Lo miraba desde la tarima en que las autoridades presentes se hallaban sentados.
Los ojos del príncipe de los “LOBOS BLANCOS” no se apartaban de la figura atada y custodiada arrodillada a los pies de la tarima con su hermano al lado en igual estado.
Fye quería con todas las fuerzas odiar al que estaba arrodillado abajo con todas sus fuerzas pero extrañamente sus confusos pensamientos no lo dejaban.
--Lo correcto es que el príncipe agredido sea el que lleve a cabo la sentencia—indicó el guardián de la princesa Sakura mirando furioso a ambos convictos. ¿Cómo se atrevían a dejar en vergüenza a su princesa?
Tomoyo asintió con su corazón compungido. No podía hacer nada por ambos sin sentar las bases de una nueva guerra y esta vez los “Dragones del sol” se unirían a los “Lobos blancos”.
Shaoran le cedió respetuosamente la palabra al príncipe y este cerro con fuerza su puño mientras en su mente surgían todas las problematicas del mundo.
Fye cerro los ojos.
Todo era inevitable.
--Yo los perdono—resonó la voz de Yukito en el recinto sorprendiendo a todos.
Touya busco su mirada pero esta lo evadió.
Mirando a la princesa Sakura le dijo—En honor a nuestra boda es necesario mantener la paz y la armonía entre todos nuestros clanes. Por eso he decidido perdonarlos y por favor sigamos con lo antes previsto--.
La princesa asintió y los guardianes liberaron a los convictos.
--Si me permiten—dijo Shaoran--Por lo antes sucedido es mejor que ello9s sean escoltados hasta el termino de la ceremonia además sería bueno príncipe que al menos nos dijeran porque os secuestraron—añadió.
Fye miro a su príncipe. Era imposible que Yukito dijera la verdad y… ¿Como cubrirlos?
--Es mi culpa—asevero el joven peligris sorprendiendo de nuevo a todos. –Ellos creyeron que dañaría a su princesa por algo que oyeron y solo trataban de salvaguardarla. Solamente cumplían con su deber—dijo el de mirada gentil con la cabeza baja.
Touya sentía hervir su sangre al ver al otro echándose la culpa.
--¿Es eso cierto?—preguntó Tomoyo a los hermanos vislumbrando la razón tras ese trágico evento.
Iba a decir “No, no lo es”. Pero su hermano hablo primero.
--Lo es—dijo Kurogane y sintió la dura mirada del otro.
Un tiempo después Touya como era de preveer exigió explicaciones.
--¿Querías tirar a la basura su esfuerzo acaso? ¿No te das cuenta que lo hizo por nosotros?—preguntó el mayor.
--No se lo pedi. No lo quería—dijo el menor enfurecido y el otro lo agarro de las solapas.
--Claro que no. Pero él pensó en ti y deberías ser agradecido con el príncipe. Pudo enviarnos al paredón y quedar callado y nuestro clan hubiera sido arrasado pero el evito todo eso. Deberías ser agradecido para con su sacrificio—dijo el de ojos rojos.
Touya estaba tan furioso que encastró su puño en la pared.
--Alteza, no debió hacerlo—dijo Fye.
Yukito sonrió amablemente mirando al suelo. Estaban solos y Yukito se preparaba para la boda.
--Si no lo hubiera hecho eso ambos hubieran sido eliminados—dijo el peligris.
--Hubiera sido lo mejor. Ambos no han dado mas que problemas—dijo el rubio con un mal sabor de boca.
El príncipe lo miro a los ojos en silencio forzando que desviara su vista pues en el fondo no pensaba eso y Yukito sabía que así era.
El recinto de la boda estaba lleno de los consejeros y los de mas alto grado de los tres clanes.
Los novios penetraron tomados de la mano siendo observados por todos ahí.
El novio con un kimono negro y la novia con el sombrero y el kimono blanco ceremonial.
Shaoran Lee observaba todo con cierto resquemor. Si alguien se atrevía a dañar a su princesa lo pagaría.
Tomoyo miraba a la pareja con mas tranquilidad. Todo ya había pasado y había terminado de la mejor manera.
Kurogane miro a su hermano que veía a la pareja fijamente.
--¿Qué te propones?—preguntó.
--Puedes venir conmigo o quedarte aparte. No me importa—dijo el menor.
--¿Intentas destrozar lo que él hizo?—preguntó incrédulo su hermano.
Touya lo miro.—Te dije. Has lo que quieras pero él es mío—respondió el otro. Y luego miro el edificio en el que su amado había entrado presto para casarse.