Harry se vió por quinta vez en el espejo, arreglándose la corbata y empezó a dar vueltas por la habitación, estaba en uno de los cuartos de huéspedes de la Mansión Malfoy, resopló con frustración al notar su cabello rebelde, había intentado un par de pociones para aplacarlo y sólo había logrado que se viera pastoso y grasoso, rió al recordar la cara de enojo cuando le dijo a Draco que parecía Snape y en consecuencia se había ganado un aquamenti directo a la cabeza hace unos días, se volvió a pasear en círculos.
-¿puedes por favor quedarte quieto cinco segundos?- Ron estaba en una silla en la misma habitación, había estado leyendo una revista sobre los Cannons cuando había vuelto la vista a su nervioso amigo
-ya te veré cuando tú te cases- dijo aún nervioso, pasándose los dedos por el cabello- ¿me veo bien?
-por onceaba vez- mencionó el pelirrojo con voz cansina- si, te ves bien, por favor, cálmate o tendré que lanzarte un hechizo calmante y Malfoy me va a maldecir porque estés como drogado mientras recitan sus votos- dijo terminante, en eso entró George, acompañado de un avergonzado Neville, se veían bastante distintos de traje y llevaban algunos bocadillos que se habían robado de las mesas de abajo, (n/a: obvio George sonsaco al pobre de Neville) Harry miró por la ventana a los invitados, que se saludaban entre ellos
-bueno…- dijo aún nervioso- vamos- Ron le ofreció uno de los bocadillos y Harry se negó, no sentía hambre, el bajar vio una puerta blanca, sabía que Draco y sus madrinas estaban ahí, moría de ganas de ver a su rubio, pero al parecer también en el mundo mágico se creía que si lo veía antes era de mala suerte, sin despegar los ojos de la puerta, como si esperara que esta se abriera de pronto, caminó hasta la entrada, donde casi chocaba con su suegro
- Ten más cuidado- le dijo levantando una ceja con elegancia
-lo lamento- dijo algo avergonzado, mirando a su suegro con un traje y una capa de gala, era de una tela ligera, debido a la temporada, pero brillaba de un modo sutil un patrón de una serpiente en el interior de la misma, siguió caminando y vio a Narcissa, con un vestido de un suave color coral, que la hacía ver incluso más blanca, ella se acercó con una sonrisa, en un actitud mucho más amable que su esposa
-oh, Harry, que guapo te ves- dijo acercándose a acomodarle un poco el cuello de la camisa- ya llegaron muchos de tus invitados, ve a saludar- dijo ladeando el rostro ligeramente
-muchas gracias- dijo, viendo de reojo como la mujer también adecentaba a Ron y George, que tenían moronas en el pecho, así que no muy contenta sacó su varita y los limpió, Harry caminó y entonces vio una enorme mancha a la derecha de su visión- Hagrid- dijo sonriente, acercándose al semi-gigante, que volteó y le dio un abrazo que casi le había roto las costillas- ay
-oooh Harry- dijo el hombre emocionado, llevaba un enorme saco negro, no es horrible saco peludo que usualmente usaba porque Harry se había dado a la tarea de mandarle a usar algo, porque Hagrid era su invitado de honor, claro que, como bien recordaba, Draco no había estado muy feliz con eso, no era un secreto que el rubio no gustaba mucho del guardabosques de Hogwarts, pero para Harry él era una persona realmente importante- ooh, parece que fue ayer que te llevé a casa de tus tíos… eras tan pequeño- dijo sacando un pañuelo con un dragón verde esmeralda grabado(n/a: me pareció un tierno detalle para Hagrid XD), limpiándose los enormes lagrimones que iban saliendo de sus ojos, Harry sólo sonrió, sin saber que decir- por cierto a ellos no los invitaste ¿verdad?
-claro que no!- declaró con firmeza- ¿te imaginas si se enteran que me caso con un hombre, ni siquiera sé dónde viven ahora- comentó, cayendo en cuenta de eso- en fin, me da gusto que hayas venido- dijo sonriéndole al enorme hombre, que lo miraba con sus enormes ojos azabache brillando de orgullo
-Agy Aggy
-ah?- Harry volteó al escuchar eso y vio a Andromeda, que algo inclinada tomaba de la pequeña mano a Ted que ya caminaba y estiraba su brazo libre hacia él, llevaba un pequeño y adorable esmoquin- ¡Ted! – el pelinegro fue a abrazar al niño, cuyo cabello paso de un castaño a un alegre rojo cuando su padrino lo cargó en brazos
-todo el camino no dejaba de preguntar por ti- dijo Andromeda, acomodando el elegante chal sobre sus hombros
- me imagino, bienvenida, me da mucho gusto que haya venido- dijo cortésmente
-ooh, no me lo perdería por nada- dijo sonriendo- voy a ver a mi hermana ¿puedes cuidarlo?
-con gusto- dijo, viendo a la mujer irse, el niño feliz lo abrazaba
- Aco done ta?- el pequeño aprendía apenas nuevas palabras y aunque hace unas semanas no podía ni pronunciar el nombre de Draco, simplemente le había tomado cariño ya que el rubio había caído rendido a los oyuelos del pequeñin
-se está arreglando, después lo veremos, ven, vamos a saludar a los Weasley- dijo caminando con el niño en brazos cuando vio llegar a los demás Weasley, Molly, más delgada que nunca, tal vez debido a las ultimas preocupaciones y desazones que había sufrido, lo abrazó con cariño
-oh, Harry, disculpa la tardanza, Fleur tiene un montón de malestares y a último momento tuvimos que atrasarnos- dijo mientras Arthur saludaba al oji-verde, más atrás venía Bill, que iba abrazando a una muy embarazada Fleur, que bueno, no había ganado demasiado peso gracias a que iba con un médico especializado a tratar su embarazo, así como alimentación, los saludo con una sonrisa, mientras Ted movía su manita a modo de saludo y sonreía a los que tenían cabello tan rojo como él, al menos por unos cuantos minutos, porque luego volvió a ser castaño
-vas a tener que estudiar un poco para ayudarle con eso ¿no?- dijo Charlie en un tono divertido
-me temo que sí… y no lo has visto imitar a Goliat- dijo riéndose y señalando con la cabeza al Gran perro que paseaba por ahí, llevaba un collar que simulaba una corbata de moño, al igual que las mascotas macho de la casa, ya que las hembras llevaban una flor blanca con orgullo- pasen, pasen- dijo sonriendo, sintiendo que los nervios se le habían pasado un poco, fueron al lugar de la boda, había muchas sillas y una enorme banca para uso exclusivo de Hagrid, de un elegante arco salía un camino de piedrecillas de rio, flanqueado de flores, que llevaban hacia el altar, detrás del cual lucía majestuosamente un lago lleno de cisnes blancos, frente al altar y divididos por el mismo camino estaban los asientos, los elfos domésticos les designaban sus lugares haciendo reverencias a cada uno de los invitados, los dos lados no podían ser más dispares, del lado de Harry había platica, algarabía y risas, del de la familia de Draco, Snobs que platicaban prudentemente de negocios, noticias y moda, Harry caminó a su lugar al lado del altar, cuando su suegro le indicó que ya era hora, siendo que Lucius no tuvo de otra que cargar a Ted, el niño lo miraba con curiosidad, frunciendo su pequeño entrecejo tal como lo hacía Malfoy padre, el hombre se relajó soltando una ligera y casi imperceptible risa por eso, a pesar de lo que Harry había llegado a pensar a sus suegros les gustaban los niños, lo que le hacía preguntarse constantemente porqué Draco era hijo único, pero no había tenido la oportunidad de preguntar, se paró al lado del juez, que se daba aires de importancia por llevar a cabo el enlace del niño-que-vivió.
Pasaron apenas unos minutos hasta que todos estuvieron tranquilos y la música empezó, los nervios de Harry regresaron, sintiendo como el estómago se le hundía, vio pasar a una de las primitas de Draco, que lanzaba flores por su camino con una sonrisa y el porte de toda una damita, después las madrinas salieron, realmente se veían muy bien, Blaise miraba embelesado a Pansy, Neville tenía la boca abierta al ver a Luna y Ron era una maravillosa combinación de ambos ante la visión de Hermione, luego entró Draco, tomándose del brazo de su padre, que parecía menos tenso aunque no radiante de felicidad, la sonrisa de Harry por fin apareció, mirando a su guapo prometido, le tomó las manos cuando Lucius se lo entregó con una significativa mirada, los novios se miraron a los ojos, en ellos había felicidad, expectación, pero sobre todo amor.
-Damas y Caballeros, estamos aquí reunidos, para presenciar la unión de estos dos jóvenes, que el día de hoy han decidido hacer una alianza de suma importancia- el juez siguió hablando, dando un hermoso discurso sobre lo que era el amor, como esta unión no sólo uniría sus almas, su magia, sino también sus corazones, habló con sabiduría de la comprensión, la comunicación y la tolerancia, de cómo el amor maduraba con ellos, dando después paso a si alguien consideraba que esa unión no debía realizarse, no hubo reclamos, sólo sonrisas, por un segundo Harry había temido que el fantasma de Ginny llegara a arruinarlo con un chillido como los de Myrtle la llorona (N/a: LoL hay que darle una vueltita en la tumba pa que no se canse) y entonces pasaron al momento de los anillos y los votos.
-yo… Harry Potter, te tomo a ti, Draco Malfoy como mi esposo- dijo sonriendo, tomando el anillo del cojín, que un tambaleante Ted les había llevado, causando murmullos de ternura, mientras el niño miraba curioso que todos lo miraban y le tomaban fotos, sonriendo a su abuela que estaba tras él, atenta a que no perdiera el equilibrio- para amarte y respetarte, en la salud y la enfermedad, en las buenas, las malas y las peores- dijo con una ligera risa- en la prosperidad y la pobreza… sabiendo que nunca se es pobre cuando se tienen las bendiciones con las que yo he sido colmado al tenerte en mi vida- a completó, poniéndole el anillo a un rubio con los ojos cristalinos
-yo- carraspeo un poco para que su voz no sonara quebrada por la emoción- yo, Draco Malfoy te tomo a ti, Harry Potter, para amarte, respetarte y apoyarte, en la salud y en la enfermedad, en las buenas y las malas, en la prosperidad y la pobreza, procurando mis cuidado para contigo y los frutos de nuestro amor, con toda mi dedicación y amor- dijo sonriéndole
-en ese caso y por el poder mágico que infiere en Ministerio de Magia sobre mí- el viejo mago sacó su varita, bañándolos con un brillo dorado y palta al que respondieron sus magias, uniéndose eternamente- los declaro unidos el uno al otro, hasta que la muerte los separe
-y aún más allá- susurro Harry
-puede besar su esposo, Señor Potter- dijo y aplaudió junto con los invitados al verlos unirse en un dulce y tierno beso, incluso el pequeño Ted aplaudía, sin entender del todo la situación pero sí la emoción conjunta de todos los presentes, después de eso llegó la hora de los abrazos, Hagrid no tuvo necesidad de darles el abrazo por separado, estrechándolos a ambos, sin importarle que fuera Draco Malfoy al que abrazaba, porque la felicidad de Harry era lo único que le importaba, después de semejante abrazo Harry se mostró algo preocupado por su esposo que sólo se reía, sobándose el brazo y excusando al semi-gigante que pedía disculpas por haberse olvidado de su estado, se hizo a un lado, dejando que todos los demás abrazaran a los recién casados.
Después de los abrazos llegó el momento de las fotos, en donde las sonrisas no faltaban, Molly hacía un esfuerzo por no soltarse a llorar, pero después de la foto no se pudo contener más, lloriqueando en los brazos de su esposo, los invitados fueron pasando a donde estaban dispuestas las mesas, admirando las mariposas convocadas que adornaban los setos cercanos, se sentaron conforme estaba designado, siendo que Hagrid estaba al lado de los Weasley en una mesa especialmente hecha a su tamaño “tantas molestias por mí” decía, limpiándose los ojos “Harry es un gran chico, un gran chico, si” aseguraba hinchando el pecho con orgullo y una sonrisa en su peludo rostro. (n/a: aww, adoriceo a Hagrid >w<)
Los novios pasaron a su mesa, donde también estaban los padres de Draco, que se pusieron de pie, al igual que los invitados, para ofrecer un brindis por la unión de los jóvenes antes de iniciar con la comida, Draco se tomaba del brazo de Harry y escondía un poco el rostro ante las felicitaciones de familiares y amigos, que les deseaban una vida prospera y feliz, al parecer su rubio estaba sensible por el embarazo y algunas lágrimas le ganaban a su orgullo, por lo que él le daba besos suaves en la frente y mejillas, buscando distraerlo, después del brindis los novios dieron las gracias a todos por acompañarlos, invitándolos a comer.
La sopa se sirvió por arte de magia, esta era de pistaches y espárragos, con las iniciales de los novios en una crema suave de queso que adornaba la superficie, en el fondo de tazón había uvas, que le daban un toque fresco y dulce a la cremosa entrada, después una pasta con mango llenó los platos, las expresiones de admiración se hicieron presentes, incluso Ron, que no solía comer cosas nuevas estaba fascinado, el plato fuerte eran medallones de Salmón, con una ensalada que tenía manzana, durazno y piñones, este junto con la vinagreta de zarzamora hacían que las mesas se llenaran de comentarios positivos, lo último eran fresas enormes con chocolate, fue entonces que los novios pasaron mesa por mesa, a certificar que todos estuvieran felices, a mitad del camino Draco se encargó de llevar a Ted en brazos, ya que el pequeño se había estirado hasta lo imposible para que lo cargara y él lo hacía con gusto, el niño tenía unos enormes ojos expresivos y el cabello normalmente castaño le caía en rulos por la frente y los lados de la cara, tenía una carita de latoso que lo hacía irresistible (si, así me lo imagino), todos les daban buenos deseos y los felicitaban por la comida, después de pasar por las mesas la música retomó un volumen más fuerte y se anunciaba su primer baile como esposos, los aplausos llenaron el aire y Goliat soltó un aullido de alegría, dejando que los niños que asistían a la fiesta lo acariciaran y hasta montaran, a pesar de la apariencia era un perro más que manso y cariñoso.
Draco se miraba reflejado en los esmeraldas que llenaban su vida, mientras se movían por la pista de baile, el moreno había mejorado mucho, gracias a que le había dado varias lecciones, recargó su cabeza en el pecho de Harry, escuchando su corazón, bailando de un modo que parecía que estaban solos en el mundo y el niño-que-vivió, pensó que ese momento, era tan pleno que podría hacer toda una manada de venados cuando conjurara un patronus, al pasar a la siguiente canción Draco paso a bailar con su padre y Harry con Narcissa, que con lagrimas en los ojos le agradecía por amar a su hijo, por hacerlo feliz y dándole un beso en la mejilla le encargó el bienestar del rubio, una responsabilidad que él aceptaba gustoso, al separarse y buscar de nuevo la mano de Draco, vio que su suegro estaba mucho más relajado y le dedicó una sonrisa de confianza, como si les deseara años de completa dicha y él respondió con un gesto agradecido, poco después más invitados se les unieron, incluso Ted bailo, bueno… en realidad estaba siendo sujetado de las manos por dos niñas más grandes para que no cayera, el día se hizo noche pero la fiesta continuaba el pastel que estaba cerca de la mesa de los novios para ser admirado fue movido hacia el centro de la pista de baile, donde los novios hicieron el primer corte, después del ejercicio del baile sin duda se agradeció la taza de té y el delicioso pastel, que Ted devoró antes de caer perdidamente dormido en brazos de su abuela, que lo cubrió con una manta y se despidió poco después, el baile siguió y Harry aprovechaba para abrazar a Draco bien cerca de él, para susurrarle al oído cuanto lo amaba, más tarde se despidieron de los invitados que aún se quedaron un poco más.
Lo siguiente fue una sorpresa para dRaco, Harry había conseguido una casita en la playa, una playa mágica privada, donde pasarían su semana de luna de miel
-no me dijiste- mencionó con sorpresa y después con un puchero de berrinche-ni siquieratengo maleta
-no te preocupes, yo preparé todo
-entonces lo de la casa del bosque era una broma- dijo en un tono ligeramente aliviado ya que eso no se le hacía tan romántico
-si, lo siento mi amor pero ¿qué opinas? ¿Quieres ir a la playa o no?
-claro que sí- dijo feliz, dándole un largo beso, el carruaje con pegasos que los llevaba era majestuoso e invisible para los muggles por supuesto.
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Llegaron a una blanca playa, donde una cabaña pequeña les esperaba, esta era muy acogedora según pudo ver Draco, la cocina era de madera blanca, la sala, de colores arena y azules parecía cómoda y fresca, el calor hizo que ambos se soltaran las corbatas, al llegar a las escaleras Harry lo cargó, llevándolo entre risas hasta la recamara, donde lo recostó con delicadeza en la cama, dándole un largo, lento y dulce beso, comenzó a quitarle la corbata, abriendo el saco y la camisa, para lamer su cuello con un ansia que le hizo saber a Draco que había esperado ese momento durante todos los días de preparativos, sintió sus manos recorrerle y él mismo estiró las suyas para desnudar al moreno, pero le detuvo cuando estaba por abrirle los pantalones.
-espe… espera Harry- dijo, mirando los cuestionantes ojos esmeraldas- tengo algo para ti… por favor espera- dijo poniéndose de pie y dándole un beso antes de entrar al baño de la recamara, Harry sólo lo miró, se sentó en la cama y se quitó los zapatos, quedándose sólo en boxers- ok, ya te decidiste, no te acobardes Draco- se dijo el rubio frente al espejo, sacando su cartera sacó un paquete negro minúsculo, lo golpeó con la varita y este se desdoblo muchas veces, hasta ser una bolsa grande negra, con letras plateadas de la tienda donde lo había comprado, nervioso y con dedos temblorosos sacó el contenido, lo puso frente a su pecho- ahhh realmente debo amarte Harry- dijo, antes de desnudarse y empezar a cambiarse
Afuera, Harry miraba por una ventana abierta el cielo estrellado, era tan oscuro que ni siquiera se alcanzaba a diferenciar el mar del manto nocturno, había hecho una buena elección, volteó en cuanto escuchó la puerta del baño abrirse y sus ojos expresaron su total sorpresa, así como su boca semi abierta, Draco salía por fin, usaba lo que parecía un muy corto vestido de novia, con un velo y un liguero blanco con unas medias blancas que hacían lucir sus piernas larguísimas.
-¿y bien?- dijo nervioso el rubio, acercándose jugando un poco con un listón que salía de debajo de la faldita del vestido, Harry no podía articular palabra, pero finalmente dijo un
-maravilloso- movió su cabeza como saliendo de un trance- mejor que mis fantasías- declaró al levantarse y rodearlo con los brazos, para poder darle un muy apasionado beso, dejando que sus manos vagaran por los costados del vestido, la tela era suave y podía sentir la calidez de su cuerpo, le encantaba sentirlo, le aceró más a su cuerpo, separándose un poco para poder tomar algo de aire, le tomó de la cintura, encaminándose a la cama, el moreno se sentó, observando a Draco frente a él, bajo sus manos por su cadera, hasta sus muslos, que acarició con lentitud, con adoración, subiendo más sus manos para sentir la suave tela de la ropa interior, que era seda y entonces sintió lo que eran los listones que sobresalían de la corta falda, jaló los extremos, sintiendo como la prenda se desanudaba, un gemido de Draco le hizo saber que había liberado su miembro de la presión de la delicada prenda, que retiró con cuidado volviendo sus manos a acariciar la carne caliente recién liberada de su suplicio, sintiendo la naciente erección se relamió los labios, escuchando los jadeos de su esposo, se estiró para darle un beso, Draco le rodeó los hombros con sus brazos, hundiendo sus dedos en la nuca del pelinegro, que le bajó los tirantes del vestido, deslizándolo por sus brazos para poder besar los cuellos, sus clavículas, lamiendo hasta sus pezones, un gemido alto le confirmo algo que había notado y es que esos botoncitos estaban mucho más sensibles últimamente
-ooohhhh Harry, aahhh- cerraba sus ojos con cada estremecimiento que las caricias del otro le causaban, bajando sus manos para colarlas bajo la ropa interior, acariciando la hombría de su amante, hincándose frente a él para poder quitarle esa prenda, a más de lamerle, succionando además la punta, sabiendo que eso hacía perder la cabeza a Harry, que se inclinó hacia atrás, pero volviendo a su posición anterior para poder apreciar esa imagen, que era Draco con un blanco vestido, prodigándole sexo oral de una manera más que sublime
-oohh, mi amor… aaah eso se siente muy bien- exclamaba ante succión y lamida, moviendo su cadera lentamente- que deliciaaaahhh- arqueó su espalda, estirando después su mano para acariciarle la nuca- aah para… para, me voy a oooh Merliin aaah Draco, pa aa amor esp aaaaaaaaah!- no pudo contenerse más y se corrió cuantiosamente en su boca, viendo como su esposo recogía algo del semen que se escapaba por la comisura de sus labios antes de tragárselo, Harry le tomó en brazos, recostándolo en la cama para levantar el vestido, devorándolo ahora él, con pasión y cierta fuerza, sintiéndose orgulloso de escuchar gemidos placenteros por parte del ojiplata, acariciando los musculos que se tensaban estirando sus manos a estimular los pezones duros sin detenerse a pesar de las súplicas, hasta lograr que se derramara en su boca, lamiendo la punta del pene de su amado, para ponerse sobre él, observándole recuperar el aliento, después de algunos besos dulces las caricias retomaron fuerza, le retiró con lentitud el vestido, dejándolo solo con el velo aparte del liguero blanco, sus cuerpos se friccionaban en una danza lenta, afrodisiaca, más aún, íntima y llena de amor.
El pelinegro le abrazó desde atrás acariciándole con lentitud, estimulándolo con una mano, mientras con la otra hundía dos dedos llenos de lubricante en la convulsionante entrada, que también se encontraba más sensible que de costumbre, movia sus dedos como tijeras, dilatando la piel de ese lugar
-aaaah aaah Harry ya… ya- Draco tenía lágrimas en sus ojos, debido a la excitación, mientras su miembro se erguía con orgullo- y ya ya, métemela, quiero sentirte… adentro de mí, por favor…
-aahhhh con gusto- gimio a su oído, lamiéndolo mientras retiraba sus dedos y los reemplazaba con su falo, que entró lentamente en el apretado conducto- mmmhhh aaah sssiiii- sintió los músculos apresarle con fuerza mientras rodeaba la cintura de su amor, acariciando su abdomen mientras ambos se acostumbraban, sonrió, lejos de la lujuria, con ternura, al notar el ligero abultamiento que ya se empezaba a formar ahí, donde estaba su bebé, acarició la pequeña flor que había aparecido en la cadera de Draco y fue un movimiento de la cadera de este lo que lo trajo a la realidad, comenzó a embestirlo, suavemente, pero fue aumentando la velocidad, hundiéndose hasta el fondo, golpeando con cada estocada la próstata del Slytherin que gemía, aferrándose a las sábanas, pero se quejó cuando, cerca del final sintió a Harry salir de él
-aah, Harry… no
- da la vuelta- le dijo- quiero verte de frente- le dijo al oído y él obedeció, sólo que en lugar de recostarse se incorporó, poniéndose sobre su esposo que sonrió al comprender lo que quería, lo vio sentarse a horcadas sobre él, volviendo a empalarse él mismo, causándole no sólo una deliciosa sensación sino dándole una imagen sumamente erótica
- aaaaaaah aaaah sssi aah Te Amo- le dijo, inclinándose para reclamar sus labios una vez lo tenía por completo en sus entrañas, el beso fue respondido con igual intensidad, mientras sus manos bajaban para indicarle cómo mover sus caderas a un ritmo delicioso, pronto los movimientos eran casi saltos, un acelerado ritmo que tenía a ambos casi gritando de placer
- aaah aaah sssiii amooor aaah Te .., aaah Te Amo draco aaah si, si aaha me me voy a venir
-aaah yo también aaah Harry, Harry aaaaah
Ambos se arquearon víctimas del éxtasis, olvidando cómo demonios se respiraba por unos segundos, perdidos sólo en ese momento de completud y bienestar, jadeos desesperados por oxigeno siguieron a ese momento, mientras ambos aún temblaban, abrazados, dedicándose palabras y promesas de amor, el ojiverde alcanzó a ver sus magias, fundiéndose por sobre ellos, pero no fue consciente de más, ya que ambos se quedaron dormidos, rendidos por el día y su maravillosa primer noche como esposos, apenas y pudo acomodarse para no ejercer presión en el vientre del peliplatino, que le miró con adoración, antes de rendirse al sueño y Harry supo que quería que eso durara para siempre, hasta la muerte…
- y aún más allá- susurro Harry antes de entregarse a los brazos de Morfeo.