Las tersas manos de Kuran Kaname se deslizaron desde las nalgas a las rodillas de Zero y el emitió un aho0gado grito por el suave contacto.
Ahora estaba boca abajo sobre la cama que se enredaba en las manos que se movían por ella asiendose con fuerza de sus sabanas blancas mientras las manos del purasangre volvían por donde habían bajado.
-Ah…no…detente-pidió estremecido flexionando sus cuerpos con ansias de gritar pero conteniendose al morder las finas sábanas.Verlo así lo enloqueció.No quería que se contuviera.Quería que se diera por entero a el ser su amo, ser su señor.Hacerlo gritar de placer y ahí en el punto mas algido hacer que se rindiera y admitiera lo que sentía.
Sabía que Kiryu era un tipo duro como el pero no le importaba cuanto se resistiese sería suyo.
Lo volteo y el cuerpo del otro se arqueó a mas no poder, su boca abierta respiraba agitadamente y no pudo mas fue por esos labios que ahora le pertenecían y levantando una de sus piernas lo penetro casi salvajemente.
Zero hundió sus uñas en el torso del que ahora lo embestía y sintió que no podría contenerse mas.
-Eres mío y siempre lo serás-le dijo Kaname y el arqueandose y hundiendo su cabeza en el colchon no tuvo dudas de que era cierto.
Kaname lo embistió una y otra vez buscando el placer que estaba al alcance de la mano y Zero dejo el torso del castaño para asirse de las revueltas sabanas.
De la comisura de sus labios un hilillo de saliba se resbalo por su barbilla y como un lujurioso gato achocolatado Kuran se acercó a el lamiendo su recorrido retomando sus labios después.
-Por que diablos tiene que ser así contigo purasangre?-le preguntó a Kaname, Zero mientras su cuerpo era sacudido por las embestidas a las que era sometido.
Kuran lo miro a los ojos, sus labios apenas separados –Porque tu y yo somos predadores-.
Se fusionaron en nun beso en la ultima embestida y regarin su semilla con un grito que no pudieron contener.
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-Yuki se que estas furioso pero era por el bien de todos-le dijo Shuichi al rubio que lo miraba directo a los ojos con su mirada de frío ámbar.
En silencio Eiri se acerco al de ojos amatistas y lo beso como el podía hacerlo y luego se alejó un poco para mirarlo a los ojos mientras sus dedos se enredaban en sus cabellos.
-Podría perderme en tus ojos-le dijo Yuki y Shu se estremeció, luego separandose un poco miro a otro lado preguntando-¿Qué te pasa Yuki?Tu no eres así de amoroso.¿Ese es uno de los dialogos de tus novelas?-
-Si-respondió fríamente el rubio.
El de pelo negro torno a una mirada triste.-Debi saberlo-dijo.
-Ultimamente repito mucho-dijo el rubio mientras jugaba con los cabellos negros con una mano y con su otro brazo lo sujetaba contra el.El otro se revolvió molesto.
-No me importa.Sueltame-dijo molesto Shu.
-Sabes a todos les gusta la heroína Tsuki-le susurro.
-Aja-dijo el de ojos violetas.
-Dicen que sus ojos violetas son algo muy embrujante y yo les respondo que así es-prosiguió el escritor dejando paralizado al otro que no se atrevio a mirarlo.¿Acaso se habia basado en….?
-Eres tu-le dijo el otro.-He descubierto que estoy completamente embrujado por tus ojos-le dijo el de mirada amarilla antes de obligarlo a voltear y besarlo con pasión.
Sobre la cama lo desnudo y beso cada centímetro de piel del vampiro que gemía y se retorcía como si de una horrible tortura se tratara pero era una tortura demasiado placentera.
-¿Quieres sentirme dentro?-le preguntó Eiri y el mirándolo a los asintió.
Cada embestida los llevo al cielo y por fin el climax se hizo presente y Yuki se derramo dentro del vampiro mientras este manchaba sus dos cuerpos con su blanco líquido.