Era una estupida idea.
Tener al criminal mas buscado en la casa de un millonario conocido.
Era como sostener una granada entre los dientes.
Una insensatez.
Aun así nadie lo escuchó.
--Nadie sospechará de un amigo de la universidad que invite a mi casa.Eso es algo comun.¿No?—dijo Mokuba y al hacerlo se contestó a sí mismo.Si fuera algo común en la vida de los Kaiba no tendría porque decirlo.
Y así fue como Joey termino en esa casa que se parecía a Versalles y con mas sirvientes que el estado empleados publicos.
Estaba deprimido.
Estaba encerrado.
Para peor con Kaiba rondando como un tiburón presto a atacar a la primer falla y el que ya se sentía algo inquieto por ser un fugitivo tenía que soportar que ese idiota le corrigiera, le vigilara.
El había aceptado ese idiota trabajo.
Era su culpa.
Tocaron a la puerta de su habitación y el abrio con descuido pues en esa casa solo había sirvientes, señoritos y él.
--¿Qué haces aquí metido?Te contraté para que cuides de Mokuba no para que…--dijo el CEO mirandolo fijamente.
--… te pegue un tiro—dijo el ex rubio furioso.Era su peor pesadilla castaña.
--No sería tan idiota para pagarte por ello—dijo el ojos azules.
--Definitivamente lo haría gratis llegado el caso—dijo el ojos mieles.
A unos metros de allí alguien sonreía feliz.
Juntar a esos dos era como juntar a un perro y a un gato.
Receta segura para el desastre.
Mokuba pensaba que era lo mejor para sus planes.
Juntarlos y distraer la atencion de cierto mensajero desaparecido.
Además tenía otro propósito.Con suerte y Joey haría el trabajo gratis.Por lo que oía ya tenía cierta disposición.Solo faltaba el empujoncito final.
Y si eso no funcionaba.
¿Qué mejor que los sirvientes como testigos de las amenazas proferidas por este hacia su hermano mayor?
Buen material de juicio que alejaría del unico heredero de Seto las sospechas.
Mokuba compartía no solo la ambicion de su hermano sino tambnien su mente maquiavélica.Aunque tal vez Mokuba poseía el corazón mas frío.Pues… era impensable que Seto Kaiba odiara a su hermano.
Estaba furioso mientras caminaba con cierto dragón a su espalda.Ideas de cómo matarlo cruzaron por su mente deshaciendo su stress lentamente y haciendolo lucir una satisfecha sonrisa.
Se detuvo en una puerta y volteo.
--Eres un idiota¿Sabías?—pregunto para asombro de Seto que no lo demostró.
--Tu opinión no me interesa.Ya te lo he dejado en claro en varias ocasiones—le retrucó el ojos azules.
--Oh, claro que si pero no es mi opinión.Es un hecho.Eres un idiota—dijo el otro para sonreír mas al ver los puños apretados de Kaiba.Su boca una fina línea desaprobatoria.—Tienes al asesino mas grande del mundo aquí y no paras de insultarlo.Otro en tu lugar se cuidaría mas pero tu no.Eso lo confirma.Eres un reverendo idiota—añadió el nuevo pelinegro.
--No te confundas Wheeler yo no te temo porque…--dijo el empresario pero no pudo terminar la frase porque fue arrojado dentro de una habitación.
--Lo repito.Eres un colosal idiota.No uses ese nombre.¿Acaso no sabes que los sirvientes oyen todo?—le preguntó furioso el ex rubio.
Ahora fue el turno del otro de sonreir con malevolencia.--¿Quién es el intimidado aquí?—preguntó con soberbia en la mirada.
Joey se puso sobre el en un minuto.
Sus ojos mieles brillaban con furia mientras una de sus manos arrugaba la cara solapa del traje azul del CEO.
--Si quieres que proteja a tu hermano no vuelvas a hablarme Kaiba.Porque en el momento en que lo hagas estarás muerto.¿Lo entiendes?—le dijo el asesino.
Joey no podría mantener la directa mirada por mucho tiempo.
Algo extraño lo invadía cuando miraba fijo a esos decididos ojos azules.
Algo que no entendía y por lo tanto lo asustaba un poco.Aunque nunca lo admitiría.
Seto estaba a un palmo de esos ojos de ambar puro y un escalofrío recorrió su espalda mientras miraba a los ojos del asesino.
¿Sería que le temía a Wheeler?
No, no.Imposible.Se dijo.
Luego recordó al otro disfrazado de agente disparandole con su dedo.
Pero no improbable.
Lo empujo y se aliso la solapa mientras le decía—Y tu no me vuelvas a tocar en tu vida.Porque por mejor asesino que seas siempre habra uno mejor que desee tu puesto y tal vez lo encuentre—amenazó Kaiba.
--O tal vez el te encuentre primero.Recuerda Kaiba que tu cabeza tiene un precio—respondió el otro sonriente antes de marcharse.