El día del cumpleaños del hijo de la luna amaneció soleado y fresco. Ninguno de los dos quería levantarse del futon, pero una bola de pelos saltó sobre ellos.
-Gao!- Bester comenzó a lamer a Squalo, deseándole un feliz cumpleaños- gao! Gao! Gao!
-Ja ja ja!- Squalo se reía mientras intentaba quitar a Bester de encima.
-Bola de pelos, quítate de encima- Xanxus empujó a Bester fuera del futon- no ves que todavía esta herido y puedes abrir su herida?
-Gao?- miró a Squalo, quien tenía su mano puesta encima de la herida- gao- se acurrucó a su lado y comenzó a ronronearle.
-Yo también te quiero, Bester.
-Feliz cumpleaños idiota- Xanxus cogió el mentón del albino y lo dirigió a su rostro para quedar frente a frente- espero que no hayas olvidado tu regalo, o si?
-Vo~voo~voooooi! No tengo tan mala memoria- agachó el rostro- no me voy a olvidar de eso- y lo miró de frente- y tu?
-Como olvidarlo? Eres tu el que quiere y hoy es tu cumpleaños.
-Tu me dijiste que me lo harías, joder, si no fuera por esta herida, la noche pasada hubiera sido muy divertida.
-Pues tienes que ser paciente.
-La paciencia no se encuentra entre mis virtudes.
-Puedo hacer una larga lista de tus virtudes, y no todas son buenas.
-A quien le importa?
-A nadie- y lo besó, durante un tiempo, fue simplemente un beso, simplemente el haber juntado sus labios, pero luego eran sus lenguas las que batallaban y danzaban al son de los respiros entrecortados y los gemidos, ninguno cedía, ninguno quería hacerlo, pero el ladrón era mas fuerte y terminó llevando el compás de ese extraño baile de amor y seducción, todo en un beso.
-Joder, si me besas así, no te imagino esta noche.
-Voooooooooooooi! No digas eso! Cállate! Cállate! Cállate?
-Ja ja, levántate, nos vamos.
-Ya voy.
Xanxus entró a la biblioteca y se cambió de ropa, un pantalón marrón oscuro, una camisa blanca y una chaqueta del mismo color de su pantalón, con sus botas negras de siempre.
Squalo, por su parte, se puso un pantalón negro, una camisa blanca y un chaleco azul oscuro de cuero que su madre le había dado en su cumpleaños número 20, y calzó sus únicas botas negras.
Salió de la cabaña con Bester a su lado.
-Lo siento, bola de pelos, pero no puedes venir con nosotros- se agachó y acarició la cabeza del felino- la gente se pondría histérica si te viera caminar por las calles del pueblo.
-Gao.
-Lo entiendes, verdad?
-Gao!- asintió y le trajo una rosa- gao!
-Gracias amigo- Squalo se agachó y abrazó a Bester, este le devolvió el abrazo y le ronroneaba en el cuello.
-Ya te despediste, idiota?- le dijo Xanxus saliendo de la cabaña.
-Tengo nombre, sabes?
-Si lo se, idiota.
Squalo suspiró, sabía que era caso perdido discutir con ese hombre.
-Nos vamos?
-Si- se levantó- vámonos- dejó la rosa dentro de la cabaña y salió a encontrarse con Xanxus.
Bajaron el árbol y caminaron hacia el pueblo.
-Es un día muy bonito.
-No me fijo.
Squalo suspiró de nuevo. Para alguien que no se fijaba en el detalle mas mínimo, era ilógico decirle que el día era agradable, sin embargo Xanxus se había fijado en su pequeña marca en el pecho, una marca que no se veía bien desde donde el estaba en ese momento, además la luz era poca y su pelo la tapaba un poco...
-Vooooooooooooi! Me estabas mirando fijamente, detallando todo!- exclamó sonrojado, apenado y enojado.
-De que demonios me estas hablando?
-Nunca te fijas en nada, pero viste mi marca de luna esa noche, primero, era de noche!, segundo, mi pelo la tapaba, tercero, desde la posición en que estaba no era muy fácil distinguirla, y cuarto, nunca te fijas en tanto detalle en algo!
-Es obvio.
-A que te refieres?
-La razón por que me di cuenta es, simplemente, que eras tu- lo miró y con el dedo índice señaló su pecho donde estaba la marca y siguió caminando, dejando a un sorprendido y sonrojado Squalo atrás.
-Voooooi! Espérame! No sabes donde es el pueblo!
-...- vaciló- es cierto- admitió.
-Hmmm- Squalo suspiró y avanzó hacia donde estaba Xanxus parado y lo agarró de la mano- eres un idiota, sin saber la ruta y caminas como si nada...- Squalo lo estaba tirando aun de la mano y Xanxus se estaba sonrojando mas y mas mientras su amado seguía quejándose de el- ...te vas a seguir perdiendo si no te familiarizas con el bosque...- no se callaba y Xanxus no era una persona con mucha paciencia-... Y después de que te pierdas quien te va a encontrar...- y no pudo seguir hablando, Xanxus se había adelantado, ahora lo agarraba de la cintura y lo besaba, mientras Squalo pasaba de su sorpresa y lo abrazaba. Fue un beso simple, el propósito de ese beso era callar al guía.
-Eso es fácil- le dijo el ladrón del libro después de separar sus labios- tu siempre me encontrarás- lo soltó y siguió caminando, pero agregó- y si te pierdes.... Ahí tienes a Bester- y salió corriendo antes de escuchar los gritos de Squalo.
-Idiota! Yo nunca me perdería en este bosque! Aquí crecí...- y siguió al ladrón con sus regaños.
Después de una hora de caminata, el ladrón y el hijo de la luna llegaron al puente en donde Bester había esperado a Xanxus la tarde pasada.
-Vamos!- pero algo lo detuvo, Squalo aún estaba parado, escondido entre los árboles del bosque halando de su mano- que te pasa?
-Nunca he estado en un festival, además es el festival de la luna y mi historia es muy conocida, que tal si pasa lo mismo que pasó en el bosque?
Xanxus no entendió al principio, pero luego comprendió lo que su amado quería decir y lo abrazó fuertemente.
-Te juro que no dejaré que te toquen un solo pelo, no dejaré que una sola lágrima caiga de tus ojos grises de nuevo, te lo prometí y lo vuelvo a hacer ahora, te voy a proteger.... Porque te amo no dejaré que nada te pase.
Squalo lo abrazó fuertemente.
-Entonces te prometo lo mismo.
-Que?
-Eres un ladrón, es obvio que los guardias te intentarán arrestar si te ven vagando por ahí, no los dejaré, te lo juro, no dejaré que te arresten, y si lo hacen, iré contigo.
-Eres un idiota sin remedio.
Entraron al pueblo y quedaron maravillados con la decoración: guirnaldas con banderas azules con lunas colgaban de casa en casa, de tienda en tienda, objetos con forma de flor de lis se veía aquí y allá, la música en vivo invadía las calles, hasta que el rugido de los estómagos los sacó de la ensoñación.
-Tengo hambre- dijo apenado Squalo.
-Ya somos dos.
Estaban en la plaza principal, era grande, muy grande y en el medio había una gran fuente, varias personas llegaban al lugar para vender, comprar y disfrutar del festival.
-Squalo! Xanxus!
Los aludidos voltearon al oír esa familiar voz y vieron al rubio acercarse saludándolos.
-Hola! Creí que no iban a venir.
-Pues vinimos, ya que es en honor a la madre de...
-Era mi cumpleaños y quería venir- le tapó la boca a Xanxus con un golpe con su mano y le sonrió a Dino- es la primera vez que me invitan a un festival.
-Ja- Kyoya bufó y los miró- no vino la bola de pelos?
-Idiota que crees? Si trajera a Bester se asustaría la mitad del pueblo.
-Eso hubiera sido divertido.
-Eres un niño extraño.
-Soy diferente, al igual que tu y ese- y señaló a Xanxus, quien estaba entretenido comiendo con Dino un abundante banquete servido en la mitad de la plaza para ellos.
-Ven Squalo, come tu también.
-Vale.
Comieron entre toda la alegría de la plaza mil tipos diferentes de platillos.
-Estaba delicioso!
-Si, lo sé, ahora miren- Dino señaló a la fuente, en donde tres jóvenes gitanas bailaban al son de un banjo, una pandereta y un tambor.
-Vaya, así que esto es lo que se ve en un festival?
-Sí, y lo de la noche es mucho mejor- le dijo Dino y Squalo no evitó pensar en lo que le esperaba a el en la noche.
-Ese idiota tiene razón- Xanxus lo abrazó disimuladamente por detrás- esta noche viene lo mejor.
-Es que acaso lees mi mente?
-Eres fácil de predecir.
Dino los empujó para quedar en primera fila para ver a las gitanas, quienes sonreían e invitaban a los demás a bailar con ellas, tomando a los jóvenes y danzando con ellos, una gitana de ojos verdes tomó a un desprevenido muchacho con pelo claro y ojos azules rasgados, que se negó seriamente y se alejó de ella, mientras que otra joven de ojos amarillos cogía al muchacho que estaba cerca del joven serio, quien tenía cabello del color del oro y unos penetrantes ojos azules, el salió gustoso a bailar con la gitana mientras le gritaba al peliclaro que había rechazado la invitación.
-Alaude eres un aburrido! No seas así hermano, ven y baila.
-Eres un imbécil Giotto, tenemos trabajo y vienes aquí? A veces dudo que seas hermano mío.
-Yo dudo lo mismo! Eres un aguafiestas!- y siguió bailando, mientras veía a su hermano entrar en su casa- aburrido- susurró y se unió de nuevo al son de la gitana.
La última chica, la mas joven, una morena de ojos grises se fijó en el hijo de la luna y agarró su mano desprevenidamente.
-Oye que haces?- gritó el albino en medio del vaivén de una danza gitana.
-Bailando contigo- y lo miró fijamente a los ojos.
Dino apoyó una mano en el hombro de Xanxus.
-No te sulfures, no te lo van a quitar, el hijo de la luna es tuyo.
-Que dijiste?
-Nada- y sacó a un confundido Xanxus a bailar.
Lentamente, mas y mas gente se unió a la danza gitana y Kyoya desapareció de la plaza. El niño entró en un lugar, tratando de evadir las multitudes que tanto odiaba.
-Que quieres?- le dijo una voz con el mismo tono grosero y serio de la suya.
-Nada que te importe- respondió de la misma manera.
-Entonces sal de aquí- le dijo Alaude.
-No quiero estar afuera, no me gustan las multitudes- le dijo Kyoya- así que no saldré, me quedaré aquí hasta que se acabe el festival- y se sentó en la sala.
-Crees que es tu casa? Vete de aquí niño.
-No- y empezó a observar el sitio al cual se había metido: era una casa de dos pisos, en el primero estaba la cocina y un pequeño comedor y Kyoya estaba sentado en una estancia, al lado de una gran biblioteca y un par de escritorios, comenzó a observar los volúmenes que yacían en el mueble, cuando vio uno que se le hizo conocido y se acercó a la biblioteca- puedo ver ese libro?- se preguntó a Alaude, señalando el tomo que quería.
-Ese?- ese libro era el favorito de Alaude y le sorprendió que un pequeño mocoso quisiera verlo- toma- se lo alcanzó.
-Si era!- Alaude vio como el rostro del niño se iluminaba de alegría y no evitó esbozar una sonrisa- Mar, concha y arcoiris!- corrió a sentarse en el sofá de antes y ojeó el libro hasta encontrar la página en la que iba.
-No lo has acabado?
-No, me robaron mi libro en el bosque cuando iba en la batalla por los anillos.
-No deberías perderte el final- Alaude suspiró y pensó- quédate a leer, hasta que se acabe el festival.
-Enserio puedo quedarme?
-Si, mocoso, pero solo hasta que acabe el festival.
-Y si no alcanzo a terminar el libro?
Alaude suspiró de nuevo, esa era una debilidad de el, no aguantaba que alguien dejara un libro sin terminar, cosa que le estresaba de su hermano, Giotto nunca acababa un libro.
-Puedes volver hasta que lo acabes.
-Y después puedo seguir viniendo?- Kyoya se sentía extrañamente cómodo con ese muchacho de compañía, exactamente igual a lo que estaba sintiendo Alaude, había encontrado a alguien a quien le gustaban los libros, igual que a el.
-Si, puedes seguir viniendo, niño.
-No me digas niño, tengo nombre, soy Kyoya, tonto.
-Y yo soy Alaude, no tonto- sin embargo se sentía como uno al discutir con ese mocoso- puedes seguir viniendo, hay muchos libros interesantes aquí que no hay en la biblioteca del pueblo.
-Bien- y se concentró en la lectura con Alaude sentado a su lado.
El baile terminó y los tres estaban cansados, Dino, Xanxus y Squalo se sentaron en el borde de la fuente a descansar.
-Esto fue divertido- dijo Dino entre jadeos- nunca había bailado como gitano.
-Si, pero hace mucho calor.
-Y tu con un pelo tan largo, idiota.
-Así me gusta, idiota!
-No peleen, toma- y le alcanzó a Squalo un lazo azul- amárrate el pelo con esto.
Squalo hizo lo que le dijo, ya que el calor era demasiado, y amarró una cola de caballo en la parte de arriba de su cabeza.
-Mucho mejor.
-Tal vez esto será muchísimo mejor que eso- y le arrojó agua de la fuente.
-Voooi!- y se le echó agua de vuelta a su amado.
-Jaja, no me dejen fuera de eso- y Dino comenzó a echarle agua también.
Pronto, el resto de la gente estaba dentro de la fuente y fuera de ella, mojándose como niños pequeños.
El día se les hizo corto, almorzaron en la plaza también, después de que un preocupado Dino encontrara a su hijo durmiendo en las piernas de Alaude, uno de los institutrices mas famosos del pueblo, la sorpresa fue encontrar al profesor durmiendo también, los vio tan cómodos que no los despertó y le dejó a su hijo una nota.
"Para que no se asuste después" les había dicho a sus dos invitados.
Esa tarde habían pasado de tienda en tienda, viendo las artesanías gitanas. En una ocasión se acercaron a una adivina que los detuvo.
-Ustedes dos comparten un destino- les había dicho la vieja al hijo de la luna y al ladrón- no deben ser separados jamás- y ató el extremo de un hilo rojo al meñique de Squalo para atar el otro extremo al de Xanxus- nunca deben ser separados- y levantó ambas manos, las entrelazó y musitó unas palabras, en ese momento, el hilo brilló y desapareció- no desapareció- le aclaró a los atónitos jóvenes- simplemente se unió a sus almas, para que así nunca se separen- y la vieja se fue.
-Que demonios fue eso?
-No sé, pero esa vieja esta chiflada.
Los tres concordaron con eso.
La noche cayó y el evento principal se anunciaba.
-Que están diciendo?- preguntó Squalo.
-La gran fogata! Vamos!- y corrieron de nuevo a la plaza central, en donde se encontraron una enorme fogata encendida y la gente reuniéndose alrededor de ella.
-Wow, numca había visto una tan grande.
-Es genial, verdad?- Squalo asintió- toma- le entregó un libro- feliz cumpleaños.
-Wow, gracias, es un clásico, me hacía falta en mi biblioteca.
-De nada.
Estuvieron por una hora en la fogata del festival, riendo, jugando, comiendo, bailando y contando historias.
-Vámonos- le susurró Squalo a Xanxus- recuerda que quiero mostrarte algo.
-Y también quieres tu regalo de cumpleaños, cierto?
-Me conoces bien- susurró avergonzado y rojo.
-Oye tonto, nos vamos.
-Que? Pero si acaba de comenzar lo divertido.
-Es tarde y el bosque se pone peligroso- le respondió Squalo rápidamente- así que es mejor irnos de una vez.
-Vale, entiendo- Dino se levantó con ellos- gracias por haber venido, definitivamente este es el mejor festival de la luna que he tenido.
-Vale- y se alejaron de la fogata para internarse en el bosque.
-Estas bien? No se ha abierto tu herida?
-No, para nada, está cicatrizando muy bien, al parecer es gracias a la curación.
-Ja, no te lo crees ni tu.
-Eso no es cierto- Squalo entrelazó sus dedos con los de su amado y recostó su cabeza en su hombro- gracias.
-De nada- y siguieron su camino.
Al llegar a la pradera frente a la cabaña, Bester los saludó efusivamente.
-Hola Bester, me extrañaste?
-Gao! Gao! Gao!
-Ja, gracias.
-Gao!
-Bester...... Podrías, por favor.... Dejarnos solos.
-Gao!- y se fue detrás de la cabaña.
-Antes que nada, quiero que veas algo que solo sucede el día de mi cumpleaños- y se empezó a desvestir enfrente de su amado, lentamente, sin intentar seducirlo, se quitó casualmente toda su ropa y se metió en el estanque- mira el agua fijamente, que ves?- le preguntó a Xanxus bajo la luna llena.
-Nada raro, solo agua...... Espera......... Que es eso?- Xanxus se acercó al estanque y observó mas de cerca- eso es...... Oro? Y plata?
-Si, el día de mi cumpleaños, de la montaña de la que viene esta pequeña caída de agua, bajan oro y plata mezclados con el agua.
-Que hermoso......
-No vas a entrar?
-Eh? Si, voy- Xanxus comenzó a desvestirse para entrar al agua, rápidamente para poder estar mas cerca de su amado albino.
-Sabes.... Me he estado preguntando algo..... La canción dice que si estoy de buenas, será luna llena y que si lloro, la luna será menguante...... Me pregunto...... Si estoy enamorado..... Que pasará?- Xanxus lo abrazó por detrás y acercó sus labios a su oído.
-Que tal si lo averiguamos?- volteó al hijo de la luna para tenerlo frente a sí y lo besó, abrazándolo mas fuerte.
Lentamente, se fueron elevando del estanque hasta quedar flotando en el aire, abrazados y unidos en un beso. El aire susurraba entre sus cuerpos unidos y la luna los bañaba con su luz. Lentamente, de nuevo, fueron bajando hasta quedar otra vez dentro del estanque.
-Así que eso es lo que sucede cuando estoy enamorado, que increíble.
-Mucho- y alzó al hijo de la luna, dejando cada una de sus piernas a un lado de su cuerpo lleno de cicatrices y lo pegó con la fría piedra, de manera que la pequeña cascada les caía encima a ambos. Xanxus besó con fiereza los labios del albino, quien se abrazaba fuertemente a el para no caer, luego, lentamente, fue bajando, hasta besar el cuello del hijo de la luna, al cual solo le sacaba unos pequeños gemidos que sofocaba cerca a su oído. Lenta y cuidadosamente, sus manos llenas de cicatrices fueron bajando por los costados de su cuerpo hasta sostener la cadera firmemente y comenzó a besar el pecho que tanto había anhelado, mordiéndole suavemente, marcando que ese hombre era solo suyo, que no lo compartiría con nadie y que si alguien se atrevía a hacerle algo, el lo mataría como había hecho con ese bandido.
-Xan..... Xus.... Me las.... Timas- Squalo le dijo al oído, derramando una lágrima.
-Lo siento- le dijo, dándose cuenta que la rabia había hecho que clavara sus uñas en la herida de su amado, y las soltó- lo siento- y lo besó de nuevo, secando la gota de la mejilla del albino- no llores idiota, te dije que lo sentía.
-Ya se, lo siento.
-Lo idiota nunca se te va a quitar, verdad?
-No, es parte de mi, tómalo o déjalo, tu decides.
-Ya que, lo tomé, y si viene incluido, creo que podré con el.
-Tonto- y lo abrazó aun mas fuerte.
Xanxus bajó mas sus manos hasta la entrada y lo preparó durante un tiempo.
-Me..... Due.... Duele- Squalo se agarraba firmemente a Xanxus con sus dedos.
-Perdón, quieres que pare?
-Es mi regalo de cumpleaños, no lo dejes a la mitad.
-Idiota.
-Pero aun así me amas, así como yo te amo a ti, aunque seas un tonto idiota.
-Ja, lo sé.
Acomodándose de manera que no fuera dolorosa, entró en Squalo, arrancándole un gemido de dolor y placer. Se quedaron quietos un momento, acostumbrándose cada uno a la nueva sensación que estaban teniendo. Lentamente, se fueron moviendo, enviando nuevas sensaciones.
-Xa.... Xan.... Xus- le susurraba el hijo de la luna al ladrón.
-S.. Squalo- le respondió, murmurando junto a la marca en forma de luna, haciendo que el albino se estremeciera.
Pasaron minutos, en los cuales el vaivén de caderas no cesaba por ninguno de los dos, hasta que sintieron su límite, viniéndose cada uno, el albino entre ambos y el ladrón en su interior.
-Ah... Ah... Gracias- le susurró el hijo de la luna, aún abrazando a su amado ladrón.
-Te amo- fue la respuesta que tuvo y un abrazo aun mas fuerte, y el ladrón salió del cuerpo de su amado peliblanco.
En ese abrazo quedaron suspendidos por mucho tiempo, perdiendo la noción de todo, hasta que el ladrón sintió la acompasada respiración de su amado y vio que estaba dormido.
-No pudiste esperar a que saliéramos de aquí, idiota?- lo alzó en brazos, saliendo del estanque y entrando a la cabaña- donde.... A aquí- agarró la toalla, se secó el y secó a su amado, luego se puso su pantalón negro y a Squalo le colocó el pantalón negro que se había colocado ese día, Xanxus había recogido la ropa que había quedado fuera, no quería desorden.
Acomodó a Squalo en el futon y luego se acostó el a su lado, lo abrazó fuertemente y lo pegó a su cuerpo- te amo, te amo tanto idiota, que no sé que haría sin ti.... Si este collar se destrozara yo.... Quedaría destrozado también..... Yo..... Te buscaría hasta en el mismísimo infierno- se quedó dormido- feliz cumpleaños- susurró en sueños.
-Gracias Xanxus, te amo- le respondió en sueños Squalo.