Seto llevo al campamento a su esposo y Nowa y Moki lo siguieron igual de inquietos mientras que los demás los vieron llegar con preocupación.
Ichigo fue hacia su papá y pregunto a todos que había pasado.
Seto y Nowaki se miraron el uno al otro reprendiéndose mutuamente con la mirada.
Seto miro al de ojos mieles que estaba ido en sus brazos y lo recosto con cuidado en la mesa que permanecía en el duro suelo después de haber caído.
-Jouno hablame.Hablame perro o te juro que……-decía con desesperación contenida y con rabia ascendente ante la impotencia que sentía.
-No le hables así padre-dijo Ichigo nerviosa.
-Yo le hablo como quiera.El tiene que reaccionar.¿No lo entiendes niña?-le hablo por priumera vez de mal modo su padre fruto de su desesperación.
-No ,no lo entiende-lo enfrento Nowaki furioso con el consigo mismo y con la situación que temía lo alejara permanentemente de su amado.
-No que los dos son tan listos.Pues entiendan esto.No tenemos con que ayudarlo así que hay que hacer que vuelva en sí-les dijo el de ojos azules y su hijo que lo miraba recordó otra escena que le paralizó el corazón de cuando el era niño y su padre luchaba por su papá para que se repusiera de lo que tenía y lo logró porque el confió en su padre sin saber la concreta razon sus genes siempre le habían indicado que Seto Kaiba era un guía seguro en medio de la tormenta que arreciaba.
-Pero padre…..-trató de reclamar la asustada Ichigo.
-Dejalo.El tiene razón-le dijo su hermano mayor y Seto miro a los ojos a su incandescente hijo y supo como en aquella ocasión que el otro había puesto su confianza en el.
Seto siguió intentando sin éxito sacar a Katsuya de su letargo.
Shroeder le grito a Nowaki-Hey.Genio-.
-¿Acaso todavía no te contentas con lo que hiciste?-le preguntó acercandose peligrosamente a su rostro con ganas de desfogar su furia en aquel desgraciado de pelo rosado.
-¿Sabes a que número llamar o no te da el cerebro para eso?-le pregunto el de combativos ojos muy serio y el otro quedo descolocado ante tal pregunta como todos los demás.
-¿De que hablas?-preguntó el hijo de Kaiba.
-Después de todo no eres tan inteligente¿eh?Busca en el forro de atrás de mi chaqueta.Tengo un bolsillo oculto ahí con un regalo para ti-le respondió Shroeder y de a poco todos comprendieron de que hablaba y con una expresión de “no puede ser” esculcó esa parte para descubrir el objeto del que hablaba.El movil de su padre.
Nowaki lo miro y el otro respondió-Con las manos atadas no puedo discar…..Para tu suerte yo si soy un genio y se me un numero que nos sacara de aquí-.
Kaiba miro a su inerte esposo que no daba señales de vida mas que su rítmico respirar.Su mirada opaca estaba fija en el cielo azul frente a el mirando sin ver.
Shroeder miraba a los dos con cuidado mientras Nowaki discaba.
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-Señor Kaiba su estado no ha cambiado desde que fue ingresado.Temo decirle que la catatonia que sufre su esposo puede tardar en curarse un dia, un mes ,un año o ser irreversible.Lo siento.Por demas su estado de salud esta siendo controlado y no hay peligro para el o sus bebés-le dijo el doctor del centro hospitalario Minahi.Uno de los mas exclusivos del mundo al que el castaño había llevado a su esposo para curarlo de su mal que ahora le decían podía ser irreversible.
-No voy a aceptar eso-le dijo fúrico Seto Kaiba y el doctor casi cio relámpagos en sus ojos azules al decirlo.
-¿Cómo dice?-pregunto el galeno.
-Si usted no puede curarlo buscare a alguien que pueda hacerlo-le advirtió el billonario con cara de querer comérselo crudo.
-No todo se puede comprar con dinero señor Kaiba-le dijo el titulado algo enojado con el castaño.
-Lo veremos-dijo este con furia creciente pues quería ver a su esposo de nuevo con el y bien a toda costa.
Entro en su habitación para ver la cara de porcelana carente de vida que tenía el otrora jubiloso rubio.
-No permitiré que huyas de mi.Nunca mas-le dijo con voz fuerte mientras sentía que su propio corazón se estaba quedando sin fuerzas para seguir latiendo por la visión de lo que le había hecho a su eterno rival y amante esposo.
-Malditas palabras-escupió el CEO recordando lo que dijera a su hijo y que el oyerra.
Justo el de todos.
-Siempre has sido un inoportuno.¿Lo sabías?Odio eso de ti-le dijo al cuerpo inmóvil en la cama.
Verlo así le hacía daño porque para el Jounichi era uno de esos seres que uno desea que paren por que nunca para de ladrar y moverse en todo el día agotando la paciencia de uno.Pero ahora no deseaba que se detuviera.Deseaba oir sus constantes ladridos, ocurrencias y bobadas.Deseaba volver a oír su voz.
Luego recordó su promesa en aquella cueva.
“Nada les pasara”.
Se paró frente a la pared tras la cama de hospital aun viendo por el rabillo del ojo a su bello esposo recostado y posó su frente contra la pared.No lloraría.No podía permitirselo.Porque en cuanto llorara toda esperanza se borraría y perdería las fuerzas para seguir.Así lo veía el.Así siempre lo había visto.
Miro de nuevo a su esposo y le dijo al cuerpo que lo ignoraba-No te librarás de mi de ninguna manera.Jamás te escaparás.No te dejaré ir porque tu eres mío.Me perteneces y no importa de la forma que sea te traere de vuelta, aunque sea a rastras.¿Oiste perro?Tu eres mío y yo jamás dejo ir lo mío-y pensó “Porque sin ti……..”y sintió que enloquecería si seguía viéndolo así por eso salió de la habitación y se enfrento a las caras tristes de su hijo y su hermano que lo miraron al salir desde las sillas enfrente de esta.