Estaba atrapado y su respiración se aceleró mientras el ojiverde salía de la cama intento agarrar cualquier cosa a su alcance y solo vio el florero de fino cristal que estaba afirmado en la mesita de al lado de la cama con unas grapas para que el mar no lo tirase con su bamboleo.Y justo en ese momento el moreno llego hasta él.
--Alejate o…--lo amenazo el rubio.
-¿O que?—preguntó lascivamente el otro.--¿Qué vas a hacerme?—pregunto acercándose mas y entonces el rubio rompio el florero contra la pared y se quedó con una pua de duro cristal enj la mano.
--Vas a dejarme ir o yo te mato idiota—dijo furioso.Se le había acabado la paciencia con Carrigan.
El otro empezo a forcejear con el por la posesion de esa afilada esquirla.
--Dame eso Wheeler—dijo el ojiverde.
--Ni muerto—dijo el ojos mieles antes de que se le resbalara de las manos y la sintiera enterrarse contra la piel de su estómago.
Un jo ahogado salió de los labios de Joey y de pronto dejó de forcejear.
Carrigan lo miro mientras este empezaba a caer al suelo.
--¡Rayos!.¡Mira que ocasionaste!—dijo a la figura medio caída que se agarraba el estómago.
Por la cabeza de Joey apareció aquella escena en esa capilla blanca en un sueño donde el otro le apuñalaba.
^Así que todo terminara así.Como lo soñé”pensó mientras se sacaba su mano del estomago para mirar la mancha roja que por ella se extendía.
--¿Y ahora que haré contigo?—preguntó con una preocupación fría.
Joey sintio que se le iba la vision.
--Supongo que habrá que hacer unos sacrificios—fue lo último que oyó mientras caía en tierra y ya no despertaría.
Pero un ultimo ensueño hizo su aparición.Veía hombres alzar el vuelo como bandadas de pájaros y luego alguien al quien el sol le daba en la espalda por lo que no veía su rostro.Pero si el destello de sus dientes en una sonrisa y unas magníficas alas negras.Extendió sus manos para ayudarlo a…¿volar?Luego ve sus manos agarrar las suyas.Se sienten tan cálidas, tan…
Luego su ¿Madre?
Estaba en un hospital y el se sentía abrazado por ella fuertemente.
Estaba en un hospital.Papá le hacía caras y sonreía y luego todos los eventos de su vida y de pronto esos ojos azul profundo.Despues de un choque.
Y aquella vez en que lo hizo…
--Azabeth—escapó de su casi exánime cuerpo y el corazón dejo de latir.
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Se fue a su estudio.
No podía dormir.Tal vez trabajando…
No pudo evitarlo y se paso por el salón vacío y miro de nuevo la esfigie helada.
“Es un sacrilegio Kaiba”dijeron muchos pero el no los escucho.
Entro al estudio y se sento frente a la laptop pero no podía concentrarse así que fue por una bebida.
Se sirvió un wisky.Aunque era un menor esa era su casa y que rayos…
--¿No sabes que los menores no deben beber?Y te dices tan listo--oyó decir Kaiba y pego un brinco mirando a todos lados.
Esa voz la conocía.
Pero no podía ser.
No podía ser porque el estaba muerto.
Seto se tomo la cabeza.No tenía temperatura.
--¿Acaso he comenzado a delirar?—se preguntó y fue a uno de sus cajones de donde saco un frasco de remedios del cual tomo varias pastillas en su mano y las miro.
Iba a colocarlas en su boca cuando oyó la misma voz decir—Espero que sean aspirinas--.
Cerró su puño y hastiado de todo las tiró.
Se tapo los oídos por un segundo y luego con una mirada ciega dijo—Rayos.No puedo dejar de oír su voz.Voy a volverme loco de seguir así—y se fue del estudio.
Una figura rubia e invisible a ojos humanos lo vio irse.
--¿Su voz?—dijo y abrio de pronto los ojos.¿Lo había oído?
Lo persiguió preguntandose como era posible.
Desde aquel dia había rondado a todo mundo y había perdido la esperanza de ser oído.
¿Por qué ahora?¿Por que el?
Lo siguió a su dormitorio y lo vio voltear con un movimiento brusco su mesita donde había un florero de loza azul y blanco que cayo desparramando flores y liquido y recordandole algo nada grato.
Iba a hablar cuando Kaiba lo hizo.
--¿Por qué rayos no me lo puedo quitar de la cabeza--.
Joey sle miro sorprendido.
--Todo esto es su culpa si no se hubiera ido con ese idiota profesor de quinta no lo hubieran secuestrado.Pero tenía que estar con él¿cierto?—dijo Seto y Joey lo miro con atención.
¿Eran celos?
--Idiota.Si no te hubieras ido estarías vivo ahora—dijo el ojiazul sentandose en la cama compungido visiblemente.
El rubio se acercó unos pasos y Kaiba se tiro de golpe de espaldas a la cama con las manos aun en su cara.
--Idiota—exclamo mientras con brusco gesto se sacaba de la cara las manos.
Joey se impresionó pues la expresión del castaño era de rabia pero la embellecían dos cristalinas gotas que corrían desde los azules ojos por sus mejillas.
¿Seto Kaiba podía llorar?
Desde luego que podía pues era humano, pensó el rubio pero verlo en tal frágil posición hacia que el rubio deseara… ¿protegerlo?
“¿Yo proteger a Kaiba?Eso es absurdo”se dijo mientras no dejaba de ver como hipnotizado la azulina mirada clavada en el techo con feroz expresión pues Seto Kaiba estaba furioso pues le habían quitado algo importante.
Despacio y tentativamente el rubio poso su cuerpo sin peso a su lado e inútilmente trato sin poder evitarlo de brindarle una sutil caricia apartando el mechon de pelo de entre sus zafiros de dura mirada.
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Lo arrinconó y sujetando sus muñecas contra la roca clavo su azulina mirada en los mieles ojos del otro para después clavarle un exigente beso que sorprendió al rubio.
--¿Qué haces?—preguntó confundido Alfión.
--No te dejaré ser de él—dijo el otro entre besos el castaño.
--¿De él?—preguntó confundido el rubio.
--Mi hermano me lo dijo y no lo permitiré—dijo Azabeth furioso antes de clavar otro exigente beso en esa boca que no solo lo recibía insegura sino tambien frustrada mientras era acostado sin poder escapar en la piedra de la montaña.
--Yo… yo…no…--sus palabras eran entrecortadas por lascivos besos que arrasaban con su mente.
Luego sus labios recorrieron el cuello del otro mientras sus manos lo despojaban con destreza de la ropa que le estorbaba y el rubio se mordio los labios para no gemir.Mientras mil agujas electrizaban su cuerpo al sentir al posesivo castaño prepararlo para lo que se avecinaba.Entro en el impulsivamente como un caballo en celo y lo embistio de tal manera que el rubio tuvo que ceder y abrazar su cuello para soportar lo que este le producía.
--Por favor no—gimió con angustia porque a pesar de si no podía evitar sentir placer.
--Tu eres mío.Solo mío—le dijo Azabeth mientras se vertía en su interior y culminaba todo con un salvaje beso.