--¿De que estas hablando—pregunto Fye con intriga.
--Tu príncipe tiene dueño y tu lo sabedse nada sirve que te hagas el tonto.De igual manera que el, tu tambien lo tienes—dijo el ojirrojo aun presionando con su cuerpo el del otro.
--¿Te has vuelto tonto o que?Yo no tengo…--refuto el rubio con fuerza.
--¡Te equivocas!¡Si lo tienes!Lo tienes desde el dia en que entraste en esa fiesta.Independientemente de tu apariencia sentiste lo mismo que yo y por ello no te defendiste cuando te lleve al patio trasero de la casa de te—le dijo Kurogane con voz ronca y mirada intensa.
--¡Tu no entiendes!Me ordenaron que les atendiera, que…--exclamo el ojiazul con desesperación.
--¿Qué no te resistieras cuando desearan tomarte?¿Que te dejaras por cualquiera?Conociendote lo dudo.tu no erres así—dijo el moreno con intensidad.
--Eso es lo que tu deseas creer.Quieres creer que no lo haría con otro que no seas tu—dijo fye tratando de lastimarle.
Un golpe en la pared a su lado y una mirada carmesí frenaron las palabras que seguían a esas.
--Nunca repitas eso idiota si no quieres verme muy enojado—advirtió Kurogane.
--¿Y si te enojas que?—pregunto el rubio con inconsciente furia.
--Entonces sabras de lo que soy capaz—explico el otro.
El ojiazul lo miro y anuncio—No me importa de lo que eres capaz.recuerda que yo tambien soy un shinobi y no me asusta tu actitud de macho dominante--.
Fye le dio la espalda convencido de que lo que habia dicho era suficiente para mantenerlo a raya pero olvido algo muy importante.Ese shinobi de los “Yami no tori” era muy terco y no estaba dispuesto a ceder su lugar a su lado.
Lo volteo haciendole dar un estrepitoso giro sus caras quedaron nuevamente enfrentadas.
--Si me amas o no no es el problema—dijo el Yami.
--¿Entonces cual es?—preguntó el Inu.
--El problema es que te amo—dijo antes de fundir sus labios en un beso que casi le parecio irreal al lobo blanco.
El y Kurogane quedaron recargados en la pared del antiguo dojo y sus manos buscaron sobre y debajo de la ropa de ambos con frenesí incontenible.
Esa declaración fuerte e imparable como el mismo Kurogane removio los sentimientos del lobo que pretendía mantenerse invulnerable a las emociones que por su parte el otro le trasmitía.
¿Pero como podia mantenerse incólume ante esa voz grave y profunda que le decía sin cesar cuanto lo amaba?
¿Y como no dejarse enviciar por esas manos precisas y fuertes que sabían como tocar su aterciopelada y sensible piel?
Estaba furioso consigo mismo por ceder a sus impulsos pero mas furioso aun estaba con el forjador de sus desastres.
--Si me amas dejame ir—imploro en un susurro entre besos.
--Jamas se deja ir lo que se quiere—respondió el shinobi de ojos de carbón encendido.
En su mente una nebulosa roja cubrio todo lo que sabia.
¿Cómo podia ser que aun años mas tardes ese shinobi oscuro causara la misma conmocion en su vida?
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Dentro del dojo el de ojos negros miraba a su añorado principe con lujuria y cariño.