-¿Qué haces tu aquí?-preguntó Fye mientras el otro fruncía el ceño.
-Tu eres el que esta fuera de lugar aquí-le dijo el otro mientras intentaba atacarlo con sus garras pero cuando estas estaban a punto de hundirse en el bello rostro del sorprendido rubio
la katana de Kurogane alejo el peligro de él y Kamui salto hacia atrás mientras el moreno se interponía entre el del ojo azul y el otro vampiro.
-Es hora de que te vayas niño vampiro antes de que me enfade contigo-amenazo el de ojos carmesí.
-Tu no eres nadie para amenazarme.Dile que se vaya.Solo eso debes saber y vete con el.Todos estamos en peligro-le dijo Kamui.
-¿Y para que le atacaste?-pregunto el otro moreno.
-La magia de su ojo podría serme útil pero no puedo perder mas tiempo con ustedes.El cazavampiros ha llegado-respondió antes de saltar por la ventana.
Kurogane se preocupo y tomo por el brazo a Fye que no entendia realmente lo que sucedía.
De inmediato Kurogane lo llevo a un auto del cual había aprendido a grandes rasgos su funcionamiento y emprendió la huída.
-Pero los demás-dijo Fye confundido y alterado.
-Los demás estarán bien.Tu eres al que quiere-le dijo Kurogane y el rubio lo miro detenidamente.Parecía preocupado por el.
Lo que Kuro no sabía era que la gasolina se acababa y así fue como terminaron en medio de la nada con un tanque vacío y mucho calor.
-Eto…Kurororo…no quiero criticar… ¿Pero no debiste informarte mejor de cómo funcionan estos carruajes?-pregunto el rubio.
-No me pongas nombres.Te lo advertí antes-dijo frustrado el moreno porque el coche no funcionaba el elemento de huída y no entendía porque.
-Es que…-dijo el rubio y lo miro justo cuando el otro volteaba.Se sonrojó al ver sus ojos y volteando su vista para otro lado expresó-Sumimasen.No debo quejarme.Me trajiste buscando protegerme.Arigatou go sai masu-no alcanzó a terminar cuando sintió la cercanía y la mirada penetrante del otro.
Sin atreverse a mirarlo le preguntó-¿Qué haces Kuro…?-no alcanzó a terminar.Su rostro fue volteado por una mano fuerte y sus labios arrebatados por los del otro.La mano se deslizó por su cuello,hombros, brazo, cintura y muslos y un jadeo escapó de la boca del rubio.
-¿Por qué rayos este cuerpo me hace sentir deseos que nunca antes había sentido por nadie?-se pregunto el moreno mientras su mano tocaba la parte de atrás de la rodilla del rubio y la levantaba mientras su cuerpo se colocaba en el espacio abierto entre las piernas del otro.
Fye se arqueó al sentir el cuerpo del otro interponerse entre sus piernas y otro jadeo escapó de sus labios mientras se ponía todo rojo y se agarraba fuerte de la ropa del otro.
-Por favor.Aquí…no.No … quiero … ser … tuyo…ah … aquí-dijo entrecortadamente el ojoazul.
-Eso quiere decir que si quieres ser mío pero no aquí-murmuro al oído del rubio el de ojos rojos con voz ronca mientras sus manos se colaban entre los pantalones y las nalgas del otro que se arqueó mas cuando el las empujo hacia sí.
Fey se3 supo perdido cuando su cuerpo no pudo articular palabra y en vez de eso se frotó contra el fuerte abdomen del pelinegro que se sonrojo por tal contacto.
-Me estas enloqueciendo-dijo Kuro con voz mas ronca mientras se arqueaba.Sentía que se iba a fundir por el calor que lo estaba invadiendo.
Lo deseaba.
Lo deseaba ahora.
Y sin mas … Fey dijo-Hazme tuyo Kuro … ga… ne senpai-.Mientras su mano bajo hasta la barriga del otro con una velocidad tan lenta que Kurogane la atrapó por desesperarlo y mordió con lascivia esa exquisita muñeca haciendo gemir al rubio ante el extasis de tal visión y sensación.
Luego las manos del moreno se dirigieron al pantalón y lo jalaron con impaciencia exponiendo el cuerpo del rubio que para esa altura se moría por ser suyo.
Su mano fue lo primero que sintió y luego de unos momentos de placer separo su boca para pedirle-Te quiero a ti dentro de mi-y el moreno dejo su mano caer para levantar las caderas del otro mientras preguntaba-¿Ahora?-y ante el asentimiento del otro entro de una embestida.
Los labios de Fye se separaron de los suyos cuando se arqueó y jadeó pero los de Kurogane le dieron caza y se deleitaron con su sabor y sedosidad.Parecían jugosos tomates listos para ser exprimidos por sus voraces labios.
Sus manos marcaron las cadencias de las caderas de el con ferocidad y lujuria mas no con brutalidad y los dos llegaron a un gemido único en la boca del otro.