Un Ninja de los Yami encontró al herido que dijo como pudo lo que el vió.
Por supuesto la princesa Tomoyo fue de inmediato rodeada y obligada a presentarse ante los altos consejeros de los YAMI NO TORI.
--Debió ser mas lista e irse antes de que lograramos atraparla princesa—dijo uno de ellos.
--No sea tonto. Si la princesa Tomoyo hubiera planeado todo esto ya no estaría aquí—dijo una de los guardianes de los Yami.
--Yo no se porque Touya y Kurogane han hecho esto—dijo la princesa conmovida.
--Las razones no importan—dijo un joven castaño de ojos verdes entrando en la habitación.
--¿Y tu quien eres?—dijo el consejero mirándole con sospecha.
Todos los Hiro no Inu presentes tocaron las empuñaduras de sus armas tensando sus músculos. Preparados para la batalla.
--¡Un momento!¡Deténganse por favor—dijo una castaña entrando por la puerta.
--¿Y usted quien es?—preguntó el consejero.
El joven de ojos verdes tomo la empuñadura de su espada sin extraerla de la vaina y le grito—¡Insolente!¿No reconoces a la novia?¡Ella es la princesa Sakura. Somos el clan Hiryuu . Se supone que hoy hay una boda pero su príncipe parece ausente--.
El consejero se deshizo en disculpas para luego agregar—Es culpa de los Yami no Tori—apuntó a Tomoyo y agregó—Ellos son los culpables.Han secuestrado a nuestro príncipe para evitar la alianza de nuestros clanes. Tienen miedo de nuestra fuerza conjunta--.
Tomoyo cerró los ojos y frunció el ceño9 al oír como eran tratados los suyos. Ella era ante todo la regente de los Yami no Tori como su madre lo fuera antes que ella.
Sin muestras de temor, con el verdadero porte principesco de todo miembro de la realeza Ninja Tomoyo se irguió y le ordenó a los de su séquito--¡Vámonos!—
--¿Pero que dice?¿Como se atreve?—pregunto el consejero Yami.
Abriendo sus ojos pétreos la princesa le dijo con tono de demanda--¡No oiré mas sus mentiras! Puede intentar detenerme pero no por ello seguire oyendo sus vilipendios. Ya he dicho que no tengo idea de porque Kurogane y Touya han llevado a cabo esto. De seguro no ha sido idea mía acabar con una paz que he tardado años en conseguir—dijo la princesa ganándose la admiración de varios ahí menos la del consejero.
--¡Maldita!—grito fuera de si y ordenó--¡Atrápenla!—
--Shaoran kun—pidió la princesa Sakura y le entendió lo que quería. Asintió y se puso frente a la princesa en actitud protectora.
El consejero se sorprendió. --¿Pretenden protegerla?—preguntó.
--Hasta que todo sea aclarado la princesa de los Yami no Tori es inocente—dijo la princesa de los Hiryuu.
--Hasta entonces…--dijo Shaoran a la princesa Tomoyo.—Usted permanecerá aquí. No será maltratada pero le ruego no intente huir para que así sepamos si realmente no tiene nada que ver—agregó.
--De acuerdo—dijo la princesa de negro cabello. Ese muchacho le trasmitía seguridad y decidió por la paz confiar en él.
Un equipo conjunto salió a buscar a secuestradores y secuestrados.
Los labios de Touya aun en ese estado estaban calidos y prorrumpieron sobre los del principes sin preocuparle nada mas.
Lo aferraba como se aferra uno a la vida misma.
A su lado Yukito no sentía la presencia del mundo.
Su cara se sentía calida mientras las manos del moreno la envolvían.
Volteó su cara envuelto en vergüenza.
--No hagas eso por favor—dijo el príncipe haciendo acopio de su fuerza de voluntad.
Las manos lo obligaron a mirar al de ojos de acero a la cara. Su mirada lo traspasaba. Lo quemaba.
--No me arrepiento—dijo el shinobi.
--¿Cómo puedes decir semejante cosa?—preguntó el de mirada triste.
--Porque estoy a tu lado—le dijo el pelinegro haciendo enrojecer sus mejillas de nuevo.
Sus labios fueron tomados de nuevo.
Su cuerpo abrazado con fuerza y recostado en la hierba bajo el árbol añejo.
Fye estaba preocupado por su príncipe por eso esperó a que el otro se distrajera para recorrer el espacio que circundaba al árbol y encontrarse esa escena al rodearlo.
--Te atrapé—dijo Kurogane al encontrarle pues se preocupo al ver que ya no estaba donde había estado sentado. Estaba atado pero un shinobi…
Vió a su hermano con el príncipe bajo el .Sus manos le abrazaban y su boca…
Quedó perplejo aunq ue el mismo había hecho aquello con el rubio y apartó a este junto consigo para dejar solos a aquellos dos.
--¿Qué haces? Debes detenerlos. Todo esto es un error.¿No puedes verlo?—preguntó el descontrolado rubio.
--Lo veo—dijo Kurogane en respuesta.
--¿Y no piensas hacer nada al respecto?—pregunto Fye.Entonces el ojos rojos fijo su mirada en él y el ojos azules sintió el peso de su respuesta.
Cerrando los ojos el rubio gritó--¡Detenlo!—
Sintió un brazo rodearle mientras la otra mano levantaba su cara de ojos cerrados.
--No quiero—dijo el otro. Fye abrió sus ojos. –Porque le comprendo—añadió antes de posesionarse de esos labios entreabiertos por la sorpresa.
De pronto los tres shinobis se tensaron y el príncipe presintió el peligro.
La otra guardiana de Tomoyo junto con la partida de los Hiro llego al lugar.
Los shinobis renegados se pusieron a la defensiva y colocaron tras de sí a sus presas.
Azami le dijo a Kurogane y Touya—Ustedes que se han atrevido a defraudar a la princesa.¿Por que lo han hecho?¿Por dinero?¿Por venganza?Muchos de nosotros hemos sufrido sus mismas pérdidas pero no por ello hemos destrozado ola paz--.
Los hermanos comprendieron que el silencio era lo mejor y nada dijeron.
--¿No responden? Pues ese será su testimonio final—dijo Azami y cargo con los demás contra ellos.
Los mejores sin duda resultaron ser los hermanos.
La batalla casi estaba decidida cuando Fye le mostró a su principe que ya se había deshecho de sus ataduras.
Yukito comprendió y cerrando los ojos asintió.
Fye fue a cumplir su misión.
Kurogane iba a terminar con su rival pero en ese momento cayó por el golpe en la espalda que recibió.
Touya volteó y vio que el rubio había derribado a su hermano.
Iba a rescatarlo cuando siete lazos le rodearon atándolo fuertemente.
--Ahora tu castigo—dijo Azami a Touya pretendiéndole atacar pero Fye sabiendo lo que sentía su príncipe se interpuso.
--¿Qué haces?—preguntó Azami.
--En respeto a mi príncipe y como fue tratado por tu clan no tienes ese derechoi.Ellos serán juzgados y castigados unicamente por él.
Yukito se sintió aliviado.
Los hermanos furiosos de haber perdido lo logrado.