Sin demora lo volteo y lamió cual goloso gato la espalda del asesino mientras sus manos recorrían sin pereza su abdomen hasta llegar a su parte mas íntima.
Un espasmo recorrió al ojos mieles al sentir la mano del castaño y su espalda chocó contra el pecho de este por el impulso que le otorgó el placer que sintió..
Dándose media vuelta buscó los labios del ojos azules mientras su cuerpo que no podía resistir mas liberó.
Con cuidado Seto introdujo uno de sus dedos envueltos en la esencia del otro en su entrada.
Joey como pudo se dio media vuelta y le pidió con agonizante voz—No me hagas el amor. No me lo hagas--.
Seto sello sus labios para no oir esas palabras que lograban quemarle por dentro por el placer de oir su voz en tal estado de sumisión.
Su boca después volvió a la espalda mientras una de sus manos quitaba la estorbosa ropa de su entrepierna pues sentía que no podía aguantar mas tiempo sin estar dentro del otro.
Joey no podía hacer mas que gemir ante el contacto del intruso dedo del castaño. Su nuca descansaba ahora en el hombro del otro mientras su mano tomo un racimo de los cabellos de la nuca del otro para que le sirviera de asidero.
De pronto sintió como Kaiba sacaba sus dedos de dentro. Gimió con molestia pero al sentir lo que trataba de introducirse intento alejarse.
Seto no le dejo.
Se aferró con fuerza a su cintura de tal forma que sin esperar mas estuvo dentro del pelinegro.
Despertó y descubrió la cabeza que descansaba en su pecho.
Dos dolores le acosaban ahora. El de la espalda y uno mas abajo.
Quería matar al desgraciado que se había atrevido a…. miro el rostro feliz del castaño y lo odió mas.
Acercó sin proponérselo su rostro al del otro y lo beso despertándolo.
--Esto está mal vete Kaiba o nos v…--dijo el ojos mieles pero el otro no se satisfizo tan solo con probar sus labios y su lengua se introdujo en la boca del otro.
Estuvo dentro en un segundo y empezó a embestir llevadom casi por el inconsciente deseo amodorrado de la mañana.
Antes de que ambos lo adivinaran estaban perdidos uno en la piel del otro.
Unos golpes se oyeron en la puerta y los dos se quedaron paralizados.
--¿Kaiba, Joey esta bien?—dijo Yugi abriendo un poco la puerta.
--Si lo estoy pero no abras—dijo apuradamente Wheeler.
--¿Por… que?—preguntó algo shockeado el otro y Joey pensó rápido.
--¿Por favor Yugi solo hazme caso. Dame unos minutos y yo mismo te lo explicaré—dijo el ex rubio.
--Esta bien—dijo Yugi cerrando la puerta.
Joey miro a Seto con cara de molestia y el otro sonrió.
--¿Por qué rayos ries idiota?—preguntó el asesino.
--Porque aún tenemos unos minutos ¿no?—pregunto el ojos azules y empezó todo.
--¿Qué?—preguntó el pelinegro antes de sentir esas frías manos en su piel mas sensible.
--Por fin salen yo crei que se habían matado dentro o algo. ¿Joey por qué cojeas? No sabía que te hubieras dañado una pierna claro que llegaste muy herido y…--dijo Tristán al ver llegar a su amigo.
--Las piernas no las revise pero si quieres Joey yo…--se ofreció amablemente el abuelo Motou.
--No, no se preocupen es una vieja lastimadura nada mas—dijo el asesino queriendo evitar que lo inspeccionaran.
Se sentía abochornado y a la vez furioso porque al lado de él estaba cierto castaño que se reía disimuladamente de su bochorno porque sabía muy bien porque cojeaba el rey.