La semana siguiente la pasó dentro un sueño entumecido. Loki perdió el número de veces que guerreros de Asgard iban a su celda y violaban de él. Todo se fundió en una sola cosa en su mente. Entre los guerreros estaba el que había prometido volver. Había mantenido su promesa muchas veces, forzando a su cuerpo monstruoso caber en su interior.
Entre las palizas y las violaciones, no tenía suficiente tiempo o energía para sanar.
Las cosas empezaron a perder color a su alrededor. A pesar que la falta de comida no le molesta más. En la semana que había pasado había recibido alimento tres veces. Cada vez mostraba la evidencia de su tratamiento, pero si el que entrega su comida le importaba o no era otro tema.
Había probablemente ninguna persona en Asgard que se preocupe o importe por él ahora. Pensó en todo lo que su vida había contenido y no sintió nada.
Pensó en Odin y no sintió nada. Pensó en Sif y no sintió nada. Pensó en Frigga y no sintió nada. Sus profesores eran todos iguales. Asgard en todo su esplendor no tenía ningún encanto para él. Tampoco lo hizo ningún otro reino que podía pensar. El universo era tan insensato que se convirtió en un agujero negro que se lo tragó.
Pero a pesar de su desapego al mundo, él no pensaba en Thor.
En su mente, su hermano dorado estaba envuelto en tinieblas y sombras.
------------------------------------------------------------------------
En la superficie Thor estaba de pie en la terraza conectada a su habitación. Con vista a Asgard. El Dios dorado del trueno se sentía mal del estómago. Su madre se había encerrado en su habitación personal, negándose a ver a nadie. Todo por culpa de él.
Cada minuto de cada día, estaba atormentado por la culpa de lo que le había sucedido a Loki. No podía comer. No podía dormir sin la imagen de Loki en el suelo antes que Odin lo condene. Las lágrimas de Loki, mientras yacía clavado en la cama.
Sin embargo, la emoción más fuerte en él era la que alimentaba su culpabilidad aun más. Todavía anhelaba a Loki. No sólo extrañaba a su hermano menor y todavía lo deseaba tan fuertemente como el día en que todo salió mal, pero sus sentimientos personales fueron lentamente creciendo a medida que su mente estaba llena de viejos recuerdos de Loki.
Era desagradable. Estaba mal, y aún así Thor no pudo evitar la nostalgia crecer dentro de él.
El deseo que había sentido por tanto tiempo fue convirtiéndose lentamente en cariño y... amor.
Thor negó con la cabeza mientras se alejaba de la vista de Asgard.
¿Cómo voy a amarlo después de lo que he hecho?
"¿Todavía está atrapado en lo que pasó?"
Thor se dio la vuelta y vio a Sif en el interior de sus habitaciones privadas. Su temperamento amenazó con volar por la indiscreción pero Sif no le dio tiempo de hacerlo.
"Tienes que dejar ir al pasado." ella se acercó y le puso la mano sobre su brazo fuerte. "No puedes dejar que Loki te perseguirá por el resto de tu vida".
Loki.
"No es tan fácil. Hay cosas que no pueden ser perdonadas."
"Lo sé, Thor, pero no puedes dejar que Loki esté dentro de ti nunca más. Sólo te arruinara y te alejará de convertirte en el rey que eres capaz de ser." Ella trató de llamar su atención al mirarlo a los ojos, pero él no cruzo miradas. "Loki ya no puede hacerte daño. Ya no puede hacerte daño, o a Asgard nunca más. Él nunca tuvo la intención de ser parte de tu familia. Olvídate de él."
Sif esperó pacientemente a que sus sabias palabras repercutan en Thor, pero cuando por fin la miró a sus ojos, los orbes azules eran fríos y duros.
"No tienes el derecho de decir su nombre". Thor gruñó a Sif, "Lárgate".
"Pero Thor-" comenzó a protestar cuando su mandíbula fue atrapada en un agarre que dejaría moretones.
"Tú no tienes conocimiento de lo que soy capaz. Lárgate".
Ahora asustada por el tono de voz de Thor, Sif retiró la mano de su cuerpo y se fue rápidamente, sintiéndose sorprendida.
Una vez solo, las palabras de Sif hicieron eco en sus oídos. Había permitido que esto suceda. Había permitido la calumnia contra Loki. Había oído lo que se decía a sus espaldas. Fue todo por su culpa, y ahora otros pensaban que podían salirse con la suya porque Loki había tomado la culpa que era suya por derecho.
Como si pudiese sentir ojos en su espalda, Thor giró y observó el Bifrost.
Sabía que tenía que hablar con alguien acerca de lo que pasó. Incluso una pequeña confesión sería mejor que nada, que incluso podría darle valor para confesar a su padre la verdad.
-----------------------------------------------------------------------
En las sombras de las mazmorras, Loki se sentó en la esquina. Sin pensar viendo la rata registrar su celda buscando cualquier cosa comestible. Sus ropas ahora harapos por todo el manejo brusco que había pasado.
Yo no debería estar aquí. Todo esto es una pesadilla, en realidad estoy soñando. Estoy en camino hacia el reino de los elfos donde pronto me reuniré con el mago al mando y me enseñará todo lo que sabe sobre el arte de la magia. Entonces, después de unos años volveré a Asgard y Thor habrá conseguido tener su fijación bajo control. Vamos a reír y compartir aguamiel como en los viejos tiempos.
Loki cerró los ojos y se dejó hundir su mente. Se estaba hundiendo en aguas de las profundidades infinitas, engulléndolo y protegiéndolo de todo el mundo. Se sentía seguro por primera vez en semanas.
No hay que preocuparse por los guerreros. No hay una rencorosa Sif. Ningún padre que le dio la espalda. No Thor.
Nada podía perturbarlo aquí. Era como si todo el mar lo acunara.
Las burbujas se levantaron del oscuro mar sin fondo. No había necesidad de respirar o luchar. Nada podía hacerle daño aquí.
A su alrededor, desde el fondo oscuro del mar subió Jormungandr. Cuyos ojos se quedaron mirando a la figura solitaria antes de dar vueltas alrededor de Loki en una espiral sin fin, protegiendo y consolando al hombre.