Estaba tratando de no recordar pero esa discusión lo llevo a revivir a aquella ocasión una y otra ves los fantasmas de la memoria lo perseguían apuñalando su alma con ese sutil puñal llamado culpa que no por sutil dejaba de ser efectivo o era menos doloroso.
Estaba parado en medio de la eterna noche sin suelo bajo sus pies o eso creía el.
En la cama unos ojos atentos posaban su vista en la espigada figura que verá por la ventana apoyandose en el marco.
Fye cayo de rodillas victima de un gran dolor emocional.
Kurogane estuvo a punto de ir por el pero el ojo gatuno lo miro desde el otro lado de la habitación en que estaban.Ese ojo brillo de singular manera y una voz carrasposa le dijo muy bajo y amenazante—No te atrevas a acercarte—y sin mas saltó por la ventana.
Kurogane no se atrevía a dejarlo solo en las condiciones que lo viera un rato antes y salió tras el por el mismo lugar.
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Fye corría tanto como era capaz que era mucho gracias a sus habilidades adquiridas recientemente.
De pronto apareció ante el clon del castaño amigo de Sakura.
De nuevo.
Traía una bolsa en la mano y la escondió en su espalda al tiempo que sacaba su espada de su vaina.
--No se que piensas hacer con eso pero te detendré antes de que lo consigas—dijo el rubio y se lanzo contra el otro olvidando del todo que este aunque no era un vampiro era muy diestro con la filosa arma que se hundió en su carne sin ningún esfuerzo separando su brazo del resto del cuerpo y este volo varios metros para encontrarse con el tronco de un cercano arbol.
La siguiente estocada planeaba ser la final y Fye no trato de para el golpe que se acercaba a su cuello pero el ruido de metal se escuchó antes de que este tocara la nivea y frágil piel del cuello para ponerle fin al ataque.
Un pesado cuerpo llevo hacia atrás el del rubio empujandole.
El mago vio con asombro que era Kurogane que le empujaba a la vez que se interponía entre ambos cuerpos a la vez que lo alejaba del inminente peligro.
Cuando estuvieron a unos metros del enemigo Kurogane le sermoneó—No se cual es tu problema pero creeme que no permitiré… --.
Se sorprendió cuando el otro clavo sus uñas en su hombro obligandolo a caer de rodillas.Su cara quedo justo al lado de la hoja filosa que paso traspasando el abdomen que en su camino estaba de manera limpia y acerada.
Kurogane sintió el sonido del chirriante metal cuando rozo el hueso de una costilla antes de traspasar con inesperado sigilo la piel de la espalda y el ruido de una respiración honda cuando el dolor traspaso el cuerpo del rubio junto con la sorpresa.Su katana alejó un poco demasiado tarde la espada del cuerpo que empezo a desplomarse cuando el arma dejó de sostenerlo como una marioneta a la que se le cortan los hilos.
Kuro volteó sus ojos rojos sin abandonar el rostro de su enemigo y con su hombro atrapó el cuerpo debilitado que caía para luego alejarse hacia el hostal con el a cuestas.
--Dejame morir.Solo quiero descansar ya—admitió el rubio con voz medio apagada.
--No hay forma de que deje que te rindas sin pelear—le dijo su amigo y amante.
El clon de Shaoran no iba a dejarlo rendirse tampoco y los perseguía con la ligereza de quien no carga con un peso encima.
Desde la espalda de Kuro Fye pudo ver su acercamiento y comprender el peligro en el que estaban.Cerro los ojos y le dijo—Lo siento--.
Sus uñas volvieron a clavarse en la carne de Kuro pero el no le soltó.
--Un truco no sirve dos veces conmigo—le dijo el moreno con una risa sardónica en su rostro.
--Entonces tendré que hacerte entender de otra manera—le dijo el rubio y en su rostro se dibujo una profunda tristeza mientras respiraba hondo preparandose para lo que tenía que hacer.