Capitulo:
Lavi…despierta…—el pelirrojo se acomodaba sin querer ser despertado, no recordaba la última vez que había descansado tan plácidamente en un lugar cómodo, no quería ni siquiera abrir los ojos—tsk…valla holgazán que eres…—en cuanto escucho ese chasquido supo de inmediato de quien se trataba, despertando rápidamente, había pasado la noche entera con Kanda, una tranquila y reconfortante noche.
Yuu!! —lo abrazo sin pensarlo, jalando contra sí, pero sintió extraño cuando la panza del pelilargo rozo contra si, era natural, pero estaba acostumbrado al cuerpo esbelto de Kanda, no era que se notara tanto, pero como era el único que le tocaba de otra forma podía percibirlo más claramente—qué sucede? —se sentía apenado, era muy extraño, desde que se volvieron a ver, se sentía avergonzado cada que se expresaba, decirle “te quiero” resultaba difícil y se ponía tan rojo como su cabello.
Mira…—el nipón tomo la mano de Lavi dirigiéndola a su vientre, acomodándola en un punto en especial, este se quedo anonado pero igual no dijo nada, se dejo hacer sonriendo por estar de esa forma, nunca en toda su vida se sentía “abochornado”, andar con Kanda le había cambiado bastante, para bien.
Huh? —separo un poco su mano impresionado pero Yuu la tomo acercándolo nuevamente, se había movido algo dentro del japonés, se quedo quieto, pero sentía a necesidad de separarse, no le gustaba esa sensación, que Kanda tuviera otro ser dentro de sí le provocaba sentimientos nuevos, no precisamente saludables, le parecía desagradable, pero seguramente para Yuu era algo bueno, por eso se lo mostraba.
El japonés beso a Lavi soltando su mano, este lo dejó despacio, si Kanda se enteraba de lo que sentía en esos momentos no sabría qué contestarle, le disgustaba saber que Yuu tenía un bebe, no el hecho de fuera “madre”, pero…sentía envidia—le gustas…— ese niño estaba con Kanda todo el tiempo, incluso lo supero, pues cuando empezaron su relación solo duraron estables dos meses antes de que todos los problemas comenzaran, dejándolo a él de lado, ese niño tendría toda la atención del samurái sin si quiera haberse esforzado por ella—cuando nazca le daré el poncho que me regalaste—Kanda tomaba una bata y se dirigía a lo que seguramente era el cuarto de baño.
He? Que poncho? —que él recordara no le había dado ningún obsequio a su novio, haciéndolo sentir un poco torpe al darse cuenta de ello, en todo lo que llevaban juntos no se habían regalado absolutamente nada, comían juntos, paseaban juntos, dormían juntos, pero nunca le dio nada, aunque tampoco haba recibido algo.
No lo recuerdas?... —el estaba perfectamente consciente de ese detalle, fue la primera vez que vio a Lavi, aunque pequeño e inocente, de una forma tan compasiva y dulce, el normalmente era “guay”, un chico fuerte que le gustaba comer carne asada y cosas supuestamente varoniles, pero cuando le regalo esa prenda se sintió muy feliz, Lavi y él nunca se molestaron en pensar en tecnicismos como un regalo, pero cuando se lo dio se sintió sumamente feliz—…eras tú, no tiene caso que lo ocultes…—esa vez fue muy extraño, cuando se dirigió a la puerta de Road, aparecieron varios “Lavis”, al principio pensó que era una ilusión, pero conforme pasaba, ellos lo miraban sonrientes, de un modo que no entendió le aseguraron ser Lavi sin siquiera dirigirle la palabra , pero no tuvo tiempo de cuestionar, estaba preocupado por él y lo que estaría pasando con la niña Noé, cuando lo encontró, estaba con una herida en el pecho con su mugen robada, después de acabar con ella, vio a un Lavi pequeño, por el cual se sintió sumamente fascinado, sin pensarlo ya lo tenía en sus brazos, arrullándolo para dormirlo—ese…—señalo a un estante que mostraba el pedazo de tela verde del poncho.
…donde lo encontraste!?—que él recordara lo había perdido, y tenía una memoria sobrenatural, no se podía equivocar, esa fue la vestimenta de uno de los primeros viajes que tuvo como bookman, la utilizo en varias ocasiones más, le encantaba utilizarlo, le brindaba un calor especial.
Tsk…no me importa lo que digas no te lo voy a devolver! —le azoto la puerta del baño, dejándolo con la palabra en la boca, en serio no sabía cuando se lo había dado, no se lo quitaría, pero no tenía la menor de idea de cómo había sucedido, ahora Kanda estaba molesto con él y todo por culpa de no recordar.
El pelirrojo se volvió a tirar en la cama, necesitaba aclarar muchas cosas, estaba empezando a dudar de ser el mismo, era obvio que él se lo había regalado, nadie más pudo haberlo hecho, también debía de aprender a comportarse con “el bebe”, averiguar quién era exactamente Alma Karma y para colmo cumplir con su deber de exorcista y bookman—ahh…es mucho trabajo…—se quejo llevándose las manos a su cara, ni siquiera sabía por dónde empezar.
Lavi?… —levanto la cabeza escuchando unos toques suaves en la puerta—…puedo entrar? —era la voz de Allen, seguramente ya era bastante tarde, en cuanto se alistara debía de comenzar a preparase para lo que fuera a suceder.
Pasa! —se sentó sin dejar su lugar en la cama, vio al albino entrar recibiéndolo con una sonrisa, este le mostro una cara un tanto curiosa, mezcla de vergüenza, enojo y desconcierto—Qué te sucede Allen? —vio como cerraba los ojos y se pasaba derecho a una silla sin siquiera mirarlo.
No podrías arreglar tu cuarto…—dijo mirando toda la ropa regada en el suelo, sinceramente no estaba tan sucio, pero igual le confirmaba lo que todos sabían que ocurriría en la noche—…por lo menos ponte algo—Lavi solo estaba cubierto por la sabana hasta la cintura, y esta estaba resbalando, mostrando su cuerpo desnudo al chico que acaba de entrar.
Ni que no me hubieras visto antes…—Kanda escucho sin querer antes de abrir la puerta de baño, la regadera aun estaba abierta, pero salió a tomar el jabón que se le había olvidado, apretó un poco los puños, no quiso escuchar lo demás, seguramente estaba exagerando, pero no pudo evitar sentirse celoso de Allen.
Pero no es lo mismo! —le contesto el albino, muchas veces los baños de la orden tenían más de una persona y a Lavi le encantaba andar haciendo bromas cuando estaban todos allí, pero de eso, a verlo después de “eso”, no era igual.
Todavía estas niño…—el pelirrojo se rio, burlándose de él, siempre que Allen intentaba parecer maduro su edad lo delataba—…que sucede? —pregunto viendo el rostro serio del peliblanco, eran amigos y se llevaban de maravilla, pero no era excusa para evadir las responsabilidades que cada uno tenía.
Supongo que Kanda todavía no te lo ha dicho—suspiro mostrándose prudente con cada palabra, lo más seguro es que ni siquiera hubieran conversado un poco y todos lo habían aceptado, pero el plan de Kanda para salvar a Alma Karma eran riesgosos y con ciertas circunstancias que muchos no querían aceptar, pero que se vieron obligados a aceptar—se va a entregar a la orden como prisionero—Lavi se levanto rápidamente, apenas y se habían reunido y ya se iban a separar.
Mierda ponte algo!! —Allen se levanto arrojándole sus pantalones, a él le gustaban las chicas y en todo caso de que no, jamás escogería a alguien como Lavi, le parecía demasiado masculino, si tuviera que elegir sería a alguien como a Kanda con rasgos finos y delicados, pero nunca se lo diría a Lavi, corría el riesgo de enfurecerlo, y ahora que era más expresivo se veía a kilómetros lo celoso que era.
Si ya terminaron de chismear las señoritas…—Kanda salía con tan solo una bata que le llegaba arriba de las orillas, con su cabello suelto y con gotas de agua todavía escurriéndole, Lavi estaba de espaldas, pero vio como Allen se había puesto completamente rojo y con cara de embobado después de escuchar la voz de su novio—…quisiera contarles los detalles en el comedor—se dio la vuelta en busca de su propia ropa, no estaba seguro de querer verlos juntos, si el pelirrojo lo cortaba estaría demasiado triste, pero ya no podía poner objeción para lo que Lavi decidiera.
Nhn? —Lavi volteo a donde Allen miraba, sonrojándose también, Yuu se veía realmente hermoso, la luz de la ventana daba justo sobre él, enseñando su semidesnudo cuerpo y su rostro con rubor en las mejillas por el baño caliente, deslizándose las gotas de agua sensualmente por su cuello y piernas—sal de aquí inmediatamente Allen!! —ordeno después de ver como Allen casi babeaba por ver a Yuu de esa manera.
No te molesto cuando te vi a ti desnudo—dijo Allen con una sonrisa perversa en su rostro, típica de su lado oscuro, la verdad Kanda era de muy buen ver, y el albino no era precisamente el más inocente después de pasar tanto tiempo a lado del general Cross, disfrutaba de jugarle bromas al pelirrojo, y en ese momento estaba una situación perfecta.
Qué dijiste mocoso? —Kanda le contesto sujetando a mugen para correrlo de su habitación, no tenía la menor idea de que el albino fuera pervertido, y aparte no le gustaba que Lavi le mostrara ese tipo de espectáculos, siendo él el que se encontraba sin ninguna prenda encima.
Nada Kanda nada!! —se fue rápidamente asustado por la amenazante mirada del japonés, el no podría defenderse contra alguien embarazado, y seguramente terminaría igual de apaleado que el día anterior, pero no pudo irse sin antes jugar con ellos un poco—solo que te verías mejor sin esa bata cubriéndote—cerró la puerta y escucho como algo se rompía del otro lado, echándose a correr por si cualquiera de los dos salía para matarlo.
Todos ya estaban reunidos en la mesa del comedor, milagrosamente Allen estaba intacto y con una enorme sonrisa en el rostro, pues se encontraba en medio de Link y Lenalee, quien le protegían de sus dos atacantes, habían esperado un poco más a que todos se arreglaran, no volverían a relajarse en una ducha en muchísimo tiempo, si Kanda quería ayuda, se la darían, por más extraño que resultara el plan, el japonés era bastante inteligente cuando se trataba de completar una misión, no por nada era uno de los mejores exorcistas, además tenía al genio de Bak apoyando el plan, asegurándose de que fuera lo menos peligroso posible.
Tsk…no les estoy pidiendo su ayuda—aclaro un poco fastidiado el pelilargo, se debía infiltrar a la orden para liberar a Alma, entre Bak y Link habían averiguado la ubicación de su amigo dentro de la organización de Leverrier, pero para llegar necesitaban entrar a la parte más vigilado de toda la zona, custodiada por los Crow, vigilantes mitad akuma al servicio de Leverrier, por fortuna para el, estaban casi a un lado de la prisión, solo tenía que dejarse capturar para llegar a su objetivo— simplemente no intervengan—su voz era dura y cortante, era muy en serio todo lo que decía, el mismo logro controlar a mugen después de un tiempo, con la ayuda de los poderes que ahora poseía escaparía con facilidad del cuartel, pero necesitaba que lo llevaran ellos, era todo, si se metían en la batalla corría el riesgo de dañar a Alma y eso nunca se lo permitiría.
Yuu!! nosotros te ayudaremos en lo que sea, no tienes porque sacarnos de tus planes, te protegeremos—Lavi se levanto molesto golpeando en la mesa, otra vez le estaba excluyendo y para colmo era para proteger a “Alma”, Yuu arriesgaba todo por el, desde que se entero de su existencia era evidente que Yuu le tenía un cariño mucho mayor a cualquier persona que hubiese conocido, ni todos los que estaban presentes en ese momento lograban rozar un poco la devoción que sentía por su “amigo”.
No estoy preguntándote nada, no quiero que me ayudes—estaba molesto, realmente molesto, se dio cuenta de que el pelirrojo estaba empezado a comprender mal su relación, creía que le pertenecía, cuando ni siquiera estaba cerca de parecerse a esa persona, su celos eran más que obvios, fingió ignorarlo para no pelear con Lavi, pero incluso parecía que su futuro hijo era su rival, lo quería, pero no tenía tiempo para llevar una relación como un adolecente idiota, siempre había sacrificios y estaba dispuesto a hacerlos—no nos estorbes! —le grito callándolo, todos, a regañadientes, habían aceptado el no interferir a menos que él se los pidiera, pero Lavi era demasiado terco—si por tus errores le sucede algo a Alma nunca te lo perdonare—el nipón se dio la vuelta para ir a prepararse y dejar todo bajo el conjuro de Link, esa casa se había vuelto importante, si todo salía como la planeaba regresaría a vivir en ella, con o sin Lavi.
Lavi no soporto escuchar lo último, esa persona, Alma, era el motivo de existencia de Yuu, cuando se conocieron hubo ocasiones en las que Kanda casi muere, Allen también lo escucho, “no puedo morir hasta encontrarla”, ella era por la que la que luchaba, por la accedió a establecer una alianza con los Noé, por la que siempre arriesgaba más de lo que podía dar, por la que se rebajo a servir a Tykki para no morir,…por la que vivía…—Yuu espera…—corrió detrás de él, no quiso que lo malinterpretara, solo debía concentrarse en ayudarlo, pero ya le era imposible mantenerse callado por más tiempo.
Qué es lo que quieres esta vez—pregunto el kendoka revisando sus lotos a la orilla del estanque, ya había tomado una decisión.
Yuu, lo siento, no quise obligarte a escoger…—en realidad no lo quiso, sabía que si lo obligaba a ello, el llevaba las de perder, como nunca se canso de repetírselo, no quería que Kanda le abandonara, era lo más preciado que tenía, si este le dejaba su vida se convertiría en un caos, perdería cualquier sentido que pudiera tener—se que tienes un deber…—agacho su cabeza, no quería saber nada que lo pudiera lastimar, ya era un hecho que a Kanda le importaba un carajo lo que le pasara a la orden, se vio amable al avisarles lo que iba a hacer.
Exacto Lavi! pero no es lo que tu piensas—se levanto todavía enfadado dándole la cara, era obvio lo que quería escuchar Lavi, siempre se lo dijo, no lo dejaría, pero hay momentos en que debes decidirte por algo, y el tena prioridades—mis deberes, son mis responsabilidades, yo no puedo abandonar así de fácil mi objetivo! —no dejaría a Alma ahora que por fin sabia donde estaba y tampoco a su bebe por estar con él.
Yo si abandone mi deber por ti!—le contesto de igual forma, no le parecía justo ser el último lugar después de todo lo que habían pasado juntos.
Pero no es lo mismo, tu puedes seguir con ello sin perder nada!! —le grito Kanda cerrando los ojos fuertemente, el tenía la obligación de proteger a dos vidas, incluso Lavi debía entender que no sacrificaría eso por permanecer a su lado—es mi obligación, no…es lo que yo quiero, debo permanecer con ellos—era duro pero sabía que llegará ese momento, Lavi le dejaría si no lo elegía.
Yuu no quiero que me dejes…—no le estaba obligando a escoger, pero parecía que ya lo había hecho, el rostro de Yuu tenía los ojos con lagrimas a punto de caer—solo quiero que seamos felices—se acerco y lo abrazo sutilmente tratando de consolarlo.
Mi felicidad está contigo Lavi…—el japonés subió sus manos apretando los brazos de Lavi, este pensó que le correspondería pero lo alejo, limpiándose las dos lagrimas que habían escapado de sus ojos azul oscuro, le dio la espalda caminando lejos de él, emprender el viaje para salvar a Alma y poder escapar con su bebe—...pero si debo abandonarte para protegerlos, tu sabes a quien voy a elegir…