Caminaba por el centro de la ciudad.Mostró su tarjeta identificatoria al portero que lo dejo pasar.
Sonó el teléfono móvil y atendió.
--No deberías andar por ahí. Recuerda que alguien también quiere tu cabeza—dijo su manager del otro lado de la línea.
--Cuento con eso—dijo el asesino sonriendo confiado.
--Eso me suena a que tienes planeado algo Joey—dijo la voz mientras este caminaba por los pasillos con el celular al oído y una persona caminaba inaudiblemente tras él.
Pasaba por la parte de los pilares del edificio de estacionamiento cuando el hombre tras él sacaba de su abrigo un arma.
Joey se sacó mientras proseguía caminando los lentes negros y con cuidado los puso en su bolsillo.
Luego su mano se estiró hacia abajo para quedar el brazo rígido. Cerró su mano activando el dispositivo que tenía en su manga que soltó del interior de ella a su palma ahora abierta un pequeño caño de acero.
Se agachó en el momento en que resonaba el disparo.
La bala paso sobre él mientras en el suelo se colocaba primero en 4 patas y luego con su pierna derecha golpeaba una de las piernas de su agresor que acusó el golpe pero aún así pudo saltar para atrás evitando estar en la esfera de alcance del otro.
Joey no era lento.
Volteó y saltó hacia el otro mientras la mira del arma que su oponente levantaba aun no lograba apuntarle. Antes de que lo consiguiera Joey estaba ahí para pegarle a esta de tal forma que terminó arrijada a mucha distancia de allí.
Fuma no era tampoco lento y decidio que la manera mas rápida de sacarse al otro de encima era la manera mas silenciosa también y lo pateó para alejarlo mientras sacaba de su bolsillo su navaja estilo militar.
Miro con desprecio el pequeño caño que el pelinegro sostenía y le dijo—Crees que ese tubito podrá ayudarte--.
--No sé—dijo Wheeler sonriendo y apretó el tubo de tal manera que su dispositivo interno funcionó y el pequeño tubito se transformo en un bok de 1 metro 15. La mirada ambar se dirigió al otro con una ceja levantada.—Tu dirás—dijo Joey sonriente.
--Ten cuidado Fuma.Recuerda con quién estamos tratando—dijo la pelinegra en su oficina.
--Tratamos me suena a manada—dijo el de ojos oscuros.
El rey lo oyó mientras su bok golpeaba el tobillo del otro con habilidad.
--Al menos yo hago mis trabajos por mi mismo. ¿Cómo esperas ser el rey cuando necesitas una niñera?—preguntó el el ojos mieles al otro para desestabilizarlo.
Lo logró.
El orgullo era la parte vulnerable del mas grande que arremetió contra el con toda su fuerza pero Joey era mas agil y lanzo una certera patada a su tobillo mientras se arrodillaba.
El otro estaba cayendo y Joey se coloco de perfil mientras él caía por su espalda .
El bok salió disparado hacia atrás para aterrizar en las costillas del que caía con un ruido sordo de hueso quebrado.
Mientras enstaba en el suelo después de caer Fuma se lleno de furia y se levantó listo para dar pelea aún en su estado.
Entonces oyó…
“¿Quién rayos son?” por el telefono pegado a su oído por el manos libres y mluego el sonido de disparos.
--Hiroko—gritó.
--¿Qué te pasa?—preguntó el sonriente rey.—¿Te asusta estar sin tu niñera?—añadió y Fuma comprendió que fuera lo que fuera lo que estaba pasándole a Hiroiko el rey era el culpable.
--Maldito—le dijo saltando hacia él pero fue lo ultimo que vio.
El golpe en la cabeza que le propino Joey lo desmayó.
Dos días mas tarde los dos prisioneros de la policía por crimen organizado fueron llevados a la sala de interrogatorios donde les esperaba el fiscal.
Fueron dejados con el fiscal que pidió estar con ellos a solas.
--¿Esta seguro licenciado? Esta gente es muy peligrosa—dijo el agente mirando a Hiroko y Fuma.
--Si. No se preocupe. Estaré perfectamente—dijo el pelinegro de ojos azules sentado frente a su laptop y sonriendo.
Después de que el hombre saliera el fiscal dejo de sonreír y les miro a través de sus gafas.
--Es una lástima que personas tan capaces se dediquen a cosas tan nefastas—dijo mientras se cruzaba de piernas y buscaba en su maletín.
--¿Nos va a proponer trabajar para el gobierno o que?—preguntó Hiroko con una ceja levantada.
El pelinegro sonrió y dijo antes de mirarlos—No. Claro que no. No hay forma--.
La cabeza del otro metida casi en el maletín salió media metida en una mascarilla médica.
--¿Y usted para que quiere eso?—preguntó ella con alarma.
--Es que no me gustaría que esto me afectara—dijo el fiscal tecleando en su laptop.
De uno de los lados del aparato comenzo a surgir una nube de humo.
Fuma miro sus ojos. No era Wheeler pero sin duda eran los ojos de un asesino.
--¿Wheeler le envió?—preguntó antes de empezar a toser.
--A diferencia de usted señor Fuma nadie me envía.Yo voy a donde me place. Y debería haber sabido que meterse con el rey de los asesinos tiene un precio mas alto del que ustedes pueden pagar—dijo el ojos azules viendo caer los cuerpos inertes en el salón.
--¡Ahhhh!Tengo muchos pendientes—dijo con desgana el fiscal tirando al suelo sus lentes. Caminó parsimoniosamente hasta el espejo a un lado del salón de interrogatorios y guardó tras este la mascarilla con cuidado para después correr hacia la puerta a golpearla mientras empezaba a toser.