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El hijo de la luna y el ladrón del libro por Yoshita

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Notas del capitulo:

Tercer capítulo de este fic, gracias a los que me han dejado sus reviews, y a los que no, simplemente gracias por leer, se aprecia.

 

Edit: de este capítulo recuerdo que leen el libro de mar, concha y arcoíris (obvia referencia al manga original) y se dan cuenta que se llaman igual que Xanxus y Squalo (obviamente). Bueno, aquí vamos.

 

La espada había caído de la mano del espadachín al igual que el pelinegro había caído del árbol, dejando atónitos a la bestia y al albino. Con precaución, hombre y bestia se acercaron al cuerpo inconsciente del ladrón.

- ¿Qué crees que quiera este tipo? ¿Por qué crees que esté aquí? – cuestionó.

- ¿Gao?

- Ja, Bester, el almuerzo está servido – le dijo al felino, realmente no le interesaba una persona salida de la nada.

- ¡Gao! - La bestia le dio la vuelta al cuerpo para comenzar a comerlo. 

- ¡Espera!

- ¿Gao?

Squalo se acercó al muchacho, observándolo detalladamente, tenía varias cicatrices surcando su rostro y rastros de sangre en el pecho y las mangas de su camisa. ¿Qué tipo de persona extraña era? ¿Por qué había detenido a Bester? ¿Estaba siendo compasivo? No, no era su naturaleza, ¿duda? ¿Bondad? Tampoco. ¿Curiosidad? Bastante. ¿Coincidencia? Totalmente.

-Ya regreso, Bester, cuídalo mientras no estoy y no te lo comas - Squalo entró a la cabaña y tomó el libro que reposaba sobre la mesita auxiliar – aquí está y ahora... – rebuscó entre una canasta – esto servirá – sostuvo los vendajes y el ungüento para heridas y salió de la cabaña - Bester, vete – ordenó.

- ¿Gao?

- Que te vayas, felino imbécil, ¿no entiendes? ¡Voooooi!

- Gao - agachó la cabeza y dio la vuelta, adentrándose en el follaje de los árboles que rodeaban el lugar.

- ¿Qué demonios estaba haciendo este idiota como para terminar así? ¿Eh? ¿Qué es ese libro? – Murmuró tomando el tomo que había caído junto con el muchacho – ¿Las mil y una noches, eh? – sorprendido, tomó el libro con delicadeza y se volvió hasta la cabaña, pasó de largo su recámara y entró a la biblioteca, una habitación aparte casi 5 veces más grande que la misma cabaña, dejó el libro encima de la mesa y salió de nuevo.

-Tsk, tendré que moverlo - arrastró el cuerpo bajo las ramas de un árbol y se acomodó - ahora comencemos - abrió con cuidado la camisa del intruso, desabotonando uno a uno los botones para no rozar las heridas - tsk, maldito pelo - acomodó su cabello detrás de sus orejas - listo, mucho mejor.

Al retirar por completo la prenda superior del hombre, se asombró de ver las varias cicatrices que también surcaban el pecho del moreno, aparte de las heridas abiertas que tenía. Involuntariamente las acarició con las yemas de sus dedos y lo miró con una cara llena de preocupación. 

- Pero qué estúpido tarado, eres igual a Xanxus - procedió a curar las heridas.

Demoró un largo rato y para cuando había acabado, el sol ya se estaba escondiendo.

- Joder, terminé, de verdad que no sé qué hizo para hacerse todo eso, debería tener más cuidado... ¡Ya parezco mi madre! ¿Qué mierda me sucede? Bah, ya terminé de vendar a este inútil, no hace falta nada, ¿eh? ¿Por qué esta sonrojado? Y si… ¡¿este idiota estaba despierto?! Y yo procurando hacerlo con cuidado para evitar eso... ¿Hn? ¿No está despierto? ¿Entonces...? - Squalo puso una mano en la frente del herido - ¡por la Luna! ¡Tiene fiebre! - salió corriendo de nuevo a la cabaña y agarró un pequeño frasco para luego salir otra vez a sentarse al lado del intruso. Intentó hacerle beber el contenido del frasco por la boca cerrada pero era inútil, la medicina se regaba por las comisuras de la boca, cayendo al césped, humedeciendo también el cabello del moreno - no tengo opción – suspiró, ¿por qué me preocupo tanto por él? Bebió el contenido sin tragárselo. Aquí voy, se agachó hacia los labios del herido, pero se detuvo al tenerlo a unos cuantos centímetros de su propio rostro. Su presencia es algo hipnotizante, seductora. Hace que desee más que darle la medicina. Intentando dejar aparte sus confusos pensamientos, posó sus labios sobre los del herido, pasándole la medicina, separando sus labios con su lengua de una manera que jamás había hecho, pero que le gustaba. Cuando deshizo el contacto, vio que una gota se escurría por las comisuras de los labios del moreno y, de una manera involuntaria, pasó su lengua para limpiar la gota, lengua que después pasó por los labios del otro, para luego posar los suyos y envolverse en un cálido beso, perdiendo el sentido del tiempo y el espacio.

 

 

- ¡Gao!

El rugido de Bester reclamando comida le hizo caer en cuenta que ya había caído la noche y que el felino lo había encontrado besando a su cena. ¡Por la Luna! ¡Había estado embelesado por el herido por una hora!

- ¡Espera un momento, maldición! ¡Esto no es lo que parece!

- ¿Gao? - rugió Bester mientras rodeaba a su dueño y al herido - gao - y ronroneó.

- ¡No me gusta, estúpido! Mejor ven y ayúdame, tengo que hacer la comida.

- ¡Gao!

Para Squalo, cocinar no era un reto, cocinaba desde los 10 años, así que se decidió por una sopa de carne y vegetales.

-Bester, cuida la sopa, avísame si hay algo raro.

Caminó hacia el pequeño estanque mientras se desvestía: primero su pantalón junto a su correa, luego su ropa interior y, por último, su camisa, la cual empezó a desabotonar lentamente, todo esto dándole la espalda al herido, quien se había despertado y disfrutaba del espectáculo que le estaba ofreciendo el albino, recordando el sueño que había tenido, en donde besaba con pasión a ese hombre que le recordaba al irritante y estúpido espadachín de Mar, concha y arcoíris.

- Superbia Squalo - susurró y siguió observando en silencio.

Squalo entró lentamente al agua, probando primero la temperatura para adaptarse a ella, luego se adentró más al estanque y se sumergió por completo bajo el agua bañada por luz de luna. Cuando salió, Xanxus pudo observar el definido perfil del albino, con el pelo húmedo cubriendo parte de su espalda, pecho y rostro.

-¡Vooooooooooi! ¿Por cuánto tiempo más piensas mirarme como un pervertido de mierda?

- ¡Joder, cállate! Yo no estaba mirando a nadie, ¡maldito pedazo de tiburón!

- ¡¿Cómo sabes que mi nombre tiene que ver con tiburones?! ¡Yo nunca te dije mi nombre! ¡¿Cómo es que lo sabes?! ¡Responde si aprecias tu maldita vida! - le gritó Squalo desde el estanque.

- ¡Eso es porque te pareces a él! A esa basura incompetente de Superbia Squalo.

- Mar, concha y arcoíris – murmuró sorprendido - también lo leíste, ¿no es así, Xanxus?

- Parece que no soy el único que le gusta leer y que acertó con el nombre. 

- En verdad eres Xanxus, maldita sea, eso lo explica todo - Xanxus iba a pararse para irse, pero Squalo lo detuvo - ¿A dónde crees que vas con esas heridas? Sé que eres un pedazo de mierda, pero no sabía que aparte de eso, fueras un descerebrado.

A Xanxus se le habían pasado por completo sus heridas porque, hablando serios, había visto a Squalo desnudarse y darse un baño. ¿A quién no se le borrarían sus pensamientos?

- ¿Tú me curaste, basura?

-  ¿Qué iba a hacer si había un hombre herido que había caído de un árbol a mi casa? No lo iba a dejar botado por ahí como un insecto, dejarte morir nunca se pasó por mi cabeza - se volteó para encararlo – por eso te salvé.

- ¿Por qué?

- Eso… - intentó buscar las palabras para responder, pero si no había sido capaz de responderse a sí mismo esa pregunta, mucho menos a él - ¡eso no importa! - salió del agua y se tapó con la toalla que Bester le había arrojado, porque definitivamente no, no, no iba a darle el gusto a ese molesto inválido de verle más piel al descubierto.

- Oye - Squalo prestó atención a su interlocutor - ¿qué es eso en tu pecho?

- Una marca de nacimiento - dijo sonriendo hacia la Luna – es la marca de quien soy – acarició la luna menguante de su pecho con delicadeza, sin apartar la mirada del firmamento – es mi orgullo.

El moreno dejó de escuchar las palabras que Squalo pronunciaba e ignoró por completo la respuesta, la pálida presencia del muchacho le había robado el aliento y se maldijo internamente por ser tan débil ante un hombre que acababa de conocer. Pero es que ese hombre es detestablemente hermoso.

- ¡Voooooi! ¿Quieres comer o quieres morir, pedazo de mierda? Toma - le alcanzó una taza con sopa de verduras y carne - come antes de que te de algo, te vuelvas a desmayar, te vuelva a dar fiebre y tenga que volver a... - y pensó en el profundo beso que le había dado. No iba a negar que si lo quería volver a hacer, pero no le iba a contar al sujeto que lo había besado.

- ¿Volver a qué?

- ¡No te importa una mierda! Come y entra, quiero dormir.

- ¿Quién dijo que me quedaré aquí? - dijo, levantándose y dando la vuelta, pero algo lo retuvo del brazo. 

- ¡No te irás de aquí! ¡No en ese estado tan miserable! – Enfrentó la mirada carmesí del moreno* - ¡no te vas en ese estado, idiota! ¡No lo voy a permitir y es mi última palabra!

- ¡Cállate y deja de llorar, bastardo! - exclamó - ¿por qué no quieres que me vaya?

- ¡No estoy llorando! ¡Y es que yo no quiero estar solo otra vez! – lloró, muy a su pesar. Vaya vergüenza estoy hecho.

El malestar estomacal que le vino al ver al sujeto llorar fue más fuerte que cualquier molestia que hubiera sentido antes. Es que era irritante, absolutamente irritante, pero no le irritaba su llanto sino saberlo afligido. Primera y última vez que lloras frente a mí, basura inservible.

- Está bien, no me iré – se soltó del agarre de Squalo - vamos adentro si eso es lo que quieres – miró con más atención a Squalo – ¿es que los estúpidos no sienten frío? – Squalo notó que aún estaba parcialmente desnudo.

-Yo no soy un estúpido delicado como tú.

- Oh, ¿quieres comprobar de qué estoy hecho? – se colocó en posición de combate, pero antes de poder arremeter con el primer golpe, una de sus heridas se abrió y la sangre comenzó a brotar. El dolor lo hizo caer de rodillas sobre el prado.

-¡Voooooi! ¿Estás bien? - se agachó para ayudarlo a levantar – vamos ya, no creo que te plazca morir fuera. 

Entraron a la cabaña, Bester estaba acurrucado en una de las esquinas, bajo una pequeña ventana. Squalo soltó a Xanxus, dejándolo sobre el suelo de madera, y acomodó su futon junto a Bester.

- Ahí – señaló – acuéstate en el futon

- ¿En el qué? - ¿futon? ¿Y qué era ese extraño estilo de la cabaña?

- Solo túmbate en esa cosa blanca de ahí, ¿vale? Quédate quieto, tengo que curar esa herida que se abrió porque alguien no es capaz de no ser un imbécil – tomó más vendas y el mismo ungüento que le había aplicado ya - ¿qué esperas, estúpido? Túmbate – gruñó por lo bajo, pero obedeció al albino – fantástico, ahora que sé que no te vas a morir, colabora y quédate quieto. 

Squalo comenzó a curar de nuevo la herida y aprovechó la ocasión para revisar el estado de los demás vendajes, reemplazando unos cuantos y limpiando otros. Xanxus imitó el silencio del muchacho y lo contempló los fluidos movimientos que hacía el albino, sin perder un detalle.

- Oye… - tomó un hondo suspiro – Squalo – pronunció y un cosquilleo se posó en la punta de su lengua - ¿dónde está mi camisa?

- ¿Eh? – sintió como los colores le subían al rostro al oírle pronunciar su nombre. Esperó un momento para poder recuperar su compostura y contestar – ah, está colgada fuera, la lavé porque estaba llena de sangre. No es mucho lo que queda de tu camisa, es más agujeros que tela. Y olvídate de que era blanca. Te daré una mía.

- Gracias.

Siguió vendando y limpiando y, para cuando terminó su oficio, el moreno había caído dormido.

- Idiota – bufó – ese es mi lugar – dejó las vendas y el ungüento aparte y se acostó sobre Bester – buenas noches, estúpido Xanxus.

 

 

A mitad de la noche, Xanxus se levantó al oír el ruido de la lluvia cayendo y observó el cuerpo de Squalo a su lado, sin abrigo y abrazado a sí mismo, intentando, en vano, conservar el calor.

- Yo sabía que los tiburones eran estúpidos, pero no pensé que fuera a tal nivel – como pudo, arrastró el cuerpo del albino dentro de las sábanas – esta mierda extraña es lo suficientemente grande para los dos – deshizo el abrazo – eres un pedazo de basura inservible y estúpida, Superbia Squalo – bufó. Colocó su mano sobre la mano libre del albino y volvió a dormir.

Notas finales:

Gracias por leer y esperen el próximo capítulo :)

Gracias de nuevo :)

Edit: muchas cosas que decir al respecto, como que no recordaba que ponía caritas en las notas finales o que la yo de hace 8 años no era una chica grosera, así que mis insultos para estos dos no pasaban de tonto, idiota, imbécil o estúpido. No sé si el cambio es para bien o para mal, pero la yo actual ama despotricar insultos cuando la situación lo amerita, así que por eso veremos unos cuantos mierda por ahí y algo más, si es que es necesario. El capítulo original es de 1790 palabras. Sorpresivamente, el nuevo capítulo tiene 2137. Fascinante.

Edit 2: uno de mis insultos favoritos es basura incompetente. Siento que tiene mucho poder destructor.

Edit 3: me he dado cuenta que la interacción entre estos dos era muy manga shojo y estoy molesta con la yo de hace 8 años, así que este capítulo, y seguramente de aquí en adelante, sufrirá bastantes cambios con respecto a la línea original. Se mantendrá la trama y lo que quiero transmitir, pero haré que se parezcan más a los originales, evitando el OOC.

 *: en la primera versión, lo que yo había puesto era que Squalo se aferraba al brazo de Xanxus y ponía su frente en sobre su hombro, escondiendo su expresión y rogándole que no se fuera. ¿A quién quiero engañar? Squalo nunca haría algo como eso. Así que cambié por completo la escena a una más viable.


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