~ Capítulo 4 ~
En los lugares oscuros de Asgard, donde no muchos colocan un pie, yacen los calabozos. No fueron utilizados en muchos años, ya que en Asgard no existen criminales para colocarlos en prisión. Eso también lleva a un menor servicio de mantenimiento. El agua goteaba desde las grietas del techo, pequeños senderos que llevaban hasta la superficie, un escape que los insectos podrían tomar. Era un lugar húmedo y amargo que el sol no había visto desde hace años.
El moho se podía oler en el aire y, aunque las barras de hierro comenzaron a oxidarse, aun se encontraban encantadas para mantener a su prisionero.
Allí se encontraba Loki. Se acurrucó en su capa, que por suerte le habían permitido conservar o habían olvidado quitarle, no tenía idea. Dos días que él se encontraba allí y ni siquiera las ratas querían hacerle compañía.
El bromista apoyó la cabeza sobre sus brazos cruzados, tratando de no pensar en nada.
La primera hora había gritado su inocencia. Nadie lo escuchó después de que los guardias lo dejaron. Las horas que le siguieron había intentado pensar en lo que pasó y la única razón que pudo encontrar fue que algo hizo que Thor mintiera. Sif era probablemente parte de eso, ella tenía guardado un resentimiento en contra de él desde la vez que cortó su cabello.
Luego llegó la ira y las maldiciones. Duró una hora hasta que se quedó dormido y despertó empezando a ignorar todo lo que le rodea.
Su estómago gruñía debido al hambre.
Él no comía mucho pero incluso podía sentir punzadas debido al hambre después de dos días. No había recibido nada. Ni siquiera agua rancia y pan duro. No tenía duda de que en los salones dorados de Asgard, el bastardo de Thor y su llamada familia estarían comiendo hasta saciarse con todo tipo de cosas suculentas.
Como respondiendo a su deseo, la puerta se abrió y un guerrero sostenía una bandeja con comida.
No dijo nada, sólo se acercó hacia el orificio que estaba en el medio de la puerta de la celda. Suficiente para que una bandeja pueda entrar, quizá un poco más. Loki ignoró los ojos fríos y se levantó para coger la comida.
Cuando se acercó lo suficiente para cogerlo, el guardia soltó la bandeja, derramando su comida por el suelo sucio, manchando sus ropas y manos.
El guerrero escupió un corto insulto que sonaba como 'maldito violador'. Luego se fue sin decir palabra.
'Así que se propaga en todo Asgard.'
Loki miró los restos de su comida. El agua se había derramado por el suelo, mezclándose con un sucio charco, su caldo le empapó la camisa, los pantalones y, finalmente, el interior de sus botas. Por suerte, no estaba siquiera tibia para dañarlo. Tomó el último pedazo, un pedazo de pan y trató de limpiarle la tierra.
Cuando él la mordió inmediatamente, probó una inmundicia crujiente que se había ubicado en el interior de los agujeros del pan. El tomó la copa de hierro y la inclinó sobre su boca para recibir las últimas gotas de agua limpia antes de que se mezcle con el agua que goteaba del techo.
El sonido del agua golpeando el metal era molesto y hacía eco contra las paredes de piedra. No era que no había nada más para silenciar el sonido.
Él volvió a su lugar en el único banco de madera que servía como cama en la celda. La sensación pegajosa del caldo en sus botas era asquerosa y quería quitárselos, pero no tenía nada con que limpiar o sustituirlos. Sólo podía esperar que ninguna rata se presentase debido al olor de los alimentos.
(Nota de la Autora: Ahora empieza todo; Nota de la Traductora: Fans de Loki ¡Prepárense!)
La siguiente vez que despertó no lo hizo por sí mismo, sino por el sonido de la puerta de la cárcel abrirse y el sonido de varios pies entrando. Se sentó bruscamente cuando la puerta de su celda se abrió y levantó la mano para defenderse si fuese necesario, pero no sentía la magia en él.
Los guerreros que entraron poseían mayor fuerza que él, lo amordazó y ataron sus brazos y sus pies.
Por un momento, Loki no estaba seguro de lo que harían, pero los puñetazos, de repente, comenzaron a llover sobre y sabía que estaría por un tiempo de nuevo en el dolor.
Recibió una parada en la cabeza y perdió el sentido de lo que sucedía. Incapaz de defenderse o protegerse a sí mismo se quedó tendido en el suelo, aceptando el abuso de la mejor manera que pudo. Sintió a sus órganos gruñir y los moretones, las protestas de sus huesos y su piel que siempre había sido de un pálido Asgardiano, empezaron a tornarse en colores de diferentes tonos.
Por suerte, había sido un solo golpe en la cabeza, pero sintió un hilillo de sangre debajo de su cabello y sabía que una parte de la bota hizo aquello.
No supo cuánto tiempo pasó, a veces pensaba que iba a desmayarse sólo para tener un pie en las entrañas. Diciéndole que se quede despierto.
Sin embargo, sólo hay tanto dolor que una persona puede tomar y él comenzó a entrar en oscuridad.
Alguien se inclinó sobre él y le escupió en la cara.
"No creas que te saldrás con tanta facilidad, violador. Nos aseguraremos de que pague por lo que ha hecho, inmundicia" prometió una voz hostil que no reconoció.
Luego vino la oscuridad. Cuando se despertó la próxima vez, estaba solo y empapado pues sus ropas absorbieron el agua. Una rata se escapó cuando abrió los ojos. Todo su cuerpo gritaba de dolor pero sabía que no podía quedarse en el suelo.
El dolor le golpeó, se arrastró hasta el banco. Cuando llegó arriba para agarrar el borde era casi demasiado para que él lo tome. Su brazo entero se sentía como si fuera a romper por el esfuerzo.
Apretando los dientes hasta sangrar por la boca, se encaramó en el banco sólo para colapsar sobre su costado, gimiendo.
No sabía por qué se merecía esto. ¿Qué había hecho para convertirse en una víctima de los demás? Admitió que sus bromas no siempre fueron del todo aprobadas, y que había tratado de evitar los deseos anormales de su hermano, pero ¿era suficiente para condenarlo a esto?
Se revolvió hasta que sus piernas estaban dentro del banco y su capa húmeda se envolvió alrededor de él. Trató de dejar de lado sus pensamientos. Tenía que sanar y encontrar una manera de salir de allí. Si esos cabrones regresaban antes de eso, no tenía idea de lo que podían hacer con él. No había manera de que pudiera luchar contra ellos sin su magia así que debía salir con algo.
Lo último que vio antes de cerrar sus ojos para dormir fue la taza de hierro, acomodada en su lado de la esquina. Vacía y sola como él.
TBC