Todos observaron con asombro como el otro se encogía de hombros.—A eso llamo daño colateral—respondió con mirada fría.—En cuanto a ustedes—dijo a los hombres del otro.—Pueden irse.¿O es que el les paga tanto como para dejarse matar por él?Piensenlo.Les aseguro que el no saldrá vivo de aquí—añadió.
Los hombres del tipo lo pensaron dos veces y se fueron.El que tenía a Kaiba con el sintió un temor frío.
--¡Déjalo así Joey!Entre todos lo llevaremos hastqa la justicia para que pague sus crímenes—dijo el inocente Motou.
--¿Y quien dijo que a mi me interesa la justicia?Este tipo es un blanco y yo siemprte logro mi objetivo.Nada personal.Shigoto wa shigoto desu—respondió Wheeler asombrándolos más.
Seto sintió una inflexión en los músculos del otro que no se decidía si intentar escapar o no y decidió tomar ventaja de ello.Tomo con una toma de judo al otro y lo tiro delante de sí.
Sintió la explosión del disparo y vio como del otro en el piso empezó a manar sangre.
--¿Y la bomba?—pregunto el CEO.
--¿Cuál bomba?—preguntó Wheeler con una sonrisa de medio lado.—Solo un tonto pensaría que lograría armar una bomba tan rapido y para nuestra suerte esos eran unos completos idiotas—añadió satisfecho de su propio accionar.
--Una distracción—dijo Pegasus.
--Una disuasión—le corrigió Wheeler.
--¿Y como saldrás si la policía tiene rodeado el estadio de seguro—exclamó Tea.
--Tengo mis métodos—informó el asesino.—Pero me hará bien compañía---añadió apuntando a Kaiba quien le miro con cara de pocos amigos.—Y sobretodo la influyente de Seto Kaiba agregó con una sonrisa de lado a lado.
May no reconocía en ese tipo cruel al amigo de otros tiempos y lo mlamentó profundamente mientras el ahora pelicastaño se llevaba al otro castaño consigo.
En el ascensor en que se llevaba a Seto, Wheeler se saco la peluca y los lentes.Mientras lo hacía ordenó al otro que apretara el botón del subsuelo pero Kaiba tenía otros planes.
Despues de destruir la cámara de seguridad Joey vio lo que Seto había apretado.
--¿A que rayos juegas?—preguntó Wheeler.—Tengo que…--el otro no le dejó terminar pues sus labios aprisionaron los suyos.
--Nadie te buscara donde yo pienso llevarte—exclamó el ojos azules ni bien liberó su boca con una mirada intensa y sospechosa.
Era cierto.
Nadie buscaría a Wheeler ahí.
“El rey de los asesinos” estaba en una habitación oculta tras el despacho del mismo Seto Kaiba.
El ojos mieles cayó en la cama bajo el otro cuerpo y sus labios fueron besados apasionadamente.
--¡Esta vez no desaparecerás!—le advirtió el castaño.
--¿Estas seguro?—dijo el rubio con tono juguetón.
--¡Me he asegurado de eso!—exclamó triunfal el ojos azules.Apretó el boton de un pequeño control remoto.Se oyó un sonido que semejaba al de las cajas de seguridad bancarias al quedar cerradas.
--Pasaran cuarenta y ocho horas antes de que la habitación pueda ser abierta—exclamó el castaño.
--Así que seré tuyo por cuarenta y ocho horas—dijo el rey.
--No, perro.Tu serás mío eternamente—dijo el castaño antes de arremeter contra sus labios nuevamente y envolverle con sus brazos.