Seto se acostó y durmió esa noche en un sueño turbulento por varios motivos.
Soñó con los labios del rubio pronunciando el exotico nombre en la cama mientras el permanecia a su lado sentado en la cama y eso provocó que se acercara y besara sus labios con infinito deseo.
El cachorro medio dormido correspondió a su deseo y fue despertando a medida que Kaiba lo despojaba de su pijama y sus manos acariciaban su piel.
Pronunció una y otra vez el extraño nombre con infinito deseo y cosa extraña Kaiba no sintió celos del extraño nombre como si ese fuera el suyo.
Sintió el cuerpo desnudo entre sus brazos mientras su pierna se colaba entre las de él provocando un sonoro gemido.
Seto disfrutaba de ese sonido con sus ojos cerrados pero al abrir los ojos y mirarlo se sobresaltó al ver que al rubio le había crecido el pelo y ahora tenía una hermosa melena rubia y larga.
Se separó un poco aunque esa imagen de algún modo se le antojaba algo ya visto.
Pero los ojos del otro le impactaron, mas vien esos ojos azules intensos como los suyos.
-¿Por qué?-preguntó el rubio mientras de su boca comenzaba a salir sangre y vio como el rubio miraba entre sus cuerpos.
Miro.
El ,no sabía como, sostenía ahora la empuñadura de una espada clavada en el torso del rubio.Vio como la vida del otro escapaba de sus ojos y volteó a buscar ayuda.Se levantó de la cama y todo el lugar cambió como por acto de magia.
Oyó voces y vio que estaba rodeado por raras criaturas aladas con forma humana que rugían diciendo-Vos.Traidor.Le habeis matado-.
Se sentía enjuiciado.
Trató de decirles a esos idiotas que el no tenía esa espada, que no sabía como había llegado a la cama tal cosa pero su voz no salió.
Trató de nuevo y entonces comenzo a elevarse al cielo.
Vio la sombra a sus pies.
Vio en ella alas y sintio su aleteo.
Miro a su espalda y ahí estaban dos alas negras.
Los demás, de alas blancas se arracimaron a su alrededor y empezaron a decir a gritos-Vuestro castigo.El regresará pero os será arrebatado.Por siempre-.Despertó con el sudor en el rostro y esas atroces escenas en la mente.
“Os será arrebatado”.
Algo lo obligó a ir a la habitación del rubio.
La ventana estaba abierta y la cama vacía.
Noche de luna nueva, la luna oscura.
Despertó a sus sirvientes y casi mata a los guardias cuando le informaron que el perro no estaba en la mansión.
“Os será arrebatado”.
Algo frío bajo por su espalda.
El cielo despacio se fue cubriendo de nubes negras.
Algo malo se acercaba y Seto Kaiba por primera vez en su vida sintió miedo.
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Joey despertó de a poco.Le dolian las manos, mas bien las muñecas.
-¿Qué rayos?-se quejó y entonces se dio cuenta que estaba colgado de sus manos.
Abrió sus ojos y se vio en un sitio blanco con vidrios de colores que formaban cuadros.
-¿Qué es esto?-se preguntó.
Todo era de un prístino blanco salvo el suelo que era en negro también.Mármol.
El estaba colgado como a dos metros y medio del suelo de una soga que pendía de la alta bobeda adornada con imágenes de alados.
Debajo de él un hombre parado lo observaba con mucha atención.
Parecía estudiarlo con énfasis.
Sostenía una lanza con punta de metal.
-Oye.¿Que pasa aquí?¿Por que me haces esto?¿Es por Kaiba?Yo no soy amigo o pariente.No te dará dinero por mí-dijo el rubio.
El otro no respondió sino que le dijo-Lo lamento Alfion pero es necesario.Para conseguir gran poder se necesita sacrificar algo a cambio-.
-¿Sacrificio?¿De que ha…?-pero la voz del rubio calló para dar paso a un jadeo.
La punta estaba clavada en su estómago.
-No es suficiente-dijo el hombre y la clavó hasta que atravesó la espalda.
La cabeza del rubio calló para mirar el suelo.De su boca abierta cayeron unos hilillos de sangre y sobre el piso esa sangre se derramó y formó un pequeño lago.