Capitulo
Yuu-chan, otra vez? —habían pasado una semana desde que acepto ayudarlo a ocultar su “alianza” con los Noé, pero Kanda se actuaba extraño, sus habilidades eran inestables, e incluso en ocasiones eran contraproducentes—le preguntaremos a bookman—Lavi le ayudaba a caminar, Kanda se sentía mareado nuevamente.
Tsk, ya te dije que se me pasara—caminaba a su lado, vigilando que nadie lo viera, últimamente lo veían con Lavi, no sabía cómo, pero desde que el pelirrojo entrego el reporte acerca de él, habían dejado de bombardearlo con preguntas y hostigarlo con tonterías —bookman que podría hacer?—su relación ya la sabían Tiedoll y él, no se preocupaba, Tiedoll le quería demasiado y a bookman no le interesaba.
Yuu, pero eres raro—dijo Lavi—prométeme que iras, yo te ayude—si lo chantajeaba seguro y accedería.
De acuerdo, pero deja de regañarme, te estás comportando muy sobreprotector—se llevaba muy bien con él, fingir no era tan malo.
Nee Yuu, te gusta que te cuide verdad? —le dijo de cerca, poniéndolo rojo.
Eres idiota—se zafó y siguió el camino a la habitación del bookman
Mmm? Bookman no ha llegado de su misión? —le preguntaba a Komui—…ya veo, vamos a salir al pueblo entonces…—Kanda lo esperaba en la recargado en la puerta, ambos se marcharon y Lavi estuvo a punto de tomarlo de la mano, pero bajo la vista de Komui solo le paso un brazo por los hombros, extrañando al departamento científico de la falta de oposición de Kanda.
No tenias que hacerlo, no se atreverían a cortejarme…—dijo sin quitarse de su agarre, admitía que estar a su lado le agradaba bastante, en especial porque todos siempre le veían, no sabía que tenía un lado tan vanidoso para ser el centro de atención, ya hasta estaban rumorando que Lavi le había dado una pócima o algo así.
Nee, pero si mi victima Yuu-chan también lo disfruta—también le gustaba ser “el malo” de la historia—dime, cuantos embrujos tengo que hacer pare que me beses “accidentalmente” en el enorme jardín central? —Kanda sonrío, ya no se sentía tan mal, Lavi era un buen tipo.
Pues si no hay tanta gente…—dijo—para que vamos al pueblo? —tenía la duda, desde hace mucho Lavi había intentado llevarlo, pero no le decía porque.
Lavi!!!! —se detuvieron ambos, una voz familiar llamaba al pelirrojo—…te he estado buscando—Allen Walker, se detuvo con una mano en su corazón normalizando su respiración.
Qué pasa Allen? —tuvo que soltar a Kanda para darse vuelta.
Podrías acompañarme a una misión? —le dijo con ánimo, Komui le había encargado ir hasta Francia, lugar que Lavi conocía bien, y no quería ir solo, así que pensó en invitarlo—…por favor…—Lavi miro a Kanda, este se dio la vuelta y siguió su camino.
Espera Yuu! —se dio vuelta, quería pasar tiempo con él, pero Allen era su amigo—…quieres que…me quede? —dijo en voz baja, jamás le diría algo así, Allen se sorprendió, no creía que los rumores tuvieran algo de cierto, pero si Kanda decía algo para que se quedara, se enmudecería.
Me…haz lo que quieras! —dijo, no tenía porque retener a Lavi, sabia a la perfección que el moyashi era uno de sus amigos favoritos, lo que le hacía pensar mal, pero no le importaba—…si el moyashi te necesita tanto…—se arrepintió decir eso, se escucho patéticamente celoso—…mmm no es como sonó—joder ahora se escucho idiota.
Qu-quieres venir Kanda? —Allen n supo que decir, debería invitarlo? —Komui no dirá nada si…—si qué?, si Kanda se unía a la misión para acompañarlos.
No digas tonterías Moyashi-baka!!! —se fue derecho—…y tú no me sigas usagi! —le dijo al escuchar los pasos detrás de él.
Chicos!! —Lenalee llegaba con ellos—…Allen, Lavi, mi hermano me pidió que les acompañara—dijo preocupada—al parecer va a ser peligroso, pero no hay más exorcistas disponibles—Allen sabía de la promesa que Komui hizo a Kanda, por eso no lo enviaban.
Iré—dijo Kanda serio, si los akuma le veían no se atreverían a hacerle daño, era una buena forma de pagarle al pelirrojo por guardar su secreto, si mantenía con él, nada le pasaría—díganle a Komui—camino derecho a su habitación para alistarse.
Yuu…no deberías ir…—dijo Lavi ya en la habitación del azabache—…últimamente no has estado bien—Lavi no sabía que el era inmune.
Estaremos bien usagi—le aseguro suspirando, si actuaba bien los akuma no sospecharían que cuidaba de él.
Yuu tenemos que ir al médico, tus síntomas me preocupan, no so normales—lo abrazo por la espalda, ciertamente a él también le estaba empezando a preocupar—te amo y quiero que estés bien—dijo con preocupación, nuca e había dejado de decir que lo amaba.
Lavi…que no se te olvide que estas en segundo lugar—él era un chico fuerte, estaba superando su “miedo” al contacto físico con rapidez—no hagas tonterías y permanece a mi lado en todo momento si? —dijo volteándose y abrazándolo también.
Yuu…—Lavi se sonrojo, que Yuu le pidiera algo como eso le hacía sentir necesitado y amado por el ojiazul—…no te dejare solo ni un minuto—le abrazo con más fuerza.
No, no me entendiste…—le salió una gotita, pensó que le había pedido ser cuidado, cuando él mismo iba ser el que lo protegiera, pero así estaba bien, no tendría que explicarle nada—eres lindo…—le dio un suave beso en los labios.
Yuu…—Lavi estaba totalmente rojo, le tomo por sorpresa ese beso, no sabía que Kanda podía ser tan…lindo—…me gustas—se agacho, Kanda lo miro indiferente, era raro ver a alguien tan seguro de si mismo de esa manera tan penosa.
Kanda!!!! —Allen gritaba, varios akumas le habían rodeado—Kanda? — Se había librado de ellos rápidamente con sus insectos del infierno.
Yuu!! —Lavi arrojado a un lago, rodeado por varios de los aliados del conde.
Tsk…dejen a ese tranquilo…—susurro a una de las maquinas cercanas, Lenalee y Allen peleaban contra una docena de akumas normales, ni enterados estaban de la conversación de Kanda.
Kanda-sama! —le grito uno de lejos, pero lo elimino al instante, si alguno escuchaba a ese Akuma se preguntarían varias cosas.
Kanda-sama…tenemos un mensaje para usted—le rodearon alejándolo del lugar de la batalla.
Qué quieren ahora!? —le habían llevado lejos, en sus misiones solían llevárselo, no faltaba para que empezaran a sospechar los altos mandos de la orden—…idiotas, cuál es el mensaje? —todos los akumas tomaron formas humanas, entre ellos una mujer que le toco el vientre sin pudor alguno—qué demonios!? —le alejo rápidamente empujándola al suelo.
Yuu-sama…—lloro, asiéndole una venita al samurái, detestaba que le llamaran así.
Soy Kan-da, entienden? “Kanda” —como Tykki le llamaba así, todos le decían de la misma manera, debía regresar pronto, tampoco es que quisiera que se murieran los otros dos, además no vio salir a Lavi de la laguna—Qué quieres!?? —volvió a tocar su abdomen a riesgo de volver a ser golpeada.
Ver cómo va con su embarazo…el amo Tykki nos mando a revisarlo—Kanda se quedo de piedra al escucharlos, sin moverse, permitiendo que esa “mujer” se concentrara totalmente en su tarea—cuanto lleva? Un mes y medio? —pregunto poniéndose de pie.
Qué? —varios recuerdos llegaban a su mente “se lo pondrás?”, “por el bien de los dos” ,”tus síntomas no son normales” —qué es lo que dicen? —se sentó, no podría ser cierto, el no podría estar.
Yuu-chan!!!! —derribaron unos árboles cerca de donde estaba—contesta Yuu!!! —miro como uno de los akuma se levantaba para dirigirse a el pelirrojo.
Kanda-sama! —los elimino rápidamente, excluyendo a una—por qué hizo eso!?...Kan-Kanda-sama—se cayó y empezó a retroceder, a pesar de querer defenderse les tenían prohibido tocar al japonés, si llevaba un nuevo Noé dentro de sí, serían más que torturados si lo dañaban.
Dile Tykki Mikk que se vote a la mierda!!! Qué si quiere hacer putas bromas que se valla con sus hermanos!!! —le corto un brazo y la dejo escapar—esto solo es una broma…una pésima broma…—camino cubierto de sangre ajena en dirección a los otros exorcistas.
Kanda!! —un albino le grito de lejos—estas bien!? —se acerco corriendo, a diferencia suya, que solo aparentaba estar herido, el estado del quinceañero si era real, tuvo suerte de librarse de tantos akumas que apenas si pudo tomar un respiro.
Moyashi donde están los otros? —pregunto ignorándolo, si se preocupaba solo por Lavi le empezarían interrogar, por eso debía encontrar a Lenalee también.
Lavi y Lenalee te están buscando, deben estar cerca, los escuche hace poco—Kanda subió a lo alto de un árbol, debía encontrarlos para regresar a la orden, le haría caso a Lavi y se revisaría, no era normal después de todo y ese juego del Noé no le pareció nada divertido.
Yuu-chan!! —le gritaron—me alegra que te encuentre bien! —bajo rápidamente del árbol, no le habían dañado, no tan gravemente por lo menos—siento haberte dejado, te lastimaron? —lo miro feo, por su culpa Lenalee y Allen le miraban espantados, como era que se llevaban tan bien, y desde cuanto?.
No, estoy bien—se alejo hacia los otros dos—…les falta entrenar—paso a lado de los menores, pero bien sabía que el no había salido mal por “inmunidad” y les había pedido que no molestaran a Lavi, claro, después los mato, si se enteraban que ayudaba a un exorcista traería consecuencias.
BaKanda!!!cuando vas a dejar de ser tan arrogante!? — dijo Allen poniéndose enfrente.
Tenemos que buscar un hotel—Kanda estiro la mano sintiendo las gotas en su palma, tenía un extraño pensamiento, un deseo que ya no podía negarse más—tengo muchísima sed—su lengua toco su mano lamiendo las gotas mientras mandaba una mirada llena de sentimiento a cierto pelirrojo.
Lavi…—se sentó en la cama de la habitación del pelirrojo, se sentía nostálgico, extrañaba su relación con el pelirrojo, la verdadera, la que él había aceptado sin pensárselo mucho, extrañaba al pelirrojo experimentado que siempre se quería propasar con él, su ridícula y oculta relación, que si algún día uno de los dos llegaba a morir, sus recuerdos serían lo único que tendrían.
Yuu-chan…te sientes bien? — se sentó a su lado, tenía tantas ganas de tenerlo a su lado, no solo abrazarlo, como se había extralimitado en los días con él, se había prohibido a si mismo intentar algo con el chico que lo traía loco, aun si cada noche tuviera que quedar con los labios morados por el frio de la ducha al intentar bajar sus hormonas —…por qué me pediste…dormir conmigo? —pregunto quedito, sus brazo estaba alrededor de los hombros de Yuu, se había quedado despierto hasta altas horas de la noche imaginando porque a Kanda no le había sucedido nada en la batalla, pero no podía evitar imaginar que Yuu intentaba que pasara algo más entre ellos, ir a esas horas a su habitación con solo su yukata y su cabello suelto, además de la mirada brillante que le había lanzado en el bosque, quería pensar que por fin se arreglarían sus problemas.
Ámame…— su vista estaba en el suelo, no podía enfrentar la mirada del precioso zafiro que Lavi tenía en el rostro, le gustaba, le quería, jamás había sentido eso por alguien, había sentido amor por una persona sí, pero no era lo mismo, por Lavi sentía, ¿qué sentía?, deseaba verlo sonreír, verlo jugar haciéndole bromas a los demás, verlo feliz, pero más que eso, y aun si sonaba egoísta quería sentirlo, abrazándolo, besándolo…tocándolo.
Yuu…—no se alejaba, eso iba mal, su temperatura empezaba a subir, ya una vez iba a cometer ese error, no era capaz de controlarse, se terminaría odiando si algo le pasaba al samurái por su culpa—…yo siempre te he amado—estaban cerca, sus labios fríos por salir de la bañera tocaron el lóbulo del japonés, vio como la piel de el nipón se erizaba al sentir el frio—…y siempre te amare—lo volteo delicadamente para quedar frente a frente, lo quería tanto, siempre lo había hecho, era al único que podía amar, y eso no era malo, le agradaba solo pertenecerle a él, no se complicaba la vida en tomar decisiones, su corazón era de Yuu Kanda, su amante más querido y de nadie más.
Siempre me amaras? —sintió un escalofrió, le daba miedo pensar que le abandonara, pero solo una vez, solo esa ocasión quería ser un humano normal, sin experimentos, sin terceros exorcistas, sin Noés, solo un muchacho con su novio pasando un lindo momento—a pesar de todo…siempre me querrás? —busco sus labios con las yemas de los dedos su calidez estaba casi ausente, ese cabello rojo que daba la ilusión de fuego le faltaba algo, lo notaba, todo su cuerpo estaba helado, su suéter y bóxers apenas lo cubrían, además estaba húmedo.
Mi amor…—Lavi sintió las manos del samurái enredarse en su cabello—si—le sonrió como antes, confiado de sus palabras, Kanda se estaba portando muy dulcemente, como si quisiera— no tienes de que disculparte—el nipón sonrió, era sorprendente como se conocían.
Lavi—tomo sus manos, igual que toda su piel, frías—te amo—abrió un poco su suéter recorriéndolo con las palmas, el no era muy cálido, pero seguro y podría prestarle algo de si mismo para elevar un poco su temperatura—estas muy frio…—lo abrazo tocando su espalda firme, como le gustaba su piel, blanca y brillante a la vez—…por qué? —Lavi lo había rodeado acariciando su cabello largo, sabía que al pelirrojo le gustaba acariciarlo, era una de sus manías.
Por una tontería—rio un poco, Kanda era tan amable, acaso se había reivindicado, quería volver, en ese momento solo pensaba en lo mucho que le gustaría dormir con Yuu, sin ninguna intención oculta, nada detrás—espera…—abrió sus ojos sorprendidos, Yuu le había dicho que—me amas? —no podía creerlo, Kanda siempre le evadía, se había resignado a ser el único enamorado de esa relación pero.
Si, baka usagi…—se separo un poco, “solo pido una vez, solo pido poder hacerlo feliz esta noche, solo quiero entregarme a él plenamente, solo una vez, Dios permíteme ser feliz solo unos instantes, te lo ruego” —te amo más que a nadie y quiero demostrártelo…