Con el paso del tiempo y las visitas de sus amigos el miedo paso pero ese sentimiento de necesitar a Kaiba a su lado no se fue y siempre lo esperaba después del trabajo y Seto como un esposo fiel iba todos los dias a verle y con tan solo eso Joey era feliz hasta que Seto le dio el feroz ultimátum-Te casaras conmigo o te dejare-.
Joey quedó sin palabras pues la ternura de Kaiba era escasa en esos momentos ya que el monstruo verde (celos) se había adueñado de su corazón por la cercanía de otros a Wheeler.
-Seto ¿Por qué haces esto?-preguntó el rubio.
-Porque te quiero conmigo claro esta-dijo el castaño tranquilamente pero con una ceja levantada.
-Pero si yo estoy….-trato de defenderse el rubio.
-En una de mis casas pero no es lo mismo-dijo el de ojos azules.
-Pero dirán que….-dijo compungido Joey pensando lo que las malas lenguas dirían.
-¿Y eso te importa?-le pregunto Kaiba altivo.
-No quiero que se enteren-dijo el rubio.-No quiero que nadie mas lo sepa.Lo averiguaran y eso no debo permitirlo.El escandalo-añadió nervioso hasta que sintio los brazos del otro y el mismo se abrazó al castaño.
-Yo te protegeré-dijo el otro como esas raras veces que gentiles palabras escapaban de su boca sintio la calidez apoderarse de su ser porque el otro estaba entre sus brazos dispuesto a ser protegido por el.
-No-dijo claramente el rubio tomando por sorpresa al ojos azules.
-Lo….lo siento….no puedo-dijo el de ojos mieles antes de salir corriendo del lugar.
Seto salio de la casa dispuesto a correr tras el pero vio su auto personal que el habia dejado a la entrada cuando llego y al rubio correr por la carretera asi que decidio perseguirlo en su auto pues el otro corría como desesperado.
Abriendo la puerta del auto el castaño pensó*¡Que tontería!¡Acaso no sabe que es peligroso…….podría pasarle algo!*
FFFFFFFFFFFrrrrrrrrrrrrrrrffffffffffffrrrrrrrrr.
Una fuerte bocina de camión resono en la boscosa costa del balneario esclusivo.
Era de noche por lo que el chofer vio tarde al rubio que por las lagrimas que emitian sus ojos reaccionaría a destiempo con miras al desastre.
Un camión de doce toneladas.Una carretera oscura.Y un joven delgado reunieron sus destinos para ocasionar un gran golpe al CEO de ojos azules.
-¡Seto!¡Seto!-grito el rubio y el castaño abrió los ojos para verlo ante el y lo miro agarrandole por los hombros.
-Seto¿Qué te sucede?-pregunto el rubio con preocupación.
-¿Qué….?-dijo este estaba confundido hasta que vio donde estaban.Era la cama de esa casa con la que ahora comprendía que había soñado.
-¿Seto?-pregunto el de ojos mieles aun preocupado.
-No es nada.Solo ha sido un mal sueño-dijo el castaño.
-Gritaste mi nombre-dijo Joey aun preocupado.
-¿Lo hice?-pregunto Kaiba fingiendo no entender el porque.
Wheeler asintió-Lo hiciste.Dos veces-dijo.
-No importa.Como te dije solo fue un mal sueño-dijo el de ojos azules.
-¿Me mori en ese sueño cierto?-pregunto el de ojos mieles y Seto lo miro.¿Como podía haberlo sabido?
-¿Y bien?-pregunto el rubio con ojos grandes.
-¿Y bien que?-pregunto el castaño algo molesto por la insistencia de la pregunta.
-¿Me morí?-pregunto Wheeler.
-¿Por qué quieres saberlo?-pregunto Kaiba intrigado.
-Porque creo que eso demostraría que me amas-dijo el rubio sonrojado y con la cabeza sobre el pecho de Seto.
-Explicame eso-le exigió el castaño.
-La forma en que gritaste mi nombre.Si es esa la forma en que lo dirías yo….-explicó el rubio y sintió la calida mano de Seto levantandole el rostro y un dulce beso toco sus labios al separarse de Seto sus ojos estaban entrecerrados.
-Espero te guste la respuesta ya que no la repetire.Si , lo hiciste y no dejare que eso vuelva a pasar ¿Lo entiendes?-dijo el CEO para volver a besarlo y todo el ardor del querer dio inicio a una frenetica serie de besos.
Seto necesitaba estar con el rubio después de la espantosa pesadilla.
Y pensar…..pensar que pudo haber pasado…..porque el planeaba hacerlo suyo pero así Kaiba comprendio que tendría que darle mas tiempo a ese pajaro herido para curarse.
El cuerpo de Joey le recibio como el hogar que ahora era y su deseo aumento con cada gemido con cada roce de piel, con el aroma intenso y suave que despedía el otro cuando hacían el amor y sus bocas se unieron para sofocar el ultimo gemido de extasis.