Estaba tan confundido y enojado que perdió cuidado y de pronto se vio ante uno de sus mayores miedos.
--Creo que no me oiste al saludarte—dijo el otro extendiéndole una mano.
--No.Tienes razón.¿Donde tengo mis modales?—exclamó Joey justo antes de propinarle un sonoro golpe al hijo del socio de Kaiba.—Apartate de mi camino sucia rata o eso será una caricia en comparación a lo que te haré—amenazo Joey.
--¿Sabes que puedo hacer que Kaiba te heche de aquí por golpear a uno de los hijos de su socio?—le advirtió el moreno de ojos verdes.
--¡Intentalo!—dijo el rubio con una sonrisa triunfal en el rostro.
--Te sientes a salvo porque eres el amante de Kaiba pero yo no estaría tan seguro si fuera tu.A un pedido de mi padre…-dijo Carrigan.
--In-ten-ta-lo—silabeó el de ojos mieles antes de irse y dejarlo en el suelo.
No es que Joey esperara un trato preferencial de Seto Kaiba.Es que simplemente ya estaba harto de esa “sutil” amenaza repetida tantas veces.
--Como si el instituto fuera el Novel de Física.Algo que uno no quisiera soltar.Estaba harto de esa amenazita y si Kaiba intentaba seguir con su idea de mandarlo a otro colegio después de lo sucedido la noche anterior, pues mejor porque no quería tener nada que ver con ese inútil desgraciado,hijo de una mala madre.Aunque bueno…su madre no tenía culpa de haber tenido ese engendro del demonio.Maldita la hora que cayó en sus dominios.
Ibha tan distraído que no vio en lugar de un escalón para bajar la escalera del todo le quedaban tres y alargó el paso.
--¡CUIDADO!—grito un chico castaño que lo atrapó en el aire antes de que lograra darse contra el piso y que el rubio confundió por un momento con Kaiba por sus ojos azules y cabello marrón pero después de desconcentrarse en el azul profundo de sus ojos y antes de gritarle que le soltara vio que no se trataba del CEO.
--Gra… Gracias—balbuceó.
El otro sonrió, dijo “de nada” en contestación y siguió presuroso su camino.
--¿Quién es él?—preguntó a nadie en particular el rubio.
Una que pasaba miro lo que el miraba y respondió--¿El?Es el maestro Valon Yukishiro.¿Acaso no lo reconoces?—
>Yo no lo tengo—dijo el rubio mirando a la chica castaña.
--Por supuesto que no.El da a 6to grado.Y no creo que tu aún estes ahí¿no?—preguntó ella como si quisiera saber si era retrasado.
Joey Wheeler la miro un momento pensando que había cosas que un hombre no podía hacer.
Era el primer descanso y corrió como loco para no ser alcanzado por el CEO ni el loco ojiverde aunque estaba medio rengo, de nuevo.
Casi se lleva un poste por delante pero se detuvo a tiempo y se agacho para respirar profundo.
Miro la ventana a su lado y allí, incoherentemente le vio sentado con mil bulliciosos niños a su alrededor.Parecía corregir algo y decirle a los niños a la vez lo que hacía.Se veía algo molesto pero en ningún modo amenazador y Joey sonrió mirando la escena.
De pronto el otro sintiendose observado miro por la ventana y sus ojos se encontraron y lo miro con el ceño fruncido.
Al otro se le subieron los colores a la cabeza y frotandose la nuca pensó que lo mejor era no hacer tonterías así que a travez de la venjtana lo saludo con la mano.
El otro sin entender muy bien lo que pasaba, aun con su entrecejo arrugado correspondió.
Seto buscaba al muy escurridizo perro después de haberse enterado de lo sucedido.
Que el rubio hubiera golpeado a Carrigan tan espontáneamente explicaba la verdad de lo que antes habia mencionado.
El inglés le había molestado.
Lo vio parado ante una ventana en un sector solitario del patio y se dirigió hacia el sorprendido de pronto ante la actitud sonrojada del otro que por otra parte le dio dolor de estómago.
Luego vino el efusivo saludo a travez de la ventana y la sonrisa soñadora y nerviosa.
Joey volteó para encontrarse con el ceño fruncido de Kaiba.
--¿Kaiba?¿Que…?—preguntó el de ojos mieles para ver al castaño atisbar por la ventana y ver al maestro y los niños que continuaban con su labor.
--¿Conoces a alguien ahí?—pregunto el CEO.
--No te incumbe Kaiba—le espeto el rubio molesto mientras en el aula viendo que ya no le prestaban atención el castaño los vislumbraba por la ventana.
Era el dueño del instituto con el muchacho de mas temprano y parecían enojados.
¿El chico estaría en problemas?
¿Y que le importaba a el?
Volteó hacia su clase.El ya tenía demasiados problemas que solucionar.
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Llego a su hogar y la mesa estaba puesta pero nadie había en el apartamento.Como siempre May no lo esperaba.Le había dejado de seguro la comida en el microondas.
Dejo su portafolio en el rincon junto a la pequeña mesa que le servía de escritorio y luego se dirigió a la cocina donde si descansaba el plato con su cena en el aparato.La calentó sirviendose un vaso de limonada mientras esperaba y al sonido de la alarma del electrodoméstico saco el caliente plato y llevo ambas cosas a la mesa.
De seguro su cena recalentada era algo descongelado que su esposa había comprado en el supermercado.Cosa que daba a suponer la poca atención que le merecía.
Valon Yukishiro sabía que su matrimonio tenía los días contados.