por el amor”. A Draco de pronto le ardieron las mejillas, no sólo de rabia, sino también de vergüenza por no decirle a la señora Tyler quien era él en realidad. Apenas miró lo escrito, sólo sabía que era Rita Skiter la autora del artículo.


——¡Por Merlín! ——exclamó el muchacho ——¿Cómo lo averiguaron?

——Jared y yo guardamos muy bien el secreto Draco, la tal Rita debió enterarse por otro medio ——explicó la señora Tyler.

——No desconfió de usted señora Tyler. Tiene usted razón al decir que lo averiguó por otro medio, ¿pero cuál? ——repitió Draco, y de pronto vino la claridad ——. Fue ella, esa bruja miserable…

——¿A quién te refieres?


Draco pareció recién caer en la cuenta de que al parecer la señora Tyler no estaba escandalizada con la noticia, ni tampoco asustada por que él hubiese sido Mortífago.


——Bueno, supongo que ahora que ya sabe la verdad no querrá verme otra vez por su casa.

——¿Ahora qué sé la verdad? No te entiendo.

——La fotografía del periódico, soy yo, y es verdad que fui un Mortífago.

——Déjame hacerte una pregunta Draco, ¿asesinaste a alguien?

——Nunca.

——Debo suponer que no te convertiste en uno por voluntad propia.

——No, fui obligado a aceptar la marca después que mi padre fue enviado a Azkaban.

——Lo comprendo, pero no creo que debas darme explicaciones Draco. Según entiendo fuiste absuelto por el Wizengamot.

——Sí, es cierto.

——Entonces no tienes nada de que preocuparte.

——Claro que sí, ahora todo el mundo sabe que me casé con Harry.

——¿Y eso qué tiene de malo? ¿O es qué pensaban mantenerlo en secreto para siempre?

——No claro que no, pero jamás pensé que tan pronto lo sabría todo el mundo. Sólo han pasado cuatro días.

——Pues me parece lo mejor, no creo que sea una buena idea andar ocultándose. Ustedes se aman y tienen derecho como todo el mundo a vivir ese amor con total libertad.

——No creo todos en el mundo mágico resulten tan comprensivos como usted, tal vez su esposo no esté contento cundo lo sepa.

——Querido, nosotros lo supinos desde el primer momento en que te vimos en casa de Harry, el mismo día de la boda.

——Sí supongo que así fue. Tendría que haber cambiado toda mi apariencia para que no se dieran cuenta de quien era yo realmente.

——Pero eso no hubiera estado bien, sería como si Harry se casara con otra persona y no contigo.

——Sí en eso tiene razón. Y era él quien más deseaba casare conmigo.

——No me extraña para nada… Se nota que él muere de amor por ti, sólo hay que fijarse en el modo en que te mira.


Draco sonrió.


——Bueno señora Tyler, fue un gusto saludarla, creo que debo regresar a casa y contarle a Harry que estamos en la portada del Profeta.

——No será agradable para él, se nota que es un muchacho reservado.

——Sí, ni siquiera le gusta que le recuerden que fue el Salvador.

——Es un chico maravilloso, eres muy afortunado, pero creo que eso ya lo sabes, ¿no?


3


A pesar de que Draco tardó casi tres horas en regresar a la casa, cuando entró a la habitación Harry aún dormía. Se acercó al muchacho y le observó por unos segundos. Se preguntó como reaccionaría ahora que ya todo el mundo mágico sabía de la boda que habían realizado en secreto. Podía suceder que sintiera arrepentimiento, de seguro la gente ya no le miraría de la misma forma, la admiración que despertaba su nombre quizá ya era cosa del pasado.


——Harry… ——le llamó con suavidad para no sobresaltarlo ——. Vamos despierta, no seas dormilón.


El muchacho se removió un poco y luego abrió los ojos, enseguida buscó la mirada del rubio.


——Desperté hace poco, te escuché entrar…

——Ah… fingías entonces ——respondió Draco sonriendo.

——Algo así, pero la verdad es que aún tengo mucho sueño.

——Sé que estás cansado. La noche fue muy larga.

——En realidad no para mí, casi no sentí como pasó el tiempo. Hicimos el amor tantas veces y de formas tan diferentes ——dijo Harry con una sonrisa.

——Bueno yo lo diría de otra forma la verdad.

——¿De qué forma?

——Pues que follamos hasta la madrugada.

——Prefiero decir que hicimos el amor, porque yo te amo.


Draco sonrió.


——Así que también puedes ser romántico después de todo. Anoche mientras “hacíamos el amor” de tu boca salieron frases que mis virginales oídos jamás habían escuchado.


Harry enrojeció sin poder evitarlo.


——Ni siquiera me acuerdo y lo prefiero así porque me moriría de vergüenza si recuerdo que frases te dije.

——Unas bastante vulgares que no creía saldrían de la boca del Salvador, pero me resultó exquisito oírlas, además esos sonidos casi obscenos que hacías pues sólo lograban ponerme más duro.

——¡Por Merlín, menos mal que no lo recuerdo! ——exclamó Harry avergonzado mientras se cubría el rostro con la sábana.

——¡Demonios Harry! La verdad a mí me encanta oírte ——dijo el rubio, luego agregó imitando la voz de Harry ——¡Hmm… Sí Draco, así dame más… Oh me encantas! ¡Oh por Merlín estás duro!

——Oh por favor ya cállate ——dijo Harry con la voz ahogada, mientras seguí ocultando el rostro entre las sábanas.


Draco soltó una franca carcajada, celebrando la vergüenza de Harry.


——Si no dejas de burlarte te juro que esta noche no dejaré que me toques ni siquiera un cabello ——amenazó Harry.

——¿De verdad mi leoncito?

——Ya fue suficiente ——cortó Harry incorporándose bruscamente con las mejillas rojas ——. Esta noche no habrá sexo entre los dos.


Draco le miró incrédulo.


——No hablas en serio Harry.

——Lo dije totalmente en serio, esta noche dormirás de tu lado de la cama y yo del mío.

——Bien, ya veremos si puedes cumplir, recuerda quien soy Harry.

——¿Me estás amenazando, Malfoy?


Draco arrugó el ceño.


——No Potter, yo no amenazo ——respondió Draco mientras se acercaba a Harry para besar su cuello.


Harry lo esquivó de forma muy infantil escapándose hacia el respaldo de la cama.


——Veo que tienes ganas de jugar… Leoncito


Harry apretó los labios y miró enojado al rubio.


——Ya te dije que no me llames leoncito.

——¿Cómo debo llamarte entonces? ¿Salvador?

——Draco… Ya déjalo por favor… No es gracioso.

——Sí, ya me comprendí que no estás de humor. Creía después de lo de anoche te despertarías feliz ——respondió Draco cambiando su tono juguetón a uno completamente serio.


Harry se arrepintió enseguida por su actuar.


——Y estoy feliz.

——Oh si muy feliz ——dijo el rubio con tono serio, pero además decepcionado.


Harry se le acercó de inmediato y lo rodeó con los brazos.


——Tú me haces feliz Draco, te lo juro. Sé que sólo estabas bromeando. Soy un tonto, lo siento.


Draco no respondió, no parecía molesto, sino triste. La alarma interna de Harry se disparó de golpe.


——No te enojes, por favor.

——No estoy enojado Harry. Es sólo que me pregunto si esto dará resultado, somos tan diferentes, tan opuestos ——dijo el muchacho rubio, recordando la portada del El Profeta ——. Todo esto ha sucedido tan rápido, que por momentos pienso que en realidad nos equivocamos.

——¿En qué sientes que te equivocaste Draco? ¿En no casarte con Magnus?

——No, no hablo de eso. Tal vez debimos esperar un poco antes de tener sexo, conocernos un poco más, explorar otros aspectos de nuestra personalidad.

——No me arrepiento de haberme entregado a ti.

——¿Estás seguro?

——Completamente. Lo que siento por ti no es sólo físico, es mucho más… Es algo que jamás sentí por nadie.


Draco esta vez no respondió.


——¿Crees que estoy mintiendo? ——preguntó Harry.


El rubio otra vez guardó un extraño silencio.


——Draco… quiero confesarte algo ——dijo de pronto Harry.


Draco volvió la cabeza bruscamente y miró al moreno con cierta sorpresa.


——Te escucho.


Harry bajó la mirada.


——La noche… Anterior a la graduación tú estuviste en la torre de Astronomía con tu amigo Zabini.

——¿Cómo sabes tú eso? ——preguntó el rubio.

——Yo también estuve ahí.


Draco arrugó el ceño una vez más.


——No entiendo a dónde quieres llegar, no tiene nada de extraordinario que me vieras en la torre con mi amigo, muchos alumnos subían ahí.

——No después de lo de Dumbledore ——apuntó Harry.


Draco sintió una sacudida de culpa y de molestia al mismo tiempo.


——Te lo pregunto otra vez, ¿a dónde quieres llegar?

——Cuando tú llegaste con tu amigo yo ya estaba en ese lugar. Cuando escuché pasos en la escalera me cubrí con la capa de invisibilidad.


El muchacho rubio abrió los ojos con asombro, comenzaba a comprender.


——¿Estuviste ahí todo el tiempo? Escuchaste mi conversación con Blaise.


Harry asintió con aire culpable.


Draco se puso de pie, dio vueltas por la habitación mientras Harry permanecía en la cama mirándolo con preocupación.


——Si escuchaste mi conversación con Blaise, significa que sabes más de mí de lo que yo sé de ti. Recuerdo esa última noche y todo lo que dije. De seguro que te hizo gracia escuchar como me lamentaba de mi inminente pobreza y de que tendría que venderme al mejor postor ——reflexionó el rubio ——. Te pareció gracioso saber que Draco Malfoy se sentía como mercancía despreciada y de bajo costo.

——No Draco, por favor no digas eso. Yo jamás…

——¿Tú jamás que? Ah claro déjame adivinar. Harry Potter, alias “El Salvador” no se burlaría de la desgracia ajena, Harry Potter sentiría lástima, eso es más de su estilo de estúpido Gryffindor.

——Eso es injusto Draco, yo sentía lástima por ti.

——¿Dime Harry, te inspiré lastima y por eso realmente quisiste casarte conmigo?

——¡No, eso nunca!

——Bien, no fue lástima, no fue para vengarte de Umbriedge… ¿Entonces por qué?


Harry se mordió los labios, Draco sin saberlo le estaba dando la oportunidad de ser honesto. Pero como decirle al chico que se había “sacrificado” para que no se cumpliera aquella profecía. Draco le odiaría y no se sentía capaz de soportar aquello, se había enamorado sinceramente.


——Draco no importaba el motivo. Te amo, esa es la verdad.


Draco lo miro por breves segundos y luego apartó la vista.


——Esta bien Harry, dejémoslo así ——dijo el rubio yendo hacia la puerta.


Harry saltó de la cama sin preocuparse de que no llevaba ni una sola prenda.


——No, no quiero dejarlo así ——dijo el moreno sosteniendo a Draco por un brazo ——. Debes creer cuando digo que te amo.

——¿Y por qué me amas Harry? Eres el héroe, el Salvador, y yo sólo soy un…


Harry no dejó que Draco acabará su frase, se apoderó de los labios del rubio. Draco pudo percibir la genuina pasión en los labios del muchacho.


——Sé que puedes sentir mi amor ——dijo Harry, tomando una mano del rubio la posó sobre su pecho, justo donde su corazón latía con fuerza ——. Mi corazón palpita más rápido gracias a ti, ¿lo sientes? Es tuyo… para siempre y lo sabes, sé que lo sabes.


Draco miró a Harry por algunos segundos con seriedad. Con la nano que tenía libre acarició la mejilla del moreno casi con miedo de creer, con miedo de entregarse.


——Nunca nadie en la vida me había dicho algo tan romántico… Leoncito.


Harry sonrió aliviado. Estaba dispuesto a permitirle al rubio que le llamara de ese modo.


——Este leoncito desea con toda su alma demostrarte su amor.

——¿Sólo con su alma? ——preguntó con tono travieso el rubio.

——No, también con su cuerpo.


Draco sonrió con malicia y bajó su mirada hacia el miembro de Harry.


——Me gusta la idea, mi boca está deseosa de tenerte una vez más.

——Entonces no hay tiempo que perder, estoy ardiendo Draco.


Draco ya no se hizo de rogar fue directo a besar el cuello de Harry. Esto le bastó al moreno para enloquecer, gimió sin control, mezclando el nombre de Draco.


El chico rubio perdió el control en un segundo, con rapidez empujó a Harry sobre la cama. Mientras el muchacho de ojos esmeraldas le echaba las manos al cuello y lo besaba el se apresuraba a bajar de una sola vez su pantalón junto con el bóxer dejando su erección hinchada a la vista. Con más urgencia de la que había sentido nunca tanteó la entrada de Harry, masajeó apenas unos segundos y luego posicionó su miembro para luego enseguida empujarlo hacia el interior estrecho y cálido. Harry jadeó pero al mismo tiempo se movió hacia delante invitando al rubio a penetrarlo hasta el fondo.


Draco cerró los ojos y dejó que sus oídos fuesen invadidos por eso gemidos dulces que salían de los labios de Harry. Se retiró un poco y luego empujó más fuertemente. Harry le facilitó las cosas moviendo su pelvis en un rítmico compás, una, dos, tres veces… Hasta que perdió la cuenta. La necesidad cada vez más creciente de experimentar y dar placer le hizo probar otras formas, utilizó su inventiva, su instinto le sugirió nuevos movimientos, uno a modo de círculo hizo la delicia de Harry que le pidió que lo repitiera varias veces, y Draco sólo se limitó a complacerlo. Deseaba hacer feliz a Harry, y lo lograba con cada una de sus embestidas.


Llegó al orgasmo final más rápidamente de lo que le hubiese gustado. Pero no lo lamentó, pues Harry le siguió unos segundos después. Después de toda la pasión desplegada, para el rubio ya no había dudas, Harry lo amaba y ese amor era el que le daría la fuerza para enfrentar a toda la comunidad mágica.


Después del amor y el placer, venía lo difícil. Harry vería la portada del diario El Profeta. ¿Cómo reaccionaría el moreno?, Draco no quería apostar.



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