Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Vuelve a mí por yaMii n0vaA

[Reviews - 18]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Hola! Mi les trae este capitulo especial, centrado más que nada en la parejita Romantica, me tarde algo por que tuve que investigar que es lo basico que necesita un bebé, pero aqui estoy.

Muchas gracias a las chicas que dejaron rw las quiero mucho. Sinmás les dejop disfrutar del capítulo.

Los personajes de Gravitation y Junjou Romantica no me pertenecen.

¡ENJOY IT!

Capítulo 6: Un día de compras.

 

 

Ambos se habían levantado lo más temprano posible, cada uno se aseo y se encontraron en el comedor de aquella casa, un nuevo día había llegado y ellos tenían que estar en Tokio lo más rápido posible, no querían ni imaginarse que es lo que les diría o en el peor de los casos, les haría aquel de ojos amatistas intensos si llegaban tarde y los planes que tenía con su pareja se estropeaban.

 

 

Terminaron de desayunar, Hitomi, amablemente se había levantado a las 7 de la mañana para prepararles el desayuno y evitar que sus tesoros se fueran sin nada en el estomago. Shuichi aún un poco somnoliento volvió a subir a su cuarto por aquel tesoro que su primer amor le había regalado, tomo la cadena, el dije y los metió dentro de el cofrecito el cual ya llevaba unos años ahí. Guardo la ropa sucia en una de las bolsas de aquella tienda exclusiva en donde Nova le había comprado ropa maravillosa, la azabache no tenía ni idea de lo agradecido que estaba con ella.

 

 

−Bueno es hora de irnos – dijo la azabache que ya se encontraba en el umbral de la puerta, te esperare abajo. – y sin más la chica cerro la puerta de la habitación y bajo para despedirse de su tía.

 

 

−Si….− dijo mientras seguía guardando sus cosas y después escuchar como se cerraba la puerta, miro con algo de melancolía aquel lugar, ¿Habría vivido los tres años que no recordaba en ese lugar? Bueno eso se lo preguntaría a Hiro cuando le viera. Tomó la bolsa en su mano derecha y abrió la puerta, antes de salir volvió a visualizar su habitación, le recordaba que tenía un lugar al cual volver si lo necesitaba.

 

 

Bajo despacio por las escaleras hasta toparse con el recibidor de la casa en el cual ya se encontraba Nova lista para partir hablando algo con su madre, le sorprendió haber visto a Maiko a su lado, era una chica responsable pero muy perezosa, regularmente no se levantaba temprano, pero él suponía que en esa ocasión era especial pues su hermano y su prima se iban una vez más para regresar quien sabe cuando. Se acerco a las tres mujeres y se coloco los zapatos para después volverse y mirar a su familia, le entristecía recordar que su padre no estaba… ¿Qué habrá sido de él? No lo sabía, pero tenía temor de preguntárselo a su madre, sabía que no estaba preparado para esa respuesta, algo muy dentro de él le decía que esperara hasta que fuera el momento adecuado para preguntar.

 

 

−Mamá… Maiko, es momento de regresar… −las dos mujeres le miraron con tristeza – Prometo venir a verlas al menos una vez cada mes. – dijo con una hermosa sonrisa de esas que solo el podía regalar.

 

 

−Eso espero cariño…− la madre le abrazo con amor para después separarse un poco y besar su frente – Que les vaya muy bien en el camino y por favor Nova – se acerco a la azabache que veía desde el otro extremo del recibidor – Conduce con cuidado y cuida mucho de este niño…

 

 

−Ya no soy un niño mamá…− le dijo el pelirrosa mientras hacía un lindo puchero. La madre sonrió.

 

 

−Bueno… cuida mucho de este muchacho y también cuídate mucho, te deseo lo mejor… − le dijo como si nunca la volviera a ver.

 

 

−Tranquila tía… me haces sentir como si te estuvieras despidiendo definitivamente de mí…− la chica tomo las cálidas manos de aquella mujer y le miro a los ojos – Cuidare de Shu y me asegurare de quedarme el tiempo suficiente como para recuperar el que perdimos en Francia.

 

 

−Eso espero mi niña… − de igual manera que al amatista la abrazo y después le deposito un beso en la frente. –Cuídense y háblenme cuando estén en Tokio.

 

 

−Claro… − respondió el pelirrosa – Adiós Maiko, cuídate mucho. – se despidió mientras le daba un beso en la mejilla. –Cuida de mamá.−

 

 

−Tenlo por seguro, tu igual cuídate mucho y que tengas mucho éxito en tu trabajo…− Shuichi la miro descolocado, ¿Trabajo? ¿Él tenía un trabajo? Estaba a punto de preguntarle a su hermana de que trabajo hablaba pero la azabache se atravesó entre ellos y se despidió animadamente de la castaña que le dijo que esperaba poder volver a hablar con ella, la otra asintió y tomo una bolsa que ella también llevaba con la ropa usada el día de ayer.

 

 

Salieron de la casa agitando su mano de lado a lado para despedirse de aquellas dos que se encontraban al umbral de la puerta del hogar. Esta vez, Shuichi se había decidido por vestir unas bermudas color beige con rayas negras y rojas que formaban cuadrados grandes y medianos al cruzarse dejando mostrar parte de sus delgadas piernas, una playera azul de manga corta con el numero 64 inscrito en esta, y ya por ultimo calzaba unos tenis deportivos blancos con franjas azules a los lados, bastante sencillo pero muy atractivo. En cambio Nova vestía esta vez unos pescadores de mezclilla negros con varias bolsas y detalles llamativos, una blusa de mangas largas blanca y una campera negra abierta sin mangas, por ultimo, calzaba unos zapatos urbanos negros con una cadena que atravesaba el costado exterior de cada zapato, algo informal pero elegante.

 

 

Abordaron el deportivo azul de Nova y esta encendió el motor, se despidieron nuevamente con la mano y la azabache piso el acelerador, eran las 8 de la mañana y ya se encontraban en la autopista para ir directo a casa de Akihiko, hacían dos horas desde Kanagawa hasta Tokio pero viendo la velocidad a la que iban y haciendo las operaciones bien llegarían como en una hora y 15 minutos. Y así fue, en una hora con 14 minutos ya se encontraban frente al edificio donde residían, subieron por el elevador y llegaron hasta el piso donde estaban ambos departamentos, tocaron el timbre y la voz e imagen de Misaki aparecieron en el panel de a lado.

 

 

− ¿Si? – Dijo mirando a través de la pantalla – ¡Oh! Shuichi, Nova que bueno que llegan, en un momento abro. – y en pocos segundos la puerta de aquel departamento se abrió dejando ver a un Misaki muy contento.

 

 

−Hola Misaki-kun… te veo muy contento – el pelirrosa recordó la conversación que había tenido con el castaño la noche anterior, le había dicho que tenía algo muy importante que decirle.

 

 

−De hecho estoy muy contento, tengo que contarte algo muy importante… pero pasen…− el castaño se hizo a un lado para poder dejar pasar a los recién llegados pero antes de que Nova pudiera atravesar la puerta una melodía sonó por el lugar. Ambos chicos miraron a la azabache y esta saco un celular muy sofisticado de la bolsa de su pantalón disculpándose diciendo que tenía que atender y que volvería en unos momentos, la chica se dirigió a su propio departamento y entro en este. Se instalaron en la sala y esperaron a que Akihiko bajara para recibir a Shuichi.

 

 

− ¿Cómo te fue en el viaje? – el castaño pensó que lo más conveniente era hablar acerca de Shuichi antes de que él mismo le diera la noticia de que estaba esperando un bebé.

 

 

−Pues… me ha ido de maravilla, antes de ir a Kanagawa Nova y yo fuimos aun centro comercial…− el pelirrosa le conto todo acerca de lo que había sucedido en esos dos días.

 

 

−Akihiko tiene la maña de comprar de todo a montones pero ya le he dicho miles de veces que no necesito de todo aquello – el castaño dijo con resignación, le gustaba que Usagi fuera considerado con él pero que no exagerara.

 

 

−Lo único que Usami-san quiere es hacerte feliz y si para conseguir tu amor necesita comprar todo eso, ten por seguro que lo hará.

 

 

−Lo sé pero en verdad exagera un poco…− en ese preciso instante un Akihiko salía de la habitación vestido con uno de sus ya tan conocidos trajes. Bajo por las escaleras y cuando llego a la sala se sentó a un lado de Misaki atrayendo el cuerpo más pequeño hacía el suyo propio, ante tal acción el menor se sonrojo levemente.

 

 

−Que bueno que has regresado Shu… ¿Cómo te fue en el viaje? – el peligris sonreía de lado a lado, algo estaba pasando, pensó Shuichi, algo que seguramente a él al enterarse, también estaría como aquellos dos bueno no más ni igual que ellos.

 

 

−Pues todo fue perfecto… solo que Nova un día me dejara traumado… − dijo recordando la velocidad del automóvil, los altos saltados y las veces que estuvo a punto de chocar.

 

 

−Que bien, ¿sabes? Misaki y yo te tenemos una sorpresa – aquella pareja se miro con complicidad, se sonrieron y después volvieron a fijar su vista en el pelirrosa.

 

 

–Prepárate Shuichi… – Misaki miro una vez más a su pareja y este con una sonrisa en el rostro asintió. – Usagi y yo vamos a ser papás, estoy embarazado… – ante tal noticia el pelirrosa abrió sus ojos hasta el tope pero no dijo nada, los otros dos solo se quedaron viendo al más pequeño ya habían previsto algo como eso pero no lo siguiente. Shuichi se subió sobre la pequeña mesa de centro que había en medio de la sala y tomo la mano de cada uno de los futuros padres las junto y con ojos en forma de estrella lanzo un gritillo al aire.

 

 

– ¡Kya~! ¡Qué bien! ¡Muchas felicidades! – Se bajo de la mesa para abrazar a aquellos dos. –Y ¿bien? ¿Cuántos meses? ¿Qué va a hacer? ¿Qué nombre le pondrás? ¿Cuándo nacerá? – no era necesario decir que aquel pequeño pelirrosa estaba demasiado emocionado con aquella noticia única.

 

 

–Calma Shuichi – Misaki con una enorme gota en la cabeza trataba de tranquilizar al más pequeño – solo tiene dos semanas y media, aun falta mucho.

 

 

–Nee, nee, neeee… ¿puedo yo ser el padrino? ¡Ahhh! Ya lo quiero tener en mis manos – los otros dos solo le miraban con enormes gotas en la cabeza al más puro estilo anime, ¿Cómo era posible que el padrino estuviera mucho más emocionado que los propios padres?

 

 

–Está bien Shu pero tranquilízate – De nada sirvió decirle que se tranquilizara ya que cuando recibió la respuesta a su pregunta se puso a dar pequeños saltitos alrededor de toda la sala. Misaki y Akihiko solo se miraron y comenzaron a reír, ese chico era muy especial y en el poco tiempo que estuvieron con él le tomaron un cariño especial.

 

 

– ¡Qué bien! – Shuichi se cansó y se sentó una vez más frente a aquellos que seguían riendo por las acciones del de ojos amatistas claros.

 

 

–Jajaja… bueno…– el mayor paró de reír tratando de regularizar su respiración, no había reído tanto en toda su vida. – Misaki y yo iremos a un lugar especial y necesitamos que cuides del departamento ¿te importaría? – Shuichi negó energéticamente.

 

 

–No se preocupen, vayan a donde quieran ir, yo me quedare aquí – Shu se puso de pie y tomo a los otros dos de las manos y los jaló con él hasta la salida del lugar. –Cuídense mucho y diviértanse, ¿podría pedirles algo? – Les miro con ojos de perro abandonado – ¿Me compran unos pockys de fresa?

 

 

–Me hubieras dicho antes y pasábamos a comprar unos – una voz suave se escucho en el pasillo del lugar haciendo que los tres varones viraran su rostro hacia donde provenía aquel sonido.

 

 

– ¡Nova-nee! – Akihiko miró con sorpresa al pelirrosa para después mirar a Nova  quien estaba a unos metros más allá, llevaba colgando de su brazo un bolso negro y en la mano llevaba las llaves de su coche.

 

 

– ¿Nova-nee? Siento que me perdí de algo muy importante – el peligris miro al pelirrosa que solo le regalo una dulce sonrisa.

 

 

–Nova es mi prima, me entere de todo el día de ayer, luego te contare con más calma que fue lo que descubrí, ahora vayan a disfrutar de su cita. – con una enorme sonrisa los empujo hasta el elevador.

 

 

–Está bien, cuídate, no le abras a nadie que no conozcas y si te llama una mujer histérica dile que el manuscrito se lo entrego mañana sin falta. – el elevador se cerró y Shuichi volvió para colocarse frente a su prima.

 

 

– ¿Iras a algún lado? Quería que te quedaras conmigo mientras Usami-san no estaba. – el menor le dijo con tristeza.

 

 

–Lo siento mucho debó de ir por alguien, ¿Te parece bien que le diga a Yuuki que te haga compañía? – al escuchar aquel nombre Shuichi le miró con sorpresa. – No te preocupes, Yuuki ya sabe lo que te sucedió.

 

 

–Oh, ya veo…

 

 

– ¿Qué dices? ¿Te quedas con Yuuki?

 

 

–Pues… si… supongo que después de tanto tiempo sería bueno volver a hablar ampliamente.

 

 

–Me alegro escuchar eso. Le llamaré. – Nova saco su celular y marco un número rápidamente. –Yuuki, soy Nova, necesito que vengas a cuidar de Shu, voy salir y no me puedo quedar… si… está bien…adiós. – la chica colgó. –En unos minutos llega, entra ahí y espérale, nos vemos después, tengo que hablar contigo de algo importante. – La chica le dio un beso en la frente y fue directamente al elevador.

 

 

OoOoOoOoOoOoOoOoOoO

 

 

Se encontraban frente a una de las plazas más importantes de todo Japón, Akihiko le tenía tomado de la mano, no sabía que estaban haciendo ahí porque Usagi no le había dicho nada de nada.

 

 

–Bien es momento de eso. – El mayor comenzó a caminar con un Misaki algo rojo porque todos se  le quedaban viendo, aunque Akihiko fuera uno de los escritores más importantes de Japón nunca le importo que la prensa o algo así le viera con su pareja, de hecho a él le gustaba ser “exhibicionista”

 

 

– ¿Ahora me dirás a donde vamos?

 

 

–Espera y veras. – Llegaron a una tienda departamental de ropa, entraron como si nada y aun agarrados de la mano se dirigieron a la sección de bebés.

 

 

–Usagi-san…

 

 

–Así es Misaki, compraremos todo para nuestro bebé. – dijo el mayor, Misaki se quedo de piedra… ¿ya iban a comprar todo para el pequeño que venía en camino? ¡Pero si apenas tenias unas semanas! El castaño observo a su pareja el cual leía una revista con el título de “Padres por primera vez” y mientras leía abría los ojos con sorpresa. – Nunca pensé que los bebés necesitaran de tantas cosas. Vamos tenemos mucho que comprar.

 

 

–Usagi-san, ¿no crees que es aún muy pronto?

 

 

–Para nada, aquí dice que debemos estar preparados… – le tomo de la mano y lo jalo hacia unos estantes donde habían distintas cosas para bebés desde biberones hasta carriolas.

 

 

−Pero ni siquiera sabemos que va a ser, si niño o niña – le dijo Misaki tratando de convencer a Usagi-san de que aun era muy pronto para comprar cosas como esas, al menos deberían esperar hasta que les dijeran que era.

 

 

−No importa, compraremos todo neutro… − dijo muy convencido. Llegaron hasta un estante único con puros biberones, acomodadas por las etapas del bebé. – Aquí dice… − el mayor abrió la revista que tenia ente las manos –… que tenemos que comprar biberones pequeños aptos para recién nacidos. – ambos caminaron hasta el principio del estante y localizaron el letrero que decía: “Recién nacidos”  se encontraron con muchos modelos pero ninguno convenció a Usagi, el peligris volteo hacia la derecha y se encontró con una pantalla táctil que decía: “¿Problemas con los biberones?” se acerco lentamente y presiono sobre la pantalla un botón que decía “si”.

 

 

La pareja observo que se abría una ventana de diseño único, les mostraba un biberón único con un diseño muy apropiado para cualquier tipo de bebé, Akihiko presiono de nueva cuenta una pestaña que decía biberones y enseguida comenzó una presentación que les explicaba cada una de las partes  de aquel biberón, miraron y escucharon todo con atención desde que accesorios traía el producto y para que servía cada uno de ellos,  también les mostraron el tipo de mamilas que había, para niños de 0 a 3 meses, de 3 a 6 y por ultimo de 6 en adelante. Cuando acabo la presentación Akihiko convencido de que ese producto era el mejor para su hijo se encamino al estante donde estaba el paquete del biberón y sin observar siquiera el precio lo tomo y se lo llevo consigo.

 

 

− ¡Usagi-san! ¿¡Ya viste cuanto cuesta eso!? – grito Misaki al ver el precio de aquel producto.

 

 

−No pero no me importa… mi hijo tendrá lo mejor, quieras o no – le dijo sin siquiera voltear a ver al castaño, el cual frunció el ceño pero después suavizo su expresión y se llevo una mano al vientre.

 

 

−Supongo que tendrás el mejor padre del mundo y no sabes lo feliz que me hace eso. – Sin más siguió al peligris quien regresaba ya con un carrito de compras con el paquete del biberón dentro.

 

 

−Ven, aquí dice que debemos comprar también un esterilizador y un calentador…− el castaño le siguió con una enorme sonrisa en el rostro. Compraron lo que el peligris había dicho y claro todo fue excesivamente caro pero Misaki ya no le tomo importancia a eso.

 

 

−Misaki, aquí dice que debemos comprar cosas para la higiene del bebé… − pero antes de que pudiera continuar miro como Misaki tenía la vista fija en un sistema único de aseo, incluía una base con una tina, jabones especializados para la piel del bebé, champú, toallitas y demás, el menor estaba maravillado con todo aquello y antes de que pudiera decir algo Akihiko ya lo había pedido para que lo llevaran a la casa, el castaño sonrió ampliamente y siguió con su recorrido con el escritor.

 

 

−Compremos unos monitores para cuando el bebé duerma en su propio cuarto y se levante y llore lo escuchemos…− Akihiko tomo los más sofisticados y caros monitores y los hecho al carrito. Llegaron a la sección de chupones y Misaki observó como Akihiko viajaba de estante a estante mirando todos los chupones y los diseños de estos, después de unos minutos regreso con varios paquetes de chupones con ositos dibujados. Lo siguiente que echaron al carrito fueron los baberitos con muchos dibujitos monos, eran tan lindos que Usagi compro uno de cada modelo.

 

 

Llego el momento de comprar los accesorios para que Misaki pudiera llevar al bebé a todas partes, comenzaron comprando un canjuro para bebés de color beige con un oso estampado en este. Por ultimo compraron un sistema de viaje que incluía un porta bebé, una carriola para recién nacidos que podía transformarse en una carriola normal para cuando el niño creciera y por ultimo el auto asiento. Todo de un color beige con toques de café claro. Una vez ya con todo lo que necesitaban para el bebé, se dirigieron a la sección de pañales.

 

 

−Usagi-san no deberíamos comprar los pañales ahora, no sabemos de que tamaño será el bebé y cual será el mejor pañal para él, escuche que algunas marcas de pañales causan irritación en la piel de los pequeños…− le dijo el menor mientras veía que Usagi tenia una marca de pañal en una mano y otra marca en la otra.

 

 

−Compremos puros pañales para recién nacidos y un paquete de cada marca, así probamos con todos y vemos cual es el mejor…− dijo mientras avanzaba por los estantes y tomaba un paquete de cada marca. Misaki suspiro derrotado, por más que quisiera que aquel obstinado escritor dejara de comprar cosas a lo loco no lograba nada de nada, después de unos minutos decidió dejar que el mayor hiciera lo que quisiera, después de todo él se veía mucho más emocionado por la llegada del bebé y sus cuidados que él mismo. Dejaría que toda la emoción consumiera a Akihiko por completo, quería que ese momento para el escritor fuera inolvidable.

 

 

Pronto llegaron a la sección de ropa, Akihiko miraba unos conjuntos mientras Misaki veía unos pijamas con animalitos dibujados.

 

 

− ¡Oh por Dios! ¡Mira eso Misaki! – el de ojos amatistas señalo muy emocionado un estante que tenía un letrero con letras gigantes que decía “50% de Descuento” y en el estante había una hermosa piyama en forma de oso, toda una maravilla. Se acerco a aquel estante y cuando coloco su mano sobre el conjunto una mano más gorda pero pequeña se situó al otro lado del pijama.

 

 

Akihiko llevo su vista hacia el dueño de aquella mano para encontrarse con una mujer pequeña y robusta con una mega plasta de maquillaje en la cara. Ambos se miraron amenazadoramente, Misaki veía la escena un metro más allá y podía jurar que las chispas de rivalidad se veían.

 

 

El mayor jaló el conjunto hacía él pero aquella mujer lo jaló al mismo tiempo, Akihiko le miro con reproche y la mujer de igual manera le regreso la mirada. Así comenzó una pelea por ver quien se quedaba con aquel pijama.

 

 

−Lo vi primero, señora – el peligris dijo con calma pero con un ligero toque de enojo contenido en su voz.

 

 

−Lo siento pero yo lo vi primero− volvió a jalar el traje hacia ella.

 

 

−Con todo respeto señora… es mío.

 

 

−No lo creo… no veo que tenga su nombre – Akihiko perdió la calma, sí de por si no tenía mucha, con aquella señora la había perdido desde que la vio.

 

 

Así, una pelea campal se armó entre aquellos por el conjunto. Misaki asustado por aquella revuelta se acercó a los dos mayores que jalaban el traje de ambos lados.

 

 

− ¡Esperen! ¡Lo romperán! – el niño castaño agarro a Akihiko de la camisa − Usagi-san, deja eso.

 

 

− ¡No! Yo lo vi primero, así que es mío – Akihiko volvió a tirar del traje.

 

 

− ¡Claro que no! ¡Es mío!

 

 

− ¡Ya basta! – Misaki estalló, no podía creer que aquellos dos se comportaran como niños chiquitos. Sin embargo ambos adultos siguieron aferrados a la idea de poseer aquel trajecito. De pronto ambos jalaron al mismo tiempo el traje con mucha fuerza y este se rompió a la mitad, Misaki solo pudo ver como los trozos de tela caían en cámara lenta.

 

 

−Rayos… se rompió… ya no lo quiero. − El mayor aventó el cacho de traje hacía los pies de la mujer que un sostenía su parte en las manos, Usagi tomo a Misaki de la mano y ambos se dirigieron a otro estante. En esos momento un ayudante de la tienda pasaba por ahí y miro aquel trajecito roto, se acerco con rapidez y se planto frente a la señora.

 

 

−Señora, acompáñeme por favor… tendrá que pagar eso. – dijo señalando el trajecito.

 

 

−Pero yo no lo rompí – el otro le mando una mirada incrédula y seguidamente levanto el resto del traje.

 

 

−O paga el traje o me veré en la penosa necesidad de llamar a la policía.− Sin más la señora siguió al ayudante, no quería terminar en la cárcel. Los otros dos solo vieron la escena desde el otro lado.

 

 

−Usagi-san… ¿ya ves lo que provocas? – Sin embargo el peligris ni le hizo caso porque miraba en el estante el mismo trajecito que había roto repetido varias veces.

 

 

−Umm… aquí esta uno mejor.− El amatista lo tomó y siguió con su deber de comprar cosas para bebés.

 

 

Después de haber comprado algunas prendas para bebé pagaron todo lo que habían comprado, mientras la cajera pasaba todo por un laser que leía los códigos y marcaba los precios sus ojos se engrandecían a tal grado de casi querérseles salir al ver toda la cantidad de dinero que debían pagar. Salieron de aquella tienda departamental y se dirigieron a una decoradora en donde el señor que contrataron les dijo que en tres días debían ir a ver con él los muebles para que adornaran la habitación.

 

 

Una vez terminadas todas las compras, metieron con mucho trabajo las bolsas a la cajuela del automóvil y subieron a este.

 

 

−Misaki ¿Quieres ir a un lugar en especial? – el castaño se la pensó.

 

 

−Quisiera ir al mirador. – dijo con una amplia sonrisa, Akihiko le miro dulcemente y siguió con su camino, al parecer el plan de ir a comprar las cosas para su bebé había sido todo un éxito.

 

 

En unos minutos llegaron al mirador, aparco el auto en el estacionamiento publico que había en el lugar y ambos bajaron del auto. Caminaron agarrados de la mano hasta la parte más alta del mirador y una vez arriba se sentaron en una de las bancas que había ahí, el paisaje era sorprendente, el crepúsculo se expandía frente a sus ojos, el rojo, naranja y amarillo hacían una perfecta combinación entre ellos para darle ese toque de magia a esa tarde en especial. La brisa era perfecta, el olor a sal les llegó a la nariz una inmensa paz les rodeo y ambos la disfrutaron al máximo.

 

 

−Misaki… − el mayor rompió la tranquilidad del momento para voltear a ver a su amante el cual veía con devoción aquel atardecer.

 

 

− ¿Sabes Usagi-san? – El menor le miro a los ojos − Creo que… serás el mejor papá del mundo… − y dicho esto le regalo una de sus mejores sonrisas, ante aquellas palabras Usagi simplemente abrió los ojos de par en par y después de unos segundos sonrió dulcemente y abrazo al menor que gustoso acepto el abrazo.

 

 

−Yo creo que serás la mejor mamá del mundo.

 

 

− ¡Oye! – el menor hizo un tierno puchero −Querrás decir el mejor papá materno del mundo. – ambos se separaron  y se miraron con dulzura, lentamente sus rostros se acercaron para que ambos pares de labios se juntaran en un suave y tierno beso, uno con el cual se transmitían todo lo que sentían el uno por el otro, el beso fue profundizado por el mayor entrando a esa cálida cavidad para disfrutar de cada parte de esta, Misaki no se opuso, al contrario rodeo el cuello del mayor con sus brazos y Akihiko junto más sus cuerpos tomándolo por la cintura y atrayéndolo hacia él. Se separaron lo suficiente para poder tomar aire y tratar de regularizar su respiración.

 

 

−Misaki… tengo algo importante que pedirte… − el mayor se separo del de ojos verdes y busco algo en su pantalón – Quería pedírtelo desde hace tiempo… pero nunca encontré el momento indicado…− sacó de su bolsillo una cajita cuadrada forrada en terciopelo, se hinco frente al castaño y abrió la caja ante la atenta mirada de Misaki, dejando a la vista un hermoso anillo con un diamante en forma de corazón incrustado en el centro. − ¿Quieres casarte conmigo?

 

 

Misaki se tapo la boca sorprendido, miraba con asombro aquella bella joya que se encontraba en el centro de la cajita siendo rodeada por un cojincillo, de pronto las lagrimas se agolparon en sus ojos y después de unos segundos estas comenzaron a bajar por las sonrojadas mejillas del más pequeño, se destapo la boca y después de unos segundos se abalanzo sobre Usagi.

 

 

−Si… claro que quiero casarme contigo… − Usagi nunca pensó que Misaki lo diría tan abiertamente, después de todo, el menor era muy tímido, pero eso no importaba, tomo el mentón del castaño y le planto un apasionado beso de amor. Se besaron con el alma, como si de aquello dependiera sus vidas y claro que dependían de ello ¿Qué seria de ellos si alguno desapareciera? Simplemente no podrían vivir. Una vez ya que se hubieran separado, volvieron a tomar asiento y Akihiko coloco el anillo en el dedo anular de Misaki. Lo beso una vez más y se quedaron viendo como el sol se escondía para darle paso al anochecer quien traía consigo la luna y las estrellas.

 

 

Cuando el viento comenzó a soplar más fuerte, ambos decidieron regresar a casa. Llegaron al gran edificio y con ayuda del portero subieron todas sus compras al departamento una vez frente a su casa, Usagi le pago al conserje y este se retiro, tocaron el timbre y después de unos segundos la puerta se abrió dejando ver a una azabache completamente aburrida.

 

 

− ¿¡Que haces tú aquí!? – le dijo exaltado pues no se esperaba encontrar a la chica en vez de al pelirrosa.

 

 

−Hola, pues yo estaba cuidando de tu departamento. – entro y fue directo a la sala en donde la pareja suponía que estaba, apago el televisor y llevo al fregadero un vaso y un platón.

 

 

− ¿Qué? Y ¿Por qué? ¿En donde esta Shuichi? – dijo entrando y dejando todas sus compras sobre los sillones.

 

 

−Por Shu no te preocupes… esta hablando con su pasado… − dijo mientras lavaba lo que había ocupado en su estancia en el lugar.

 

 

− ¿Hablando con su pasado? ¿De que rayos hablas? – el mayor se exalto aun más.

 

 

−Tranquilícese… − voltio y vio a Akihiko al otro lado de la barra. – Shuichi esta con Yuuki, una persona muy importante de su pasado, decidieron salir a dar un paseo y ponerse al corriente de la vida del otro, tómelo con calma Usami-san no tardan en regresar, les calculo una hora y media. – la chica se seco las manos, tomo su bolso y se acerco a la puerta.

 

 

−Espera… ¿Cómo sabes mi nombre?

 

 

−Ah… Shuichi me lo dijo… y por cierto…− la chica se acerco a los dos y les extendió una caja de regalo que estaba en el sillón. –Felicitaciones a los futuros padres – Nova hizo una reverencia y después de que Misaki tomara el regalo se despidió con la mano y salió del departamento.

 

 

−Sabe lo de mi embarazo… − dijo sorprendido Misaki ¿Qué, aquella mujer era bruja?

 

 

−Ese Shuichi le conto todo a esa niñata… − y antes de que pudiera seguir maldiciendo a los dos la puerta se abrió nuevamente y la azabache se mostro por la apertura.

 

 

−No regañen a Shu… simplemente esta muy emocionado y termino contándomelo todo, adiós. – y desapareció por donde entro.

 

 

−Bueno, creo que en eso tiene razón… − el castaño se sentó en la sala y abrió el regalo, era un conjunto para bebé de color azul cielo y dentro de la caja venia un papel que decía: “Muchas felicidades, de todo corazón, Shindou Nova” Misaki miro con ternura el trajecito y sin poder evitarlo se imagino a un bebé ahí.

 

 

−Misaki… debemos festejar… − el mayor le abrazo por la espalda y le hablo con voz ronca en el oído haciendo que se escuchara extremadamente sexy y que un escalofrió recorriera la espalda de Misaki.

 

 

− ¿Festejar? ¿Cómo que festejar…? – antes de que pudiera seguir Akihiko le beso amorosamente. Lo levanto del sillón y se fueron directamente a  la habitación.

 

 

−Espera… Usagi-san…− el castaño trataba de parar al peligris quien atacaba ferozmente su cuello. – Podria llegar Shu…

 

 

−No lo creo… Nova dijo que tardarían una hora y media, tiempo perfecto para unas 5 rondas... – Usagi comenzó a acariciar el cuerpo ajeno por debajo de la playera, recorriendo por completo el pecho de Misaki, sintiendo aquella tersa piel bajo sus manos.

 

 

Cuando Usagi sintió que la playera de Misaki estorbaba se la quito de una buena vez y la dejo tirada en alguna parte del suelo. Se deleito con aquella vista y sin más volvió a atacar los labios de Misaki en un demandador beso mientras que sus manos exploraban la tersa piel del pecho de su ángel de ojos verdes. Abandono sus labios dejándolos completamente rojos por la fricción para atacar directamente el cuello del menor, sus manos recorrieron una vez más de arriba abajo y viceversa el pecho del castaño y se detuvo en los rosados pezones que estimulo con ligeros apretones. Bajo desde el cuello de su prometido hasta llegar a uno de los pezones y comenzar a lamer y morder este mientras su otra mano estimulaba el otro.

 

 

−Ah… mmm… Usagi…Ah! – soltó un quejido de dolor al sentir como Akihiko mordía esa parte sensible de su pecho, sin embargo en vez de reprochar se dejo llevar por el placer que el peligris le estaba ofreciendo.

 

 

Bajo lamiendo el plano abdomen y se detuvo en el liso vientre de su amante donde deposito un suave beso, siguió bajando hasta encontrarse con el cinturón y la orilla del pantalón de Misaki, se deshizo rápidamente del cinturón y bajo rápidamente los pantalones dejando solo en ropa interior al castaño, deslizo sus manos por los muslos de su amante, tomo el bóxer de Misaki de las orillas y lo deslizo lentamente por aquellas suaves piernas.

 

 

Una vez totalmente desnudo el castaño, Akihiko observo por completo el bien formado cuerpo de aquel niño, porque aunque Misaki tuviera 21 años para el seguía siendo el niño de 18 años que lo había enamorado.

 

 

−Usagi-san… no hagas eso… − un muy apenado Misaki que al no sentir el movimiento de Akihiko sobre él observo que hacia aquel escritor, descubriendo que lo miraba atentamente.

 

 

− ¿Hacer que? – Usagi se hizo el desentendido y siguió observando aquel cuerpo.

 

 

−Eso… no me mires así… − Akihiko sonrió y volvió a poseer los labios de su ángel.

 

 

−Misaki… eres perfecto, todo en ti es perfecto para mí… te amo… − le dijo en el oído para después de eso lamer el lóbulo de la oreja de Misaki sacándole suspiros inigualables.

 

 

Usagi sintió que su ropa estorbaba y se la quito toda en tan solo unos momentos quedando en las mismas condiciones que su amante, se dirigió a el miembro de Misaki el cual ya estaba erecto por tantas atenciones de parte del peligris primero masajeo este desde la base a la punta la en la cual se entretuvo un rato masajeando esta con uno de sus dedos. El castaño trataba de reprimir sus gemidos pero el placer era tanto que no podía evitar que estos salieran haciendo una hermosa melodía para los oídos de Akihiko.

 

 

De improvisto el mayor introdujo todo el miembro de Misaki en su boca haciendo que este se arquera del placer al sentir esa calidez rodeándole. Usagi comenzó a succionar esa zona sacándole fuertes gemidos a Misaki, quien después de unos minutos con la boca de Usagi a su alrededor no soporto y se corrió manchando algo la cara de Usagi, pero este se trago todo sin dejar gota.

 

 

−Misaki… te amo… − le dijo antes de meter uno de sus dedos en la parte más intima del cuerpo de Misaki quien al sentir la invasión solamente hizo un gesto de dolor. –Tranquilo… déjate llevar… − Usagi volvió a besar a Misaki demandadoramente, cuando sintió que Misaki estaba completamente relajado introdujo otros dos dedos sin previo aviso.

 

 

− ¡Ahh! Usagi-san… me duele… − el menor interrumpió el beso y apretó uno de los fuertes brazos de su amante por el dolor y trato de relajarse pero simplemente no pudo.

 

 

−Calma… no te tenses… − el mayor con el propósito de relajar al menor ataco su oreja lamiendo el lóbulo de esta, haciendo que Misaki se estremeciera y poco a poco se relajara.

 

 

Una vez ya preparado reemplazo sus dedos por su ya palpitante miembro, se coloco bien entre las piernas del menor y de una sola estocada penetro a Misaki, quien lanzo un grito de dolor combinado con el placer, Usagi espero a que el castaño se acostumbrara a él, un movimiento involuntario de parte de Misaki le dio la señal para poder continuar con aquel acto de amor.

 

 

−Ahh… Usagi… ahh… − los gemidos retumbaban en aquel pequeño espacio.

 

 

−Misaki… − las embestidas fueron aumentando de ritmo y de profundidad, de pronto Usagi toco un punto clave dentro de su amante el cual hizo que el de ojos esmeralda se arquera y comenzara a pedir por más en el mismo lugar. Akihiko respondió a los pedidos de su prometido y comenzó a embestir más fuerte tocando varias veces aquel punto.

 

 

− ¡AHHH! – Misaki se arqueo por completo mientras los espasmos del orgasmo se presentaban en su cuerpo y sus músculos se contraían aprisionando fuertemente la anatomía de Akihiko quien en una estocada más y con un gemido más parecido a un gruñido se corrió dentro del menor.

 

 

El mayor se dejo caer sobre el menor claro que sin aplastarlo, ambos trataban de regularizar sus respiraciones, aquella actividad les había dejado algo exhaustos. El amatista salió del menor y se recostó a un lado para después atraer el cuerpo de su amante para abrazarlo posesivamente.

 

 

−Misaki… te amo… a ti y a ese bebé. – le dijo para después besarlo una vez más.

 

 

−Y yo a ti Usagi-san – el menor correspondió el beso, se cubrieron con una sabana y así, abrazados, se quedaron completamente dormidos.

 

 

OoOoOoOoOoOoOoOoOoO

 

 

Shuichi llego al apartamento y abrió con cuidado de no hacer ruido, vio todas las bolsas sobre los sillones de la sala, supuso que los otros ya habían llegado, sigilosamente subió hasta la habitación de los dos amantes y abrió con cuidado para no despertar a los que estaban en la cama, ahí los vio durmiendo plácidamente uno abrazado al otro. Cerro la puerta de igual forma de cómo la abrió y se dirigió a su habitación. Mañana seria un día muy largo.

 

 

Continuara…

 

 

Capítulo 6: Un día de compras.

 

 

Ambos se habían levantado lo más temprano posible, cada uno se aseo y se encontraron en el comedor de aquella casa, un nuevo día había llegado y ellos tenían que estar en Tokio lo más rápido posible, no querían ni imaginarse que es lo que les diría o en el peor de los casos, les haría aquel de ojos amatistas intensos si llegaban tarde y los planes que tenía con su pareja se estropeaban.

 

 

Terminaron de desayunar, Hitomi, amablemente se había levantado a las 7 de la mañana para prepararles el desayuno y evitar que sus tesoros se fueran sin nada en el estomago. Shuichi aún un poco somnoliento volvió a subir a su cuarto por aquel tesoro que su primer amor le había regalado, tomo la cadena, el dije y los metió dentro de el cofrecito el cual ya llevaba unos años ahí. Guardo la ropa sucia en una de las bolsas de aquella tienda exclusiva en donde Nova le había comprado ropa maravillosa, la azabache no tenía ni idea de lo agradecido que estaba con ella.

 

 

−Bueno es hora de irnos – dijo la azabache que ya se encontraba en el umbral de la puerta, te esperare abajo. – y sin más la chica cerro la puerta de la habitación y bajo para despedirse de su tía.

 

 

−Si….− dijo mientras seguía guardando sus cosas y después escuchar como se cerraba la puerta, miro con algo de melancolía aquel lugar, ¿Habría vivido los tres años que no recordaba en ese lugar? Bueno eso se lo preguntaría a Hiro cuando le viera. Tomó la bolsa en su mano derecha y abrió la puerta, antes de salir volvió a visualizar su habitación, le recordaba que tenía un lugar al cual volver si lo necesitaba.

 

 

Bajo despacio por las escaleras hasta toparse con el recibidor de la casa en el cual ya se encontraba Nova lista para partir hablando algo con su madre, le sorprendió haber visto a Maiko a su lado, era una chica responsable pero muy perezosa, regularmente no se levantaba temprano, pero él suponía que en esa ocasión era especial pues su hermano y su prima se iban una vez más para regresar quien sabe cuando. Se acerco a las tres mujeres y se coloco los zapatos para después volverse y mirar a su familia, le entristecía recordar que su padre no estaba… ¿Qué habrá sido de él? No lo sabía, pero tenía temor de preguntárselo a su madre, sabía que no estaba preparado para esa respuesta, algo muy dentro de él le decía que esperara hasta que fuera el momento adecuado para preguntar.

 

 

−Mamá… Maiko, es momento de regresar… −las dos mujeres le miraron con tristeza – Prometo venir a verlas al menos una vez cada mes. – dijo con una hermosa sonrisa de esas que solo el podía regalar.

 

 

−Eso espero cariño…− la madre le abrazo con amor para después separarse un poco y besar su frente – Que les vaya muy bien en el camino y por favor Nova – se acerco a la azabache que veía desde el otro extremo del recibidor – Conduce con cuidado y cuida mucho de este niño…

 

 

−Ya no soy un niño mamá…− le dijo el pelirrosa mientras hacía un lindo puchero. La madre sonrió.

 

 

−Bueno… cuida mucho de este muchacho y también cuídate mucho, te deseo lo mejor… − le dijo como si nunca la volviera a ver.

 

 

−Tranquila tía… me haces sentir como si te estuvieras despidiendo definitivamente de mí…− la chica tomo las cálidas manos de aquella mujer y le miro a los ojos – Cuidare de Shu y me asegurare de quedarme el tiempo suficiente como para recuperar el que perdimos en Francia.

 

 

−Eso espero mi niña… − de igual manera que al amatista la abrazo y después le deposito un beso en la frente. –Cuídense y háblenme cuando estén en Tokio.

 

 

−Claro… − respondió el pelirrosa – Adiós Maiko, cuídate mucho. – se despidió mientras le daba un beso en la mejilla. –Cuida de mamá.−

 

 

−Tenlo por seguro, tu igual cuídate mucho y que tengas mucho éxito en tu trabajo…− Shuichi la miro descolocado, ¿Trabajo? ¿Él tenía un trabajo? Estaba a punto de preguntarle a su hermana de que trabajo hablaba pero la azabache se atravesó entre ellos y se despidió animadamente de la castaña que le dijo que esperaba poder volver a hablar con ella, la otra asintió y tomo una bolsa que ella también llevaba con la ropa usada el día de ayer.

 

 

Salieron de la casa agitando su mano de lado a lado para despedirse de aquellas dos que se encontraban al umbral de la puerta del hogar. Esta vez, Shuichi se había decidido por vestir unas bermudas color beige con rayas negras y rojas que formaban cuadrados grandes y medianos al cruzarse dejando mostrar parte de sus delgadas piernas, una playera azul de manga corta con el numero 64 inscrito en esta, y ya por ultimo calzaba unos tenis deportivos blancos con franjas azules a los lados, bastante sencillo pero muy atractivo. En cambio Nova vestía esta vez unos pescadores de mezclilla negros con varias bolsas y detalles llamativos, una blusa de mangas largas blanca y una campera negra abierta sin mangas, por ultimo, calzaba unos zapatos urbanos negros con una cadena que atravesaba el costado exterior de cada zapato, algo informal pero elegante.

 

 

Abordaron el deportivo azul de Nova y esta encendió el motor, se despidieron nuevamente con la mano y la azabache piso el acelerador, eran las 8 de la mañana y ya se encontraban en la autopista para ir directo a casa de Akihiko, hacían dos horas desde Kanagawa hasta Tokio pero viendo la velocidad a la que iban y haciendo las operaciones bien llegarían como en una hora y 15 minutos. Y así fue, en una hora con 14 minutos ya se encontraban frente al edificio donde residían, subieron por el elevador y llegaron hasta el piso donde estaban ambos departamentos, tocaron el timbre y la voz e imagen de Misaki aparecieron en el panel de a lado.

 

 

− ¿Si? – Dijo mirando a través de la pantalla – ¡Oh! Shuichi, Nova que bueno que llegan, en un momento abro. – y en pocos segundos la puerta de aquel departamento se abrió dejando ver a un Misaki muy contento.

 

 

−Hola Misaki-kun… te veo muy contento – el pelirrosa recordó la conversación que había tenido con el castaño la noche anterior, le había dicho que tenía algo muy importante que decirle.

 

 

−De hecho estoy muy contento, tengo que contarte algo muy importante… pero pasen…− el castaño se hizo a un lado para poder dejar pasar a los recién llegados pero antes de que Nova pudiera atravesar la puerta una melodía sonó por el lugar. Ambos chicos miraron a la azabache y esta saco un celular muy sofisticado de la bolsa de su pantalón disculpándose diciendo que tenía que atender y que volvería en unos momentos, la chica se dirigió a su propio departamento y entro en este. Se instalaron en la sala y esperaron a que Akihiko bajara para recibir a Shuichi.

 

 

− ¿Cómo te fue en el viaje? – el castaño pensó que lo más conveniente era hablar acerca de Shuichi antes de que él mismo le diera la noticia de que estaba esperando un bebé.

 

 

−Pues… me ha ido de maravilla, antes de ir a Kanagawa Nova y yo fuimos aun centro comercial…− el pelirrosa le conto todo acerca de lo que había sucedido en esos dos días.

 

 

−Akihiko tiene la maña de comprar de todo a montones pero ya le he dicho miles de veces que no necesito de todo aquello – el castaño dijo con resignación, le gustaba que Usagi fuera considerado con él pero que no exagerara.

 

 

−Lo único que Usami-san quiere es hacerte feliz y si para conseguir tu amor necesita comprar todo eso, ten por seguro que lo hará.

 

 

−Lo sé pero en verdad exagera un poco…− en ese preciso instante un Akihiko salía de la habitación vestido con uno de sus ya tan conocidos trajes. Bajo por las escaleras y cuando llego a la sala se sentó a un lado de Misaki atrayendo el cuerpo más pequeño hacía el suyo propio, ante tal acción el menor se sonrojo levemente.

 

 

−Que bueno que has regresado Shu… ¿Cómo te fue en el viaje? – el peligris sonreía de lado a lado, algo estaba pasando, pensó Shuichi, algo que seguramente a él al enterarse, también estaría como aquellos dos bueno no más ni igual que ellos.

 

 

−Pues todo fue perfecto… solo que Nova un día me dejara traumado… − dijo recordando la velocidad del automóvil, los altos saltados y las veces que estuvo a punto de chocar.

 

 

−Que bien, ¿sabes? Misaki y yo te tenemos una sorpresa – aquella pareja se miro con complicidad, se sonrieron y después volvieron a fijar su vista en el pelirrosa.

 

 

–Prepárate Shuichi… – Misaki miro una vez más a su pareja y este con una sonrisa en el rostro asintió. – Usagi y yo vamos a ser papás, estoy embarazado… – ante tal noticia el pelirrosa abrió sus ojos hasta el tope pero no dijo nada, los otros dos solo se quedaron viendo al más pequeño ya habían previsto algo como eso pero no lo siguiente. Shuichi se subió sobre la pequeña mesa de centro que había en medio de la sala y tomo la mano de cada uno de los futuros padres las junto y con ojos en forma de estrella lanzo un gritillo al aire.

 

 

– ¡Kya~! ¡Qué bien! ¡Muchas felicidades! – Se bajo de la mesa para abrazar a aquellos dos. –Y ¿bien? ¿Cuántos meses? ¿Qué va a hacer? ¿Qué nombre le pondrás? ¿Cuándo nacerá? – no era necesario decir que aquel pequeño pelirrosa estaba demasiado emocionado con aquella noticia única.

 

 

–Calma Shuichi – Misaki con una enorme gota en la cabeza trataba de tranquilizar al más pequeño – solo tiene dos semanas y media, aun falta mucho.

 

 

–Nee, nee, neeee… ¿puedo yo ser el padrino? ¡Ahhh! Ya lo quiero tener en mis manos – los otros dos solo le miraban con enormes gotas en la cabeza al más puro estilo anime, ¿Cómo era posible que el padrino estuviera mucho más emocionado que los propios padres?

 

 

–Está bien Shu pero tranquilízate – De nada sirvió decirle que se tranquilizara ya que cuando recibió la respuesta a su pregunta se puso a dar pequeños saltitos alrededor de toda la sala. Misaki y Akihiko solo se miraron y comenzaron a reír, ese chico era muy especial y en el poco tiempo que estuvieron con él le tomaron un cariño especial.

 

 

– ¡Qué bien! – Shuichi se cansó y se sentó una vez más frente a aquellos que seguían riendo por las acciones del de ojos amatistas claros.

 

 

–Jajaja… bueno…– el mayor paró de reír tratando de regularizar su respiración, no había reído tanto en toda su vida. – Misaki y yo iremos a un lugar especial y necesitamos que cuides del departamento ¿te importaría? – Shuichi negó energéticamente.

 

 

–No se preocupen, vayan a donde quieran ir, yo me quedare aquí – Shu se puso de pie y tomo a los otros dos de las manos y los jaló con él hasta la salida del lugar. –Cuídense mucho y diviértanse, ¿podría pedirles algo? – Les miro con ojos de perro abandonado – ¿Me compran unos pockys de fresa?

 

 

–Me hubieras dicho antes y pasábamos a comprar unos – una voz suave se escucho en el pasillo del lugar haciendo que los tres varones viraran su rostro hacia donde provenía aquel sonido.

 

 

– ¡Nova-nee! – Akihiko miró con sorpresa al pelirrosa para después mirar a Nova  quien estaba a unos metros más allá, llevaba colgando de su brazo un bolso negro y en la mano llevaba las llaves de su coche.

 

 

– ¿Nova-nee? Siento que me perdí de algo muy importante – el peligris miro al pelirrosa que solo le regalo una dulce sonrisa.

 

 

–Nova es mi prima, me entere de todo el día de ayer, luego te contare con más calma que fue lo que descubrí, ahora vayan a disfrutar de su cita. – con una enorme sonrisa los empujo hasta el elevador.

 

 

–Está bien, cuídate, no le abras a nadie que no conozcas y si te llama una mujer histérica dile que el manuscrito se lo entrego mañana sin falta. – el elevador se cerró y Shuichi volvió para colocarse frente a su prima.

 

 

– ¿Iras a algún lado? Quería que te quedaras conmigo mientras Usami-san no estaba. – el menor le dijo con tristeza.

 

 

–Lo siento mucho debó de ir por alguien, ¿Te parece bien que le diga a Yuuki que te haga compañía? – al escuchar aquel nombre Shuichi le miró con sorpresa. – No te preocupes, Yuuki ya sabe lo que te sucedió.

 

 

–Oh, ya veo…

 

 

– ¿Qué dices? ¿Te quedas con Yuuki?

 

 

–Pues… si… supongo que después de tanto tiempo sería bueno volver a hablar ampliamente.

 

 

–Me alegro escuchar eso. Le llamaré. – Nova saco su celular y marco un número rápidamente. –Yuuki, soy Nova, necesito que vengas a cuidar de Shu, voy salir y no me puedo quedar… si… está bien…adiós. – la chica colgó. –En unos minutos llega, entra ahí y espérale, nos vemos después, tengo que hablar contigo de algo importante. – La chica le dio un beso en la frente y fue directamente al elevador.

 

 

OoOoOoOoOoOoOoOoOoO

 

 

Se encontraban frente a una de las plazas más importantes de todo Japón, Akihiko le tenía tomado de la mano, no sabía que estaban haciendo ahí porque Usagi no le había dicho nada de nada.

 

 

–Bien es momento de eso. – El mayor comenzó a caminar con un Misaki algo rojo porque todos se  le quedaban viendo, aunque Akihiko fuera uno de los escritores más importantes de Japón nunca le importo que la prensa o algo así le viera con su pareja, de hecho a él le gustaba ser “exhibicionista”

 

 

– ¿Ahora me dirás a donde vamos?

 

 

–Espera y veras. – Llegaron a una tienda departamental de ropa, entraron como si nada y aun agarrados de la mano se dirigieron a la sección de bebés.

 

 

–Usagi-san…

 

 

–Así es Misaki, compraremos todo para nuestro bebé. – dijo el mayor, Misaki se quedo de piedra… ¿ya iban a comprar todo para el pequeño que venía en camino? ¡Pero si apenas tenias unas semanas! El castaño observo a su pareja el cual leía una revista con el título de “Padres por primera vez” y mientras leía abría los ojos con sorpresa. – Nunca pensé que los bebés necesitaran de tantas cosas. Vamos tenemos mucho que comprar.

 

 

–Usagi-san, ¿no crees que es aún muy pronto?

 

 

–Para nada, aquí dice que debemos estar preparados… – le tomo de la mano y lo jalo hacia unos estantes donde habían distintas cosas para bebés desde biberones hasta carriolas.

 

 

−Pero ni siquiera sabemos que va a ser, si niño o niña – le dijo Misaki tratando de convencer a Usagi-san de que aun era muy pronto para comprar cosas como esas, al menos deberían esperar hasta que les dijeran que era.

 

 

−No importa, compraremos todo neutro… − dijo muy convencido. Llegaron hasta un estante único con puros biberones, acomodadas por las etapas del bebé. – Aquí dice… − el mayor abrió la revista que tenia ente las manos –… que tenemos que comprar biberones pequeños aptos para recién nacidos. – ambos caminaron hasta el principio del estante y localizaron el letrero que decía: “Recién nacidos”  se encontraron con muchos modelos pero ninguno convenció a Usagi, el peligris volteo hacia la derecha y se encontró con una pantalla táctil que decía: “¿Problemas con los biberones?” se acerco lentamente y presiono sobre la pantalla un botón que decía “si”.

 

 

La pareja observo que se abría una ventana de diseño único, les mostraba un biberón único con un diseño muy apropiado para cualquier tipo de bebé, Akihiko presiono de nueva cuenta una pestaña que decía biberones y enseguida comenzó una presentación que les explicaba cada una de las partes  de aquel biberón, miraron y escucharon todo con atención desde que accesorios traía el producto y para que servía cada uno de ellos,  también les mostraron el tipo de mamilas que había, para niños de 0 a 3 meses, de 3 a 6 y por ultimo de 6 en adelante. Cuando acabo la presentación Akihiko convencido de que ese producto era el mejor para su hijo se encamino al estante donde estaba el paquete del biberón y sin observar siquiera el precio lo tomo y se lo llevo consigo.

 

 

− ¡Usagi-san! ¿¡Ya viste cuanto cuesta eso!? – grito Misaki al ver el precio de aquel producto.

 

 

−No pero no me importa… mi hijo tendrá lo mejor, quieras o no – le dijo sin siquiera voltear a ver al castaño, el cual frunció el ceño pero después suavizo su expresión y se llevo una mano al vientre.

 

 

−Supongo que tendrás el mejor padre del mundo y no sabes lo feliz que me hace eso. – Sin más siguió al peligris quien regresaba ya con un carrito de compras con el paquete del biberón dentro.

 

 

−Ven, aquí dice que debemos comprar también un esterilizador y un calentador…− el castaño le siguió con una enorme sonrisa en el rostro. Compraron lo que el peligris había dicho y claro todo fue excesivamente caro pero Misaki ya no le tomo importancia a eso.

 

 

−Misaki, aquí dice que debemos comprar cosas para la higiene del bebé… − pero antes de que pudiera continuar miro como Misaki tenía la vista fija en un sistema único de aseo, incluía una base con una tina, jabones especializados para la piel del bebé, champú, toallitas y demás, el menor estaba maravillado con todo aquello y antes de que pudiera decir algo Akihiko ya lo había pedido para que lo llevaran a la casa, el castaño sonrió ampliamente y siguió con su recorrido con el escritor.

 

 

−Compremos unos monitores para cuando el bebé duerma en su propio cuarto y se levante y llore lo escuchemos…− Akihiko tomo los más sofisticados y caros monitores y los hecho al carrito. Llegaron a la sección de chupones y Misaki observó como Akihiko viajaba de estante a estante mirando todos los chupones y los diseños de estos, después de unos minutos regreso con varios paquetes de chupones con ositos dibujados. Lo siguiente que echaron al carrito fueron los baberitos con muchos dibujitos monos, eran tan lindos que Usagi compro uno de cada modelo.

 

 

Llego el momento de comprar los accesorios para que Misaki pudiera llevar al bebé a todas partes, comenzaron comprando un canjuro para bebés de color beige con un oso estampado en este. Por ultimo compraron un sistema de viaje que incluía un porta bebé, una carriola para recién nacidos que podía transformarse en una carriola normal para cuando el niño creciera y por ultimo el auto asiento. Todo de un color beige con toques de café claro. Una vez ya con todo lo que necesitaban para el bebé, se dirigieron a la sección de pañales.

 

 

−Usagi-san no deberíamos comprar los pañales ahora, no sabemos de que tamaño será el bebé y cual será el mejor pañal para él, escuche que algunas marcas de pañales causan irritación en la piel de los pequeños…− le dijo el menor mientras veía que Usagi tenia una marca de pañal en una mano y otra marca en la otra.

 

 

−Compremos puros pañales para recién nacidos y un paquete de cada marca, así probamos con todos y vemos cual es el mejor…− dijo mientras avanzaba por los estantes y tomaba un paquete de cada marca. Misaki suspiro derrotado, por más que quisiera que aquel obstinado escritor dejara de comprar cosas a lo loco no lograba nada de nada, después de unos minutos decidió dejar que el mayor hiciera lo que quisiera, después de todo él se veía mucho más emocionado por la llegada del bebé y sus cuidados que él mismo. Dejaría que toda la emoción consumiera a Akihiko por completo, quería que ese momento para el escritor fuera inolvidable.

 

 

Pronto llegaron a la sección de ropa, Akihiko miraba unos conjuntos mientras Misaki veía unos pijamas con animalitos dibujados.

 

 

− ¡Oh por Dios! ¡Mira eso Misaki! – el de ojos amatistas señalo muy emocionado un estante que tenía un letrero con letras gigantes que decía “50% de Descuento” y en el estante había una hermosa piyama en forma de oso, toda una maravilla. Se acerco a aquel estante y cuando coloco su mano sobre el conjunto una mano más gorda pero pequeña se situó al otro lado del pijama.

 

 

Akihiko llevo su vista hacia el dueño de aquella mano para encontrarse con una mujer pequeña y robusta con una mega plasta de maquillaje en la cara. Ambos se miraron amenazadoramente, Misaki veía la escena un metro más allá y podía jurar que las chispas de rivalidad se veían.

 

 

El mayor jaló el conjunto hacía él pero aquella mujer lo jaló al mismo tiempo, Akihiko le miro con reproche y la mujer de igual manera le regreso la mirada. Así comenzó una pelea por ver quien se quedaba con aquel pijama.

 

 

−Lo vi primero, señora – el peligris dijo con calma pero con un ligero toque de enojo contenido en su voz.

 

 

−Lo siento pero yo lo vi primero− volvió a jalar el traje hacia ella.

 

 

−Con todo respeto señora… es mío.

 

 

−No lo creo… no veo que tenga su nombre – Akihiko perdió la calma, sí de por si no tenía mucha, con aquella señora la había perdido desde que la vio.

 

 

Así, una pelea campal se armó entre aquellos por el conjunto. Misaki asustado por aquella revuelta se acercó a los dos mayores que jalaban el traje de ambos lados.

 

 

− ¡Esperen! ¡Lo romperán! – el niño castaño agarro a Akihiko de la camisa − Usagi-san, deja eso.

 

 

− ¡No! Yo lo vi primero, así que es mío – Akihiko volvió a tirar del traje.

 

 

− ¡Claro que no! ¡Es mío!

 

 

− ¡Ya basta! – Misaki estalló, no podía creer que aquellos dos se comportaran como niños chiquitos. Sin embargo ambos adultos siguieron aferrados a la idea de poseer aquel trajecito. De pronto ambos jalaron al mismo tiempo el traje con mucha fuerza y este se rompió a la mitad, Misaki solo pudo ver como los trozos de tela caían en cámara lenta.

 

 

−Rayos… se rompió… ya no lo quiero. − El mayor aventó el cacho de traje hacía los pies de la mujer que un sostenía su parte en las manos, Usagi tomo a Misaki de la mano y ambos se dirigieron a otro estante. En esos momento un ayudante de la tienda pasaba por ahí y miro aquel trajecito roto, se acerco con rapidez y se planto frente a la señora.

 

 

−Señora, acompáñeme por favor… tendrá que pagar eso. – dijo señalando el trajecito.

 

 

−Pero yo no lo rompí – el otro le mando una mirada incrédula y seguidamente levanto el resto del traje.

 

 

−O paga el traje o me veré en la penosa necesidad de llamar a la policía.− Sin más la señora siguió al ayudante, no quería terminar en la cárcel. Los otros dos solo vieron la escena desde el otro lado.

 

 

−Usagi-san… ¿ya ves lo que provocas? – Sin embargo el peligris ni le hizo caso porque miraba en el estante el mismo trajecito que había roto repetido varias veces.

 

 

−Umm… aquí esta uno mejor.− El amatista lo tomó y siguió con su deber de comprar cosas para bebés.

 

 

Después de haber comprado algunas prendas para bebé pagaron todo lo que habían comprado, mientras la cajera pasaba todo por un laser que leía los códigos y marcaba los precios sus ojos se engrandecían a tal grado de casi querérseles salir al ver toda la cantidad de dinero que debían pagar. Salieron de aquella tienda departamental y se dirigieron a una decoradora en donde el señor que contrataron les dijo que en tres días debían ir a ver con él los muebles para que adornaran la habitación.

 

 

Una vez terminadas todas las compras, metieron con mucho trabajo las bolsas a la cajuela del automóvil y subieron a este.

 

 

−Misaki ¿Quieres ir a un lugar en especial? – el castaño se la pensó.

 

 

−Quisiera ir al mirador. – dijo con una amplia sonrisa, Akihiko le miro dulcemente y siguió con su camino, al parecer el plan de ir a comprar las cosas para su bebé había sido todo un éxito.

 

 

En unos minutos llegaron al mirador, aparco el auto en el estacionamiento publico que había en el lugar y ambos bajaron del auto. Caminaron agarrados de la mano hasta la parte más alta del mirador y una vez arriba se sentaron en una de las bancas que había ahí, el paisaje era sorprendente, el crepúsculo se expandía frente a sus ojos, el rojo, naranja y amarillo hacían una perfecta combinación entre ellos para darle ese toque de magia a esa tarde en especial. La brisa era perfecta, el olor a sal les llegó a la nariz una inmensa paz les rodeo y ambos la disfrutaron al máximo.

 

 

−Misaki… − el mayor rompió la tranquilidad del momento para voltear a ver a su amante el cual veía con devoción aquel atardecer.

 

 

− ¿Sabes Usagi-san? – El menor le miro a los ojos − Creo que… serás el mejor papá del mundo… − y dicho esto le regalo una de sus mejores sonrisas, ante aquellas palabras Usagi simplemente abrió los ojos de par en par y después de unos segundos sonrió dulcemente y abrazo al menor que gustoso acepto el abrazo.

 

 

−Yo creo que serás la mejor mamá del mundo.

 

 

− ¡Oye! – el menor hizo un tierno puchero −Querrás decir el mejor papá materno del mundo. – ambos se separaron  y se miraron con dulzura, lentamente sus rostros se acercaron para que ambos pares de labios se juntaran en un suave y tierno beso, uno con el cual se transmitían todo lo que sentían el uno por el otro, el beso fue profundizado por el mayor entrando a esa cálida cavidad para disfrutar de cada parte de esta, Misaki no se opuso, al contrario rodeo el cuello del mayor con sus brazos y Akihiko junto más sus cuerpos tomándolo por la cintura y atrayéndolo hacia él. Se separaron lo suficiente para poder tomar aire y tratar de regularizar su respiración.

 

 

−Misaki… tengo algo importante que pedirte… − el mayor se separo del de ojos verdes y busco algo en su pantalón – Quería pedírtelo desde hace tiempo… pero nunca encontré el momento indicado…− sacó de su bolsillo una cajita cuadrada forrada en terciopelo, se hinco frente al castaño y abrió la caja ante la atenta mirada de Misaki, dejando a la vista un hermoso anillo con un diamante en forma de corazón incrustado en el centro. − ¿Quieres casarte conmigo?

 

 

Misaki se tapo la boca sorprendido, miraba con asombro aquella bella joya que se encontraba en el centro de la cajita siendo rodeada por un cojincillo, de pronto las lagrimas se agolparon en sus ojos y después de unos segundos estas comenzaron a bajar por las sonrojadas mejillas del más pequeño, se destapo la boca y después de unos segundos se abalanzo sobre Usagi.

 

 

−Si… claro que quiero casarme contigo… − Usagi nunca pensó que Misaki lo diría tan abiertamente, después de todo, el menor era muy tímido, pero eso no importaba, tomo el mentón del castaño y le planto un apasionado beso de amor. Se besaron con el alma, como si de aquello dependiera sus vidas y claro que dependían de ello ¿Qué seria de ellos si alguno desapareciera? Simplemente no podrían vivir. Una vez ya que se hubieran separado, volvieron a tomar asiento y Akihiko coloco el anillo en el dedo anular de Misaki. Lo beso una vez más y se quedaron viendo como el sol se escondía para darle paso al anochecer quien traía consigo la luna y las estrellas.

 

 

Cuando el viento comenzó a soplar más fuerte, ambos decidieron regresar a casa. Llegaron al gran edificio y con ayuda del portero subieron todas sus compras al departamento una vez frente a su casa, Usagi le pago al conserje y este se retiro, tocaron el timbre y después de unos segundos la puerta se abrió dejando ver a una azabache completamente aburrida.

 

 

− ¿¡Que haces tú aquí!? – le dijo exaltado pues no se esperaba encontrar a la chica en vez de al pelirrosa.

 

 

−Hola, pues yo estaba cuidando de tu departamento. – entro y fue directo a la sala en donde la pareja suponía que estaba, apago el televisor y llevo al fregadero un vaso y un platón.

 

 

− ¿Qué? Y ¿Por qué? ¿En donde esta Shuichi? – dijo entrando y dejando todas sus compras sobre los sillones.

 

 

−Por Shu no te preocupes… esta hablando con su pasado… − dijo mientras lavaba lo que había ocupado en su estancia en el lugar.

 

 

− ¿Hablando con su pasado? ¿De que rayos hablas? – el mayor se exalto aun más.

 

 

−Tranquilícese… − voltio y vio a Akihiko al otro lado de la barra. – Shuichi esta con Yuuki, una persona muy importante de su pasado, decidieron salir a dar un paseo y ponerse al corriente de la vida del otro, tómelo con calma Usami-san no tardan en regresar, les calculo una hora y media. – la chica se seco las manos, tomo su bolso y se acerco a la puerta.

 

 

−Espera… ¿Cómo sabes mi nombre?

 

 

−Ah… Shuichi me lo dijo… y por cierto…− la chica se acerco a los dos y les extendió una caja de regalo que estaba en el sillón. –Felicitaciones a los futuros padres – Nova hizo una reverencia y después de que Misaki tomara el regalo se despidió con la mano y salió del departamento.

 

 

−Sabe lo de mi embarazo… − dijo sorprendido Misaki ¿Qué, aquella mujer era bruja?

 

 

−Ese Shuichi le conto todo a esa niñata… − y antes de que pudiera seguir maldiciendo a los dos la puerta se abrió nuevamente y la azabache se mostro por la apertura.

 

 

−No regañen a Shu… simplemente esta muy emocionado y termino contándomelo todo, adiós. – y desapareció por donde entro.

 

 

−Bueno, creo que en eso tiene razón… − el castaño se sentó en la sala y abrió el regalo, era un conjunto para bebé de color azul cielo y dentro de la caja venia un papel que decía: “Muchas felicidades, de todo corazón, Shindou Nova” Misaki miro con ternura el trajecito y sin poder evitarlo se imagino a un bebé ahí.

 

 

−Misaki… debemos festejar… − el mayor le abrazo por la espalda y le hablo con voz ronca en el oído haciendo que se escuchara extremadamente sexy y que un escalofrió recorriera la espalda de Misaki.

 

 

− ¿Festejar? ¿Cómo que festejar…? – antes de que pudiera seguir Akihiko le beso amorosamente. Lo levanto del sillón y se fueron directamente a  la habitación.

 

 

−Espera… Usagi-san…− el castaño trataba de parar al peligris quien atacaba ferozmente su cuello. – Podria llegar Shu…

 

 

−No lo creo… Nova dijo que tardarían una hora y media, tiempo perfecto para unas 5 rondas... – Usagi comenzó a acariciar el cuerpo ajeno por debajo de la playera, recorriendo por completo el pecho de Misaki, sintiendo aquella tersa piel bajo sus manos.

 

 

Cuando Usagi sintió que la playera de Misaki estorbaba se la quito de una buena vez y la dejo tirada en alguna parte del suelo. Se deleito con aquella vista y sin más volvió a atacar los labios de Misaki en un demandador beso mientras que sus manos exploraban la tersa piel del pecho de su ángel de ojos verdes. Abandono sus labios dejándolos completamente rojos por la fricción para atacar directamente el cuello del menor, sus manos recorrieron una vez más de arriba abajo y viceversa el pecho del castaño y se detuvo en los rosados pezones que estimulo con ligeros apretones. Bajo desde el cuello de su prometido hasta llegar a uno de los pezones y comenzar a lamer y morder este mientras su otra mano estimulaba el otro.

 

 

−Ah… mmm… Usagi…Ah! – soltó un quejido de dolor al sentir como Akihiko mordía esa parte sensible de su pecho, sin embargo en vez de reprochar se dejo llevar por el placer que el peligris le estaba ofreciendo.

 

 

Bajo lamiendo el plano abdomen y se detuvo en el liso vientre de su amante donde deposito un suave beso, siguió bajando hasta encontrarse con el cinturón y la orilla del pantalón de Misaki, se deshizo rápidamente del cinturón y bajo rápidamente los pantalones dejando solo en ropa interior al castaño, deslizo sus manos por los muslos de su amante, tomo el bóxer de Misaki de las orillas y lo deslizo lentamente por aquellas suaves piernas.

 

 

Una vez totalmente desnudo el castaño, Akihiko observo por completo el bien formado cuerpo de aquel niño, porque aunque Misaki tuviera 21 años para el seguía siendo el niño de 18 años que lo había enamorado.

 

 

−Usagi-san… no hagas eso… − un muy apenado Misaki que al no sentir el movimiento de Akihiko sobre él observo que hacia aquel escritor, descubriendo que lo miraba atentamente.

 

 

− ¿Hacer que? – Usagi se hizo el desentendido y siguió observando aquel cuerpo.

 

 

−Eso… no me mires así… − Akihiko sonrió y volvió a poseer los labios de su ángel.

 

 

−Misaki… eres perfecto, todo en ti es perfecto para mí… te amo… − le dijo en el oído para después de eso lamer el lóbulo de la oreja de Misaki sacándole suspiros inigualables.

 

 

Usagi sintió que su ropa estorbaba y se la quito toda en tan solo unos momentos quedando en las mismas condiciones que su amante, se dirigió a el miembro de Misaki el cual ya estaba erecto por tantas atenciones de parte del peligris primero masajeo este desde la base a la punta la en la cual se entretuvo un rato masajeando esta con uno de sus dedos. El castaño trataba de reprimir sus gemidos pero el placer era tanto que no podía evitar que estos salieran haciendo una hermosa melodía para los oídos de Akihiko.

 

 

De improvisto el mayor introdujo todo el miembro de Misaki en su boca haciendo que este se arquera del placer al sentir esa calidez rodeándole. Usagi comenzó a succionar esa zona sacándole fuertes gemidos a Misaki, quien después de unos minutos con la boca de Usagi a su alrededor no soporto y se corrió manchando algo la cara de Usagi, pero este se trago todo sin dejar gota.

 

 

−Misaki… te amo… − le dijo antes de meter uno de sus dedos en la parte más intima del cuerpo de Misaki quien al sentir la invasión solamente hizo un gesto de dolor. –Tranquilo… déjate llevar… − Usagi volvió a besar a Misaki demandadoramente, cuando sintió que Misaki estaba completamente relajado introdujo otros dos dedos sin previo aviso.

 

 

− ¡Ahh! Usagi-san… me duele… − el menor interrumpió el beso y apretó uno de los fuertes brazos de su amante por el dolor y trato de relajarse pero simplemente no pudo.

 

 

−Calma… no te tenses… − el mayor con el propósito de relajar al menor ataco su oreja lamiendo el lóbulo de esta, haciendo que Misaki se estremeciera y poco a poco se relajara.

 

 

Una vez ya preparado reemplazo sus dedos por su ya palpitante miembro, se coloco bien entre las piernas del menor y de una sola estocada penetro a Misaki, quien lanzo un grito de dolor combinado con el placer, Usagi espero a que el castaño se acostumbrara a él, un movimiento involuntario de parte de Misaki le dio la señal para poder continuar con aquel acto de amor.

 

 

−Ahh… Usagi… ahh… − los gemidos retumbaban en aquel pequeño espacio.

 

 

−Misaki… − las embestidas fueron aumentando de ritmo y de profundidad, de pronto Usagi toco un punto clave dentro de su amante el cual hizo que el de ojos esmeralda se arquera y comenzara a pedir por más en el mismo lugar. Akihiko respondió a los pedidos de su prometido y comenzó a embestir más fuerte tocando varias veces aquel punto.

 

 

− ¡AHHH! – Misaki se arqueo por completo mientras los espasmos del orgasmo se presentaban en su cuerpo y sus músculos se contraían aprisionando fuertemente la anatomía de Akihiko quien en una estocada más y con un gemido más parecido a un gruñido se corrió dentro del menor.

 

 

El mayor se dejo caer sobre el menor claro que sin aplastarlo, ambos trataban de regularizar sus respiraciones, aquella actividad les había dejado algo exhaustos. El amatista salió del menor y se recostó a un lado para después atraer el cuerpo de su amante para abrazarlo posesivamente.

 

 

−Misaki… te amo… a ti y a ese bebé. – le dijo para después besarlo una vez más.

 

 

−Y yo a ti Usagi-san – el menor correspondió el beso, se cubrieron con una sabana y así, abrazados, se quedaron completamente dormidos.

 

 

OoOoOoOoOoOoOoOoOoO

 

 

Shuichi llego al apartamento y abrió con cuidado de no hacer ruido, vio todas las bolsas sobre los sillones de la sala, supuso que los otros ya habían llegado, sigilosamente subió hasta la habitación de los dos amantes y abrió con cuidado para no despertar a los que estaban en la cama, ahí los vio durmiendo plácidamente uno abrazado al otro. Cerro la puerta de igual forma de cómo la abrió y se dirigió a su habitación. Mañana seria un día muy largo.

 

 

Continuara…

 

 

Capítulo 6: Un día de compras.

 

 

Ambos se habían levantado lo más temprano posible, cada uno se aseo y se encontraron en el comedor de aquella casa, un nuevo día había llegado y ellos tenían que estar en Tokio lo más rápido posible, no querían ni imaginarse que es lo que les diría o en el peor de los casos, les haría aquel de ojos amatistas intensos si llegaban tarde y los planes que tenía con su pareja se estropeaban.

 

 

Terminaron de desayunar, Hitomi, amablemente se había levantado a las 7 de la mañana para prepararles el desayuno y evitar que sus tesoros se fueran sin nada en el estomago. Shuichi aún un poco somnoliento volvió a subir a su cuarto por aquel tesoro que su primer amor le había regalado, tomo la cadena, el dije y los metió dentro de el cofrecito el cual ya llevaba unos años ahí. Guardo la ropa sucia en una de las bolsas de aquella tienda exclusiva en donde Nova le había comprado ropa maravillosa, la azabache no tenía ni idea de lo agradecido que estaba con ella.

 

 

−Bueno es hora de irnos – dijo la azabache que ya se encontraba en el umbral de la puerta, te esperare abajo. – y sin más la chica cerro la puerta de la habitación y bajo para despedirse de su tía.

 

 

−Si….− dijo mientras seguía guardando sus cosas y después escuchar como se cerraba la puerta, miro con algo de melancolía aquel lugar, ¿Habría vivido los tres años que no recordaba en ese lugar? Bueno eso se lo preguntaría a Hiro cuando le viera. Tomó la bolsa en su mano derecha y abrió la puerta, antes de salir volvió a visualizar su habitación, le recordaba que tenía un lugar al cual volver si lo necesitaba.

 

 

Bajo despacio por las escaleras hasta toparse con el recibidor de la casa en el cual ya se encontraba Nova lista para partir hablando algo con su madre, le sorprendió haber visto a Maiko a su lado, era una chica responsable pero muy perezosa, regularmente no se levantaba temprano, pero él suponía que en esa ocasión era especial pues su hermano y su prima se iban una vez más para regresar quien sabe cuando. Se acerco a las tres mujeres y se coloco los zapatos para después volverse y mirar a su familia, le entristecía recordar que su padre no estaba… ¿Qué habrá sido de él? No lo sabía, pero tenía temor de preguntárselo a su madre, sabía que no estaba preparado para esa respuesta, algo muy dentro de él le decía que esperara hasta que fuera el momento adecuado para preguntar.

 

 

−Mamá… Maiko, es momento de regresar… −las dos mujeres le miraron con tristeza – Prometo venir a verlas al menos una vez cada mes. – dijo con una hermosa sonrisa de esas que solo el podía regalar.

 

 

−Eso espero cariño…− la madre le abrazo con amor para después separarse un poco y besar su frente – Que les vaya muy bien en el camino y por favor Nova – se acerco a la azabache que veía desde el otro extremo del recibidor – Conduce con cuidado y cuida mucho de este niño…

 

 

−Ya no soy un niño mamá…− le dijo el pelirrosa mientras hacía un lindo puchero. La madre sonrió.

 

 

−Bueno… cuida mucho de este muchacho y también cuídate mucho, te deseo lo mejor… − le dijo como si nunca la volviera a ver.

 

 

−Tranquila tía… me haces sentir como si te estuvieras despidiendo definitivamente de mí…− la chica tomo las cálidas manos de aquella mujer y le miro a los ojos – Cuidare de Shu y me asegurare de quedarme el tiempo suficiente como para recuperar el que perdimos en Francia.

 

 

−Eso espero mi niña… − de igual manera que al amatista la abrazo y después le deposito un beso en la frente. –Cuídense y háblenme cuando estén en Tokio.

 

 

−Claro… − respondió el pelirrosa – Adiós Maiko, cuídate mucho. – se despidió mientras le daba un beso en la mejilla. –Cuida de mamá.−

 

 

−Tenlo por seguro, tu igual cuídate mucho y que tengas mucho éxito en tu trabajo…− Shuichi la miro descolocado, ¿Trabajo? ¿Él tenía un trabajo? Estaba a punto de preguntarle a su hermana de que trabajo hablaba pero la azabache se atravesó entre ellos y se despidió animadamente de la castaña que le dijo que esperaba poder volver a hablar con ella, la otra asintió y tomo una bolsa que ella también llevaba con la ropa usada el día de ayer.

 

 

Salieron de la casa agitando su mano de lado a lado para despedirse de aquellas dos que se encontraban al umbral de la puerta del hogar. Esta vez, Shuichi se había decidido por vestir unas bermudas color beige con rayas negras y rojas que formaban cuadrados grandes y medianos al cruzarse dejando mostrar parte de sus delgadas piernas, una playera azul de manga corta con el numero 64 inscrito en esta, y ya por ultimo calzaba unos tenis deportivos blancos con franjas azules a los lados, bastante sencillo pero muy atractivo. En cambio Nova vestía esta vez unos pescadores de mezclilla negros con varias bolsas y detalles llamativos, una blusa de mangas largas blanca y una campera negra abierta sin mangas, por ultimo, calzaba unos zapatos urbanos negros con una cadena que atravesaba el costado exterior de cada zapato, algo informal pero elegante.

 

 

Abordaron el deportivo azul de Nova y esta encendió el motor, se despidieron nuevamente con la mano y la azabache piso el acelerador, eran las 8 de la mañana y ya se encontraban en la autopista para ir directo a casa de Akihiko, hacían dos horas desde Kanagawa hasta Tokio pero viendo la velocidad a la que iban y haciendo las operaciones bien llegarían como en una hora y 15 minutos. Y así fue, en una hora con 14 minutos ya se encontraban frente al edificio donde residían, subieron por el elevador y llegaron hasta el piso donde estaban ambos departamentos, tocaron el timbre y la voz e imagen de Misaki aparecieron en el panel de a lado.

 

 

− ¿Si? – Dijo mirando a través de la pantalla – ¡Oh! Shuichi, Nova que bueno que llegan, en un momento abro. – y en pocos segundos la puerta de aquel departamento se abrió dejando ver a un Misaki muy contento.

 

 

−Hola Misaki-kun… te veo muy contento – el pelirrosa recordó la conversación que había tenido con el castaño la noche anterior, le había dicho que tenía algo muy importante que decirle.

 

 

−De hecho estoy muy contento, tengo que contarte algo muy importante… pero pasen…− el castaño se hizo a un lado para poder dejar pasar a los recién llegados pero antes de que Nova pudiera atravesar la puerta una melodía sonó por el lugar. Ambos chicos miraron a la azabache y esta saco un celular muy sofisticado de la bolsa de su pantalón disculpándose diciendo que tenía que atender y que volvería en unos momentos, la chica se dirigió a su propio departamento y entro en este. Se instalaron en la sala y esperaron a que Akihiko bajara para recibir a Shuichi.

 

 

− ¿Cómo te fue en el viaje? – el castaño pensó que lo más conveniente era hablar acerca de Shuichi antes de que él mismo le diera la noticia de que estaba esperando un bebé.

 

 

−Pues… me ha ido de maravilla, antes de ir a Kanagawa Nova y yo fuimos aun centro comercial…− el pelirrosa le conto todo acerca de lo que había sucedido en esos dos días.

 

 

−Akihiko tiene la maña de comprar de todo a montones pero ya le he dicho miles de veces que no necesito de todo aquello – el castaño dijo con resignación, le gustaba que Usagi fuera considerado con él pero que no exagerara.

 

 

−Lo único que Usami-san quiere es hacerte feliz y si para conseguir tu amor necesita comprar todo eso, ten por seguro que lo hará.

 

 

−Lo sé pero en verdad exagera un poco…− en ese preciso instante un Akihiko salía de la habitación vestido con uno de sus ya tan conocidos trajes. Bajo por las escaleras y cuando llego a la sala se sentó a un lado de Misaki atrayendo el cuerpo más pequeño hacía el suyo propio, ante tal acción el menor se sonrojo levemente.

 

 

−Que bueno que has regresado Shu… ¿Cómo te fue en el viaje? – el peligris sonreía de lado a lado, algo estaba pasando, pensó Shuichi, algo que seguramente a él al enterarse, también estaría como aquellos dos bueno no más ni igual que ellos.

 

 

−Pues todo fue perfecto… solo que Nova un día me dejara traumado… − dijo recordando la velocidad del automóvil, los altos saltados y las veces que estuvo a punto de chocar.

 

 

−Que bien, ¿sabes? Misaki y yo te tenemos una sorpresa – aquella pareja se miro con complicidad, se sonrieron y después volvieron a fijar su vista en el pelirrosa.

 

 

–Prepárate Shuichi… – Misaki miro una vez más a su pareja y este con una sonrisa en el rostro asintió. – Usagi y yo vamos a ser papás, estoy embarazado… – ante tal noticia el pelirrosa abrió sus ojos hasta el tope pero no dijo nada, los otros dos solo se quedaron viendo al más pequeño ya habían previsto algo como eso pero no lo siguiente. Shuichi se subió sobre la pequeña mesa de centro que había en medio de la sala y tomo la mano de cada uno de los futuros padres las junto y con ojos en forma de estrella lanzo un gritillo al aire.

 

 

– ¡Kya~! ¡Qué bien! ¡Muchas felicidades! – Se bajo de la mesa para abrazar a aquellos dos. –Y ¿bien? ¿Cuántos meses? ¿Qué va a hacer? ¿Qué nombre le pondrás? ¿Cuándo nacerá? – no era necesario decir que aquel pequeño pelirrosa estaba demasiado emocionado con aquella noticia única.

 

 

–Calma Shuichi – Misaki con una enorme gota en la cabeza trataba de tranquilizar al más pequeño – solo tiene dos semanas y media, aun falta mucho.

 

 

–Nee, nee, neeee… ¿puedo yo ser el padrino? ¡Ahhh! Ya lo quiero tener en mis manos – los otros dos solo le miraban con enormes gotas en la cabeza al más puro estilo anime, ¿Cómo era posible que el padrino estuviera mucho más emocionado que los propios padres?

 

 

–Está bien Shu pero tranquilízate – De nada sirvió decirle que se tranquilizara ya que cuando recibió la respuesta a su pregunta se puso a dar pequeños saltitos alrededor de toda la sala. Misaki y Akihiko solo se miraron y comenzaron a reír, ese chico era muy especial y en el poco tiempo que estuvieron con él le tomaron un cariño especial.

 

 

– ¡Qué bien! – Shuichi se cansó y se sentó una vez más frente a aquellos que seguían riendo por las acciones del de ojos amatistas claros.

 

 

–Jajaja… bueno…– el mayor paró de reír tratando de regularizar su respiración, no había reído tanto en toda su vida. – Misaki y yo iremos a un lugar especial y necesitamos que cuides del departamento ¿te importaría? – Shuichi negó energéticamente.

 

 

–No se preocupen, vayan a donde quieran ir, yo me quedare aquí – Shu se puso de pie y tomo a los otros dos de las manos y los jaló con él hasta la salida del lugar. –Cuídense mucho y diviértanse, ¿podría pedirles algo? – Les miro con ojos de perro abandonado – ¿Me compran unos pockys de fresa?

 

 

–Me hubieras dicho antes y pasábamos a comprar unos – una voz suave se escucho en el pasillo del lugar haciendo que los tres varones viraran su rostro hacia donde provenía aquel sonido.

 

 

– ¡Nova-nee! – Akihiko miró con sorpresa al pelirrosa para después mirar a Nova  quien estaba a unos metros más allá, llevaba colgando de su brazo un bolso negro y en la mano llevaba las llaves de su coche.

 

 

– ¿Nova-nee? Siento que me perdí de algo muy importante – el peligris miro al pelirrosa que solo le regalo una dulce sonrisa.

 

 

–Nova es mi prima, me entere de todo el día de ayer, luego te contare con más calma que fue lo que descubrí, ahora vayan a disfrutar de su cita. – con una enorme sonrisa los empujo hasta el elevador.

 

 

–Está bien, cuídate, no le abras a nadie que no conozcas y si te llama una mujer histérica dile que el manuscrito se lo entrego mañana sin falta. – el elevador se cerró y Shuichi volvió para colocarse frente a su prima.

 

 

– ¿Iras a algún lado? Quería que te quedaras conmigo mientras Usami-san no estaba. – el menor le dijo con tristeza.

 

 

–Lo siento mucho debó de ir por alguien, ¿Te parece bien que le diga a Yuuki que te haga compañía? – al escuchar aquel nombre Shuichi le miró con sorpresa. – No te preocupes, Yuuki ya sabe lo que te sucedió.

 

 

–Oh, ya veo…

 

 

– ¿Qué dices? ¿Te quedas con Yuuki?

 

 

–Pues… si… supongo que después de tanto tiempo sería bueno volver a hablar ampliamente.

 

 

–Me alegro escuchar eso. Le llamaré. – Nova saco su celular y marco un número rápidamente. –Yuuki, soy Nova, necesito que vengas a cuidar de Shu, voy salir y no me puedo quedar… si… está bien…adiós. – la chica colgó. –En unos minutos llega, entra ahí y espérale, nos vemos después, tengo que hablar contigo de algo importante. – La chica le dio un beso en la frente y fue directamente al elevador.

 

 

OoOoOoOoOoOoOoOoOoO

 

 

Se encontraban frente a una de las plazas más importantes de todo Japón, Akihiko le tenía tomado de la mano, no sabía que estaban haciendo ahí porque Usagi no le había dicho nada de nada.

 

 

–Bien es momento de eso. – El mayor comenzó a caminar con un Misaki algo rojo porque todos se  le quedaban viendo, aunque Akihiko fuera uno de los escritores más importantes de Japón nunca le importo que la prensa o algo así le viera con su pareja, de hecho a él le gustaba ser “exhibicionista”

 

 

– ¿Ahora me dirás a donde vamos?

 

 

–Espera y veras. – Llegaron a una tienda departamental de ropa, entraron como si nada y aun agarrados de la mano se dirigieron a la sección de bebés.

 

 

–Usagi-san…

 

 

–Así es Misaki, compraremos todo para nuestro bebé. – dijo el mayor, Misaki se quedo de piedra… ¿ya iban a comprar todo para el pequeño que venía en camino? ¡Pero si apenas tenias unas semanas! El castaño observo a su pareja el cual leía una revista con el título de “Padres por primera vez” y mientras leía abría los ojos con sorpresa. – Nunca pensé que los bebés necesitaran de tantas cosas. Vamos tenemos mucho que comprar.

 

 

–Usagi-san, ¿no crees que es aún muy pronto?

 

 

–Para nada, aquí dice que debemos estar preparados… – le tomo de la mano y lo jalo hacia unos estantes donde habían distintas cosas para bebés desde biberones hasta carriolas.

 

 

−Pero ni siquiera sabemos que va a ser, si niño o niña – le dijo Misaki tratando de convencer a Usagi-san de que aun era muy pronto para comprar cosas como esas, al menos deberían esperar hasta que les dijeran que era.

 

 

−No importa, compraremos todo neutro… − dijo muy convencido. Llegaron hasta un estante único con puros biberones, acomodadas por las etapas del bebé. – Aquí dice… − el mayor abrió la revista que tenia ente las manos –… que tenemos que comprar biberones pequeños aptos para recién nacidos. – ambos caminaron hasta el principio del estante y localizaron el letrero que decía: “Recién nacidos”  se encontraron con muchos modelos pero ninguno convenció a Usagi, el peligris volteo hacia la derecha y se encontró con una pantalla táctil que decía: “¿Problemas con los biberones?” se acerco lentamente y presiono sobre la pantalla un botón que decía “si”.

 

 

La pareja observo que se abría una ventana de diseño único, les mostraba un biberón único con un diseño muy apropiado para cualquier tipo de bebé, Akihiko presiono de nueva cuenta una pestaña que decía biberones y enseguida comenzó una presentación que les explicaba cada una de las partes  de aquel biberón, miraron y escucharon todo con atención desde que accesorios traía el producto y para que servía cada uno de ellos,  también les mostraron el tipo de mamilas que había, para niños de 0 a 3 meses, de 3 a 6 y por ultimo de 6 en adelante. Cuando acabo la presentación Akihiko convencido de que ese producto era el mejor para su hijo se encamino al estante donde estaba el paquete del biberón y sin observar siquiera el precio lo tomo y se lo llevo consigo.

 

 

− ¡Usagi-san! ¿¡Ya viste cuanto cuesta eso!? – grito Misaki al ver el precio de aquel producto.

 

 

−No pero no me importa… mi hijo tendrá lo mejor, quieras o no – le dijo sin siquiera voltear a ver al castaño, el cual frunció el ceño pero después suavizo su expresión y se llevo una mano al vientre.

 

 

−Supongo que tendrás el mejor padre del mundo y no sabes lo feliz que me hace eso. – Sin más siguió al peligris quien regresaba ya con un carrito de compras con el paquete del biberón dentro.

 

 

−Ven, aquí dice que debemos comprar también un esterilizador y un calentador…− el castaño le siguió con una enorme sonrisa en el rostro. Compraron lo que el peligris había dicho y claro todo fue excesivamente caro pero Misaki ya no le tomo importancia a eso.

 

 

−Misaki, aquí dice que debemos comprar cosas para la higiene del bebé… − pero antes de que pudiera continuar miro como Misaki tenía la vista fija en un sistema único de aseo, incluía una base con una tina, jabones especializados para la piel del bebé, champú, toallitas y demás, el menor estaba maravillado con todo aquello y antes de que pudiera decir algo Akihiko ya lo había pedido para que lo llevaran a la casa, el castaño sonrió ampliamente y siguió con su recorrido con el escritor.

 

 

−Compremos unos monitores para cuando el bebé duerma en su propio cuarto y se levante y llore lo escuchemos…− Akihiko tomo los más sofisticados y caros monitores y los hecho al carrito. Llegaron a la sección de chupones y Misaki observó como Akihiko viajaba de estante a estante mirando todos los chupones y los diseños de estos, después de unos minutos regreso con varios paquetes de chupones con ositos dibujados. Lo siguiente que echaron al carrito fueron los baberitos con muchos dibujitos monos, eran tan lindos que Usagi compro uno de cada modelo.

 

 

Llego el momento de comprar los accesorios para que Misaki pudiera llevar al bebé a todas partes, comenzaron comprando un canjuro para bebés de color beige con un oso estampado en este. Por ultimo compraron un sistema de viaje que incluía un porta bebé, una carriola para recién nacidos que podía transformarse en una carriola normal para cuando el niño creciera y por ultimo el auto asiento. Todo de un color beige con toques de café claro. Una vez ya con todo lo que necesitaban para el bebé, se dirigieron a la sección de pañales.

 

 

−Usagi-san no deberíamos comprar los pañales ahora, no sabemos de que tamaño será el bebé y cual será el mejor pañal para él, escuche que algunas marcas de pañales causan irritación en la piel de los pequeños…− le dijo el menor mientras veía que Usagi tenia una marca de pañal en una mano y otra marca en la otra.

 

 

−Compremos puros pañales para recién nacidos y un paquete de cada marca, así probamos con todos y vemos cual es el mejor…− dijo mientras avanzaba por los estantes y tomaba un paquete de cada marca. Misaki suspiro derrotado, por más que quisiera que aquel obstinado escritor dejara de comprar cosas a lo loco no lograba nada de nada, después de unos minutos decidió dejar que el mayor hiciera lo que quisiera, después de todo él se veía mucho más emocionado por la llegada del bebé y sus cuidados que él mismo. Dejaría que toda la emoción consumiera a Akihiko por completo, quería que ese momento para el escritor fuera inolvidable.

 

 

Pronto llegaron a la sección de ropa, Akihiko miraba unos conjuntos mientras Misaki veía unos pijamas con animalitos dibujados.

 

 

− ¡Oh por Dios! ¡Mira eso Misaki! – el de ojos amatistas señalo muy emocionado un estante que tenía un letrero con letras gigantes que decía “50% de Descuento” y en el estante había una hermosa piyama en forma de oso, toda una maravilla. Se acerco a aquel estante y cuando coloco su mano sobre el conjunto una mano más gorda pero pequeña se situó al otro lado del pijama.

 

 

Akihiko llevo su vista hacia el dueño de aquella mano para encontrarse con una mujer pequeña y robusta con una mega plasta de maquillaje en la cara. Ambos se miraron amenazadoramente, Misaki veía la escena un metro más allá y podía jurar que las chispas de rivalidad se veían.

 

 

El mayor jaló el conjunto hacía él pero aquella mujer lo jaló al mismo tiempo, Akihiko le miro con reproche y la mujer de igual manera le regreso la mirada. Así comenzó una pelea por ver quien se quedaba con aquel pijama.

 

 

−Lo vi primero, señora – el peligris dijo con calma pero con un ligero toque de enojo contenido en su voz.

 

 

−Lo siento pero yo lo vi primero− volvió a jalar el traje hacia ella.

 

 

−Con todo respeto señora… es mío.

 

 

−No lo creo… no veo que tenga su nombre – Akihiko perdió la calma, sí de por si no tenía mucha, con aquella señora la había perdido desde que la vio.

 

 

Así, una pelea campal se armó entre aquellos por el conjunto. Misaki asustado por aquella revuelta se acercó a los dos mayores que jalaban el traje de ambos lados.

 

 

− ¡Esperen! ¡Lo romperán! – el niño castaño agarro a Akihiko de la camisa − Usagi-san, deja eso.

 

 

− ¡No! Yo lo vi primero, así que es mío – Akihiko volvió a tirar del traje.

 

 

− ¡Claro que no! ¡Es mío!

 

 

− ¡Ya basta! – Misaki estalló, no podía creer que aquellos dos se comportaran como niños chiquitos. Sin embargo ambos adultos siguieron aferrados a la idea de poseer aquel trajecito. De pronto ambos jalaron al mismo tiempo el traje con mucha fuerza y este se rompió a la mitad, Misaki solo pudo ver como los trozos de tela caían en cámara lenta.

 

 

−Rayos… se rompió… ya no lo quiero. − El mayor aventó el cacho de traje hacía los pies de la mujer que un sostenía su parte en las manos, Usagi tomo a Misaki de la mano y ambos se dirigieron a otro estante. En esos momento un ayudante de la tienda pasaba por ahí y miro aquel trajecito roto, se acerco con rapidez y se planto frente a la señora.

 

 

−Señora, acompáñeme por favor… tendrá que pagar eso. – dijo señalando el trajecito.

 

 

−Pero yo no lo rompí – el otro le mando una mirada incrédula y seguidamente levanto el resto del traje.

 

 

−O paga el traje o me veré en la penosa necesidad de llamar a la policía.− Sin más la señora siguió al ayudante, no quería terminar en la cárcel. Los otros dos solo vieron la escena desde el otro lado.

 

 

−Usagi-san… ¿ya ves lo que provocas? – Sin embargo el peligris ni le hizo caso porque miraba en el estante el mismo trajecito que había roto repetido varias veces.

 

 

−Umm… aquí esta uno mejor.− El amatista lo tomó y siguió con su deber de comprar cosas para bebés.

 

 

Después de haber comprado algunas prendas para bebé pagaron todo lo que habían comprado, mientras la cajera pasaba todo por un laser que leía los códigos y marcaba los precios sus ojos se engrandecían a tal grado de casi querérseles salir al ver toda la cantidad de dinero que debían pagar. Salieron de aquella tienda departamental y se dirigieron a una decoradora en donde el señor que contrataron les dijo que en tres días debían ir a ver con él los muebles para que adornaran la habitación.

 

 

Una vez terminadas todas las compras, metieron con mucho trabajo las bolsas a la cajuela del automóvil y subieron a este.

 

 

−Misaki ¿Quieres ir a un lugar en especial? – el castaño se la pensó.

 

 

−Quisiera ir al mirador. – dijo con una amplia sonrisa, Akihiko le miro dulcemente y siguió con su camino, al parecer el plan de ir a comprar las cosas para su bebé había sido todo un éxito.

 

 

En unos minutos llegaron al mirador, aparco el auto en el estacionamiento publico que había en el lugar y ambos bajaron del auto. Caminaron agarrados de la mano hasta la parte más alta del mirador y una vez arriba se sentaron en una de las bancas que había ahí, el paisaje era sorprendente, el crepúsculo se expandía frente a sus ojos, el rojo, naranja y amarillo hacían una perfecta combinación entre ellos para darle ese toque de magia a esa tarde en especial. La brisa era perfecta, el olor a sal les llegó a la nariz una inmensa paz les rodeo y ambos la disfrutaron al máximo.

 

 

−Misaki… − el mayor rompió la tranquilidad del momento para voltear a ver a su amante el cual veía con devoción aquel atardecer.

 

 

− ¿Sabes Usagi-san? – El menor le miro a los ojos − Creo que… serás el mejor papá del mundo… − y dicho esto le regalo una de sus mejores sonrisas, ante aquellas palabras Usagi simplemente abrió los ojos de par en par y después de unos segundos sonrió dulcemente y abrazo al menor que gustoso acepto el abrazo.

 

 

−Yo creo que serás la mejor mamá del mundo.

 

 

− ¡Oye! – el menor hizo un tierno puchero −Querrás decir el mejor papá materno del mundo. – ambos se separaron  y se miraron con dulzura, lentamente sus rostros se acercaron para que ambos pares de labios se juntaran en un suave y tierno beso, uno con el cual se transmitían todo lo que sentían el uno por el otro, el beso fue profundizado por el mayor entrando a esa cálida cavidad para disfrutar de cada parte de esta, Misaki no se opuso, al contrario rodeo el cuello del mayor con sus brazos y Akihiko junto más sus cuerpos tomándolo por la cintura y atrayéndolo hacia él. Se separaron lo suficiente para poder tomar aire y tratar de regularizar su respiración.

 

 

−Misaki… tengo algo importante que pedirte… − el mayor se separo del de ojos verdes y busco algo en su pantalón – Quería pedírtelo desde hace tiempo… pero nunca encontré el momento indicado…− sacó de su bolsillo una cajita cuadrada forrada en terciopelo, se hinco frente al castaño y abrió la caja ante la atenta mirada de Misaki, dejando a la vista un hermoso anillo con un diamante en forma de corazón incrustado en el centro. − ¿Quieres casarte conmigo?

 

 

Misaki se tapo la boca sorprendido, miraba con asombro aquella bella joya que se encontraba en el centro de la cajita siendo rodeada por un cojincillo, de pronto las lagrimas se agolparon en sus ojos y después de unos segundos estas comenzaron a bajar por las sonrojadas mejillas del más pequeño, se destapo la boca y después de unos segundos se abalanzo sobre Usagi.

 

 

−Si… claro que quiero casarme contigo… − Usagi nunca pensó que Misaki lo diría tan abiertamente, después de todo, el menor era muy tímido, pero eso no importaba, tomo el mentón del castaño y le planto un apasionado beso de amor. Se besaron con el alma, como si de aquello dependiera sus vidas y claro que dependían de ello ¿Qué seria de ellos si alguno desapareciera? Simplemente no podrían vivir. Una vez ya que se hubieran separado, volvieron a tomar asiento y Akihiko coloco el anillo en el dedo anular de Misaki. Lo beso una vez más y se quedaron viendo como el sol se escondía para darle paso al anochecer quien traía consigo la luna y las estrellas.

 

 

Cuando el viento comenzó a soplar más fuerte, ambos decidieron regresar a casa. Llegaron al gran edificio y con ayuda del portero subieron todas sus compras al departamento una vez frente a su casa, Usagi le pago al conserje y este se retiro, tocaron el timbre y después de unos segundos la puerta se abrió dejando ver a una azabache completamente aburrida.

 

 

− ¿¡Que haces tú aquí!? – le dijo exaltado pues no se esperaba encontrar a la chica en vez de al pelirrosa.

 

 

−Hola, pues yo estaba cuidando de tu departamento. – entro y fue directo a la sala en donde la pareja suponía que estaba, apago el televisor y llevo al fregadero un vaso y un platón.

 

 

− ¿Qué? Y ¿Por qué? ¿En donde esta Shuichi? – dijo entrando y dejando todas sus compras sobre los sillones.

 

 

−Por Shu no te preocupes… esta hablando con su pasado… − dijo mientras lavaba lo que había ocupado en su estancia en el lugar.

 

 

− ¿Hablando con su pasado? ¿De que rayos hablas? – el mayor se exalto aun más.

 

 

−Tranquilícese… − voltio y vio a Akihiko al otro lado de la barra. – Shuichi esta con Yuuki, una persona muy importante de su pasado, decidieron salir a dar un paseo y ponerse al corriente de la vida del otro, tómelo con calma Usami-san no tardan en regresar, les calculo una hora y media. – la chica se seco las manos, tomo su bolso y se acerco a la puerta.

 

 

−Espera… ¿Cómo sabes mi nombre?

 

 

−Ah… Shuichi me lo dijo… y por cierto…− la chica se acerco a los dos y les extendió una caja de regalo que estaba en el sillón. –Felicitaciones a los futuros padres – Nova hizo una reverencia y después de que Misaki tomara el regalo se despidió con la mano y salió del departamento.

 

 

−Sabe lo de mi embarazo… − dijo sorprendido Misaki ¿Qué, aquella mujer era bruja?

 

 

−Ese Shuichi le conto todo a esa niñata… − y antes de que pudiera seguir maldiciendo a los dos la puerta se abrió nuevamente y la azabache se mostro por la apertura.

 

 

−No regañen a Shu… simplemente esta muy emocionado y termino contándomelo todo, adiós. – y desapareció por donde entro.

 

 

−Bueno, creo que en eso tiene razón… − el castaño se sentó en la sala y abrió el regalo, era un conjunto para bebé de color azul cielo y dentro de la caja venia un papel que decía: “Muchas felicidades, de todo corazón, Shindou Nova” Misaki miro con ternura el trajecito y sin poder evitarlo se imagino a un bebé ahí.

 

 

−Misaki… debemos festejar… − el mayor le abrazo por la espalda y le hablo con voz ronca en el oído haciendo que se escuchara extremadamente sexy y que un escalofrió recorriera la espalda de Misaki.

 

 

− ¿Festejar? ¿Cómo que festejar…? – antes de que pudiera seguir Akihiko le beso amorosamente. Lo levanto del sillón y se fueron directamente a  la habitación.

 

 

−Espera… Usagi-san…− el castaño trataba de parar al peligris quien atacaba ferozmente su cuello. – Podria llegar Shu…

 

 

−No lo creo… Nova dijo que tardarían una hora y media, tiempo perfecto para unas 5 rondas... – Usagi comenzó a acariciar el cuerpo ajeno por debajo de la playera, recorriendo por completo el pecho de Misaki, sintiendo aquella tersa piel bajo sus manos.

 

 

Cuando Usagi sintió que la playera de Misaki estorbaba se la quito de una buena vez y la dejo tirada en alguna parte del suelo. Se deleito con aquella vista y sin más volvió a atacar los labios de Misaki en un demandador beso mientras que sus manos exploraban la tersa piel del pecho de su ángel de ojos verdes. Abandono sus labios dejándolos completamente rojos por la fricción para atacar directamente el cuello del menor, sus manos recorrieron una vez más de arriba abajo y viceversa el pecho del castaño y se detuvo en los rosados pezones que estimulo con ligeros apretones. Bajo desde el cuello de su prometido hasta llegar a uno de los pezones y comenzar a lamer y morder este mientras su otra mano estimulaba el otro.

 

 

−Ah… mmm… Usagi…Ah! – soltó un quejido de dolor al sentir como Akihiko mordía esa parte sensible de su pecho, sin embargo en vez de reprochar se dejo llevar por el placer que el peligris le estaba ofreciendo.

 

 

Bajo lamiendo el plano abdomen y se detuvo en el liso vientre de su amante donde deposito un suave beso, siguió bajando hasta encontrarse con el cinturón y la orilla del pantalón de Misaki, se deshizo rápidamente del cinturón y bajo rápidamente los pantalones dejando solo en ropa interior al castaño, deslizo sus manos por los muslos de su amante, tomo el bóxer de Misaki de las orillas y lo deslizo lentamente por aquellas suaves piernas.

 

 

Una vez totalmente desnudo el castaño, Akihiko observo por completo el bien formado cuerpo de aquel niño, porque aunque Misaki tuviera 21 años para el seguía siendo el niño de 18 años que lo había enamorado.

 

 

−Usagi-san… no hagas eso… − un muy apenado Misaki que al no sentir el movimiento de Akihiko sobre él observo que hacia aquel escritor, descubriendo que lo miraba atentamente.

 

 

− ¿Hacer que? – Usagi se hizo el desentendido y siguió observando aquel cuerpo.

 

 

−Eso… no me mires así… − Akihiko sonrió y volvió a poseer los labios de su ángel.

 

 

−Misaki… eres perfecto, todo en ti es perfecto para mí… te amo… − le dijo en el oído para después de eso lamer el lóbulo de la oreja de Misaki sacándole suspiros inigualables.

 

 

Usagi sintió que su ropa estorbaba y se la quito toda en tan solo unos momentos quedando en las mismas condiciones que su amante, se dirigió a el miembro de Misaki el cual ya estaba erecto por tantas atenciones de parte del peligris primero masajeo este desde la base a la punta la en la cual se entretuvo un rato masajeando esta con uno de sus dedos. El castaño trataba de reprimir sus gemidos pero el placer era tanto que no podía evitar que estos salieran haciendo una hermosa melodía para los oídos de Akihiko.

 

 

De improvisto el mayor introdujo todo el miembro de Misaki en su boca haciendo que este se arquera del placer al sentir esa calidez rodeándole. Usagi comenzó a succionar esa zona sacándole fuertes gemidos a Misaki, quien después de unos minutos con la boca de Usagi a su alrededor no soporto y se corrió manchando algo la cara de Usagi, pero este se trago todo sin dejar gota.

 

 

−Misaki… te amo… − le dijo antes de meter uno de sus dedos en la parte más intima del cuerpo de Misaki quien al sentir la invasión solamente hizo un gesto de dolor. –Tranquilo… déjate llevar… − Usagi volvió a besar a Misaki demandadoramente, cuando sintió que Misaki estaba completamente relajado introdujo otros dos dedos sin previo aviso.

 

 

− ¡Ahh! Usagi-san… me duele… − el menor interrumpió el beso y apretó uno de los fuertes brazos de su amante por el dolor y trato de relajarse pero simplemente no pudo.

 

 

−Calma… no te tenses… − el mayor con el propósito de relajar al menor ataco su oreja lamiendo el lóbulo de esta, haciendo que Misaki se estremeciera y poco a poco se relajara.

 

 

Una vez ya preparado reemplazo sus dedos por su ya palpitante miembro, se coloco bien entre las piernas del menor y de una sola estocada penetro a Misaki, quien lanzo un grito de dolor combinado con el placer, Usagi espero a que el castaño se acostumbrara a él, un movimiento involuntario de parte de Misaki le dio la señal para poder continuar con aquel acto de amor.

 

 

−Ahh… Usagi… ahh… − los gemidos retumbaban en aquel pequeño espacio.

 

 

−Misaki… − las embestidas fueron aumentando de ritmo y de profundidad, de pronto Usagi toco un punto clave dentro de su amante el cual hizo que el de ojos esmeralda se arquera y comenzara a pedir por más en el mismo lugar. Akihiko respondió a los pedidos de su prometido y comenzó a embestir más fuerte tocando varias veces aquel punto.

 

 

− ¡AHHH! – Misaki se arqueo por completo mientras los espasmos del orgasmo se presentaban en su cuerpo y sus músculos se contraían aprisionando fuertemente la anatomía de Akihiko quien en una estocada más y con un gemido más parecido a un gruñido se corrió dentro del menor.

 

 

El mayor se dejo caer sobre el menor claro que sin aplastarlo, ambos trataban de regularizar sus respiraciones, aquella actividad les había dejado algo exhaustos. El amatista salió del menor y se recostó a un lado para después atraer el cuerpo de su amante para abrazarlo posesivamente.

 

 

−Misaki… te amo… a ti y a ese bebé. – le dijo para después besarlo una vez más.

 

 

−Y yo a ti Usagi-san – el menor correspondió el beso, se cubrieron con una sabana y así, abrazados, se quedaron completamente dormidos.

 

 

OoOoOoOoOoOoOoOoOoO

 

 

Shuichi llego al apartamento y abrió con cuidado de no hacer ruido, vio todas las bolsas sobre los sillones de la sala, supuso que los otros ya habían llegado, sigilosamente subió hasta la habitación de los dos amantes y abrió con cuidado para no despertar a los que estaban en la cama, ahí los vio durmiendo plácidamente uno abrazado al otro. Cerro la puerta de igual forma de cómo la abrió y se dirigió a su habitación. Mañana seria un día muy largo.

 

 

Continuara…

 

 

Notas finales:

Bueno eso es todo, espero que lo hayan disfrutado mucho como yo disfrute al escribirlo [ame la parte de la pelea por el trajecito xDD] Dudas, comentarios, sugerencias, tomatazos? En RW plis! Dicen por ahí que dejar un RW no mata a nadie.

Cuidense mucho y lean mucho Yaoi! Si!!! ¡Bye-bye!

~Besos~


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).