Disclaimer: Los personajes de Naruto no me pertenecen, sino a su autor Kishimoto-sama, este fic lo hice solo y únicamente como diversión.
Parejas: SasuxNaru y otros.
Aclaraciones y Advertencia: Este fic está ambientado en los juegos de calabozos y dragones y contiene: fantasía, yaoi, lemon y AU.
Beta: Usarechan
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Capítulo 5.- Laberinto II
Las cloacas eran una maraña de túneles que bien podrían llevar a un callejón sin salida o una caída mortal. La oscuridad sólo era rota por pobres y sucios rayos de luz que se colaban por los accesos que había en las calles para permitir la entrada al agua y basura del poblado.
Las innumerables bóvedas y los estrechos pasillos hacían del lugar un perfecto escondite para muchos tipos de alimañas.
Entre las penumbras eternas. Sólo los ojos de los elfos eran capaces de ver lo que el velo oscuro guardaba con recelo. Asteria iba delante, tras ella Sasuke y Naruto en medio de ambos. Tanto el druida como el hechicero había tenido la idea de crear bolas de fuego que iluminaban el camino pero la descartaron ya que los gases encerrados en ese lugar podrían llegar a ser peligrosos.
— ¿Qué sucede? —cuestionó Naruto cuando su amiga paró en seco.
—El camino se divide dos metros más adelante en tres.
— ¿Cuál debemos tomar? —preguntó Sasuke. Asteria agudizó sus sentidos. El camino de la izquierda conducía a una cascada; podía escuchar claramente el agua y por el ruido que ésta hacía, sabía que debía tener por lo menos unos diez metros. La del medio no tenía salida por lo que sólo quedaba la de la derecha.
Por otro lado, Gaara y Radakisha había llegado hasta una cámara. La luz se filtraba en ese lugar con mayor facilidad que el resto de los sitios que tuvieron que atravesar. Aún así, la oscuridad gobernaba casi todo.
La paladín escuchó un sonido proveniente de las sombras, como el sonido de ratas, unas de gran tamaño. Llevó su mano a la empuñadura, cerrando sus dedos en ella, llamando la atención del hechicero.
— ¿Qué sucede? —como respuesta, ella sacó su espada señalando al frente.
—No estamos solos —Gaara pudo distinguir entre las sombras unos ojos tan rojos y brillantes como carbones encendidos.
—Tal parece que ese trío no estaba mintiendo —comentó la elfa poniéndose en posición de pelea.
Gaara creó una esfera de luz que lanzó al techo donde estalló arrancando el velo de tinieblas y revelando a las horrendas criaturas. Un espantoso chillido resonó por todos los rincones saliendo a la superficie como un llanto fantasmal.
— ¿Qué fue eso? —habló Sai sintiendo como todo su cuerpo se tensaba y los bellos de su piel se erizaban por causa de ese sonido de ultratumba.
—Fue cerca de aquí —les dijo Nataniel echando a correr, seguido por sus dos compañeros.
También Sasuke y los dos habitantes de Brozelandia corrieron pues Asteria había escuchado la voz de Radakisha y Gaara muy cerca de ahí. La amazona sospechaba que esos dos iban a necesitar mucha ayuda.
Ambos equipos llegaron justo en el momento en que la pelea se desató con esas horrendas criaturas que parecían salidas del mismo infierno.
Eran alrededor de una veintena cuando llegaron pero iban aumentando con forme el chillido seguía, hasta que llegaron a ser mas de cien.
— ¡Cuidado! —Asteria le cortó la cabeza a una de las criaturas que habían intentado atacar al rubio. Naruto chasqueó la lengua. Cerró los ojos y se centró en crear tres esferas de fuego que comenzaron a girar a su alrededor con una enorme velocidad. Una de ellas salió disparada contra un grupo de cinco que atacaba a Sai.
—Gracias hermosura —le dijo el ladrón guiñándole un ojo ocasionando un ligero sonrojo en el druida que por poco pierde la concentración.
Por su parte, Nataniel y Gandalf hacían lo propio. El bardo luchaba cuerpo a cuerpo, mientras que el nigromante usaba los cadáveres para atacar ocasionando una gran confusión entre las criaturas que comenzaron a atacarse entre sí al no poder diferenciar entre vivos y muertos.
La encarnizada pelea terminó poco después con la caída del más grande. Con la calma restaurada, el grupo pudo percatarse que una de esas cosas era la misma que habían encontrado en la posada.
—Con esto. La guardia no tendrá más remedio que dejar en libertad al zorro —dijo Gaara una vez recuperó el aliento.
—Y por Elona que cumpliremos nuestra promesa —sentenció Asteria con seriedad.
Naruto era consciente –al igual que su amiga –, que llevar a unos fuereños a los territorios de Brozelandia podría llegar a ser peligroso e incluso podrían recibir un castigo ejemplar. En el caso de Asteria, podría llegar a significar una muerte sin honor y aun así, ella…
Salieron de las cloacas. Marcharon rumbo a la alcaldía cargando con el cuerpo del verdadero asesino.
Como fue pactado Kyuubi quedó en libertad y el alcalde les dio a todos la medalla a la valentía, el más grande honor en ese poblado. Se les dio doscientas piezas de oro a cada uno, además de regresarles las armas.
Esa noche se ofreció un gran banquete en el que todo el pueblo participó para honrar a sus nuevos héroes. Él único que no celebraba era Sasuke, quien se había refugiado en las sombras, ocultándose de la gente y de sus compañeros. Desde su lugar podía ver como Naruto hablaba tan animadamente con el hechicero de la extinta orden de la foca.
—A mí tampoco me agrada —Asteria había aparecido tan de repente que lo sobresaltó —. Si tuviera que elegir entre cualquiera de ustedes para permanecer al lado de Naruto y mío… —hizo una pausa. Frunció el ceño al visualizar a Sai, Nataniel y Gandalf tratando de impresionar al hechicero y al druida —te elegiría a ti sin dudar.
Sasuke levantó una ceja interrogante, ¿Cómo es que esa amazona podía confiar en él así de fácil? Como si ella estuviera escuchando sus pensamientos dijo: “no soy humana y aunque Naruto lo sea, no piensa como uno”. Después dio media vuelta y se marchó dejando a Sasuke con más preguntas que respuestas.
¿En qué pensaba esa elfa lunática?
Continuará…