Disclaimer: Los personajes de Naruto no me pertenecen, sino a su autor Kishimoto-sama, este fic lo hice solo y únicamente como diversión.
Parejas: OCxNaru SasuxNaru.
Aclaraciones y Advertencia: Este fic contiene Mpreg, Violación, Violencia y lo que se me ocurra nnU
Beta: Usarechan
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Capítulo 20.- Trampa
Se detuvieron unos kilómetros antes de llegar a la frontera; algo estaba mal, había demasiado silencio. El Uchiha tenía un mal presentimiento. Yoru se colocó al lado derecho de Naruto, mientras Hideki a la izquierda de Sasuke. También sentían lo mismo que el azabache.
—Yoru —lo llamó Naruto preocupado.
—Sentí la presencia de un youki —dijo Hideki. Su escamosa cola se movía de un lado a otro de forma nerviosa, la cresta en su cabeza se levantó como lo haría un reptil ante una amenaza.
El hanyou llevó una mano a su cabello, sacando una larga liana con espinas que tomó la forma de un látigo.
—Es un youki muy poderoso —agregó Yoru.
La energía se sentía por todos lados y en ninguno en particular; era un youki verdaderamente abrumador, que hacía que incluso la naturaleza misma le temiera.
—Váyanse —les ordenó Yoru —, nosotros lo detendremos el tiempo que podamos.
Sasuke iba a protestar pero no pudo hacerlo, de un árbol descendió un joven hombre; sus pies tocaron el suelo con la gracia de una pluma.
—Vaya, vaya —habló el recién llegado, dio unos cuantos aplausos —. Eien ha entrenado bien a sus protectores.
—¿Quién eres? —preguntó Yoru colocándose delante de los ninjas a modo de protección. El recién llegado sonrió burlón.
—Soy Keiki, tu señor.
Los dos youkais abrieron los ojos como platos; ¡¿Él era la otra mitad del tesoro?! Ciertamente poseía un youki abrumador; su aura siniestra era tan fuerte que la vegetación a alrededor se había secado.
—¿Qué es lo que buscas en Konoha? —preguntó Naruto frunciendo el ceño.
Keiki volvió a sonreír; esos dos humanos aparentaban no estar asustados pero el latido de sus corazones le decía todo lo contrario.
—Esos ningen tienen el olor de mi otra mitad impregnados en sus cuerpos —frunció el ceño. Miró a Yoru y sonrió nuevamente —. Te ordeno que me entregues a esos ningen.
Mikoto se había encerrado en su habitación después de la discusión que tuvo con su madre; cambió varias veces de posición en el futón, sin lograr sentirse cómoda.
—Que aburrido —se quejó la adolescente. Se levantó de golpe; había sentido una presencia demasiado poderosa. Salió de su habitación en busca de su madre.
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Yoru cayó al suelo con una profunda herida en el pecho. Naruto y Sasuke estaban inconscientes, sin ningún rasguño aparente. Hideki ere el único que aún se mantenía en pie, aunque a duras penas; había perdido un brazo y mucha sangre.
—Los youkai tipo reptil son realmente muy resistentes —comentó Keiki. Tenía el brazo de Hideki y jugaba con él como si se tratara de un muñeco.
—No… dejare… que…
—Sí, sí, lo que digas —lo interrumpió —. Tú patético intento me aburre.
Hideki se abalanzó contra el príncipe de Tanos, pero lo único que logró fue que Keiki lo atravesara con su brazo amputado, sacándole el corazón.
—Patético —se burló Keiki viendo a su víctima. Sopló creando una burbuja, cuando terminó, la colocó junto al cadáver; tomó a Sasuke y Naruto y se fue, no había necesidad de matar al hibrido, no había necesidad de gastar energía en alguien que moriría en media hora.
Mikoto había avisado a su madre del youki que sintió cerca de Sasuke y los demás; ahora, la loba y un grupo de maestros, junto con la adolescente; se dirigieron al lugar que la joven les indicó. Cuando llegaron, se encontraron con la funesta escena.
— ¡Yoru-niisan! —chilló Mikoto al descubrir al hanyuo en el suelo, herido. Estaba muy pálido a causa de la sangre que había perdido, pero seguía respirando.
Mizuno fue la que reaccionó más rápido de los controladores de agua; se acercó al hibrido para comenzar a curarlo. Mikoto buscó con la mirada a Sasuke y Naruto, nada; no podía encontrarlos y tampoco podía percibir sus chackras. Se dejó caer de rodillas.
El youki de la joven comenzaba a hacerse presente como pequeñas corrientes eléctricas que recorrían el cuerpo de la princesa de Eien. Su mirada se posó en el cadáver mal trecho de Hideki, después en Yoru que era atendido.
No lo perdonaría, no perdonaría al maldito que se había atrevido a hacer eso. El suelo comenzó a temblar a causa de la furia que invadía a la joven.
— ¡Mikoto! —le gritó Kagura, abofeteándola haciendo que se tranquilizara —No ganas nada perdiendo la calma.
—Pero… Hideki y Yoru…
—Nada podemos hacer por Hideki-kun —la interrumpió un maestro tierra con voz entrecortada, sus ojos estaban vidriosos a causa de las lágrimas que amenazaban con salir —. Él fue un gran guerrero que murió para proteger a Eien. Por favor, Mikoto-hime, no manche su memoria poniéndose en peligro.
Mikoto bajó la mirada, apretó los puños y asintió con la cabeza.
—Regresemos a Konoha —dijo Kagura, se agachó con intenciones de tomar el cuerpo de Hideki y fue ahí cuando vio “el espíritu de las palabras” que había dejado el atacante.
—¿Mamá? —cuestionó Mikoto al ver que la loba no se movía.
Kagura se levantó y ordenó a los maestros vientos que avisaran a todos los kages que deseaba verlos lo antes posible: Tanos ya había dado su primer golpe al Ningenkai.
Continuará…