Seto estaba hecho una furia pensando en esa humillación que dolía y dolía porque venía del perro.
De otra persona ni se hubiera preocupado pero el perro era distinto.
Tocaba una fibra distinta en el porque el siempre lo había humillado y jamás espero que el llegara al nivel de poder arrasar su orgullo como lo hizo en la tienda de los Motou y ante todos sus amigos.
Lo pagaría.Y lo pagaría muy caro.
Nadie humillaba así a Seto Kaiba y menos Jouno Katsuya.
Su asistente toco despacio la puerta.
Un japonés reservado, dócil y eficiente.
-Señor.Me han informado de un congreso de Managment empresarial al que a sido invitado-le informó.
-No me importa-dijo el castaño pronto a despedirlo para desquitar con alguien su furia.
-Se me ha informado que uno de los conferenciantes es el nuevo director de la filial Tokyo del Grupo Lieren.
Seto miro a su asistente.*El nieto de Messershmidt*pensó.
*Lo conoceré y veré la cara de ese tipo*pensó.La curiosidad le impulsaba a conocer a ese tipo que quizás fuera tan bueno como el pero que tenía una debilidad que sus investigadores averiguaban.El chantaje a su abuelo.¿De quien?¿Que escondían los Messershmidt?
*Tal vez esto sea bueno para quitarme de la cabeza a ese Katsuya*pensó con algo de esperanza el ojiazul.
-Esta bien.Ire.Arreglalo todo-le dijo a su empleado antes de ir a su laboratorio en ciudad Batallas para ver los nuevos adelantos técnicos de su compañía.
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Entro al salon de reuniones y se sentó en una de las primeras filas mientras miraba la tarima pensó en el cambio del otro.Incluso donde estaba ese traje era adecuado, elegante y sobrio.
*Como si fuera posible que el viniera aquí*pensó exasperado el castaño mirando a un lado y de pronto ahí estaba él hablando con otro que le hizo señas de que subiera a esta lo cual el rubio hizo.
Jouno lo vio después de subir pero no reacciono como si no lo hubiera visto y mirándolo a los ojos dijo-Buenas tardes.Mi nombre es Katsuya Jounichi y represento al grupo Lieren en Tokyo…….-.
Seto pensó mirándolo a los ojos*¿Queeeeee?¿Es el?¿Como puede ser el?*
Salió de ahí airado y confundido y Jouno lo vio irse sonriente y triunfal y después expuso su discurso.
-¿Qué diablos haces tu aquí?Y explícamelo claro perro-dijo Kaiba después de saltarle desde una esquina y estamparlo contra la pared.
Jouno alzo la mano, Seto pensó que se defendería y se preparó para eso pero el otro solo extendió la mano hacia alguien detrás del CEO.*Un guardaespaldas*pensó Kaiba de pronto shockeado por comprender de repente que el otro permanecía a su mundo.
-¿Acaso estas viejo y por eso te has vuelto sordo?-le dijo el otro y el lo miro a los ojos dispuesto a destruirlo pero tras sus lentes con armadura dorada los ojos de Katsuya adquirían destellos dorados y eso atrajo su atención.
Jouno lo miro preparado pensó el para lo que vendría pero Seto solo se quedo muy cerca mirándolo a los ojos y respirándole en la cara.
Katsuya se sentía como frente a la jaula de un tigre con sus ojos fríos escrutando cada parte de él, taladrándolo y eso lo cohibió.
Poniendo una mano en su hombro para alejarlo acabo con el hechizo en que ambos estaban sumergidos y la amenaza del tigre al zorro reinició.
-¿Cómo te atreves idiota?No eres mas que un perro bravucón-contesto Seto furioso.
-Podre ser un perro pero tu eres como esos gatos persas que engordan en una casa en la que no tiene competencia.Se vuelven unos acomodados que dejan de esforzarse porque no sienten que deban impresionar a nadie.Pronto ya no cazan y se vuelven parte del mobiliario o peor un estorbo obsoleto al que no vale la pena alimentar y terminan fuera de la casa, durmiendo a la intemperie sin que a nadie le importe demasiado su suerte-le dijo Jouno con voz y mirada gélida introduciendo un vago resquemor en el pecho de Kaiba de que el otro tuviera razón.Y una sensación de desolación al pensar en su futuro así de negro.Fuera de la competencia por ser la liebre que sobradora se confió y sesteo mientras la tortuga con menos talento pero mas merito ganó.
¿Acaso el era esa liebre?se pregunto.
¿Se había confiado demasiado al no reconocer en nadie un igual y ahora desentrenado quedaría relegado al segundo lugar?
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En la limosina camino a KC Seto pensó en esos nuevos ojos del perro.
¿Dónde había quedado la calidez de esos ojos que ahora tenían una mirada tan fría?
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Estaba escribiendo en su notebook cuando los ojos de ese tigre blanco se le vinieron a la mente.
¿Por qué sus ojos? Se preguntó.
¿Porque siempre sentía esa sensación de estar perdido cuando la mirada de Kaiba lo perforaba de tal forma?
Siempre había sido así.Desde la primera vez que se vieron a los ojos.