--La bebida y los negocios no deben mezclarse—dijo el rubio.
--Yo siempre he tomado y aún soy un empresario exitoso—refutó Kaiba.
--Quizás si no tomara sería aun mas exitoso de lo que hoy es—dijo el ojos mieles retandolo con la mirada.
--¡¡Buenos días señores!!—dijo con voz alegre un hombre de mediana edad desde la puerta. Lucía un traje a medida aunque su actitud profesional distaba de ser el de un empresario solo un poco las dudas de los presentes se despejaron cuando el rubio le habló directamente al sujeto.
--Sebastian, mas vale que sea necesaria aquí tu presencia en este lugar—dijo Wheeler.
--Tranquilícese joven Wheeler, estoy aquí bajo las órdenes de su padre—dijo el pelinegro dejando al descubierto su calidad de empleado de la familia germana.
--¿Para hacer…?--preguntó el joven de ojos mieles.
--Estoy tratando de comunicarle algo que su abuelo me envió a decirle pero veo que son infructuosos mis intentos de hacerlo discretamente—dijo algo molesto el empleado, mintiendo descaradamente. Mientras lo hacía miro a los presentes en la sala, fijando su atención en dos personas. Se acercó a una joven pelirroja y le dijo—Perdon Fraulein. ¿Es usted la hermana de el joven Wheeler?—
Sin levantar los ojos de lo que estaba leyendo el joven mencionado fue el que contestó—Si, lo es—luego miró a Sebastian y agregó—No deberías meterte en mis asuntos familiares, recuerda que mi hermana nada tiene que ver con mi padre y no es necesario que te cuides de ella. No pretende sacarle dinero a mi familia así que no debes preocuparte por ella--.
--Joven. Me tiene usted en un mal concepto. Solo me hallo interesado por su salud familiar—dijo Sebastian y luego miro a la hermana del primogénito de su jefe—Es un verdadero placer conocerla aunque lamento las circunstancias de nuestro encuentro—dijo y Seto observó mientras como su joven amo miraba a su empleado subrepticiamente por la espalda, como si desconfiara de sus intenciones para con su hermana.
--No sabía que estaría presente en esta reunión—dijo el empleado.
--Es mi empleada y mi prometida—dijo Kaiba interviniendo.
Entonces Sebastian le miro.
Minutos después Sebastian había salido de la habitación y del hostal. Tomo su celular y llamo a su jefe—Tengo noticias señor—díjole.
--Dime que no encontraste todo hecho un embrollo—ordenó su jefe.
--Despreocúpese señor. Aquí esta todo bien. Y he captado algo que podría convenir a su familia de manera permanente—le dijo su asistente.
--Díme rápido—dijo Herr Wheeler.
Sebastian sonrió de manera torcida.—Creí que estaba convaleciente con mucho tiempo a su disposición—dijo de manera alegre.
--Puede que este convaleciente, pero eso no significa que los bastardos de mis enemigos descansen así que yo tampoco lo haré—dijo la cabeza de la poderosa familia.
Sebastian se puso serio y paso a informar a su jefe—Muy bien. Al parecer la hermana de su hijo y el joven empresario japonés del que estuvimos hablando están pensando casarse y se me ha ocurrido que sería muy bueno para sus negocios en el mercado japonés el tener un familiar aunque sea político en el valorado mercado de la tecnología del país del sol naciente--.